Partida Rol por web

La elfa se acercó sigilosa por el borde del río, tras ver el ataque de Harvek se precipito a atacar. Tras notar un escalofrío recorrer su cuerpo, lanzo el conjuro hacia el goblin herido por el enano.

El hacha de mano de Harvek avanza a través de los matorrales para clavársele al goblin en el hombro. A continuación, el rayo de puro frío de Selena le impacta, haciendo que al goblin aterrorizado, se le pare el corazón y caiga.

Alexia asintió para si y agarró una de sus jabalinas. Siguió a sus compañeros. Decidida, lanzó el arma por el hueco entre los matorrales, tratando de aprovechar el descuido de los trasgos.

La jabalina silbó; con toda probabilidad, impactaría.

Adam optó por hacer lo mismo que todo y buscarse un disparo desde su propia orilla, por el mismo hueco que todos habían buscado. Su flecha iba a ir directa al corazón, de no ser porque el corazón al que apuntaba se congeló de golpe, Adan cambió de blanco en una décima de segundo, pero desgraciadamente la precisión no fue la misma y el disparo fue un poco "al bulto".

Milar se adentra en la maleza buscando el hueco preparado por los goblins para disparar, mientras encala una flecha en su arco corto. Al soltar la cuerda, la flecha se clava en la garganta del malherido goblin con la jabalina clavada en su pecho, y sonríe al ver que cae al suelo.

-Éstos están despachados, eran unos vigilantes poco eficientes- os dice. -¿Que hacemos? Se escuchaban ladridos dentro.-

Miro a mis compañeros tras el trabajo bien hecho y le doy palmadas en el hombro a todos los que tengo cerca, me seco el sudor del momento:

- Hemos estado muy bien. Una buena avanzadilla, creo que debemos esconder esos cuerpos o retirarlos un poco a ver si esos "perros" salen a ver que pasa y acabar con ellos de forma fulminante. ¿Alguien tiene otra idea?

La muchacha sonrió a Harvek. Admiraba su entereza; le respondió con un gesto similar, ajustándose la carga de su mochila, hacha y jabalinas poco después.

Y mirró a su alrededor. El río, la hilera de arbustos y varios cadáveres. Ciertamente, no iban a pasar desapercibidos, y... quizás tirarlos río abajo no sería una idea muy afortunada. Podrían ser avistados fácilmente.

- Diría que sí, debemos esconderlos. En los arbustos - hizo un gesto hacia los mismos rápidamente, mientras se aprestaba a arrastrar un par de cadáveres. Podría fácilmente con un par de hombrecillos como estos. - No tenemos mucho tiempo y de otra forma podrían verlos.

- Los perros van a ser un problema importante, nos olerán y ladrarán... Y lo último que queremos es enfrentarnos a todos los goblins que puedan vivir aquí, solo queremos rescatar a sus rehenes. Pero supongo que sin avanzar y ver lo que hay será difícil tomar decisiones...

-Escondamos los cuerpos y adentrémonos en  la cueva, no tenemos tiempo que perder, a demás si pillamos a los perros por sorpresa menos ruido harán. Mire a mi alrededor buscando un buen sitio para esconder a los goblin

-Milar podías ir tu delante de nosotros, ya que eres mas sigiloso, que te parece? 

Mientras escondéis los cadáveres de los goblins y la elfa pregunta al pícaro sobre la idea de que avance, os dáis cuenta de que no está con vosotros. Miráis en derredor al escuchar de nuevo los ladridos y seguís sin verlo, os miráis los unos a los otros y a los pocos segundos, veis que sale de la cueva de forma sigilosa, a la vez que los ladridos dejan de escucharse.

-Tenemos varios problemas- os explica. -He podido ver que los ladridos son de dos lobos que hay encadenados en una caverna lateral al pasillo principal de la cueva. Ni siquiera me han olido, están ladrándose y peleando entre ellos, por lo que imagino que no habrán alertado a nadie, lo harán continuamente. El pasillo por el que se adentra la cueva parece estar fuera del alcance de la cadena de los lobos y quizás podamos pasar por ahí. Además, el sonido del riachuelo retumba en la cueva, por lo que posiblemente amortigue algo del ruido que podamos hacer mientras estemos cerca de él. La mala noticia- continua -es que la cueva está totalmente a oscuras, los malditos goblins ven perfectamente en la oscuridad, por lo que no he podido ver mucho más.- concluye.

Miro a Milar sorprendido de su celeridad y exactitud, tras recuperar mi hacha arrojadiza, me meso la barba y espero el veredicto de mis compañeros. La oscuridad no iba a ser un problema para mi, ni para los de mi raza, pero los humanos si tenían ese problema, tampoco los elfos necesitaban fuentes de luz para ver en la oscuridad.

- Hm, se darán cuenta si entramos con antorchas. Buen trabajo, Milar. - Alexia reconoció la astucia del halfling. Desde luego, tenía una mente aguda y demostraba un gran talento para las fullerías. Quizás demasiado. Pensando en esto, la guerrera torció los labios por un momento. No tenían mucho tiempo para trazar un plan. El tiempo seguramente corría en contra de sus patrones.

- Haremos esto. Quienes puedan ver en la oscuridad irán delante. Yo iré justo detrás; y me fiaré de vuestros sentidos. Estad muy atentos, cualquier error podría costarnos la vida.

Milar se dio cuenta de que estaba llamando demasiado la atención para con sus compañeros de viaje y eso no lo quería, tendría que ir con más cautela en cuanto a ese sentido, hubiera preferido seguir el viaje y no meterse en ese embrollo en el que se encontraban, pero no tenía otra opción ahora, así que tendría que echar una mano en lo que pudiera.

