Partida Rol por web

Alguna que otra protesta hubo en la posada claro, sobre si podían o no terminar de desayunar, pues a saber cuando sería la siguiente comida en condiciones que podríais hacer, por lo que aún tuvisteis algo de tiempo. Además, os dieron comida como para tres días antes de salir de allí, que con todos los que estabais, era mucha comida para un lugar tan pequeño.

La cosa sucedió como siempre que se va en grupitos. Unos a lo suyo, otros por aquí... que si éste os acompaña...

En definitiva, terminasteis mirando a una zona muy hermosa, en la que se veían cascadas, árboles en flor y una enorme montaña. A vosotros os había tocado la zona oeste.

Hasta aquí todo indicaba que el mayor peligro que ibais a correr era el que os apareciera un conejo y os resbalarais sin querer, hasta que dos pasos más hacia delante os disteis cuenta de que a otros dos pasos delante vuestro, en lo que sería siguiendo el mismo sendero que estabais pisando, había una pequeña franja de unos cincuenta centímetros en la que no había absolutamente nada que no fuera el esqueleto de plantas y aún era más chocante cuando un desazón comenzó a recorreros al no escuchar nada, ningún sonido que no produjeráis vosotros... Ni los pájaros cantaban y eso, que después de esa " franja muerta " seguían viéndose aquellas maravillas de la naturaleza en un paisaje digno de los relatos del mejor de los bardos.

- Yo no me voy a acercar más. - El aldeano al que le había tocado dejaros allí se puso detrás vuestro no sin antes escupir al suelo, queriendo olvidarse de la cercanía de aquel lugar. - Aún os lo podéis pensar. Ya os han dicho que el que entra no sale ¿ no? - Era un hombre delgaducho, desdentado y quedamos por el sol. Casi era un pellejo con forma de hombre.

Me llamaba la atención esa extraña franja con vegetación muerta. Era raro que una un espacio tan pequeño esté rodeado por millones de plantas y que ese vacío de vida no se extienda.

Ya estaba a las puertas del lugar que generaba tanto miedo, pero yo no iba a darme la vuelta. Quería la recompensa y por eso no iba a cambiar mi decisión. Madre, ya te llevaré el dinero que necesitas...

-Por mi, no hay problema. Soy lo suficientemente fuerte como para no rendirme tan fácil. Estoy confiado en que podré salir de aquí.- digo, comenzando a caminar.-Me sigues, chico del arco?- completo. 

Después de un camino agradable por una campiña idílica llegamos hasta esa zona muerta que hiere a la vista , como una cicatriz en un bello rostro.Me giro a mis compañeros y les digo
-Por fin llegamos hasta la zona en la que el mal impera y se muestra como una linea de yerma muerte , una frontera física a partir de la cual la gracia de los dioses espera a aquellos con suficiente coraje como para entrar y recordarle a los malvados que ellos no gobiernan el mundo. Entremos pues , no por ansias de una recompensa sino por hacer aquello que es justo, aunque con ello es cierto que ganaremos justa recompensa. Pero no entremos con codicia , porque el mal al mal llama y puede que si esas son nuestras únicas motivaciones , no logremos salir con bien de ese lugar.

observando tanta hermosa naturaleza, me vinieron miles de recuerdos de mi infancia y juventud jugueteando y trepando arboles con mis hermanos...

mucha mala vibra me da ese espacio de naturaleza, pero no se vino a fumar en pipa y comer, como dios manda... "obvio que te sigo camarada, adelante" diciendo esto, hago señas para dar animo a la chica que la noto demasiado callada...

Antes de que el clérigo terminara de decir aquellas palabras, el aldeano que había ido allí con vosotros salió por piernas, sin demasiadas ganas de permanecer allí más tiempo del necesario y como era de rigor, escupiendo al suelo y diciendo unas de esas palabras supersticiosas que uno siempre ha escuchado en alguna ocasión.

La única que no abrió la boca para nada fue vuestra compañera, que lo miraba todo como si en algún momento esperaba a que algo fuera a pasar.

Uno y otro, fuisteis pasando aquella franja hasta el paisaje dejó de parecerse a lo que había tras ella desde el otro lado.

Ahora era de noche y seguía sin escucharse demasiado, aunque ahora sí que soplaba el viento, pero en un terreno en el que no había absolutamente nada. Allí donde antes estaba la exuberante vegetación ahora sólo había el esqueleto de un árbol con un cuervo encima que os miraba atentamente.

