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La Guarida Perdida de Laódice

La Guarida Perdida de Laódice

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02/11/2010, 14:16
Director

El Rey Tritón surca las inmediaciones del Mar Medio que rodea la ciudad de Tenas y a lo largo de toda la mañana rompe las olas que se arremolinan a su alrededor. Poco a poco Febo Apolo alza su disco dorado sobre los héroes que se afanan en ayudar a Barros según sus indicaciones: ora tirando de un cabo, ora remando en alguna dirección en concreto.

Cuando el Sol se encontraba en lo más alto del cielo desde el Rey Tritón se pudo avistar el famoso promontorio que según la leyenda, daba acceso a la Guarida de Laódice.

Galos parecía muy excitado ante la visión de aquel lugar y, en seguida, pidió a Barros que navegara hacia alguna de las orillas para poder comenzar con la exploración de las cuevas.

Barros giro la barra de madera que controlaba la dirección del barco y con gran pericia esquivó algunos afilados arrecifes que se arracimaban bajo una cueva natural que formaba parte del promontorio. Al parecer, Ava, también había ayudado con sus poderes para evitar el peligro. Las entrañas del pescado que había sacrificado Dámaso antes de comenzar vuestro periplo ya habían dado señales de que el viaje sería propicio a los designios de Poseidón.

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02/11/2010, 14:28
Galos el Audaz

Cuando el barco se detuvo, Galos sacó de la bodega un pequeño cofre que trajo a rastras por toda la cubierta. Al abrirlo pudisteis contemplar una serie de colgantes con piedras engarzadas. Cogió seis de ellos, cada uno con tres de estas piedras de color amarillo verdoso y os tendió cinco de ellos mientras él se colocaba uno alrededor de su recio cuello.

- Son Gemas Resplandecientes, engarzadas en un cordel. Son parte de nuestro tesoro personal y nos será muy útil ahí abajo. Cuando se introducen bajo el agua otorgan una luz lo suficientemente clara para poder explorar las profundidades más oscuras del Océano. Tomad, poneos uno de estos cada uno.

Notas de juego

Apuntaos en vuestras hojas de personaje el siguiente objeto:

3 Gemas Resplandecientes
Carga 0. Descripción: Piedras de color amarillo verdoso del tamaño de una nuez que otorgan una iluminación bajo el agua de 3 m. de radio por gema. Al ser 3, otorgan iluminación de 9 metros de radio.

Por supuesto, este tipo de objeto hará que la regla de Poca Visibilidad bajo el agua se ignore siempre que el enemigo que queráis disparar con armas a distancia esté dentro de 9 casillas (el alcance máximo de la iluminación)

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02/11/2010, 15:41
Demetrius

Demetrius agarra uno de esos collares y lo examina minuciosamente. Acto seguido, tras hacer un gesto de pasividad con los hombros, se coloca el cordel alrededor del cuelo tal y como ha visto hacer a Galos.

- Esto puede sernos realmente útil. Cuentas con mi agradecimiento buen Galos. - comenta mientras se coloca bien el collar para que no le moleste.

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02/11/2010, 17:00
Wenden

El barbaro toma uno de los colgantes que ofrece Galos el Audaz. Desconfia de la magia de los civilizados pues esta es incomprensible para un hombre de las tierras hiperboreas. Aún así si el mago enclenque se ha puesto el collar no quiere el ser tenido por menos bravo.

Tras hacer esto toma su casco, desdeña las pesadas armaduras de los civilizados con sus corazas y sus grebas. Su valor es su mejor defensa. Cuelga el carcaj con sus jabalinas a la espalda y encima de estas su enorme escudo. Ciñe su cinto con una daga en él y finalmente desenvuelve su enorme espadón barbaro. Lo hace silbar en el aire antes de envainarlo y colgarselo del cinto.

Bien civilizados. ¿Saltamos y echamos a nadar o charlaremos durante mucho rato más?

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02/11/2010, 19:25
Dámaso

- Muy agradecido - Dice Dámaso al recibir su colgante.

Antes de ponérselo lo examina con detenimiento y con la curiosidad de un niño, probando el tacto y la textura de las gemas, comprobando su color con los cambios de luz intentando averiguar su funcionamiento. Al cabo de unos instantes satisfecho con el éxamen superficial se lo coloca con cuidado alrededor del cuello comprobando que quede bien sujeto. Por último chupa su pulgar y pasa la yema húmeda por encima de una de las gemas comprobando la leve reacción.

