Partida Rol por web

La plaga ardiente

El paso de Duvik

Cargando editor
02/03/2015, 11:42
Guardián

Los rumores que habían llegado a vuestras orejas eran ciertos, el paso de Duvik, lo que era antes un pequeño pueblo famoso por su yacimiento de vetas de plata en su mina, ahora era un pueblo en decadencia. Donde quisiera que mirarais, atisbabais algun síntoma donde estaba siendo asediado cierto tipo de enfermedad. Caminantes tosiendo, otros con dolores de cabeza...e incluso la paranoia estaba haciendo mella, pues la gente se había vuelto arisca por el miedo a ser contagiada.

Si bien es cierto, también había ciudadanos que no presentaban ningún síntoma a simple vista, por ejemplo aquellas mujeres que recogían agua con un cubo de madera del río que atravesaba todo el pueblo, y allí, en medio de dicho río, niños jugando salpicando agua entre ellos mientras reían y revoloteaban.

Independientemente de vuestras razones, habéis llegado a el paso de Duvik recientemente siguiendo el camino del sur, donde allí, en las puertas del pueblo habían 2 guardias estacionados. Mas bien que guardias, parecian milicias, que con cierta reticencia os dejaron pasar no sin antes advertiros que extremarais las precauciones si no queriais ser contagiados.

Os sentís cansados del viaje, vuestras botas están llenas de polvo del camino mientras que vuestros pies os suplican clemencia y un descanso, así que decidís ir a la taberna de La pala de Madera, sin embargo parece que esta medio vacía. La poca gente que hay ahí dentro transmiten con su rostro tristeza y están borrachos para olvidar la mala racha que están pasando. El tabernero del lugar esta sirviendo una cerveza a uno de sus clientes, y una vez acaba de servirsela, va limpinando la barra con un pequeño trapo de tela. Podeis vislumbrar también a 3 personas sentados en una de las cinco mesas redondas que hay en el local hablando entre ellos, sin embargo uno de ellos no tiene buena cara que digamos, y tose a menudo en un pañuelo que aguanta con su mano en la boca

 

Notas de juego

Habeis llegado por separado al pueblo, sin embargo os reunís todos en la taberna, no os conoceis, así que sería un buen momento interactuar entre vosotros y planear lo que vais a hacer

Cargando editor
04/03/2015, 12:14
Sir Auros Elmere

Sir Auros Elmere había protestado enérgicamente primero, y zarandeando al mozo de los establos después, pero no le había servido de nada. Su padre había insistido en que viajase a pie, y así lo había comunicado a la servidumbre. De modo que el primogénito de los Elmere había sido arrojado de su patria caminando como un vulgar plebeyo para, según su padre, comportarse como un hombre y ganarse el apellido que lucía junto a su nombre. Le habían dado una armadura vieja adecuada a su nuevo tamaño, y un pedazo de acero grande que cortaba más por peso que porque estaba afilada. Nada que ver con su armadura completa cubierta de encantamientos protectores y su espada mágica que cortaba el acero como si fuera seda.

No obstante, su imponente nuevo cuerpo le había servido bien durante el viaje. No sólo se cansaba menos gracias a su mayor potencia muscular, sino que su aspecto le había proporcionado un empleo de escolta de un mercader. Fue él quien le habló de la virulenta enfermedad que asolaba Paso de Duvik, y que había causado el declive de sus minas de plata. Sir Auros no era ningún sanador, pero con sus músculos, hiper desarrollados gracias a su nuevo metabolismo, podría sacar mucha plata de la mina. Y la plata compraba sanadores. Las puertas quizá se volvieran a abrir si contribuía a levantar de su miseria aquel pueblo de mineros desharrapados.

Sir Auros entró a la posada con un ademán poderoso y arrogante, caminando como si aquel sitio le perteneciera. Eligió el mejor sitio en el que sentarse, junto al calor del hogar, de espaldas a la pared y controlando la puerta. Apoyó el espadón contra la pared, al alcance de la mano, pues la estirpe de los orcos no era bienvenida en según qué sitios. Le hizo un gesto al posadero para que viniera a tomarle nota, una petición que seguro que le sorprendería:

-Un vino de sangre de fuego, en el vaso más limpio que tengas.