No había hierba sobre el suelo, sólo terreno seco y pedregoso. No había río... aunque se podía ver el camino que un día siguió aquel que habíais visto. Ahora estaba tan seco como todo lo que había en aquel lugar. No hacía nada de frío, más bien, el aire estaba cargado de una forma que parecía que os hubierais metido en un mausoleo cerrado durante muchos años a la gente. La montaña sí seguía en pie y la entrada que habíais visto desde fuera intacta.

No se escuchaba ni se veía nada. Tampoco parecía que tuviera mucho que ver un lugar como aquel.

La escena se iba modificando para mal, pero a mi no me asustaba en lo más mínimo. Estaba decido en enfocar mi camino hacia la mazmorra a la cual nos adentraríamos para llevar a cabo nuestro "trabajo". Mis ansias hacían que siga caminando, pero debía permanecer en compañía para tener un mejor resultado.

Entonces, decido esperar a mis compañeros. A este paso, mi mano derecha ya estaba próxima al mango de mi hacha, estando alerta ante cualquier suceso. La otra, secaba un poco el sudor de mi frente, producto del raro calor que se percibía. Parecía que tampoco había viento, situación reflejada en mi tiesa capa.

-Asqueroso paisaje. Nada atractivo, en su totalidad. Deseo llegar cuanto antes a la mazmorra; allí seguro hay mejores cosas...- digo, algo molesto por el paisaje, mientras voy pateando tierra y rocas con algo de fastidio.

Impactado por el paisaje muerto que ofrecía el lugar, me pone ansioso empezar de una vez la misión por la que vine a esta parte del mundo, aburrido, le hablo a viktor "ya me estoy impacientando, quiero empezar ya. me imagino que estas igual, compañero"

El paisaje desolador que nos rodeaba , el silencio , el olor a mausoleo... eos es , todo esto me recordaba a un mausoleo de esos viejos y abandonados.Veo como la impaciencia crece en mis compañeros de manera que aprovecho la escasa luz para echar un buen vistazo alrededor un poco confundido por la pronta lelgada e la oscuridad.
-Bueno muchachos sera mejor que avancemos hacia aquella entrada y veamos que se cuece por estos andurriales alejados de la gracia divina

- Pfff si esto va a ser igual mucho tiempo va a ser lo más aburrido que hayamos podido hacer nunca... - La voz de Kiara sonó al fin, pues aquella mañana, parecía haber hecho un trato con alguien para no hablar demasiado.

El cuervo sólo os miró pero lejos de asustarse parecía incluso sonreír en una de esas muecas que ponían los pelos de punta.

Aquel lugar daba escalofríos, sobretodo, pensando en lo idílico que parecía desde fuera.

La entrada de la cueva no tenía inscripción alguna. En realidad no tenía más que piedra un poco descascarillada por la erosión que producía aquel aire caliente, porque estaba claro que allí no llovía demasiado o habría alguna cosa verde. En los primeros dos metros de cueva, que era lo que se veía desde donde os hallabais, tampoco se veía nada más que piedra seca y arenilla y piedras más pequeñas que se habrían desprendido de la cueva hacía ya mucho tiempo.

Ya estábamos de cara a la tan esperada y misteriosa mazmorra. La ansias que siento en este momento son enormes, tanto que, sin importar lo que digan mis compañeros, comienzo a recorrer su interior. Investigo cada rincón, con cautela, estando alerta por si ocurre algo. Espero que haya algo más que piedras...

-Esperan algo? O tienen miedo?- digo, mirando de reojo a mis compañeros, mientras camino a paso firme y con decisión. Yo no iba a cambiar mi idea. Ya estaba aquí y no me iba a ir fácilmente, más si necesitaba la recompensa y algo de diversión. Mi hacha estaba lista para atacar en cualquier momento, siendo cargada en mi hombro, mientras la hago girar un poco como si estuviera jugando con ella.

Esperando respuesta de mis compañeros, veo como se adentra viktor para la mazamorra, "espera camarada, sino quien te cuidara la espalda..." diciendo esto, sigo a mi compañero hacia adentro de las mazamorra, con ansias de acción.

Viktor no era de esos que esperan a que los demás tomen la iniciativa, así que en cuanto la cosa se paró un poco decidió seguir hacia delante, y sin más, entró en la cueva, en la cual de tuvo que detener dados unos pasos.

Desde fuera, se veía un lugar oscuro, sin luz alguna, pero cuando había avanzado por su interior poco más de un metro algunas piedras de las paredes comenzaron a iluminarse con un tono rojizo, lo cual, os daba luz, pero tampoco resultaba demasiado agradable, pues ponía nervioso a cualquiera.

Al fondo, se veía como el camino comenzaba a descender, aunque al menos, la piedra estaba muy seca y no resultaría un camino peligroso si tomaba más pendiente, al menos, no por el momento.

