Partida Rol por web

Vosotros decidís ir a comprar equipo útil para vuestra aventura. Pedís indicaciones para saber donde venden las mejores armas y armaduras y todo el mundo os indica el mismo sitio: la herrería de Morlin. Allí os encamináis.

El taller es un lugar pequeño, pero aún así y todo, bien surtido: espadas, armaduras... veis bastante equipo ahí. 

Merlin- un enano bastante hosco que regenta el lugar- os habla nada más entrar.

Por las barbas de Moradin, ¿de donde diablos has salido tu?- dice al ver entrar a Katan

Tras caminar un rato por las embarradas calles del pueblo, detecto un sonido caracteristico. Demasiado caracteristico como para ser confundido. Y al alzar la mirada, veo una columna de humo saliendo de la chimenea de una edificacion en particular. Sonrio levemente, pues para mi, aparte de las indicaciones recibidas, estos indicios son ya una pista mas que suficiente y me encamino, con paso apresurado, hacia el lugar en cuestion.

Ante su entrada, descubro a Katan, nuestro particular ermitaño nigromante, y alzo la diestra a modo de saludo.

Veo que tenemos preocupaciones similares tu y yo. Pues bien, entremos a ver que nos ofrece el maestro forjador de este lugar.

Dicho y hecho. Y cuando cruzamos el umbral de la forja, un enano de recia musculatura y voz aun mas cavernosa que la mía, nos da la bienvenida.

Y naturalmente, lo primero que le llama la atención a nuestro interlocutor, son las pintas de mi compañero. Simulo la sonrisa que aparece en mi rostro, a través de mi barba, pasandome la mano derecha por la cara y replico.

Ante todo, no te precipites juzgando por las apariencias, maese forjador. Aquí mi compañero, ha destripado a bastantes engendros. Y eso, es digno de respeto. En cuanto a sus particulares pintas...

Y me encogo de hombros al añadir esto.

Cada cual entra en combate de la manera que le resulta mas óptima.

Dicho esto, hago tintinear el talego de cuero que cuelga de mi cinturón y continuo.

Yo quiero una espada. La mejor que tengas, o que pueda comprar. Y no estaría mal un pequeña rebaja si estuviera un poco por encima de mis posibilidades. Pues te garantizo, que hasta a ti te resultara beneficioso que estemos lo mejor equipados que podamos.

Y dicho esto, echo un vistazo a una hoja en particular. Una que bien podria haber salido de la forja de alguno de los artifices de mi pueblo en la Espina del Mundo.

 El enano te observa con detenimiento. 

No creo que de armas pueda ayudarte mucho, teniendo en cuenta la espada que utilizas- dice en alusión a la espada bastarda que llevas- y mucho menos cuando esa espada es mágica. Ahora bien, en la armadura quizás podamos hacer algo al respecto... siempre y cuando tengas dinero para pagarla.

Armadura eh? Pue' yo tambien he venido a buscar una armadura. Mjjmjmjmj. Rie Katan.
Dicen que el único minotauro bueno...es el minotauro muerto. JAJAJA! Pu'es bien...yo debo admitir que conozco un minotauro que 'e bien bueno...

Tendrá por acá una armadura bien grande? Como para...y señala a Henderch....
Hummm... No. Un poco más alto, y más ancho. No quiero una coraza ni nada que requiera que mi amigo venga acá, sabe. Es algo tímido...mjmjmj...
Pero cualquier trapo grande como para un ogro como éste, vuelve a señalar a Henderch...me vendrá bien.

 Si, de eso tenemos- responde el enano mirando con cara de suspicacia a Katan- siempre y cuando tengas oro para pagarlo.

Katan saca una pequeña bolsa con monedas, cincuenta piezas de oro exactamente, obtenidas recientemente en una de las repartijas que hicieran.
Acá tiene. Dice tendiéndoselas al enano.

Al recibir la armadura, la enrosca en si misma y la ata, dejando un bulto bastante aparatoso y con tachas por todas partes.

Con el paquete debajo del brazo, se queda a ver que consigue Henderch...

Río en voz alta al ver como Katan me compara con Cuernecitos. Y cuando mi compañero nigromante termina su compra, es mi turno de volver a hablar.

¿No dispones de ninguna hoja de calidad?. En tal caso, ¿que  hay que me pueda interesar?. Mi cota es de Mithirl. Mis guanteletes, me otorgan fuerza extra. Mi escudo, que ves colgado a mi espalda, es de madera oscura. Y mi yelmo, aunque bastante abollado, me sigue cabiendo en la cabeza.

Y cruzo los brazos con cierto gesto de irritación. Si este enano se esta guardando algo, ya se me pasa por la cabeza sacárselo a base de patadas en su orondo culo.

 Hay espadas- responde el enano- pero son de diferente tipo que la que usas tu. En cuanto al resto del equipo,... me da a mi que no tengo nada que pueda servirte. Tienes un equipo superior a lo que te puedo vender.

Pues en ese caso, herrero, no te haré perder mas tiempo.

Inclino levemente la cabeza en un seco gesto ante el herrero y dando media vuelta, enfilo la salida. Al pasar, echo un ojo a Katan y añado.

Yo ya he acabado aquí. Larguemonos si tu has acabado también pues los nuestros esperan.