Partida Rol por web

Tus ojos palpitan lentamente. El cansancio te vence y estás totalmente arruinado. No hay nada peor que dormitar y despertarse en medio de la noche, la desorientación y la fatigada acumulada.

Quizás te levantas para tomar algo de agua y mojarte la cara. Quizás te das vuelta y buscas continuar el sueño.

Tal vez tienes heridas y te pesan en medio de tu descanso. Pensamientos oscuros y de ansiedad cubren tu mente. Nublan tu juicio.

Un pensamiento ronda tu cabeza y…

Un ruido rompe tu concentración. Escuchaste vasos romperse. Seguido de ello, un grito muy fuerte.

Silos se había ido a dormir con gran calma. Estaba satisfecho con su día, puesto que fue bien productivo. Además de vencer al campeón de Kyle, también había logrado un increíble empate con un miembro de la mismísima familia anfitriona. Conocer a Ageslao fue un honor adicional para este, y sabía que podría llegar a conversar con este nuevamente.

Descansar, hoy, sería un verdadero premio para él.

Sin embargo, el sueño no compartió sus ideales.

Lejos de cualquier agradable descanso, este tuvo un sueño donde estaba caminando solo, por un puente que conectaba dos montañas. Debajo de él, el vacío se hacía presente en lo que sería una interminable caída.

Él tenía que cruzar el puente, aunque tampoco estaba seguro de porqué. Del otro lado, podía ver cómo había un objeto voluminoso de color gris, medio espectral. Él se sintió muy atraído contra ese objeto, sintiendo una enorme necesidad de apropiarse de este.

Al estar cruzando el puente, un rayo caído del cielo partió el puente a la mitad, dejando que Silos cayera al vacío y se perdiera para siempre.

Ahí es cuando finalmente te despiertas, con mucha sudoración y quizás un grito repentino por el sobresalto.

Maldijo su estupidez y a todos los dioses de los que una vez había escuchado hablar.mientras se colocaba el peto de la armadura. Se había quedado dormido a pesar de saber que aquel rufián habría hablado con la banda. De la guardia no esperaba nada. Ya demostraron el día anterior lo que les importaban estos asuntos.

¡Nos atacan! Gritó a todo pulmón. Con suerte los participantes del torneo serían suficientes para hacer frente a aquellos extorsionadores. Una vez ajustadas las correas de su peto agarró la espada y bajó rezando para que él grito no fuera del posadero. Mucha sangre iba a correr si lo encontraba muerto. 

Oktael se levantó de un salto ante el ruido y un grito de "nos atacan!". Vio que en su cama Sir Hagen se despertaba más lentamente. 
- Señor, quedese tranquilo, yo iré a ver que sucede.- dijo mientras cogía su espada corta y se ataviaba con su armadura de cuero. - En cuanto sepa que sucede, le informaré.- le dijo finalmente mientras terminaba de armarse.

Sus músculos se tensionaron, y los dolores parecieron haberse esfumado, como si la adrenalina fuera un excelente analgésico. Su mente despejada le advertía que debía ir en silencio. En aquellos casos, el sigilo y la atención eran sus aliados más preciados. 

Salió de la habitación y se dispuso a bajar por las escaleras... 

¿Eh?- Abro un ojo aún espesa por el sueño.  -A que cojones viene tanto grito. Joder, que jaleo. Parecen jotuns en celo.  

Será una pelea de borrachos o quizás una pareja demasiado apasionada. -¡Armad menos ruido! . -Grito golpeando la pared de la habitación de al lado. Malditos borrachos- Digo cansada mientras bostezo y vuelvo a acostarme dando media vuelta en la cama y volviendo a taparme. -¿Por donde me había quedado?   

Me despierto sobresaltado al escuchar los gritos de Sir Herranz, tomo mi alabarda y me dispongo a salir listo para la lucha... 