Cargando editor
04/03/2015, 13:35
Malwin

Malwin no había comenzado el viaje con buen pie. Tras escuchar los rumores sobre lo que estaba ocurriendo en el Paso de Duvik y decidir que emprendería la marcha hacia allí para tratar de sacarse unos buenos beneficios, uno de sus acreedores le descubrió y comenzó a perseguirlo por las calles de la ciudad. Logró darle esquinazo a él, pero no a los tres matones que se había llevado como "seguro de pago". Cuando Malwin le enseñó la tela del interior de sus bolsillos sin más contenido que varias pelusas, el amable usurero decidió cobrarse en especia. Así este peculiar guerrero tuvo que hacer una parada imprevista antes incluso de iniciar su viaje para visitar a un amigo sanador que le curase las heridas de la paliza.

Una vez recuperado (más o menos...) se acercó a los puestos de caravanas y preguntó por alguna que fuera al Paso de Duvik.

-No tengo dinero -decía-, pero puedo serviros de protección contra los maleantes del camino. Soy un guerrero de alquiler.

Su tentadora oferta solo logró convencer a un buhonero que viajaba con su mujer y su hija, recorriendo todos los pueblos para vender sus baratijas y enseres. Pensando que aquello sería mejor que nada, Malwin subió al carro preparándose para un viaje bastante más largo de lo que en principio pensaba.

Todo fue como la seda, o al menos tan bien como se puede esperar de un viaje de ese estilo. Sin embargo, la buena suerte acompañó a Malwin solo hasta la mitad del camino. Una de tantas noches en las que fue a buscar leña junto con la hija del buhonero, este los pilló entre unos arbustos y el "honorable" guerrero tuvo que salir corriendo. Por suerte pudo recoger su equipo y quedarse con una pequeña propina por los servicios prestados, aunque el amable y generoso buhonero nunca fue consciente de hacer ese donativo.

Así, varios días después Malwin llegó por fin al Paso de Duvik, con la suela de las botas prácticamente desgastada y la espada y el escudo a la espalda pesando como una condena. El ambiente que reinaba allí no hizo mucho por mejorar su humor, pero resignado como estaba ya, no le dio la más mínima importancia y se fue de cabeza a la taberna, donde se derrumbó sobre la barra con la cara enterrada entre los brazos.

Cuando recuperó algo de energía, levantó la cabeza y llamó al tabernero.

-Jefe, una cerveza. De la que sea. Menos de la que mata, si es tan amable.

 

Cargando editor
05/03/2015, 14:40
Dunkel Olten

Parece que los dioses ponen a prueba mi fortaleza! Exclamo cuando los guardias me advierten. Sus rostros muestran incredulidad. Encamino mis pasos al centro del pueblo observando la enfermedad que me rodea. Quizás su falta de fe haya sido castigada. Murmuro mientras veo a la gente enferma vagando por las calles. 

Una taberna aparece en cuanto doblo una esquina. Quizás allí pueda informarme de cuando y cómo comenzó esta miserable enfermedad. Pienso a la vez que me encamino al edificio.

Al entrar, un aire viciado golpea mi rostro. Elevando una breve plegaria para evitar contagiarme me dirijo a la barra. Vaya ambiente, pienso para mi mientras examino a los pocos parroquianos que ocupan el lugar. De pronto mi vista se deteniene y observo a un hombre en la barra, armado y con cara de cansancio tomando una cerveza. Ese es seguro extranjero, pienso. Mi mirada pasa entonces a un semiorco sentado en una silla al fondo del local. Sus armas y armadura me ponen en alerta. No confío demasiado en las abominaciones... Tras una última mirada tomo sitio en la barra. 

Amable señor, me gustaría tomar una cerveza fresca, si es posible. Ha sido un largo camino, del que sólo he sacado en limpio polvo en mi boca.

Cargando editor
06/03/2015, 18:14
Kiyra

Kiyra había llegado en la última caravana al Paso de de Dubik, intrigada por los sucesos que habían llegado a sus afinados oidos, decidio investigar sobre los rumores de que la villa había caido en desgracia.

Vislumbro con pronta rapidez, lo que parecía ser en otra epoca una buena posada. Asiendo un simbolo plateado que colgaba de su esbelto cuello, entro a continuacion al interior de la taberna.

