Partida Rol por web

-La magia no apesta.-contestó sin darse cuenta Raknor.

Qué poco sabían sus compañeros que la magia era lo que realmente les mantenía vivos, la propia energía de la vida y en el fondo, de toda la naturaleza. Pero también de los elementos básicos y complejos.

Hay luz. Alegremonos. El virote de mi ballesta seguía iluminando el camino. No me fiaba de las luces rojizas.-Aunque... con éstas luces rojas... me recuerda a esa "posada" donde nos llevó Korn la última vez. Con las lámparas dentro de cristales y telas rojas.

-Era una posada muy rara, nadie dormía en las camas, y todas las chicas querían dormir conmigo... nos lo pasamos bien.-El recuerdo no era precisamente malo.

Cada uno de vosotros se puso a observar lo que sabía que podría ayudaros, aquello en lo que sabía que erais buenos, pero todo factor sorpresa se echó a perder cuando las palabras de Raknor hicieron que Korn se riera a carcajadas e hiciera un comentario bastante grosero sobre el tamaño de los pechos de las mujeres de aquel lugar.

Estaba claro que si había algo por ahí cerca ya sabía que alguien se estaba acercando, aunque el águila del druida estaba muy tranquila como para que eso pareciera probable.

Como no había nada que ver ni más caminos que seguir, pues era una cueva simple y extraña hasta decir basta, continuasteis caminando por el único sitio posible, por el que no había ni huellas, ni trampas ni tan siquiera musgo por ninguna esquina y eso, que al girar en la única curva que hizo el camino os encontrasteis con que aquella galería se ampliaba, sólo que estaba llena de agua.

Quedándoos en el borde os daba la sensación se que estabais como en una playa, en la que primero se os mojaban los pies y que si os seguíais metiendo os iría cubriendo el agua y encima, alrededor no parecía haber camino alguno para cruzar.

No veíais el final de aquella galería, pero parecía que siempre quedaba espacio entre el techo y el agua, aunque no parecía que por las paredes hubiera grieta alguna o forma de pasar sin mojaros.

-Creo que no hay nada más que odie en éste mundo que el agua en una cueva... a saber que criaturas habitan ahí.- a Raknor se le veía algo enfadado con lo que tenía delante. Suspiró y siguió hablando. -Demasiadas malas experiencias, los no-vivos pueden moverse en el agua sin ahogarse.

-Al menos no es nieve. 

Sacó la mano de su bolsillo y en ella brillaba una moneda de cobre. La arrojó al agua y esperó a ver que si el suelo era seguro.

Le hice una señal al águila para que sobre volara la zona. Con la luz del fondo creada por Raknor y la información que podría darme mi compañero quizá nos fuese suficiente para saber como actuar.

Aquello era extraño, demasiado extraño. No sabía bien como reaccionar, no sabía que hacer ni como interpretar aquello que estaban viendo, se sentía bastante perdido, como "desubicado" como si aquella tierra verdaderamente no les perteneciese. 

El agua seguramente fuera segura, pues no habría rastros de vida alguna en la zona, aunque como bien dijo su compañero, los no vivos podían poblarla. Eso hizo estremecerle por completo. Después contempló a su águila como sobrevolaba la zona.

A pesar de la luz, Raknor no alcanzó a ver casi nada dentro del agua, esperaba que sus compañeros tuvieran los ojos más activos que él, que aunque no era miope, no se le daba bien distinguir las formas en la oscuridad.

 La muchacha élfica paseó su mirada por encima de aquella superficie oscura y resplandeciente que era el agua en aquella cueva. Buscando cualquier suporte o froma de cruzar alternativa, pues como a Racknor no le hacía ni pizca de gracia meterse en aquella agua.

 Como aventurera cargaba con multitud de cosas que pudiera necesitar, pues no era posible saber que encontraría más allá, ya fuera en un bosque, una ciudad, unas alcantarillas, en una montaña, un desierto o en una cueva, con lo cual su mochila estaba cargada hasta los topes, y en consecuencia pesaba bastante... por lo menos por la muchacha de delicada contitución, lo último que le acía falta era meterse en el agua y que la profunidad de esta no la dejara mantenerse en la superficie para respirar.

 Así que sus ojos buscaban una alternativa. Mientras se preguntaba si podría haber otro acceso menos visible pero más seguro que aquella cueva.

Allí, bajo el agua, lo que parecía ser o bien muy profundo o bien muy lejano, pues desde donde estabais y con el resplandor rojizo era difícil de adivinar, había alguna cosa que brillaba. Dependiendo del ángulo parecía que era de color verduzco, azulado e incluso púrpura a veces, pero si lo mirabais con más atención casi se podían ver los colores por separado.

Era imposible saber lo que era y sólo sacabais en claro que estaba sumergido en aquel agua que a saber lo que tenía dentro.

 La mirada escrutinadora de Sianna se detuvo. Sus ojos élficos taladraban la superficie del agua.

 - Hay... hay algo allí abajo.- Anuncia al resto.- No... no sé que es, parece una piedra o algún objeto inanimado.

 Dice mientras señala en la dirección, para que el resto lo pueda ver, o por lo menos centrar sus miradas donde devieran. Por su tono y su postura, no parece que tenga muchas ganas de adentrarse en el agua para ir en subusca.

-Pero, ¿Qué tamaño tiene la piedra?- preguntó Raknor.

