Partida Rol por web

La Huella

III. La huella de los hombres

Cargando editor
01/10/2014, 19:51
Gigante

El gigante se lanzó contra Felipe, descargando con severidad su garrote...

- Tiradas (5)
Cargando editor
01/10/2014, 19:54
Inazio

Inazio, mientras el gigante cargaba contra Felipe, se abalanzó sobre el cuchillo en mano, aunque no tuvo mucha suerte...

- Tiradas (3)
Cargando editor
01/10/2014, 19:56
Narrador

Resumen turno 1:

El primero en actuar fue Felipe. Éste tomó su lanza corta y justo cuando el gigante se levantó de nuevo, dirigió la punta hacia su cuerpo. Ésta la incrustó con fiereza en el pecho, causando un terrible daño al enorme sujeto:

Daño: 10 (-1 por Pieles): 9 puntos de daño

La lanza se le undió en el pecho, y le causó una perforación bastante fea, por la cual sangraba con bastante intensidad... Tras ello y quizá como muestra de venganza, el tipo hizo impactar su garrote en tu pecho, haciéndote recular para atrás del impacto...:

Daño: 9 (-2 por Gambesón): 7 puntos de daño...

El tremendo golpe impactó horizontalmente contra tu pecho, sobre tu gambesón... La lanza se te escapó de las manos, y enseguida volaste hasta las escaleras de la torre del campanario, por la cuál había bajado Inazio corriendo. Dado el tremendo impacto y tus heridas antes de llegar siquiera a la ermita en ruinoso estado, caíste desmayado*. Tras ésto, Inazio le clavó su cuchillo en el brazo derecho, aunque la "puñada" fue muy leve:

Daño: 3 (-1 por Pieles): 2 puntos de daño

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Te has desmayado (no has superado la tirada de Resistencia x4), durante (30-RES) minutos, osea, durante: 16 minutos...

16 minutos para un lance de batalla es muuuucho tiempo, por lo que jugaré yo mismo a modo de narración la batalla entre Inazio y el gigante, así como sus consecuencias...

Cargando editor
01/10/2014, 20:08
Narrador

Iniciativas:
Gigante: 21
Inazio: 16

Inazio: acuchilla y acuchilla
Gigante: Garrote y Esquiva

- Tiradas (1)
Cargando editor
01/10/2014, 20:09
Gigante

El gigante intentó aplastar a Inazio, mas...

- Tiradas (2)
Cargando editor
01/10/2014, 20:10
Inazio

... mas Inazio, envalentonado ahora, logró acertar, en contraste con antes, de pleno...

- Tiradas (3)
Cargando editor
01/10/2014, 20:11
Narrador

Resumen turno 2:

El gigante, una vez hizo su garrote impactar en Felipe, cargó contra Inazio. Sin embargo se desetabilizó con los restos de tablas de un banco desperdigadas por el suelo, y el rudimentario arma impactó de arriba a abajo contra el suelo. Tampoco pudo esquivar la segunda de las cuchilladas del muchacho, que sin duda, le segó la vida para siempre... Y esque si la primera de las puñadas dió en el aire, la segunda, volando de abajo a arriba, se incrustó en el cuelo del enorme sujeto, atravesó su garganta hasta asomar en su boca, y siguió subiendo... El reguero de sangre era realente impresionante...:

Daño: 7 (x2 en cabeza) (-1 por Pieles): 13 puntos de daño: Muerto.

Notas de juego

¡¡¡ QUE SUERTE de tiradas !!!

¡Inazio se ha lucido estando tu inconsciente y se puede decir que te ha salvado la vida! :D
 

Cargando editor
01/10/2014, 20:15
Inazio

......

......

......

...... ¡FELIPE!

......

...... ¡DESPIERTA!

...... FELIPE... ¿PUEDES OIRME?