La mediana entro y observo a los parroquianos que allí moraban -buscando algo o alguien que pudiera servirle-, una vez visto su objetivo, retiró la capucha de su capa azul añil y descubrio su rostro a los allí presentes.

Irradiaba una belleza ultraterrena, que no pasaba desapercibida para ninguna de ellos. Dirigiendose a continuación al tabernero, se subio a una silla y jugueteando con su talisman plateado, con un suave susurro, le pidio una bebida que paliara su sed.

Mi nombre es Kiyra y soy tu amiga!

Dime amigo, que sucede aquí, que os aflige, que le ocurre al poblado, puedo ayudaros! afirmandose en sus palabras, comenzando a sorber lentamente la hidromiel que su buen amigo le había servido, mientras que este le relataba toda la informacion de la que disponia.

Miraba a su vez en derredor y se fijo en varios aventureros, que por su aspecto obvio no eran de allí,  vio un guerrero, un semiorco con cierto porte regio y un paladín, al que miro fijamente intentando discernir su orden.

Bien, pensó- estos aventureros quizas sean de utilidad.

Volviendo a sorber, siguio eschuchando a su gran amigo

 

- Tiradas (1)

Motivo: saber religion

Tirada: 1d20

Resultado: 11(+3)=14

Notas de juego

-Kiyra utiliza aptitud del dominio de Encantamiento (acción gratuita), que añade +4 al carisma durante un minuto. Total Carisma 19.

-Lanzo conjuro de dominio encantamiento: Nivel 1, Hechizar persona.

Hago prueba de saber religión, para saber a que orden de paladines pertenece. Tirada 14

Pd. un saludo a todos, Kiyra es pequeña pero jodida, jejej!

vamos vamos

Cargando editor
07/03/2015, 04:30
Jeb

La llegada de Jeb a Paso de Duvik no fue accidental, ni bien se enteró de la plaga tomó su equipo, algo de comida para el viaje y las ganacias del día, unas pocas monedas, atrancó las puertas del viejo taller de su abuelo, donde trabajaba sin parar hace años, y se marchó. Llegar al pueblo no fué tan sencillo, pues la mayoría de la gente se alejaba de este, al principio se sintió desalentado, pero con el pasar de los días vinieron los recuerdos de viejas aventuras, lugares desconocidos, viejos amigos y pequeños tesoros y Jeb volvió a entusiamarse.

Llegó al pueblo cansado y lleno de polvo, en un viejo carromato destartalado de un hombre que venía a ver que habría sido de la familia de su hermano, un minero del pueblo víctima de la plaga. Le deseó suerte al hombre y comenzó a recorrer la calles semi desiertas, finalmente dió con lo que parecía una posada y decidió entrar.

Las pocas almas que encontró dentro eran unos borrachos y algunos rostros decrépitos, probablemente enfermos de la plaga, reflejo de la situación que había visto entrando al pueblo. Salvo por un par de espadas de alquiler que bebian, cada uno en su rincón, y la bella jovencita que parloteaba sin parar. 

Jeb se aproximó a la barra y de un ágil salto se sentó en una banqueta a unos metros de la bulliciosa niña. Mientras jugueteaba con una moneda de cobre entre sus dedos, se dirigió al posadero, rogando para sí que este lo escuche, pues se lo veía muy a gusto conversando con la joven.

- Señor... buenos días, una pinta de cerveza por favor, ¿hay alguna novedad del puesto minero?

Cargando editor
07/03/2015, 14:12
Guardián

El interior de la taberna enmudeció al ver entrar a un semiorco por la puerta. Ninguno de los que ahí estaban se atrevió a cruzarle la mirada mientras el avanzaba impasiblemente y se aposentaba en un rincón apoyando su gran espada junto a la pared. Cuando Sir Auros pidió tal exquisitez, el posadero tragó saliba, y dudando de sus acciones, se acercó temeroso para pronunciar unas palabras -Lo...lo siento...no tenemos aq...aquí tal exquisitez...solo tenemos hidromiel y cerveza convencional...- El posadero, tras decir eso, volvió a la barra y sirvió una jarra de hidromiel, pues creía que era de mejor gusto para ese semiorco. 

