Partida Rol por web

Sin mas recojo las pocas cosas que me había llevado al sótano para pasar lo mas cómodamente la noche y me retiro a mis aposentos.

¡Con lo cómodo que se estaba! ¿Tiene Vd. inconveniente en que pasemos la noche aquí?, argumenta Pierre.

Resoplando antes de responder a pierre.

Señores, las camas se han hecho para dormir en ellas y no me gusta tener a mis invitados, a los cuales no conozco demasiado, correteando por mi casa cuando estoy durmiendo. Así que no, no quiero que se queden aquí esta noche. ¿De acuerdo?

Pierre abre los brazos en señal de que no importa, antes de responder: ¿Pourquoi pas?

Nos veremos por la mañana; buenas noches, caballeros, dice antes de subir por la escalera, pasando al lado de Bennet a quien dirige una mirada casi divertida antes de decir, como al descuido: Y buenas noches también a Vd., monsieur Bennet.

El arquéologo solo responde con una mirada de desaprobación. Uno a uno van subiendo tras haber sido sorprendidos por el anfitrión. Tan solo se queda al lado de Paul Bousquet.

-Supongo que debería hacer lo mismo Mr. Bousquet- y luego baja un poco la voz -a menos que quiera usted un poco más de claridad al respecto- suelta con tranquilidad. Mr. Swanson y él son los únicos del tropel de catalogadores y expertos que se mantienen allí abajo, esperando la directiva del hijo de André Bousquet.

Mientras Bousquet y sus perros falderos están distraídos aprovecho para hacerles un gesto con la cabeza a Pierre y a William señalando escaleras arriba con idea de poder hablar con ellos en la intimidad.

- Bueno, sera mejor que este pobre anciano se vaya a la cama. Buenas noches.-Dije mientras comenzaba a andar hacia las escaleras para subir a mi habitación.

William mira a todos y encoje sus anchos hombros. Después, mira más concretamente a sus compañeros de velada y asiente.- Pues me parece muy correcto. No hay nada como una buena cama para poder descansar.- Dice William subiendo las escaleras para salir del sótano.- Y se lo digo yo, que he dormido la mitad de mis noches con un chubasquero como colchón una manta radida para resguardarnos, el petate como almuada y las estrellas como techo.- William rie ante esto y luego continua.- Bueno... eso cuando no llovía, que algunas veces nos tocó chuparnos una lluvias que nos dejaban calados.- El capitán, una vez cogida la carrerilla siguió con la anecdota.- Me acuerdo una vez por Indochina, que decidimos dormir al raso pues hacía un calor de mil demonios. Menuda liamos. A mitad de la noche nos cayó un océano entero en menos de media hora.- William rió al recordar la situación.- Menos mal que teníamos los barracones cerca para resgurdarnos, pero todos acabamos calados hasta los huesos.- Dicho esto el rechóncho militar rió abiertamente. Luego, aldarse cuenta de que estaban a mitad de la noche y que los demás dormirían, cortó rápidamente las risas y tapándose la boca y encogiendose de hombros musitó.- Perdonen, me he dejado llevar.- Dicho esto dejó que sus compañeros pasaran.

Pierre Teilhard de Chardin, William Connor y Zhang Wei se retiran a sus habitaciones aunque por su comportamiento no queda claro si están humillados, cansados o enfadados. En cualquier caso se retiran en silencio del sótano quedando en él cheng, paul bousquet, benjamin bennet y percival swanson.

Sin embargo cheng acompaña a los tres que se marchan hasta la salida del sotano y cierra la puerta detrás suya una vez que esos han salido.

Paul espera a que cheng empiece a bajar las escaleras para hablaros.

Es tarde y prefiero irme a la cama así que sean breves. Ya hemos echado a sus compañeros de este cuarto pero aún no me han explicado nada que me convezca y ahora empiezo a estar realmente intrigado.

El reloj del salón marca la una de la mañana.

-El problema, señor Bousquet, es que no se puede ser breve sin llegar a ser algo vulgar en detalles.- dice Benjamin apenas sonriendo -me temo que si tan intrigado está, algo de te y una conversación los tres a solas...- dice mirando a Cheng de reojo sonríente -... deberá bastar. No es nada personal, pero me temo que los secretos de André Bousquet son el legado de sus hijos, luego si usted quiere compartirlos con su esposa ó con su fiel sirviente, será su decisión señor Bousquet.- dice suavemente. No era un maestro de la palabra, pero a veces parecía hablar con algo de facilidad.

-Un te no vendría nada mal...- dice luego.

El resoplido que se adelanta a sus palabras indica que el joven señor no esta por la labor de tener ahora una reunión social.

Existen unas normas de protocolo y convivencia que dictaminan que sentarse a hablar tomando una taza de cafe o te es algo adecuado en el desayuno o la merienda pero no siendo noche cerrada mientras deberíamos estar durmiendo así que si tiene algo que decir hagalo ahora o sino mañana por la mañana pero no voy a perder más tiempo inútilmente.

-Como le he dicho, es largo de contar, pues tiene que ver con una de las últimas expediciones de su padre a China, con una mujer y un tesoro valioso que ahora buscaban sus cordiales y serviciales invitados- dice sonriendo Benjamin.

-Me temo que no parece entenderlo bien y por eso no lo valora apropiadamente Mr. Bousquet...- dice serio. -Si usted lo prefiere, mañana podría arreglar una reunión en su estudio, quizás se encuentre de mejor talante...-. comenta serio.

El señor de la casa ya estaba cansado de tantos rodeos así que dio por sentada la sesión nocturna.

Miren, tengo sueño y me estoy arrepintiendo muy mucho de haberlos traído a todos ustedes hasta aquí así que mañana por la mañana nos reuniremos de nuevo para que me aclaren todo lo que esta ocurriendo pero ahora vámonos todos a dormir.

Así que el señor Bousquet se dirige hacía la puerta y cheng os hace un gesto para que subáis las escaleras.