Contento con su nuevo juguete sonrie y mira a sus compañeros a ver quien necesita ayuda para ponérselo.

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03/11/2010, 14:29
Licurgo

Cojo el cogante maravillado ya que jamas habia visto algo igual

- Pero esto seguramente ya vale el rescate de un noble, ¿donde habeis conseguido estos colgantes maravillosos?

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03/11/2010, 15:12
Wenden

EL barbaro empeiza a impacientarse con tanta charla y tanta monserga. Son piedras, piedras que brillan y punto. Aqui se ha venido a echar mano de joyas, oro, espadas encantadas, lo que uno realmente llamaria tesoro vamos. La pedreria es para mozas de taberna. Da unas palmadas al aire harto de tanta charla y tan poco saqueo.

Bien valientes comapñeros, alumnos de Zeus y demás. ¿Necesitais ayuda acaso para lanzaros a los humedos brazos del dios de los mares?

Y con una barbara risotada empuja al mago por encima de la borda antes de saltar el mismo al agua.

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03/11/2010, 15:30
Demetrius

Demetrius se gira para responder al bárbaro.
- Creo que aun falta que la ninfa nos hechi... - no puede acabar de decir la frase cuando se ve empujado hacia el agua por el bruto barbaro.
No alcanzáis a oír lo que dice el mago mientras cae por la borda aunque "los dioses te maldigan" sería una aproximación muy acertada.

¡¡ Plooofff !!

Tras la sorpresa inicial, Demetrius se mantiene a flote en el agua y se ayuda de su cayado para amarrarse al barco y no cansarse. Parece que esta murmurando y gruñendo algo mientras agita la mano que tiene libre.

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04/11/2010, 01:09
Galos el Audaz

Galos se quedó de piedra al ver como el bárbaro se arrojaba al agua, llevándose al elementalista por delante, sin haber recibido la bendición de la ninfa.

- ¡Pero bueno, todavía estás borracho! Te vas a hundir como una piedra en estas aguas! - Con una seña ordenó a Barros que arrojara un cabo a Wenden antes de que se sumergiera en las profundidades entre torpes chapoteos.

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04/11/2010, 01:12
Director

Wenden estuvo a punto de hundirse si no fuese porque agarró la cuerda a tiempo. Demetrius, ayudado por Galos y Licurgo regresó a la cubierta del barco. Aunque algo disgustado por la contrariedad de ver la precipitación del bárbaro por arrojarse por la aventura, Galos admitió que cuanto antes empezarais antes tendríais los tesoros de Laódice.

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04/11/2010, 01:17
Ava, la ninfa marina

Con un silbido muy agudo, Galos llamó a Ava para que os bendijera con sus poderes y ella surgió de entre las aguas con un torrente de espuma como la mismísima Afrodita en el día de su nacimiento.

Ava pidió a su abuelo Nereo, hablando hacia la inmensidad del mar, que os concediera sus bendiciones y uno a uno os besó en los labios, demorándose en Demetrius, el más agraciado de entre vosotros y finalizando con Galos, en el que su pasión al besarle llegó a resultaros bochornosa.

Antes de que Wenden pudiese exclamar una queja sobre los favoritismos de unos y otros, Ava jugueteó con su barba y de un empujón le lanzó por la borda, el primero de todos.

- Os deseo la mejor de las suertes, en el reino de Poseidón.

Acto seguido los demás os sumergisteis en el proceloso Mar y cuando no pudisteis aguantar más la respiración, inspirasteis con fuerza para descubrir que el agua pasaba por vuestros pulmones sin asfixiaros. Las Gemas Resplandecientes comenzaron a brillar al contacto con el agua, y poco a poco vuestros cuerpos comenzaron a descender en las oscuras profundidades hasta que pudisteis hacer pie en lo que parecía una parte del fondo marino que daba a una estructura de piedra que parecía la parte inferior del promontorio.

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04/11/2010, 03:06
Dámaso

Dámaso vivió muchas emociones contrapuestas en muy poco tiempo. Primero la satisfacción de recibir la bendición de una de las criaturas favoritas de su Señor, acompañada de un pizca de envidia debida a los agraciados con una bendición "extra". Se le hizo un nudo en el estómago al lanzarse de cabeza hacia lo desconocido. Momentos después su mente racional, deseosa de internarse en las profundidades del reino del Señor de los mares, intentaba acallar los gritos de su instinto de supervivencia que le instaban a luchar por subir la superficie, recordándole el día en que casi muere ahogado. La calma llegó cuando sus pumones se llenaron de agua sin ahogarle, entonces pudo relajarse, maravillarse y comenzar a disfrutar del lento descenso sintiendose muy afortunado con la experiencia.

