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La Torre de la Espera

Capítulo III - El espejo despertado

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28/02/2017, 12:47
Narrador

El aventurero cerró con fuerza los ojos, llenó sus pulmones con todo el aire que pudo meter en ellos y asestó un golpe oblicuo que entró por el hombro derecho del esqueleto y salió por el lado opuesto de su tórax. Pero la espada no se detuvo ahí, siguió su camino descendente y pulverizó la cadera del otro oponente.

Tal vez los golpes anteriores habían debilitado los endurecidos huesos de sus enemigos, que habían aguantado durante más de un minuto las estocadas recibidas por el acero del joven, pero en ésta ocasión, ambos se desplomaron en sendos montones de huesos, acompañando así a su compañero caído en aquel osario improvisado.

Notas de juego

Via libre.

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28/02/2017, 15:05
Derfel

Rodeado de huesos, como si de un carroñero después de un buen festín se tratase, se apoyó contra la pared para intentar recuperar la calma. Si bien físicamente no había sufrido excesivo desgaste, mentalmente estaba agotado. Y es que Derfel estaba preparado para luchar con otros hombres, pero a lo que se estaba enfrentando escapaba de toda lógica.

Poco a poco le fue invadiendo una relativa calma que le permitió pensar con algo de claridad. 

A continuación decidió dirigirse hacia la cocina desde la que también le habían llegado sonidos antes del enfrentamiento con los esqueletos. Se acercó con sigilo a la puerta de la misma y echó un vistazo a su interior con sus armas bien preparadas por lo que pudiera suceder.

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28/02/2017, 16:01
Narrador

En el interior de la cocina el ajetreo era tremendo. Una cocinera, o lo que parecía el orondo fantasma de una, se afanaba en cocinar sin ingredientes, ni fuego, solamente moviendo cacharros, cuchillos y demás utensilios, como si simplemente lo hiciera por inercia.

Mascullaba para sí maldiciones. Se quejaba de todas las tareas que tenía que realizar y el poco tiempo que tenía para ello, como si realmente no fuese consciente de que tenía toda la eternidad por delante.

Ocupada como estaba con sus labores, el espíritu no se percató de los ojos indiscretos que la observaban desde el otro lado de la puerta de la cocina.

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01/03/2017, 08:00
Derfel

-Diablillos, esqueletos, y ahora... ¿Un fantasma?- Derfel no terminaba de salir de su asombro. Observó durante unos minutos la escena de la cocinera fantasma desde la puerta, y finalmente se decidió a entrar. Al hacerlo intentó llamar su atención golpeando con los nudillos sobre el marco de la puerta mientras decía en voz alta: -¿Hola?-

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01/03/2017, 11:19
Otilia

-¡Largo de aquí!- exclamó la fantasmagórica mujer al tiempo que una olla de barro se estrellaba contra la pared, a escasos centímetros de la cabeza de Derfel, haciendose añicos.

Era evidente que aquella manifestación era claramente hostil.

El chico se agachó para evitar la lluvia de fragmentos de cerámica que le cayeron encima y se quedó observando durante un momento a la cocinera que se había vuelto de espaldas a él y seguía trajinando, elaborando aquel menú ficticio.

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01/03/2017, 11:27
Derfel

Derfel se agachó en el último momento dando gracias a sus reflejos y a la mala puntería de la cocinera. 

Despacio, rodeo la cocina por su lado derecho para ir aproximándose a la mujer mientras le decía: -Perdone, no quisiera molestarla, pero quería saber si me podría ayudar-. Para ello utilizó el tono más amable de su repertorio y preparó su escudo por si era el objeto de otro lanzamiento de menaje por parte de la señora.

 

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01/03/2017, 12:27
Otilia

El espectro se giró muy lentamente hacia el guerrero con un cuchillo en la mano. Se quedó mirándole durante un instante con un rostro totalmente inexpresivo y entonces...

-He dicho que ¡LARGOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- atronó la voz de la cocinera mientras adquiría un aspecto aún más aterrador.

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01/03/2017, 14:59
Derfel

Ante semejante respuesta el pobre muchacho fue trastabillando hacia atrás mientras interponía su espada y escudo entre su cuerpo y el grito atronador que salía del espectro. Incluso le llegó el fétido aliento que salía de la boca del fantasma, un olor a cerrado, a tumba, como el olor de un animal muerto y en descomposición mojado por la lluvia. 

Siempre marcha atrás y sin quitarle la vista de encima, se retiró con las piernas flojeando y las nauseas subiendo por su garganta hasta que llegó a la puerta de la cocina. Una vez allí se dio la vuelta y salió rápidamente al pasillo, donde limpió sus pulmones del hedor que segundos antes se había abalanzado sobre él e intentó recobrar la calma.

