Partida Rol por web

¿y donde le gustaria hablarlas?.- digo señalando una zona especialmente oscura, cercana al bar.- ¿Puedo invitarla a mi morada para discutir el tema?

- Entonces ya no tendrás excusa John, si me descubren tu correrás mi mismo destino.

Contesto rauda, dejandole claro que por muy independiente que sea, mi maldición podría llegar a afectarle, tanto si continuaba ayudándome o si solamente pretendía saber algo más sobre mí.

- ¿Estás dispuesto a arriesgarte?

La miro desafiante.- ¿Que es la eternidad sin riesgo? Ademas, soy amigo personal de Lavenko, senascal de esta ciudad, asi que no creo que tenga demasidos problemas si las cosas se ponen mal.

Mi casa esta alli, justo enfrente, en el sotano de ese edificio. Tranquila, solo quiero hablar un rato contigo, tal vez pueda ayudarte.

Llegado a este punto empiezo a preguntarme cual de los dos está jugando más con el fuego. Si el caricativo independiente amigo del senescal o yo misma.
Vuelvo a atravesarle con la mirada, en busca de lo más profundo de su ser y que me dirá si puedo o no confíar en él.

Ves en su aura un profundo y visceral odio, una mancha mas oscura que la noche misma, tambien mucho dolor arrastrado. Por lo demas, seria como el aura de cualquier otro vastago.

La casa de John es un sotano pequeño pero bien acomodado, acogedor y moderno.

Sonrío después de mirarle de una manera que más de uno se preguntaría si había cometido algún error, si había desvelado algo que no debería.

- ¿A encontrar la muerte final John?

Le pregunto como si de verdad me divirtiera lo que había contemplado.

- Eres un torrente de odio que desemboca en un mar de sufrimiento. Tengo la sensación de estar esperando el amanecer si continúo contigo.

- Fui prisionero del Sabbat hace 15 años.- le explico sin importarme si eso se refleja o no en mi aura.- Hay cosas que no podre olvidar ni perdonar jamas. ¿Necesitas alguna otra explicacion?

- No, ninguna.

Sigo manteniendo esa sonrisa en mi rostro, divertida y emocionada por el rencor que guarda al Sabbat. Pocas veces había descubierto esa cantidad de odio y sufrimiento en nadie y poder volver a sentirlos en el gangrel no me desagrada como bien puede comprobar.

- Te acompañaré a tu jardín.

Entras en casa de Jhon y todo parece normal. El tipo no hace nada raro pero de pronto comienzas a sentirte debil y mareada.

Cuando veo que parece enferma me acerco algo precupado.- ¿Estas bien? ¿Esto es parte de tu maldicion?

No tengo tiempo de mirar la disposición de su casa y pronto me sujeto a la pared para evitar desplomarme. El motivo de éste mareo no me resulta dificil de descifrar, aún así era algo que podía llegar a pasar.

- La cena.

Es evidente que no me encuentro bien, pero no por ello pierdo la sonrisa que había adoptado cuando descubrí el odio de John, como si siguiera disfrutando por lo que ahora mismo me pasaba.

Dejo que se caiga al suelo, calculo que tardara como mucho otro minuto.- Si cielo, eso mismo fue, la cena. El chico al que mordiste tiene una enfermedad en la sangre muy rara. No te matara pero acepta mucho a nuestro organismo, durante un par de horas iras al pais de los sueños y cuando despiertes daras algunas explicaciones sobres quien eres. Mientras pienso registrate y buscar informacion de ti por mi cuenta, asi que olvidate de mentir o sera mil veces peor. Creeme cielo, se aprenden muchas cosas sobre la tortura en un sotano del sabbat.

Me tiemblan las piernas, el suelo empieza a balancearse como si de un barco se tratara, empiezo a escuchar un pitido en los oídos que va en aumento y que apenas me permite escuchar lo que me están diciendo, aunque el golpe contra el suelo acaba resultando ovbio.
Desde el, intento darme la vuelta lo justo para conseguir mirarle antes de que se vaya. Ya no puedo hablar, pero consigo terminar por girarme y volverle a sonreir como invitándole a no tardar mucho en su investigación y regresar pronto para que me demuestre lo que aprendió.

Eilis y Alexei esperanron en la casa largo rato. Ninguno de sus compañeros regresaba y el amanecer estaba cercano.

En esa noche habian revisado cada palmo del apartamento y el edificio, explorando todas las posibilidades de uida si fuera necesario, por el tejado, por la salida de incendios, por el montacargas del final de la escalera...

Cuando comenzais a poneros nerviosos todos vuelven como en una pequeña oleada y ninguno con cara de alegria.

 Ya me estaban preocupando, pensé que tendríamos que buscarlos. No vienen con buena cara, así que he de asumir que tuvieron inconvenientes. Que fue lo que sucedió?

Me levanto de mi silla y les ofrezco asiento a mis compañeros, que tienen pinta de necesitarlo. No los miro con cara de juez, sino esperando algo de información.

 Aunque el rostro de Casco sigue oculto, todo su lenguaje corporal indica disgusto y preocupación, cuando Alexei le ofrece asiento se deja caer en el, hasta ahora siempre había preferido estar de pie

-tenemos pulgosos en la ciudad- dice con tono bajo, luego añade -me pareció oler a cinco, luego nos encontremos con una pareja... extraña- si gira hacia Jox -¿tu notaste algo raro en esas dos?, porque a mi me dio una impresión muy rara- y se queda esperando la respuesta de Jox

"¿Me equivocare o el habra notado lo mismo?"

Jox se encogio de hombros ante las palabras de Casco.

Yo pude detectar cinco rastros; todos de peludos; tres mujeres y dos hombres, rastros antiguos pero fuertes  y respecto a la pareja que hemos visto; Lupinas; las dos o eso diria yo.... añadio se les escapo en la conversacion que en el tumulo tenian a gente nacida bajo la luna llena; no tengo muy clara la jerarquia lupina pero si se que un tumulo es una especie de capilla pero a lo hombre lobo; de hecho juraria que la mas agresiva estaba en celo sonrio tronando las vertebras; el cuello nunca le acababa de encajar bien despues de una transformacion, por simple que fuera.

Estaban furiosas, rabiosas, me extraña que no acabaramos a tortas con ellas; sin embargo parecian mas preocupadas por el tal Cante-en-la roca informo Jox con tranquilidad como si fuera lo mas normal del mundo vivir una situacion violenta con un par de peligrosas licantropas seguramente uno de su manada que no tienen ni idea de donde puede estar; aunque visto el informe que nos ha dado la jefa sobre el objetivo....bueno, digamos que tengo mis sospechas de donde poder encontrar al susodicho....

Casco no parece del todo convencido -pero, ¿las dos eran peludos?.. por un momento me parecío... que una de ellas era una cainita-

el pensamiento de una garou junto a una vampiresa era extrañísimo, al menos para casco, pero es lo que le había parecido

En efecto, tu instinto te dice que os la han podido jugar... cualquiera puede fingir ser un garou si dice cuatro palabras sobre tumulos, aunque no sepa que son... con mas facilidad si eres un gangrel....