En cuanto la oscuridad le rodeó completamente y sólo podía distinguir las formas dentro del radio luminoso de sus gemas y las de sus compañeros, despejó su mente de divagaciones y se concentró en lo que tendrían que afrontar de ahora en adelante.

Antes de tocar el fondo se le ocurrió que nadie había pensado en si podrían hablar bajo el agua con los pulmones encharcados o tendrían que comunicarse mediante gestos. Quizá la bendición de Ava se lo permitiese, pero ¿era prudente probarlo ahora mismo sin saber que efecto tendría? prefirió esperar a estar todos juntos abajo, cuando hubieran comprobado que la zona era segura.

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04/11/2010, 03:26
Azura

Tras haber posado un pie en el fondo, afianzo nuevamente mis escasas pertenencias asegurándome de que todo está donde lo dejé antes de saltar del barco. Intento echar un vistazo a los alrededores pero desde luego, todo se ve muuy distinto. 

- Que los dioses estén con nosotros, esto es hermoso y a la vez apabullante. ¿Hacia donde nos dirigiremos?

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04/11/2010, 12:08
Demetrius

Mientras descendían a las profundidades, Demetrius admiraba alrededor maravillado, sin duda esta experiencia no se asemejaría a ninguna anterior. Con una fe ciega en la magia de la ninfa, tomo una bocanada de aire al momento que se sumergió comprobando que los poderes funcionasen. ¿Mejor ahora que en el fondo del mar, no?

Observaba el fondo dónde estaba apunto de posar sus pies. Se fijo a ver si veía alguna entrada o algún camino obvio para seguir su curso, mientras miraba divertido también a sus compañeros, y sobretodo a sus reacciones.

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04/11/2010, 14:02
Wenden

El barbaro pataleo, se revolvió y chilló soltando grandes bocanadas de burbujas mientras se hundia como una piedra. Los hiperboreos no están echos para el agua (casan mucho mejor con el vino el hidromiel) y la magia, los milagros y los poderes del mundo civilizado producian en el jovne barbaro una sana desconfianza. Cuando no una completa e irracional animadversión. Al estar tan ocupado soltando elaborados y hasta jocosos insultos barbaros no se dió cuenta hasta tocar el fondo de que no se estaba ahogando.

Superada su sorpresa incial sonrió contento como un niño haciendo señas impaciente a sus compañeros para que se adelantasen con él hacia la estructura.

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04/11/2010, 21:15
Licurgo

- Realmente el poder de los dioses no tiene limites pienso asombrado mientras desciendo tras mis compañeros hacia las oscuras profundidades del mar - No se ve nada mas alla de la luz de nuestros colgantes, ¿que misterios acecharan en el reino de Poseidon?.

Al llegar al fondo miro a mi alrededor para intentar discernir la entrada de la estructura de piedra en la que nos encontramos - ¿Alguien ve la entrada?

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10/11/2010, 00:04
Galos el Audaz

Todo a vuestro alrededor parecía fascinante. Las algas se acumulaban aquí y allí asemejándose a los arbustos de un bosque frondoso. Los corales despedían un brillo multicolor a la luz de vuestros colgantes, y las anémonas se agitaban como mecidas por un viento submarino. Un banco de peces de escamas doradas giraban como un remolino, dándoos la impresión de ser aves marinas que revoloteasen sobre vuestras cabezas, siempre esquivas.

Grandes rocas conformaban un complejo pedregoso submarino que debía formar parte del promontorio exterior. Diversas especies de algas marinas cubrían la mayor parte de aquellas rocas, pero nada podía escapar de la aguda mirada de Galos. Él parecía saber muy bien lo que estaba buscando, pues como un águila enviada por el mismísimo Zeus, señaló hacia adelante y con un rápido movimiento de sus piernas llega hasta un lugar donde las algas eran más espesas.

Con dos golpes certeros de su espada descubrió lo que todos estabais esperando: la entrada al Guarida de Laódice.

- ¡Eureka, amigos míos! Preparad vuestras armas, a partir de aquí nos adentramos en lo desconocido...