 - Podemos ir a ciegas, si es lo que queréis, pero recuerdo una cierta trampa atrás en el camino indicándonos que estos seres apenas se fía de quien puede entrar en su territorio, si vamos a ciegas y nos encontramos con alguna de esas tretas seguramente caeremos todos... Se quedó un instante pensativo y dirigió miradas a aquellos que sabía podían discernir algo en la oscuridad... - A no ser que los que nos puedan guiar tengan los sentidos muy desarrollados y encuentren esas trampas... en ese instante recordó que la última fue el goblin capturado quien les avisó...

Después de hablar se encogió de hombros como quitando importancia a todo, dando a entender que le era lo mismo, y en cierto modo era así, no era mucho de planear las cosas y actuaba según el momento y circunstancia, pero a veces le venía el sentido común...

Os acercáis a la cueva según lo planeado, todos juntos y con pasos precavidos mientras el mediano os advierte. Una vez pasáis  el umbral, observáis lo que os contó Milar, a vuestra derecha se abre una cueva iluminada con una tenue luz, donde dos figuras están jugueteando. Cuando las miráis se giran a vosotros y se os quedan mirando fijamente, con la boca entreabierta. Alcanzáis a ver que están encadenados a unos grilletes clavados en la pared, y detrás de ellos, la caverna sigue en la oscuridad. Hacia adelante, comprobáis que la cueva sigue por el mismo lugar por el que viene el arroyo poco profundo hasta donde alcanza la poca luz que entra por la entrada de la caverna. Comprobáis también como se abre un estrecho pasillo hacia la izquierda, justo donde empieza la zona oscura.

Harvek os explica que parece ver como el estrecho pasillo de la izquierda, tiene una pendiente hacia arriba y que parece estar lleno de guijarros, por lo que ve desde aquí. También os comenta que ha visto que detrás de los lobos, sube en pendiente una abertura estrecha llena de escombros y basura. Selena os advierte que más adelante, por donde sigue el pasillo principal y a una altura de 20 pies, un puente de madera cruza de forma perpendicular, conectando dos pasillos laterales de un piso superior.

-Creo que la mejor opción seria ir por el camino de la izquierda, si tenemos suerte conectará con el puente del fondo. Voy caminando con cuidado por el agua, tengo que proteger mis libros, no se que haría si los perdiera.

Harvek asintió las palabras de la elfa pues por lo que había visto parecía el sitio más limpio. Si no encontraban nada ya tendrían tiempo de andar por los desperdicios dejados por los goblins, seguramente.

Milar va junto al grupo callado y escuchando las indicaciones que decían sus compañeros, parte de lo dicho ya lo había visto él, iba con cautela y pies de plomos, de hecho caminaba de tal manera que parecía no estar allí, inclusive sus compañeros podrían pensar que había vuelto a desaparecer como la última vez que se internó en la cueva...

No diría que camino tomar, pues parecía obvio y estaba seguro que tomarían una buena decisión, tan solo estaba espectante a ver que decidían los demás, normalmente diría cualquier chuminada pero estaba experimentado en situaciones similares y sabía que el silencio era una arma en aspecto.

La muchacha se sintió más segura con sus compañeros una vez entraron el cueva y confió en sus sentidos. Quizás su confianza estaba más puesta en Harvek, ya que éste había demostrado una gran entereza y sentido común a lo largo de toda la aventura hasta el momento, y le era bastante conocida la afinidad del pueblo enanil con las grutas y los entornos cavernosos. Además, temía un poco por la maga Selena; no quería que la elfa se arriesgara innecesariamente por culpa de sus limitaciones.

Se mantuvo alerta; estaba pendiente de cualquier ruido extraño, quizás más que lo habitual puesto que no podía contar con su vista. Aunque para su pesar, la cota de mallas tintineaba con cada movimiento que daba. Alexia era una gigantona y sus pasos no eran precisamente fáciles de disimular. Hizo lo que pudo, haciendo acopio de su voluntad, recordando que no podían fallar en esta misión. Agarraba su hacha con fuerza en todo momento, mordiéndose los labios con cada gesto, con cada movimiento.

Miró hacia su derecha, hacia las figuras encadenadas.

- Esperad... - musitó. - ¿Qué es eso? ¿Son los lobos?

Adan se quedó retrasado, sus ojos de humano no eran muy útiles en aquella oscuridad y prefería ir tras el grupo, con el arco en la mano y una flecha en la cuerda, aunque destensado. Desde una posición retrasada podía conseguir un mejor disparo... si tenía luz para apuntar.

A los pocos segundos, la elfa os señala a la oscuridad, por encima del camino por el que va el río en el lugar donde os comentó que estaba el puente. De repente los lobos empiezan a ladrar, pero la maga os tranquiliza ya que el goblin ni se inmuta, por lo que parece están acostumbrados a los ladridos de los lobos. Alexia os señala detrás de los lobos, al parecer ha visto una luz que baja a la pared de detrás de la cueva, parece que por ahí hay otro pasadizo. Mientras os lo explica en susurros, el enano pisa un canto rodado del ríachuelo, lo que le hace resbalar y provocar que su arma golpee su greba, lanzando un sonoro tañido por la cueva. La elfa de repente os indica  que el goblin lo ha oído y está mirando hacia vosotros, sin duda alguna os ha visto.

Por otro lado, el tañido ha alterado a los lobos, que ahora véis que ladran con más fuerza. Uno de ellos ha salido corriendo a vosotros hasta que la cadena lo ha parado. La mala noticia es que parece que con el tirón ha aflojado un poco el grillete que lo mantiene atado a la pared.