Se levantó bastante perturbada por el grito. Aveline era de sueño ligero, algo conveniente debido a su profesión, ¿o era a causa de esta que era así? No importa.

Se puso de pie, descalza, tomando las dagas de la mesa en la que las había dejado y se las colocó rápidamente en el cinturón. Luego, tomó su arco y las flechas. Se subió a la cama, apuntando hacia la puerta, en caso de que si alguien entraba buscando quitarle la vida, no le daría la oportunidad.

Se dio cuenta que tenía el rostro descubierto, así que bajó la guardia por un segundo para levantar la mascara desde su cuello hacia la nariz. Nuevamente, volvía a estirar el arco y apuntar la flecha en dirección a la puerta.

Un repentino y molesto grito me levanto de mi preciado sueño merecido. Había que tener mucho valor para despertar a alguien tan violento como yo de una siesta de oso. Me levanto de la cama con los ánimos de una bestia, dispuesto a darle una reverenda paliza al culpable del grito. A duras penas me coloco botas para no tener que caminar descalzo, siguiendo por el acto de agarrar la funda de mi Cimitarra con el instinto asesino ya activado.

-¡Considérese muerto el que haya provocado ese maldito grito!-Exclamo furiosamente mientras salgo del cuarto caminando algo lento por el estado de sueño ¡Iban a pagar por haber arruinado mi descanso! Avanzando por los pasillos, me doy cuenta de que no fui el único en levantarme por el desgraciado grito de hace un momento.

El joven sacerdote se despertó sobresaltado, había tenido un sueño terrible y se hallaba un tanto anonadado mientras tomaba conciencia de que no había sido real. Cuando de repente, escuchó la voz de alarma en la posada, por lo que al instante comprendió el significado de sus ensoñaciones... "Sin duda el rayo simboliza una señal del propio Zeus, el cual ha querido que me despierte pues me hallo en un gran peligro al parecer" pensaba para sí en gesto pensativo para luego cerrar los ojos y pensar a modo de oración "Oh, padre de todo, alabado seas y de nuevo te doy mis agradecimientos eternos por esta señal..." concluyó finalmente mientras se alisaba sus gastadas vestiduras cogía su espada y salía presto para averiguar qué estaba pasando allí.

No obstante, en todo momento no podía quitarse de la mente qué podía significar aquel objeto voluminoso gris, debería hablar con alguien entendido en su fe para averiguar más, pero de momento aquellos deseos deberían esperar...

En ese momento, se sintió otro fuerte golpe proveniente de abajo. Como si alguien le diera a otro un golpe con alguna especie de mazo o un palo.

Charles fue el primero en llegar hasta abajo, dado que al estar más irritado, avanzó sin cautela alguna por las escaleras. Detrás de él, llegaron Lucas, Oktael y William. El último en llegar fue Silos.

Debajo, se encontraron con el tabernero asesinado. Tenía varias puñaladas hechas alrededor de su abdomen. Cerca de este, se encontraba el hermano del tabernero, Felipe, quien observaba en un estado de pleno shock. Este tiritaba de los nervios, mientras se agarraba fuertemente de su cabeza.

¡Ese caballero! ¡No puedo creerlo! - exclamó Felipe.

Este entraba en sollozos. 

¡Maldito sea mi nombre! Malditos todos los dioses. ¿Los has visto? ¿has visto por dónde se fueron? Todo aquello era su culpa, sabía que aquella gente no lo dejarían pasar y aún de ese modo tuvo que entrometerse. Si hubiese dejado que le robaran ahora estaría vivo. Dio una patada a una silla impotente. Eso es lo que eran, en una ciudad llena de soldados, guardias, caballeros y nobles te podían asesinar sin que les pasara nada.

Felipe, dime donde puedo encontrar a su líder. Esta noche la sangre no va a dejar de correr mientras yo siga vivo. La furia le llenaba por completo. Tal vez no era sólo por el posadero, tal vez era hora de que alguien pagara por su herida, por su licenciamiento, por todos sus sueños que se habían hecho trizas. Tu hermano me hablo de un amigo suyo en la guardia, un tal Travis, ¿donde puedo encontrarlo? 