_______________________________________

Notaste unos golpecitos en tu cara, unos cachetes a un lado y a otro, animándote a despertarte. Poco a poco recobraste la conciencia, pero un tremendo dolor te invadía el pecho. Estabas tumbado en el primer escalón de la escalera del campanario, y sobre tu rostro se encaramaba Inazio, al cual veías borroso... Tardaste unos minutos en recobrar la conciencia y saber dónde estabas. Tu cabeza te dolía, y la boca te sabía a sangre, puesto que te habías cortado el labio y la dentadura, por dentro, también. Ningún diente se te había desprendido, pero daba igual: quizá preferías aquello a las, seguramente, costillas rotas que albergabas en tu caja torácica.

¿Estás bien? ¿Me oyes?* -la cabeza te daba vueltas, y tras Inazio había un tremendo cadáver impregnado en sangre, con un tremendo charco de este líquido en la piedra del suelo de la ermita.

Notas de juego

*Te quedas a 2 puntos de vida. Estás fatal de salud, muy herido (apúntatelo en la ficha).

Cargando editor
02/10/2014, 02:37
Felipe Perez León

oscuro casi negro, poco a poco fue entendiendo y tomando consciencia de lo acontecido, como pudo se acomodo, aguantando con su mano el costado y golpeo el pescuezo al jovenzuelo. Has pagado tu deuda, y si quieres que te sea sincero, daba mas miedo este que el oso... ja cof cof cof la risa se le entrecorta el dolor le hace retorcerse y le deja medio mareado de nuevo. No es momento para bromas piensa mientras observa su alrededor. Voy a necesitar buenas sopas de tu hermana y un buen descanso. Puedes bajarme. Ahora empezaba a tenerse en pie, fue a por su lanza, la apoyo como si de un bastón se tratara y luego se acero al ser, ¿seguro que esta muerto? busquemos en sus bolsillos.

 

Cargando editor
02/10/2014, 19:52
Inazio

¡NO HAY TIEMPO PARA REBUSCAR! -insistió Inazio alertado mientras te ayudaba a incorporarte-. ¡Ya vienen! ¡Hemos de salir de aquí! ¡Me están buscando!

Entonces se puso de pié, se fue hasta la entrada de la ermita y forzó la vista en la lejanía, monte abajo; y sólo Dios sabía porqué estaba poniendo esa mueca de terror y sorpresa. Luego volvió a tu lado, ayudándote a la fuerza a levantarte.

¡Los soldados! ¡los soldados del señor de estas tierras! ¡Vienen a por mí! ¡Si cogieron a Pere, yo estoy perdido! ¡Si nos ven aquí nos harán lo mismo! ¡¡ARRIBA FELIPE!! -Inazio tiraba de tí, esperando que te levantaras-. ¡Escondámonos monte arriba, en la cúspide del Alcillo; si llegan aquí y no estamos, quizá desistan, pues más arriba es más difícil el ascenso, ¡VENGA!

Cargando editor
15/10/2014, 21:00
Felipe Perez León

Y le seguía sin parecer una buena idea, monte arriba, con la fauna y todas esas fabulas o leyendas, pero el olor a carne quemada aun persistía en su recuerdo y no era algo que por nada le apeteciera. Se incorporo y siguió a Inazio hacia el monte, subir una cuesta en ese estado, si al menos pudiera llamar a su caballo... Mi montura, con ella podremos escapar.

Pero si he de se una carga, mejor vete tu, que yo puede que tenga mas éxito con esos soldados. Podría culpar al joven de la muerte del ser, o si fuera necesario apuntarse esa muerte, dependiendo de lo que conviniese. Puedo decirles que te fustes hacia el este y así no te seguirán.

Cargando editor
17/10/2014, 20:03
Inazio

¡Pero qué dices! ¡Esos soldados te matarán! ¡Aúnque intentes desviarles su atención, si tan sólo me nombras, te harán lo mismo que a Pere! ¡Et si ven aqueste gigante contigo aquí que no dudarán en apretarte las sienes y las entrañas hasta confesar lo inconfesable! -Inazio parecía asustado, requiriendo una huida rápida-.