Mientras el pobre hombre, estaba mas pendiente de que Sir Auros no iniciara un teatro, llegaron en muy poco tiempo cuatro viajeros mas, cada cual mas pintoresco, un humano con espada y un escudo en la espalda, que parecía un poco rufián...otro humano pero, sin embargo este parecía que tenia mejores modales y su presencia era mas digna que el resto de los individuos que se encontraban ahí...una chica preciosa a ojos de cualquier hombre, y un pequeño gnomo que apenas llegaba a subir a el taburete. Les sirvió sus respectivas bebidas a todos y cada uno de ellos, sin embargo, parece que casi toda la atención se la llevaba Kiyra, pues estaba claro que al tabernero le atraía, y mucho.

Durante un rato no hubo ningun tipo de percance, el posadero estuvo hablando con la chica, pues le había preguntado lo que acontecia en ese pueblo

Dime amigo, que sucede aquí, que os aflige, que le ocurre al poblado, puedo ayudaros!

-pues verá bella dama-dijo aclarándose la voz- una enfermedad está asolando el pueblo, como ya has podido ver con esos ojos tan bellos-Dice sonriendo mientras deja ver su pésima dentadura- si no recuerdo mal...hace unos 4 meses que empezó todo esto y...cada vez ha empezado a caer enferma mas gente...

Fué interrumpido por el pequeño gnomo, al que miró con algo de recelo por haber truncado los deseos de seguir hablando con Kiyra pero, se limitó a contestarle

Señor... buenos días, una pinta de cerveza por favor, ¿hay alguna novedad del puesto minero?

 -La gente está preocupada, deberian haber llegado hace 4 dias de la mina, pero no hay ni rastro- dijo al gnomo mientras observaba que Kiyra también escuchaba- si ya decía yo que esas minas estan malditas!- dice mientras sirve otra jarra de hidromiel para invitar a Kyira, no sin antes volver a dejar ver esos dientes ennegrecidos como el carbón

Cargando editor
07/03/2015, 21:10
Kiyra

La mediana observó al gnomo y tras sopesar lo que le iba a ofrecer, decidio presentarse formalmente.

Mi nombre es Kiyra, y me siento mucha curiosidad por averiguar que esta sucediendo en este lugar, me vendria bien, siempre que quieras, haciendo un incapie en la palabra que quieras, hacer una visita a esas minas, he oido decir que los gnomos sois muy buenos en ese tipo de terreno.

Que dices, te animas? Por cierto como habias dicho que te llamabas? Me gustan esos artilugios con lentes de cristal, puedo tocarlos?

Tomate algo, mi amigo el tabernero te invita. Verdad amigo mio! Hablando al tabernero de negra boca.

Miro de soslayo tambien a aquellos tres guerreros, parecian ir por su cuenta, con toda probabilidad alquilarian sus espadas, pero Kiyra -palpando sus bolsillos, vio que no disponia de las suficientes monedas-. Asi que penso, la manera de embarcarlos, ya que el gnomo y ella mucho no harian si las cosas se ponian mal y les venia bien llevar una escolta. Quien sabe, parecian majos, hasta el semiorco, por la manera de moverse, parecia mas un noble caballero que un bruto sin modales.

Volviendo al camarero, CON VOZ FUERTE, PARA QUE LA ESCUCHARAN TODOS LOS PRESENTES, DIJO:

Sabes si van a enviar a alguien en su busqueda? Quizas sería bueno que fueran a investigar algunos valientes, quien se apunta. Mirando a estos tres, espero sus reacciones.

Cargando editor
08/03/2015, 17:44
Sir Auros Elmere

Sir Auros se había limitado a gruñir cuando el tabernero le había confirmado lo que ya se temía: no tendrían un vino decente en aquel pueblo olvidado de la mano de los dioses. Pero no montó ningún espectáculo, y aceptó la jarra de hidromiel cuando se la trajeron.

Para él estaba claro que el tabernero de dientes negros no cataba mujeres con la frecuencia que le gustaría. Su bolsillo había estado lo suficientemente colmado durante toda su vida para que no le faltaran mujeres cuando lo deseaba, de modo que las medianas siempre le habían resultado 'escasas de carne' para su gusto aún cuando era humano. Ahora que era un semiorco, no podía dejar de verlas como una niñas, por muy hermosa que fueran.