Mil y un pensamiento iban llenando su mente mientras su boca se resecaba con el amargor de lo sucedido. Por primera vez desde que bajó miró al resto de los que habían respondido a su grito. No le debían nada, ni tan siguiera se conocían.¿qué puede importarle a ellos un posadero?  Era injusto con ellos, el mismo había mirado hacia otro lado en muchas otras ocasiones y no quería engañarse, lo volvería a hacer después de esta noche. Pero no esta noche.

No… ¡no fueron ellos!

¡Fue ese caballero, el de Roland! Cuando todos ustedes se fueron a dormir, él seguía aquí. Discutió con mi hermano, no sé ni porqué, y cuando me quise dar cuenta lo mató.

¡Tienen que atraparlo!

-Tabernero... Te refieres a Lord Ahrem? El caballero que pagó mi estadía? O a su hermano mayor?

La noticia del tabernero me mantuvo consternado ¿Lord Ahrem sería capaz de matar al tabernero? ¿O habrá sido su hermano? Le debía a Lord Ahrem por haberme ayudado anteriormente mientras estaba en la calle, pero el simple acto de matar a un hombre desarmado, no tiene nada de honorable ni excusa posible...

Al escuchar tanto follón al final me levanto de la cama hecha una furia agarro el hacha y salgo de la habitación vestida solo con una camisa larga que me llega a la altura de los muslos, dispuesta a matar a los responsables de semejante algarabía.  

Bajo los escalones de dos en dos, descalza, aunque al ver la escena me quedo parada en mitad de la escalera.  

-La puta de oros. ¿Otro fiambre?- Pienso poniendo los ojos en blanco- Ya van dos en lo que va de noche. Vaya rachita llevo.

¿Caballero de Roland? Ese que me ayudó era de Roland, pero también sería casualidad que fuera el mismo y si lo fuera tampoco piensos perseguirle en mitad de la noche, -Ni a pleno mediodía tampoco- para llevarlos ante la justicia.

- Que tenemos que hacer ¿Qué?- Pienso cuando escucho al tabernero. -Claro, como si no hubieran guardias para encargarse de estas cosas. Que se ocupen ellos, que para algo les pagan.

 La cosa no tiene nada que ver conmigo de modo empiezo a subir por donde había venido antes de que a alguien se le ocurra involucrarme en este marrón.

Silos llegó alarmado a la escena del crimen, y cuando vio como el pobre tabernero reposaba inerte en el suelo no se podía creer el vil acto que allí había acontecido. Escuchó las declaraciones del hermano del mismo, pero no le sonaba quien podía ser ese caballero de Roland, además, de poco conocía a aquellas gentes y no sabía como podía ayudar a aquel hombre, pues estaba claro que las labores detectivescas no eran lo suyo.

No obstante, se preguntó cual era el designio de Zeus en aquella causa y el porqué le había despertado de su sueño; por lo que meditando este asunto mientras observaba cómo acudían más personas llegó a lo que él creía que era la verdad...

De esta forma, en tono solemne se acercó al tal Felipe y le dijo con tacto:

-Mi más sincero pésame señor, soy sacerdote, y puedo ayudar a que el alma de vuestro hermano descanse en paz, aunque he de avisaros que no soy de vuestra fe; pero si necesitáis de mis servicios aquí estaré... -termino diciendo con la creencia de que los designios de sus dioses eran dar buena sepultura a aquel hombre.

-¡Esta noche va a correr sangre de cobarde!- Gritaba exaltado por la repentina noticia, habían despertado a una bestia sedienta de sangre de la manera más baja posible, asesinando al maldito tabernero! Ya no era tema de disfrutar de un combate, habían matado al proveedor de alcohol! Y si bien su hermano seguía vivo, lo ayudaría a tener su merecida venganza.