Todo estaba tranquilo y los únicos ruidos que se seguían escuchando en aquel lugar eran los que vosotros mismos hacíais.

Esto no será tan fácil como parece.... comente mirando como se encendían las luces y sonriendo de medio lado Estar atentos a posibles trampas les dije comenzando andar dentro de la cueva atenta a todo, fijándome en los detalles,

Pues ya no solo por si había alguna marca o señal si no para quedarme perfectamente con el camino de salida. Mire hacia atrás esperando que el resto de nuestros compañeros nos siguieran.

Una sensación extraña recorre todo mi cuerpo al ver esas luces rojizas atento a todo chicos... a la vez me recorre adrenalina y unas ansias de acción.   

Me lllamó un poco la atención lo que había pasado con las llamativas luces en las paredes, pero quise seguir adelante para terminar comenzar de una vez a recorrer esta mazmorra. Las ansias y la adrenalina aumentaban de manera progresiva en mí a medida que iba recorriendo el lugar.

-Lindo espectáculo de luces. Veremos que más hay de interesante aquí dentro.- digo, mientras bajo mi hacha y la empuño, casi arrastrándola por el piso. Cada paso sonaba fuerte, producto de la determinación con la que lo hacía.

Segui con paso firme a mis compañeros, que parecían estar andiosos por adentrarse en la oscuridad bajo tierra.Pero pronto la osciridad fue lo menos preocupante cunado la luz rojiza comenzo a brotar de las apredes dándole a todo un aspecto sanguinolento. Al menos el suelo era firme y seco.
Miro a mis comapñeros , que por fin parece que etan atentos a los que nos rodea , pero no puedo dejar de sentir una sensacion de mal aguero que me sigue desde que vimos ese arbol pelado y a su ave de mal aguero.
-Compadres , sera mejor que estemos atentos a todo lo que nos rodea , pero no olvideis tambien vigilar vuestra alma , un entorno como este puede jugar malas pasadas a nuestras mentes , si alguno se siente raro que por favor lo comente , recordad que mi deber no es solo cuidar de vuestros cuerpos , sino tambien de vuestras almas.

Con los mensajes tratándoos de alertaros todos seguisteis caminando por el único camino posible que había, ya que por suerte, en los primeros metros no había ninguna bifurcación a la que prestar atención.

El camino continuaba bajando suavemente, sin demasiada pendiente todavía, hasta que al girar a la izquierda en el primer recodo, la cosa cambiaba y os topasteis casi de pleno con que el camino se acababa para dar paso a una galería que, contra todo pronóstico, estaba llena de agua.

Si os hubieran dicho ahí arriba que ahí iba a hacer agua de alguna clase casi os hubierais echado a reír, sobretodo, por lo seco que estaba apenas tres o cuatro menos más arriba.

La luz roja seguía iluminando aquello, pero estaba claro que la cueva no podía terminarse ahí y aquel agua tampoco olía tan mal como para que corriera por ninguna parte.

extrañado de que alla agua en un lugar tan seco, pero un poco contento de que alla agua -vaya lugar compañeros, que misterios se ocultaran bajo el agua-  pensando un poco en voz alta y comienzo a examinar el lugar, prestando atencion a todo y anhelando un lindo bosque donde poder tirar a fumar su pipa...

Tras caminar un poco, me resultó extraño ver agua en el lugar. Cómo llegó esto aquí? A pesar de lo raro, no parecía que haya algún tipo de riesgo y traté de acercarme un poco para ver mejor lo que había en esa parte de la cueva.

-No les parece llamativo esto? Voy a inspeccionar un poco...- dije, levantando el hacha y tomándola con ambas manos, apurando un poco el paso por mis ansias. -Perdón sacerdote, pero tengo que conocer más el escenario de nuestra encomienda. Cuanto más sepamos, mejor. Trate de no depender tanto del "señor", sino más de su valentía.- comenté a mi compañero, mientras seguía con mi andar.

¿-Acaso te burlas de los dioses? ,¿ o te he dado algun motivo para que pienses que mi valor no esta a la altura de mi fe? - digo un poco molesto por el desprecio velado a mi labor divina mientras me hago a un lado para dejarle pasar.
Observo con cuidado el entorno mientas la luz rozija no deja de meterme una sensacion de mal aguero en el cuerpo.
-El agua debe venir de abajo , o tal vez se trate de una treta para disuadir a los curiosos tal vez haya alguna puerta oculta , sera mejor que nos repartamos la pared y busquemos a ver si encontramos algo antes de intantar algo en el agua.