Partida Rol por web

Espero que lo que haya visto no sea una salida - digo antes de fijarme en los brillos del fondo. ¡ah, era eso! bueno, eso me tranquiliza, de momento...

Vigilo a todos lados, movimientos en el lago o cualquier peligro que pudiera sufrir el pequeño, mientras espero a que este vuelva hasta nosotros.

Sanider se quedo esperando... ¿Que es ahora este pequeño, una urraca? Por lo menos podía haber avisado de que iba a hacer. El clérigo no estaba preocupado por su compañero, pero si este moría no tendrían quien buscase trampas y puestas secretas. ¿Cuanto pueden aguantar bajo el agua los de su especie?

Tomtom era un tipo singular. Estaba bien decidido a no meterse al agua hasta que vislumbró la posibilidad de obtener beneficios personales, de modo que como siempre, su avaricia lo impulsó de cabeza al peligro. Era algo que sucedía constantemente, algunas veces en presencia de sus compañeros, algunas veces a solas.

De modo que el mediano estaba acostumbrado a esos cambios de humor que sufría, y no les daba importancia. Algunos lo llamaban loco, chiflado, inconstante y muchas otras cosas. El se limitaba a vivir la vida según sus caprichos, y era feliz.

Así, Tomtom decidió continuar hacia adelante. Aún no había obtenido ningún beneficio, y ya que estaba allí, no ia a marcharse. El mediano continuó buceando hasta alcanzar la burbuja, e intentó atravesarla por las buenas, sin saber si necesitaba encontrar una puerta o algo similar antes...

No te pensaste demasiado hasta donde debías ir, sólo sabías que necesitabais aire y probaste, quizás, en el sitio menos probable. De todas maneras, tu intuición fue buena, pues ahora estabas pisando el suelo delante de las tres puertas, como si no estuvieras dentro de una cúpula bajo el agua y sí, podías respirar.

Fuera de ese lugar, donde estaba el agua, tú ahora sólo veías oscuridad y al intentar sacar la mano viste que era como si hubiera una pared en medio, te era imposible regresar donde tus compañeros. Sólo había tres posibles lugares a los que ir y era atravesar uno de los portales que ahora tenías delante.

La espera os empezó a poner nerviosos, aunque no escuchasteis nada en aquella cueva ni vistes nada amenazante, quizás, eso os lo hizo aún más largo, pero llegó un momento en el que ya era imposible que vuestro compañero siguiera respirando debajo del agua y no había rastro de él por ninguna parte.

¡Vamos, Tomtom, deja de jugar, sal de una vez! - Digo mientras vuelvo a mirar con respeto el agua, temiendo que finalmente me tocaria entrar en ella. No era miedo, hacia tiempo que no tenia esa sensacion, pero no me gustaba sumergirme en agua, la armadura pesaba y amenazaba con ahogarme y mis brazos, fuertes en tierra firme, se movian torpemente en el agua

Elros cada vez estaba mas preocupado por su compañero. Maldita sea, esta tardando demasiado. Pensaba mientras andaba de un lado a otro demostrando lo nervioso que estaba.

Conocia a Tomtom y sabia que habia salido de situaciones mas peligrosas que esta, pero aquel lugar seguia sin gustarle nada y aquello era lo que realmente le preocupaba.

¿Que hacemos? ¿Entramos a buscarle? Tarda demasiado. Pregunto el elfo a sus dos compañeros.

Los minutos pasaban y no había rastro de Tomtom...  pero tampoco burbujitas en el agua...

Por la de los elfos ni de coña dijo recordando las terribles historias que sus hermanos le contaban cuando era pequeño, en las acampadas. Eran criaturas viles, sádicas, ue si te pillaban desprevenido podían clavarte... una daga... hasta el fondo.

Nadie en su sano juicio iría por una de esas puertas de abraza árboles.

Tú no estas en tu sano juicio, ¿sabes? dijo una voz en su cabeza

¡Tú calla!

Por la morada menos. Ese tipo dijo señalando a la calavera tiene pinta de no haber comido en semanas, mejor por la de en medio... se animó, acercándose a la puerta y abriéndola.

¡A la mierda, no voy a dejar que se ahogue, pero me va a pagar una buena cerveza en cuanto salgamos de aqui! - digo mientras me introduzco, con cierto cuidado en el agua, con el escudo en la espalda y la espada envainada. Cada paso que doy lo hago tras comprobar que es seguro hasta que el agua me llega al cuello, momento en el que tomo aliento e introduzco la cabeza bajo la superficie, con los pies quietos a ver que puedo ver.

Maldito mediano... ¿De verdad esperas que me meta ahí con todo el peso que llevo encima? Sanider estaba algo incomodado por la situación. ¿Y si ahí no hay salida y este lago pasa a ser nuestra tumba acuatica? El clerigo siguió maldiciendo al mediano mientras comenzaba a inspeccionar más de cerca el lago. Ademas, si realmente se podía pasar y el paladín se metía y el no que clase de cobarde parecería. Finalmente saco la antorcha siempre ardiente. Con esto veremos un poco mejor ahí abajo dijo mientras se colocaba al lado del enano con cuidado de no caer en alguna fosa en el lago.

Elros vio como sus compañeros comenzaban a internarse en el agua. A el no le parecia una buena idea, pero tampoco se lo parecia quedarse solo en aquel lugar que tan poco le gustaba.

Tras unos segundos de duda y de grandes suspiros, decidio acompañar a sus compañeros bajo las aguas de aquel lugar. Bien, si no hay mas remedio. Penso mientras se dirigia al agua con cara de pocos amigos.

¡Ey enano!, dame un minuto que me quito esto. No quiero terminar en el fondo del lago sin poder ni moverme. Dijo Sanider al mismo tiempo que empezaba a quitarse la armadura. Aquella quincalla era muy util para parar espadazos pero un verdadero dolor de muelas cuando se trataba de moverse con ella. Si yo fuera tu me imitaría. Por lo que he leido los tuyos no aprecian demasiado el agua jajaja

me quito la armadura y el escudo y lo meto dentro de una de mis mochilas, luego las dejo juntas y las ato con una cuerda, que agarro con la mano izquierda, llevando en la espalda la espada y sumergiendome, mientras mis dos perros, se quedan en la orilla junto a mis mochilas.

tras ponrse la armadura a la espalda Sanider saltó al agua, aquel sin duda fue el peor error de su vida.