La conversación que ésta en particular estaba teniendo con el tabernero era perfectamente audible en aquel silencio opresivo, de modo que cuando la mediana levantó la voz, Sir Auros lo tomó como un intento de involucrar a los demás en aquello. El semiorco esbozó una sonrisa soncarrona, pero terminó diciendo:

-¿Malditas? ¡Malditas mis pelotas! -se rió-. ¿Esa es la excusa que ha utilizado la guardia para no ir a las minas, o han reconocido que estaban acojonados?

Notas de juego

Como la lías, Kiyra. El hechizar persona tiene componente somático y verbal, toda la posada te ha visto lanzar el hechizo xD.

Cargando editor
08/03/2015, 19:52
Kiyra

Notas de juego

Lanzó el conjuro, cuando toca su talismán plateado y le susurra suavemente. Lo de moverse, al ser un mediano, no paran de moverse a veces no....
Jejeje. La próxima vez lo especifico mejor.

Cargando editor
08/03/2015, 20:13
Dunkel Olten

Parece que la mediana tiene más energía que todo el resto juntos. Pienso mientras continuo con mi cerveza. Justo cuando voy a hablar, el semiorco toma la palabra. Vaya un vocabulario para usar en presencia de una dama, murmuro mientras dejo la jarra en la barra. 

Acaso está usted, frágil dama, pensando en marchar a las minas? Porque es sin duda donde parece que se esconde el mal que asola esta villa. Sin ir más lejos, yo mismo me juré ayudar en lo posible a erradicar el mal entre estas pobres gentes. 

Cargando editor
08/03/2015, 22:34
Kiyra

Vaya pensó, parece que esto se anima! Ya se van sumando voluntarios,  (con el gnomo ya contaba), solo falta el que sigue en silencio, mmmhhh no se si será de fiar, pero toda ayuda es poca.

AMIGOSSS, por favor venid y acercaros! Conozcamonos y brindemos por nuestra empresa. Mi nombre es Kiyra y soy una modesta aventurera como vosotros.

Si os parece bien descansemos hoy y partamos mañana al alba. Y si no teneis espera partamos ya, eso si , primero reunamos toda la información de la mina, no sabemos cuantos personas trabajan y como de grande es?

Dirigiendose a continuación al tabernero, le pregunta, Tu sabes algo amigo? Informanos por favor?

 

Cargando editor
10/03/2015, 04:26
Jeb

Jeb escucho atentamente todo lo que el tabernero decía sobre la enfermedad y la mina, mientras le dedicaba una sonrisa a la alborotada mediana, comenzó a hablar a toda velocidad con la voz algo chillona:

- Mi nombre es Jeb, un placer conocerte niña, estaría encantado de ir a visitar esa mina contigo y con alguna de estas espadas - dijo señalando con la cabeza para el lado de los guerreros.

Jeb apenas respiraba entre frase y frase, por fin alguien con quien conversar, pensó

- ¿¿ Estos lentes ?? Son una reliquia, eran de mi abuelo, están algo rayados, pero aun sirven, me gustan mucho!

Mientras hablaban le dirigió una mirada expectante al tabernero... - Cerveza o hidromiel, la que quieras... "AMIGO"...

Cargando editor
10/03/2015, 10:54
Malwin

Malwin había permanecido en silencio todo el rato, aguantándose las ganas de soltar el comentario que había pensado desde que vio a la mediana entrar por la puerta. 

¡Una mediana atractiva! Esto sí que es raro, amigo. ¿Cuántas posibilidades tendría de llevármela a...?

Entonces entró en la taberna un enano, que tuvo que dar un salto para subirse a un taburete de la barra. Malwin giró la cara para que no vieran cómo aguantaba la risa y fue entonces cuando se fijó en el semiorco que estaba al fondo del local, con una espada casi tan grande como él mismo a su lado.

¿Pero qué se supone que es esto? ¿Una feria ambulante? Si el único que parece normal es el que le ha pedido otra cerveza al tabernero, y nada más entrar se ha puesto a rezar.

Fue entonces cuando la mediana comenzó a hacerle preguntas al tabernero sobre las minas. Malwin agudizó el oído, interesado, pero pronto sus ilusiones de una paga grande y sobre todo, para una persona, se vieron destrozadas.

