Partida Rol por web

A Judith no le hacía ninguna gracia salir de "zona segura", pero no estaba dispuesta a ser una carga. Si esa gente quería sobrevivir, juntos tendrían aun más posibilidades.

-Yo voy con vosotros también. Puedo ayudaros a traer más cosas de un solo viaje. [Fr] Y puedo ayudaros a entenderos. [Fr]

-Excelente- dice James con una sonrisa-. Vamos antes que nos arrepintamos.

Se dirige con paso seguro hacia el ascensor pensando en lo facil que seria quedarse alli, sin salir, esperando a que los demas hicieran todo el trabajo. Pero necesitaba hacer eso, aunque sea peligroso, si comenzaba a pensar demaciado llegaria a un punto en donde se daria cuenta en que su situacion era mucho mas que dificil. Era desesperada.

-Miren hacia arriba, abajo, los costados, quien sabe que nos puede llegar a estar esperando en ese lugar...

Los cuatro supervivientes del barco volvieron al ascensor. Clara le dio al botón 12, la única planta en donde podrían salir sin ningún problema aparente del ascensor. Tal y como habían planeado, la planta 12 estaba bastante desierta, excluyendo al grupo de infectados que parecían bastante entretenidos con su banquete al extremo opuesto de donde se dirigían. Ni siquiera se fijaron en ellos.

Clara permanecía con la pistola sujeta con fuerza mientras miraba en todas direcciones. Cada vez que pasaban una puerta no podía evitar mirar en su interior a través de unos agujeros bastante grandes que había en estas. Robb, James y Judith iban cerca de ella, James parecía un caballero de la época del rey arturo, blandiendo la espada de forma elegante, Robb continuaba con la capucha tapada, con la llave inglesa en la mano, que tantas veces le había sacado de apuros, y Judith con otra de las espadas, parecía una amazona a punto de entrar en pelea, con todos los sentidos a punto.

Llegaron hasta las escaleras y comenzó el descenso. De vez en cuando se escuchaba algún que otro gemido proveniente de otras plantas. A pesar de ser lejano, aquel sonido les ponía los pelos de punta.

Planta 11.... planta 10... planta 9...

Al fin habían llegado a la planta 9, donde se encontraban los almacenes. Ya estaban cerca de la puerta a la que los estaba guiando Robb... un par de metros a lo máximo... y...¡PUM!

James recibió un gran puñetazo en toda la cara que lo tiró al suelo. Segundos más tarde Robb sintió un fuerte dolor en el hombro, como de un desgarramiento. De su hombro pronto comenzó a brotar sangre. Al parecer tenía una gran herida. ¡¿Qué les estaba atacando?!¡¿Y de dónde venían?!

Robb no gritó de dolor, pero si apretó la mandíbula con fuerza y masculló algo ininteligible en frances... extendió el brazo de la linterna y fue enfocando por todos lados a la desesperada mientras en su derecha llevaba la llave inglesa... el hombro le dolía a rabiar, un ardor tan fuerte que no le dejaba pensar con claridad... 

Judith soltó un grito al ver de golpe a sus compañeros ser atacados por... ¿Nada?

-¡James! ¿Qué ha pasad...? -Entonces vió como Rob se tambaleaba por un segundo golpe.- Hay algo aquí. ¡Hay algo aquí!

Actuando instintívamente se puso contra la pared del pasillo, agitando la espada a diestro y sinistro buscando algo material a lo que golpear mientras se acercaba hacia James, que seguía en el suelo.

¡¿Qué demonios está pasando?!

Caminaba tranquilo, atento pero tranquilo, el techo estaba despejado y nada parecía estar a punto de atacarlos. Casi se sentía contento de que por una vez las cosas parecían ir bien. En ese momento algo golpea su rostro de forma feroz. ¡Su rostro! Cayó al piso pesadamente sin entender que estaba pasando. Escucho gritos y golpes. Al parecer todos estaban siendo atacados.
Con rapidez se puso de pie con su espada en alto. Vio como Judith blandía su espada hacia la nada esperando que algo se pusiera en su camino. Robb perdía sangre con rapidez pero no parecía importarle.
-Aléjense- grito James con el rostro desencajado de furia, nunca se había sentido tan furioso. Puso su mano en el piso rogando que lo que estaba por hacer funcionase.

Judith no paraba de blandir la espada y moverla en todas direcciones sin un objetivo fijo. James, por su parte, al no ver nada a su alrededor pero francamente enfadado porque habían tocado su hermoso rostro se concentró y no dudó en utilizar su truco más secreto para defenderse y atacar a aquel que osó darle el puñetazo.

El suelo se congeló y apareció bastante escarcha alrededor del chico. Judith que no se lo esperaba y que continuaba moviéndose hacia James, resbaló un poco. De ese modo hizo un movimiento brusco con los brazos y pareció dar a algo invisible que estaba en su camino antes de caer en brazos James. Robb notó el frío helador que apareció de pronto y que congeló en parte su herida impidiéndo que la sangre continuase saliendo.

Ellos estaban quietos, pero se oían pasos que quedaban marcados en la escarcha, cerca del joven encapuchado. ¡Estaba justo detrás de él!

Robb se giró como un felino con la llave inglesa en guardia baja dispuesto a asestar un golpe en cuanto viera lo que tenía a que enfrentarse... sintió el alivio y el dolor por el frío en su herida... alivio por que la tibieza de la sangre dejo de salir y dolor por que el frío y más en un herida es doloroso... 

Increiblemente funcionó. Todo el suelo quedó tapizado con una gruesa capa de hielo, mucho mas de lo que esperaba James, pero logró su objetivo. Se notaba las pisadas de sea lo que sea que los estaba atacando. Antes de poder regodearse en su acierto la boluptuosa abogada cae en sus brazos al mejor estilo telenovelesco.

