- No es elegir uno u otro. Es una discusión absurda puesto que estamos todos metidos en esto. Suéltale y que llame a nuestro contacto. - dije a Elizabeth.
- Soltarlo vosotros yo lo quiero hay encandenado hasta que se disculpe-
Podéis oír pasos por la cueva acercándose hacia vuestra posición, pero cuando esta cerca se detiene, parece que os ha oído y no sabe si ir o no.
Me acerco a soltar a Locke. Aunque antes echo un buen vistazo a todo el ataúd y a las cadenas en concreto.
Detengo al nosferatu - ¿Quien esta aqui?
- ¿No es mejor que si el que viene es un enemigo Locke pueda actuar también? - pregunto en susurros.
Aún así me espero también. Me intriga saber quién viene.
-Nuestro contacto, lo he llamado mientras discutías conmigo. Podría ser otro individuo, pero podría ser él.
Oís un susurro. – Soy yo… tardabais demasiado en salir. – De la oscuridad sale el nosferatu Sloan, el vampiro que os había llevado a la cueva.
- Hombre, he tenido un sueño en el que estabais aquí, por ello he venido. – Sloan os hecho un vistazo y miro extrañado a Locke. - ¿Qué has hecho?
-No caerle bien a nuestra pequeña amiga.
- No disculparse con migo y salvo que quieras terminar como el, no le soltaras-
Ahora mismo mide mas del metro setenta y va medio desnuda por si no lo recordais.
- Si no le sueltas cómo tienes pensado que nos marchemos? - pregunté. No creía que pensara cargar con el ataúd o algo así. - Y lo que es más importante, ¿a dónde vamos ahora? -
-Veo que entonces ya has cambiado de opinión respecto a que podían soltarme.
Yo no tenía ninguna intención de soltarle, a mi me da igual que vuelvan tres o dos o ninguno, aunque me tenéis que ayudar os recuerdo, ese era el trato.
- Muy facil - digo mientras cierro la tapa del ataud- Nos marchamos y el se queda aqui y yo voy a ver a nuestro venefactor tengo cosas de las que informarle y errores que avisarle que cometimos- miro al nosferatu- Lo recuerdo y cumpliremos no te preocupes
- No os iréis de aquí hasta que me ayudéis, no os dejare volver a Madrid. – El nosferatu parecía muy seguro de lo que decía.
- No se te ocurra amenazarme, ya te dicho que cumpliremos nuestra palabra-
- Espero que ahora no te de con que también debe pedirte disculpas o te vas a quedar sin ataudes.