A ver; uno, dos, tres...Por mis cuentas de momento somos cinco. Somos muchos a repartir, esto no pinta bien para mis negocios...Aunque bueno, el tabernero ha dicho que las minas pueden estar malditas. No es que sea supersticioso, pero si tengo que enfrentarme a algo sobrenatural, prefiero tener a un semiorco a mi lado, la verdad. Y a un enano. Sí, al enano también. No debe ser mal cebo.

Malwin se levantó del sitio aferrando su jarra de cerveza y se acercó a la mediana, que estaba dando un discurso, pasándole una mano alrededor de los hombros y pegándose a ella. Mucho.

-¡Si vais a las minas, contad con mi espada y con mi escudo! Necesitaréis una mente ágil, resuelta, rápida y felina, junto con un brazo fuerte, firme, poderoso y tenaz.

A continuación se acerca al oído de la mediana con una sonrisa pícara en los labios.

-Y si a eso le sumáis que quien posea tan necesitados atributos sea un joven encantador, apuesto, aguerrido y atractivo, pues tanto mejor, ¿no es así, dulce...Kiyra? -completó la frase después de hacer memoria y recordar el nombre de la mediana en el último momento.

 

 

Cargando editor
10/03/2015, 11:31
Kiyra

Un adulador lo que faltaba, pensó Kiyra, y seguramente de manos ligeras. Cuando se acerco a ella para susurrarle a la oreja, la mediana le hizo la cobra. Adoptando un cariz más serio, exclamó:

No te confundas conmigo felino guerrero, y manten una distancia prudencial, si no quieres perder una extremidad. Asiendo una daga por el mango sin llegar a desenvainar, para reafirmarse en sus palabras.

Por lo demás eres bienvenido, quien soy yo para decir lo contrario, además estoy deseando ver tu  valentía y habilidad.

Por cierto cual es vuestro nombre?, pronuncio ya en un tono más relajado.

Notas de juego

La mediana tiene genio, cuidadin.

Cargando editor
10/03/2015, 20:09
Guardián

El tabernero carraspea y seguidamente apoya sus brazos en la barra, sin embargo, justo cuando el semiorco se levanta de su puesto, adopta una posición mas prudente, pues ciertamente se le veía que ese ser imponía.

 

Sabes si van a enviar a alguien en su búsqueda?

-Por lo que sé, y lo que he oído de la guardia, no irán por ahora a la mina. la guardia escasea en numero y necesitan todos los hombres aquí, para mantener el orden y ayudar a los enfermos en todo lo que puedan- dice mientras sirve una jarra de hidromiel desganado al gnomo- Y...si tenéis pensado ir estáis locos, aunque tal vez es eso lo que nos hace falta. Unos locos.- 

-¿Malditas? ¡Malditas mis pelotas! -se rió-. ¿Esa es la excusa que ha utilizado la guardia para no ir a las minas, o han reconocido que estaban acojonados?

El posadero, sobresaltado, se altera del susto que le ha propiciado Sir  Auros, pues lo ultimo que quiere es que se enfade y se ponga a destrozarlo todo -Los...L...Los guardias...no dan...a basto o....eso dicen...no se...-

Los tres hombres que habían sentados en una de las mesas del local, se levantan tambaleándose un poco y caminan hacia la puerta de la posada para salir de ella. -Apúntanoslo Thomas, a fin de mes te lo pagaremos todo, como siempre- dice uno de ellos. El posadero asiente y se despide de ellos, tras unos instantes, de debajo de la barra saca unas raciones de pan y queso rancio y se lo ofrece al grupo -No es mucho, pero os serán de ayuda si quereis ir a las minas. Las minas estan siguendo el paso del norte, por el sendero que lleva a las montañas a medio dia de aquí. Y por favor, si encontrais algun objeto, no os lo gasteis en el pueblo, lo ultimo que queremos ya es que hayan objetos malditos merodeando libremente por aquí...- da unos toquecitos con la palma de su mano en la barra para acto seguido tocarse la frente y la nuca. El grupo de aventureros se miran entre ellos con cara de interrogante pensando en que diablos esta haciendo con esos gestos -espanto a la mala suerte, no lo habéis visto nunca? es una tradición de el paso de duvik- sonríe- Pero bueno volviendo al tema, si vais a ir a las minas, partid ya, pues con un poco se suerte llegareis antes de que anochezca, o si lo preferíis puedo dejaros un par de habitaciones a mitad de precio...- dice mirando a kyiara embelesado

Cargando editor
10/03/2015, 20:48
Kiyra

Kiyra saltando de su silla, exclamó:

El tiempo apremia y si llegamos antes de que anochezca mejor, que decís. Cuanto antes lleguemos antes descubriremos lo que pasa y con suerte salvaremos a los mineros.