No sabía que hacer. Recorrió el pasillo circular en busca de la puerta por la que había entrado a la torre hace horas.

 

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01/03/2017, 16:36
Narrador

Salió de la cocina con las piernas aun temblando por la impresión sufrida y se dirigió a su derecha, hacia la puerta sur, pero no había rastro alguno de ella por ninguna parte, tal vez Ashid se había confundido al decirle que había dos accesos en la torre, por lo que siguió su camino, rodeando el pasillo en busca de la entrada que él mismo había utilizado.

Pasó junto a unas pequeñas celdas, que contenían un jergón de paja podrida y una especie de aguamanil de peltre herrumbroso. Sin duda eran las habitaciones del servicio, y posiblemente era donde descansaba el cuerpo de guardia que acababa de abatir. A juzgar por los restos óseos que había en el suelo, o bien hubo un número más nutrido de centinelas, o algunos incautos menos preparados que él se habían topado con la ronda de ultratumba, pero de eso hacía mucho tiempo.

Llegó hasta donde se suponía que debía estar la puerta nordeste, pero solamente encontró la pared desnuda. ¿Qué clase de magia era aquella? Estaba claro que por allí no iba a poder salir. Abatido se quedó pensando que podía hacer, cuando del piso superior le llegó una cacofonía atroz de gemidos, llantos y alaridos de terror.

Notas de juego

Actualizado el Plano de la torre

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02/03/2017, 08:04
Derfel

Una sensación de asfixiante ahogo empezó a invadirle cuando se dio cuenta de que estaba encerrado en aquella torre. Al final iban a ser ciertos los rumores y temores acerca de ella y su maldición.

Una vez asimilado el hecho de su encierro pensó que podría intentar volver a subir a la azotea -Si es que todavía existía- y una vez allí ya pensaría en la manera de intentar salir o pedir ayuda. En esos pensamientos se encontraba cuando de la zona superior de la torre le llegó unos gritos que le helaron la sangre.

Se armó de valor y subió de nuevo por las escaleras para explorar de dónde provenían esos sonidos en las plantas superiores.

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02/03/2017, 10:11
Narrador

Con sumo cuidado, calculando cada paso, cada movimiento, cada sonido que producía, el guerrero avanzó, hasta la escalera de caracol. Pasó entre los huesos desperdigados de los guardas sin tocar ninguno, como si cualquier contacto con ellos fuese a revivir a los antiguos alabarderos. Echó un vistazo al interior de la armería, los cuerpos despedazados de los diablillos se habían disuelto en aquella sustancia corrosiva, dejando unas asquerosas manchas aceitosas en el suelo de piedra. Aún escuchaba a la cocinera rezongar y aporrear las cazuelas antes de decidirse a dar el primer paso.

Ascendió con cautela, esperando encontrar un ejército sediento de sangre en cada revuelta de la escalera. Llegó a la primera planta, en la que se encontraba la tesorería el espejo se encontraba tirado en el suelo, hecho añicos, insignificante e inofensivo. No quiso acercarse a él, ni siquiera entrar en la pequeña habitación.

La neblina verdosa se había ido espesando conforme ascendía y los lamentos eran cada vez más penetrantes y estridentes, al borde de hacer sangrar los oídos de cualquier mortal. Una presión constante martilleaba los tímpanos del joven mientras continuaba su ascenso en aquella torre de pesadilla.

Llegó a la segunda planta y lo primero que le llamó la atención fue el contraste con su anterior visita, ¿Cuánto hacía de aquello? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Siglos? Si anteriormente la luz había dañado sus ojos acostumbrados a la penumbra reinante en el resto de la construcción, ahora la ausencia total de ventanas hacía que aquel lugar fuese un pozo de oscuridad precariamente iluminado por la luz espectral y enfermiza que reinaba en el edificio.

Los lamentos venían del dormitorio, esa habitación “lujosa” en comparación con el resto de estancias en la que se había permitido el lujo de descansar unos minutos tras su huida de los bandidos.

Empujó la puerta entreabierta, rozando levemente el emblema del halcón grabado en su superficie y un frio intenso se apoderó de él mientras accedía al interior de la estancia. Allí, tumbada en la cama se encontraba el espíritu de una mujer, que se revolvía en el lecho como si sufriese un terrible tormento, una “presencia” junto a ella se desvaneció cuando Derfel atravesó el umbral y la estancia se quedó completamente en silencio, como dentro de un sepulcro.

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02/03/2017, 11:51
Derfel

El silencio sepulcral que inundó todo cuando entró en la habitación era casi más perturbador que los alaridos y lamentos que habían guiado sus pasos hasta esa estancia. Una vez dentro y muy despacio, con todos los sentidos alertas, se fue acercando al lecho sobre el que reposaba la imagen vaporosa de la mujer que ahora parecía descansar tranquilamente.