Notas de juego

Confírmame que quieres quedarte y te actualizo. Si sigues a Inazio hago también lo propio.

Cargando editor
17/10/2014, 22:28
Felipe Perez León

Maldita sea, malditos, mierda. Una sarta de maldiciones y de improperios salían de la boca de Felipe. Mientras como podía se apresuraba a seguir al joven que le había salvado la vida, hacia escasos minutos. Más por intuición que por raciocinio.Trato de ser tan rápido como pudo pese a su lamentable estado.

Hayy, joder como duele. Y a parte de huir y adentrarnos en una tierra inhóspita e indómita que más tienes pensado. Porque si no terminamos en la hoguera como el herrero sabe dios que Alimañas o carroñeros nos esperan en el monte Alcillo

Notas de juego

si creo que nos apartamos de la inquisición.

Cargando editor
18/10/2014, 13:24
Narrador

Salísteis los dos como alma que llevaba el diablo. Inazio iba en la vanguardia, y miraba monta abajo para comprobar el paso de los soldados. Se veía una mancha oscura y pequeña que subía (aunque no andaba excesivamente lejos de la ermita que ahora dejábais atrás). En cuestión de minutos llegásteis casi a la cima del Alcillo, donde el terreno era el más escarpado de todo el monte (lleno de peñascos, rocas y algún acantilado con soberbia caída).

Cargando editor
18/10/2014, 13:26
Inazio

¡Hay que subir, Felipe! -decía instándote a escalar-. Nos esconderemos justo en la cima: si esos soldados llegan aquí no se atreverán todos a escalar con esas armaduras tan pesadas. ¡Hay que darse prisa!

Cargando editor
18/10/2014, 17:42
Felipe Perez León

¡Estas loco!, nos despeñaremos en este ascenso, casi prefiero que nos cojan.

O no crees, y si probamos de rodear, en algún sitio quizás haya menos pendiente, o haya algún escondite. 

 

Cargando editor
19/10/2014, 18:26
Narrador

Inazio parecía un poco desesperado ante las negativas de Felipe. El muchacho, natural de Atuña, intentaba convencer al pardo de que no había otra alternativa. Ya lo había intentado en la ermita, nada más despertar del letargo contra aquel tipo enorme, y ahora cabíanle a éste las dudas. Y de nuevo trató de convencerte que no había más que correr, correr, y ascender, hasta que la tierra se agotara para no ser capturados.

Sin embargo, debido a esta poca cautela y dubitativos debates, dos soldados de eran la vanguardia del pelotón que ascendía salieron de un par de arbustos, sorprendiéndoos casi por la espalda. Uno os apuntaba a corta distancia con un arco y el otro tenía la lanza como cargada, dispuesto a haceros picadillo con ella. Entonces uno de ellos gritó.

Cargando editor
19/10/2014, 18:31
Soldados

¡¡AQUÍ ESTAAAAAA!! -le costó ciertamente gritar, pues la altura era considerable con respecto al terreno en muchas leguas alrededor- ¡¡AQUÍ ESTÁ EL HUIDO!! ¡¡Y HAY OTRO CON ÉL!!

Oísteis rápidamente el sonido de pisadas moviéndose ahora más deprisa, y al mirar hacia abajo comprobásteis que la mancha negra ascendá cada vez más rauda (fuera de toda formación, pero sin detenerse).

Y vosotros -os dijo el de la lanza-, ¡no os mováis ni un ápice!

Cargando editor
20/10/2014, 22:44
Felipe Perez León

No podía, le faltaba el aire y se sentía débil. Cuando se percato de las palabras de los soldados, en sus ojos se reflejo la tristeza de haber perjudicado al que minutos antes le salvo el pellejo. huye, yo les entretendré. quiso ofrecer una mas que evidente inútil treta, para al menos no le reprochara su intención de ayudar a su causa. Antes que fueran apresados le recordó que fue su hermana quien le alentó a buscarle y que pasara lo que pasara, el se ocuparía de que no le faltara ni trabajo ni cariños.