Se concentró y empezó a mover la moneda por las profundidades de la charca, para acercarla a donde decía Sianna y poder ver que era.

-Si fuera pequeño podría sacarlo del agua con mi conjuro.

- Mmmm, sinceramente me parece imposible ver su tamaño. De todas maneras sería mejor que no movieras el agua, al menos de momento. No sé que puede haber allí dentro y en los lugares desconocidos es mejor no molestar a los elementos, nunca sabes lo que uno se puede encontrar. De todas maneras, prueba a usar tu magia, quizá puedas atraer aquello que brilla en el interior.

Vuestro compañero lanzó el conjuro, pero no tuvo que mantenerlo demasiado tiempo para saber que no levantaría lo que quisiera que hubiera bajo el agua, o bien porque era más grande de lo que él creía, o porque estaba bien sujeto. Había algo, fuera lo que fuera, que le impedía llevar a cabo lo que quería.

-Crann, lo que brilla en el interior del agua es mi moneda, a la que he lanzado un conjuro.

Estos druidas, toman demasiadas hierbas raras sólo para probarlas... luego no me extraña lo locos que están.

-Y con poder teleconi... tilekine... tele... con mi poder de mover cosas con la mente, no logro sacarlo.

-¿Alguien quiere bucear? ¿Alguien quiere ir el primero?

 Sianna que andaba en silencio mirando los juegos de manos de Raknor, intenta de mantenerse en un segundo plano, intentando evitar de que alguien reparara en ella.

 - Preferiría que fuera otra... u otro, el que se metiera en el agua, luego me queda el pelo horrible.- Tras el comentario apunta.- Además, nunca se me ha dado demasiado bien eso de nadar. No todos los altonatos crecemos en bosques virginales...

Me quede parado observando algo en el agua que yo aun no habia visto y el resto si. Por es os habiamos detenido.Solo veia la moneda que nos alumbraba el camino y mire de nuevo al frente. Para luego volver a mirar a mis compañeros de grupo hablando sobre el tema.

No entendia nada y parpadee varias veces mientras me rascaba la cabeza intentando quitarme de la cabeza a aquella pelirroja y a aquella rubia de seductoras caderas, que me estaban acompañando mientras avanzabamos por aquellos corredores desde que Raknor, menciono aquella fantastica noche que pasamos en el burdel. La sonrisilla que me acompañaba recordando a aquellas mujeres se evaporo cuando me di cuenta que posiblemete habria peligro.

¿Se puede saber por que narices nos detenemos mirando el agua? Solo es agua en una cueva.- Comence a adelantarme mientras avanzaba y me ponia en cabeza, no sin despegar el hacha de mis manos siempre preparado para cualquier peligro.

Si nos vamos a parar por una sombra en el agua que lo mas seguro que sea una piedra, vamos a tardar una eternidad en recorrer esta galeria. Porque os recuerdo que estando en una cueva todo lo que veis es y sera piedra.- Solte una risotada haciendome gracia con mi propio chiste. Comence a avanzar mascullando entre dientes y negando levemente con la cabeza, ya que tenia ganas de acabar cuanto antes y no pararme con cualquier cosa. Mi habia propuesto llegar a la hora de cenar y me gustaba cumplir lo que decia.

Pese a que tuviera prisa por avanzar, no baje la guardia y mientras avanzaba me fijaba en aquello que habia hecho detenernos. Pero yo solo veia piedras....

Me quedé observando a mis compañeros y miré sorprendido ante la reacción de Raknor y la poca utilidad de su magia. Luego me di cuenta que no sabía bien a que me refería. Quizá él no tenía los ojos tan dispuestos a ver algunas cosas, a ciertos humanos muchos detalles se les escapaban. Volví a echar un vistazo hacia abajo, seguía pensando lo mismo, no quería perturbar la tranquilidad del agua. Si ninguno de mis compañeros se atrevía a darse un chapuzón, lo mejor sería seguir adelante y quedarnos sin saber que era aquello.

- Así habla un tipo con un buen par.

 Una sonrisa se dibujó en los labios de Sianna, le gstó el estallido de masculinidad y determinación de Korn. Pero a pesar de la sonrisa, ni su postura atenta ni su mirada alerta indicaban que hubiera relajado la tensión de estar en un sitio desconocido y peligroso.

 Estaba preparada para cualquier complicación.

Al ver a Korn entrar en el agua tan decidido musité una oración por su alma y acerqué con mi mente la moneda brillante a él...para que pudiera ver con claridad cerca de él. Aunque estuviera en el agua.

-Espero que el par sea de agallas de las de verdad, de las de los peces, porque si no lo vamos a tener complicado en el agua...

Korn con la convicción o la poca sesera que le caracterizaba se metió al agua tranquilamente, con el hacha en la mano y aunque estaba algo fría no protestó ni cuando se le mojaron esas partes con las que un hombre tiene ciertos problemas en esos casos.

El agua le fue cubriendo como quien se metía en una playa, aunque la pendiente era un poco más pronunciada y para cuando quiso darse cuenta y echó otro pie hacia delante se dio cuenta de que ya no había más suelo ahí delante y que después de eso, cubriría lo suficiente como para no poder seguir llevando su hacha en las manos.

Por lo demás, nada intentó comérselo así que suponíais que no había nada peligroso en el agua. A no ser claro, que estuviera acechando.

Eso sí, para él lo de ver algo que no fuera agua... estaba complicado.