-¡Tú, Felipe!-Pronuncio acercándome como un salvaje-Ahora mismo me dirás cual de los 2 malditos caballeros asesino a tu hermano! Lo perseguiré hasta degollarlo y dejarlo servido para la cena!

Normalmente algo no me enfurecería tanto, estaba tan acostumbrado a quitar vidas de quien fuera que no me debería importar su muerte. Pero algo en esta situación era diferente, esta vez había sentido la muerte de aquel tabernero. No podría explicar si fue por su historia de el Rey Kilmmor II donde me empezó a agradar su tono melancólico, pero algo me hizo tenerle estima, además de que ningún proveedor de la bebida de los dioses merecía perder la vida!

¡No sé su nombre, pero sí, ese cabron, el que estaba aquí antes!

No sé dónde estará, tendrán que buscarlo. Ahora llamaré a los guardias para dar parte de lo que sucedió. Cerrarán la posada, así que les recomiendo que saquen sus cosas antes de que lleguen.

Observando a Silos, exclamó: nunca fui un hombre de fe, no lo seré ahora. Lo agradezco mucho. Pero ahora necesito justicia.

Al terminar de decir esto, efectivamente terminó yéndose a buscar a los guardias. Parecía bastante torpe en su caminata, como si tuviera alguna dolencia en la pierna.

¿Estás seguro que fue el caballero de Roland? ¿qué motivos iba a tener para matar a vuestro hermano? No es que pensara que la gente necesitara motivos para matar. Si se buscaba siempre se encontraban, la religión, servir a un patrón diferente, una mirada,... pero los hermanos no le habían parecido el tipo de personas sanguinarias que resuelven las cosas con la espada.

Iré a hablar con ellos. ¿Alguno sabe por donde se alojaban? Guardó su espada a la espera de respuestas. Después subiría a por su escudo, la única de sus posesiones que aún dormía en el cuarto. Su mente empezaba a tener su propia versión de lo sucedido y como soldado lo que intuía le agradaba.

Lo mejor para mí y para mi honor, era buscar a Lord Ahrem y saber lo acontecido. No sabía donde podría estar, pero no debía estar muy lejos ya que todo esto comenzó recientemente, por lo que salí por la puerta con la esperanza de ubicarlo... Al salir, me pareció ver una persona moviéndose, por lo que decidí seguirla ya que podría ser Lord Ahrem o su hermano, y si no era ninguno de los dos, tal vez los había visto.

Oktael contempló la escena en silencio. El cuerpo sin vida del tabernero le produjo un escalofrío
"Sea cual sea el Dios que te protege ahora, que tu espíritu se eleve" rezó para sí el africano.

Su primer instinto fue darse vuelta a buscar a Sir Hagen, pero su sorpresa fue grande cuando el viejo noble se encontraba detrás de él.
- Mi señor... pensé que se iba a quedar durmiendo.- hizo una pausa para recomponer su cabeza, mientras escuchaba maldiciones y otras cosas de las personas allí presentes.- ¿Conoce a este caballero que están nombrando? ¿Qué motivos podría tener?- le preguntó a sir Hagen, con la esperanza que los conocimientos de la nobleza que él poseía pudieran esclarecer un poco aquello.

Para calmar un poco todo aquello, trató de hablar de manera clara.
- Creo que debemos actuar con cautela, y si trabajamos en equipo, nuestras posibilidades de resolver esto aumentarán.-

Al ver que uno de los allí presentes (William) se retiró solo, maldijo para si mismo mientras miraba al resto del "grupo"
- Ustedes, ¿Notan algo raro en el cuerpo? Quizás haya algo en el cuerpo que se nos escape- dijo Oktael mientras se agachaba a inspeccionar el cuerpo.- Por cierto, mi nombre es Oktael Uk´Münd.