Además ya he descansado lo suficiente, por mi partamos, lo dejo en vuestras manos, despidiendose de Tómas su amigo, sale de la taberna tomando el camino sugerido en dirección a la mina, con sus nuevos amigosss.
 

Cargando editor
11/03/2015, 04:19
Jeb

Muchas cosas ocurrieron mientras bebía el jarro de hidromiel, en cuanto Jeb escuchó que el tabernero mencionaba algo sobre un objeto sus pensamientos se dispararon - ¿se tratará de algo mágico? ¿algo de mucho valor quizás? ¿joyas, gemas? ¿algún artefacto antiguo? Seguramente algo que ha permanecido oculto hace mucho tiempo... - cuando volvió a poner atención al entorno se dió cuenta que mientras fantaseaba Kiyra había organizado todo para partir hacia la mina, el tabernero les había dado suficiente información para llegar al lugar, y aunque los había llamado locos, parecía muy interesado en que alguien investigase el asunto de la mina. Incluso tendrían a esos tipos con espadas como compañía.

Jeb no pudo contener su emoción, bebió rápidamente lo que quedaba en el jarro, y con el rostro colorado saltó de su taburete al suelo exclamando:

- ¡¡¡Estoy listo para partir, marchemos cuanto antes!!!

Cargando editor
11/03/2015, 11:46
Dunkel Olten

Gnomos, semiorcos, medianas y libertinos. Todo juntito y con fundamento. Pienso mientras observo la bizarra escena entre el humano y la mediana. Ese acercamiento labio-oído, me propicia arcadas. Me cuesta confiar en un semiorco que debería lavarse la boca con piedra pómez, pero peor aún demuestra ser ese tunante. Quizás es una prueba de los dioses, murmuro.  

Yo he venido a ayudar a esta pobre gente. Los dioses así lo desean. Anuncio para ser escuchado. Sin embargo, hacer las cosas corriendo, trae, a menudo nefastas consecuencias, y si pensais que me voy a ir a una oscura mina sin saber quién me está cubriendo las espaldas, estáis muy, muy equivocados. Sé que la mediana se hace llamar Kiyra, y el gnomo Jeb. Pero quién eres tú, joven adulador? Y cómo os hacéis llamar, digo a la ver que giro mi cabeza hacia Aulos, musculado... busco la palabra apropiada, guerrero? Y antes de que tengan tiempo a contestar me dirijo al tabernero. Y, sobre todo, quienes eran esos tres que acaban de salir por la puerta, amable señor? Miembros de la guardia, tal vez? 

Cargando editor
11/03/2015, 20:53
Malwin

Al ver que Kiyra llevaba la mano hasta la empuñadura de una daga, Malwin levantó las manos en gesto defensivo dejando ver que a su mano izquierda le falta el dedo meñique.

-No es necesario ponerse así, pequeña dama, solo intentaba ser amable y educado.

Carraspeó mirando hacia otro lado, tratando de aparentar normalidad, como si no hubiera ocurrido nada y eludiendo la pregunta sobre su nombre. Cuando el posadero sacó las raciones y las puso sobre la barra, el guerrero soltó un silbido descontento.

-Genial, pan duro y queso rancio. La comida recomendada por todos los especialistas para meterse en minas malditas. ¿No tendrás por lo menos agua o vino o cerveza para llenar los odres? Que nos vamos a jugar la vida por vosotros...

Al ver el entusiasmo de Kiyra y Jeb soltó un hondo suspiro, más cuando el hombre de los rezos le volvió a preguntar por su nombre en un tono tan altanero. Malwin esbozó una media sonrisa y se irguió por completo, adoptando la misma pose orgullosa que su interlocutor e imitando su voz profunda.

-Decidme vos, extraño caballero, vuestro nombre primero, pues es de malandrines y rufianes preguntar por la identidad de los demás sin introducir la propia primero en la conversación.