-Vaya regalo- dijo olvidando su anterior furia, pero recomponiendose al sentir el latir doloroso de su rostro-. Disculpa un segundo- le dijo ayudandola a levantarse y empuñando su arma. Si alguno se acercaba no dudaria en atacarlo-. Todos traten de juntarse. Espalda con espalda. Maten a quienquiera que nos este atancando.

Sentia una extraña fuerza interior, nunca habia estado en una situacion de vida o muerte. Normalmente se sentia vivo con alguna conquista o haciendo alguna locura. Pero esto, esto hacia latir su corazon de verdad...

¿Hielo en el suelo? ¡¿Cómo?!

Si no era ya bastante inquietante estar luchando contra algo que no puedes ver, ahora Judith lidiaba además con la incertidumbre de dónde podía haber salido hielo tan rápidamente en el pasillo.

-¡¿Que ha pasado ahora?! -Exclamó cuando James la cogió al caer.- ¿Esto era tu plan? ¡¿Has hecho tú esto?!

Con más miedo que vergüenza la chica vovlvió aponerse en pié contra la pared, buscando cualquier pista de que algo se moviera para descargar todo su pánico en forma de una lluvia de golpes.

James se levantó con la espada en mano preparado para atacar a lo que Robb tenía detrás. Antes de que el joven encapuchado pudiera darse cuenta, James hizo un movimiento brusco con la espada y notó que esta cortaba algo por donde se veían las pisadas; se escuchó un gran aullido de dolor y luego un brusco golpe. Al cabo de unos segundos, en el suelo, apareció uno de esos infectados tirado en el suelo, casi cortado por la mitad.

La espada de James se había doblado hasta formar un bonito ángulo de 90º y por ese motivo no pudo llegar a cortar limpiamente al infectado. Parecía que ya no se escuchaba nada más excepto las pisadas de los tres supervivientes y los gritos de Judith preguntándole a James si él había provocado todo aquello.

Su espada había dado en el blanco matando a un infectado el cual cayó pesadamente. La sangre comenzó a correr por el piso de hielo, tornándose rosado en algunas partes y congelándose en otros. James hizo un gesto de asco ante esa escena, su espada estaba estropeada, aunque aun podía funcionar, y se mostraba cubierta de sangre.
-Judith- dijo con media sonrisa mirándola de costado, la mujer se mostraba nerviosa, no tanto por el ser invisible que habían matado sino por lo que acababa de hacer el chico rubio-. No se como explicarlo… solo puedo hacer esto- señalo el suelo alrededor suyo, todo cubierto con una ligera capa de escarcha. Luego como si no importara agregó-. No empieces a llamarme Mr Frío, OK?
Al parecer no había mas nadie, aunque tendrían que tener mucho cuidado de que nada mas los atacase de sorpresa, quien sabe cuantos mas de esos infectados habría por allí.
-Robb, Clara. ¿Están bien?- pregunto a los demás.

Clara, que había permanecido apartada de todos, observó la rapidez con que James había reaccionado pasmada. ¿De verdad había creado él el hielo? Pero... ¿cómo? Cuando el chico se dirigió a ella sacudió con fuerza la cabeza para reaccionar.

- S-Si... estoy bien. No podía disparar a algo que no veía así que... permanecí quieta. Será... Será mejor que avancemos. ¿por dónde, Robb?

James miró a su alrededor buscando al encapuchado Robb, esperaba que no estuviera muy herido, lo que menos necesitaban era alguien que los retrace. Al parecer ya no sangraba copiosamente como hacia un momento.
-En momentos como este es cuando extraño al pesado de Akira- murmuro acercándose al encapuchado mientras trataba de no resbalar. Sentía las miradas de todos sobre si mismo, no era algo extraño pues acababa de congelar todo el piso-. ¿Crees que puedes seguir?- le dijo como para poner tierra sobre el asunto del hielo…

A Robb de dolía el hombro y bastante, se llevó una mano a la herida donde su sudadera se había roto y entonces se dio cuenta del frío, de la escarcha del suelo... Al principio observó curioso como la espada se dobló y como aquel infectado "murió".

Se volvió, bajo la llave inglesa y se dispuso a andar - Por qui ser camino - dijo con la voz algo rota por el dolor guiando al grupo. Obvió la pregunta de como estaba, era claro que estaba herido y mal pero si que no pudo evitar lanzar una pregunta - ¿Como frío tú... crear has? - el frances era consciente de que parecía un mono de feria hablando, pero prefería eso que usar a otra persona de traductor, se le hacía raro...  

James se mordisqueo el labio antes de responder a Robb. Para el mismo era difícil entender lo que acababa de pasar, lo hizo en un momento de desesperación, casi seguro de que no funcionaria. Miró la herida de Robb mientras le decía.

-Me mordieron- señalo su pierna vendada y luego la herida del francés-. Después de eso pude realizar este acto de magia- le guiño el ojo agregando mas bajo-. Deberías ver esa herida, cúbrela con algo para que no se infecte.

No diciendo nada más y creyendo que había sido claro decidió preocuparse más por su extraña nueva arma. Su espada estaba doblada. No pudo evitar sonreírse ante este pensamiento, su espada nunca estaba doblada. Aun podía servirle para enfrentarse a los pasajeros infectados del barco, si bien no era tan efectiva como antes era mejor que nada. De todos modos aun conservaba el palo firmemente en su cinturón por si las cosas se ponían muy cuesta arriba.

-Tengo una idea para prevenir nuevos ataques invisibles- sonrió a sus compañeros para calmar un poco la tensión palpable en el ambiente-. Apuesto a que nunca creyeron escuchar una frase como esa.

Miro a su alrededor buscando un extintor de incendios…