Se acercó tanto que sus piernas toparon con la cama, y una vez allí inclino su cuerpo lo justo para intentar tocar a la mujer en el hombro como queriendo llamar su atención.

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02/03/2017, 13:02
Narrador

Cuando los dedos del chico fueron a entrar en contacto con el hombro de la doncella espectral, ésta abrió los ojos y se desvaneció en el aire mientras mantenía su mirada fija en la del joven, suplicando ayuda.

El ambiente volvió a la normalidad, si aquello se podía considerar normal, y los lamentos volvieron a flotar en el aire, distantes entre la niebla ultraterrena que lo einvolvía todo.

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03/03/2017, 07:55
Derfel

Derfel ya no sabía qué hacer ante ese baile de espectros, esqueletos y demás seres de ultratumba. Estaba claro que se encontraba en otra dimensión, una dimensión donde la existencia de ese tipo de seres era posible, donde se rememoraban ecos pasados en la historia de esa torre y de las gentes que la habitaron.

Sumido en esos pensamientos se dio cuenta de que todavía le quedaba por explorar una parte de la torre... El sótano al que había intentado bajar poco después de haber entrado en ella y al que no llegó a bajar por no tener nada con qué iluminarse. Quizás ahora le viniese bien la fosforescencia verde que inundaba todo y lo iluminaba con un brillo mortecino.

Volvió a bajar corriendo las escaleras hasta encontrarse de nuevo en la planta baja y se dirigió hacia el acceso al sótano. Poco a poco comenzó a bajar los escalones que se internaban en las entrañas de la tierra.

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03/03/2017, 09:25
Narrador

Tal y como sospechaba, aquella luminosidad fantasmagórica había llegado a todos los rincones de la torre, incluido el sótano.

Descendió el tramo de escalera que no se había atrevido a utilizar antes y se encontró en lo que parecía el almacén del edificio. La estancia que ocupaba debía haber sido utilizada como leñera, a juzgar por la montaña de troncos podridos amontonados en la pared.

Desde su posición podía ver que la habitación contigua era una bodega, varios cestos desperdigados por el suelo que antaño debieron contener algún tipo de alimento, cajas y barriles apilados, y un botellero con alguna botella de vino, al parecer en buen estado.

Hasta donde le alcanzaba la vista no había nada fuera de lo común.

Notas de juego

Actualizado el Plano de la torre

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03/03/2017, 10:12
Derfel

En su bajada al sótano Derfel notó el ambiente algo más fresco que en el resto de la torre, algo que agradeció. Inspeccionó la habitación en la que se encontraba sin detectar nada reseñable excepto un montón de leña medio descompuesta de la que emanaba un aroma algo dulzón que no le resultó en absoluto desagradable después de lo que había tenido que respirar en las plantas superiores.

Sin detenerse demasiado en la leñera siguió avanzando para pasar a la siguiente habitación, la que supuso que sería una bodega por los elementos que encontró en ella. Revisando bien la estancia se fijó en que al fondo a mano derecha aparecía otra puerta que daba paso a un descansillo en el que volvían a aparecer más escaleras que seguían bajando.

Sin pensárselo demasiado comenzó el descenso

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06/03/2017, 12:48
Narrador

El fresco ambiente que tanto había agradecido al llegar al sótano, se fue volviendo cada vez más intenso conforme bajaba las interminables escaleras. El frio le mordía la piel y le provocaba unos temblores que le hacían castañetear los dientes. Su armadura casi quemaba al contacto con las zonas desprotegidas de su cuerpo mientras la niebla verde iba quedando atrás y la penumbra iba rodeándole poco a poco.

Descendió por la escalera en completa oscuridad y a punto estuvo de caer cuando su pie derecho buscó el siguiente escalón pero lo que se encontró fue con la lisa superficie de un descansillo. Había llegado al final del camino.

Avanzó unos pasos, con los brazos estirados, buscando a tientas una pared en la negrura en la que se encontraba sumido. Sus dedos congelados tocaron la cálida superficie de madera de una puerta, demasiado caliente para la temperatura reinante en el lugar. Siguió el borde de las tablas con el tacto hasta dar con una superficie metálica, tan caliente que casi quemaba en el centro de la puerta. En su imaginación se formó la imagen de una cabeza astada con la boca llena de colmillos afilados, abierta en un grito eterno.

Llegados a éste punto no tenía alternativa, por lo que se armó de valor y empujó con todas sus fuerzas.

Notas de juego

Continúa en Capítulo IV - Descenso al Infierno