Y ya con la conciencia tranquila, encaro se a los soldados con la mano en el mango de su arma, sin mostrarse amenazante pero si dueño de su destino.

¿Quien os manda? responder.

Coff coff  tosió e intento recuperar el aliento.

Cargando editor
26/10/2014, 11:38
Narrador

Ante tu pregunta, los soldados nada dijeron, sólo si limitaron a correr hacia arriba, cruzándose contigo sin siquiera rozarte, pues ambos dos íbanse tras de Inazio que ante tu heroismo marchó zancada arriba. Pronto se encaramó a unas rocas y los dos soldados hicieron lo propio, solo que no pudieron, por lo que dieron un rodeo a la cúspide del Alcillo. El enorme jaleo procedente de la ladera se hizo cada vez más frecuente, y vístes ya claramente una masa casi uniforme de soldados y armaduras sobre éstos, que subían el monte. Tu estabas allí en medio, dispuesto a huir por donde fuera (aunque en realidad no había escapatoria alguna si no era delatando la posición de uno).

Y antes de pensar siquiera el esconderte tras una roca o un arbusto, observaste cómo por debajo de la mesnada de soldados que ascendían venía otro grupo de personas más heterogéneo. No parecían soldados, no lo eran, sino que eran gentes corrientes: aldeanos, campesinos y agricultores. El grupo de soldados se giraron sobre sí, extrañados por la marcha que les cogía bajo los pies, y tu te acercaste unos pasos hacia abajo para observarlo bien. Apenas podías creer lo que veías: aquellos vecinos, que no podían ser sino de la pequeña Atuña y quien sabe si de otros sitios (había unas cincuenta cabezas) parecían estar haciendo frente a los soldados, que era quince ,"contantes y sonantes". Éstos parecían ser desbordados, y enseguida uno de ellos recibió un palazo en la cabeza que pareció dejarlo seco, a manos de un hombre viejo con pintas de leñador. Además, entre todos ellos, viste claramente a una mujer que iba al frente de la marcha: Brixida, la hermana de Inazio. Y parecía no temer nada a esos soldados.

Fue entonces que en plena ladera del monte, se formó un escándalo, una pelea, una lucha.

- Tiradas (9)

Notas de juego

A continuación voy a usar las "reglas de combates de masas" (yo no las tengo descritas en las reglas, sino que "tiro" de manual para hacerla, según propone el módulo que estamos jugando), pues se enfrentan dos bandos. Ésto lo jugaré yo automáticamente, ya que no estás dentro del choque de masas (y te lo resumo a modo informativo):

Soldados (Bando Defensor):
·  Número de Hombres: 15.
·  Calidad: Tropa Normal.
·  Líder: Soldado (Mando 50%).
·  Moral: 50%
Aldeanos (Bando Atacante):
·  Número de Hombres: 55.
·  Calidad: Tropa Irregular.
·  Líder: Brixida (Mando 155%).
·  Moral: 60%

____________________________________

Movimientos en el tablero:

-La proporción INICIAL de tropas entre ambos bandos es de 3/1
-Empate por Líderazgo -- SIN MOVIMIENTOS DE COLUMNA
-Los Soldados ganan por Moral --DOS COLUMNAS HACIA LA IZQUIERDA POR PIFIA ATACANTE
-Atacante por sorpresa --1 COLUMNA HACIA LA DERECHA
-Defensores mucho mejor armados --1 COLUMNA HACIA LA IZQUIERDA

----RESULTADO DE BATALLA: 6  "DESBANDADA" (el defensor [Soldados] huye).

 

  • Bajas (las bajas incluyen muertos, heridos abandonados en el campo de batalla y los prisioneros):

Soldados: 6 bajas
Aldeanos: 31 bajas.