Partida Rol por web

—La visita debería ser más fructífera y menos peligrosa que la realizada en Harlem, no obstante no veo motivos para bajar la guardia, caballeros.

Mencionó el abogado que seguía preocupado por el pellejo de los presentes.

Erica fue hasta la puerta a despedirlos.

Buen viaje señores, espero que encuentren la información que buscan. Si no estuviera tan ocupada con estos tramites burocráticos les haría compania intentando descubrir lo que le pasó a mi querido hermano, pero no sería apropiado que una joven como yo se encuentre en compania de tantos hombres.

Tras decir eso les dedica una guiñada y los deja retirarse.

Peter asintió ante las palabras de sus compañeros. Tomó las últimas notas en su cuaderno y los siguió a la puerta

-Hasta la vista señorita Carlye. Por favor, tenga mi tarjeta, si recuerda o tiene conocimiento de alguna cosa, por intrascendente que pueda parecer, sobre lo sucedido a su hermano o en lo que estuviese metido, no dude en llamarme. Si no estoy deje recado.

Tras salir de la casa, respiró hondo

-Tendríamos que haber cogido ese libro, pero bueno, ya está. Vayamos a ver a este caballero a ver si tenemos suerte. Tengo la sensación de dar palos de ciego.

​- Cuando gusten, caballeros. - Digo con una sonrisa señalando hacia los coches.

Solomon quedó satisfecho con haber dejado los libros en su sitio. Al final habían logrado sacar algún dato de interés –ese tal Crompton y un par de títulos de interés- y no habían causado ningún perjuicio a la Srta. Carlyle ni a sus pertenencias.

Parecía haber quorum para continuar sus investigaciones en Prospero House, así que en seguida volvieron a subir todos en el taxi.

Tengo por casa algún libro de esta editorial, –dice nada más empezar el trayecto- compre un par de libros que en teoría trataban sobre la historia de los coptos, pero al final solo eran cuatro elucubraciones sin base ninguna. Espero que su editor sea más de fiar que sus obras.

Durante el resto del viaje el misionero queda en silencio visiblemente mareado y sudoroso.

Cuando Solomon le pregunta sobre M'Weru, la mujer no puede evitar reirse.

Esa negra fue parte de la expedición de mi hermano, ella lo arrastró a esa expedición y lo llevó a su tumba. Me alegraría saber que ella también haya encontrado la muerte en alguna parte de Africa, aunque con lo traicionera que es nunca se sabe.

Tras decir esto mira al suelo y vuelve a mirar al sacerdote.

Disculpe mis palabras pero es así como me siento. Mi hermano murió y la culpa la tiene esa mujer!

Para cuando el taxi enfila las primeras calles de Nueva York, Solomon parece estar ya a punto de desmayarse. Su inseparable pañuelo de puño ha quedado totalmente empapado después de haber secado el sudor de su frente docenas de veces. Visiblemente desmejorado, el hombretón baja la ventanilla para refrescarse un poco con el aire.

Pasan los minutos y con el vehículo circulando de semáforo en semáforo, se atreve a balbucear alguna idea.

Está bien que hayamos encontrado todo esto del Faraón Negro, porque hasta ahora no había ningún indicio de que Carlyle hubiera pisado de verdad el país de las pirámides. Que su amigo Elías haya muerto según los extraños métodos de esos salvajes confirmaría su paso por Egipto. Parecerá una nimiedad, pero yo ya empezaba a tener dudas hasta de su recorrido. Además, la presencia de M’Weru en la expedición…

De repente Solomon se queda callado y quieto, con la mirada fija hacia el frente pero con los ojos cerrados. Al cabo de unos segundos, parece sobreponerse.

Perdón, -prosigue- la presencia de M’Weru en la expedición confirma que el viaje fue organizado con una agenda oculta desde su inicio.

Londres-Egipto-Nairobi –dice antes de quedar nuevamente en silencio- este es de momento el recorrido conocido de la Expedición Carlyle.

Josep se levanto nada mas aparecer la señora de la casa y como otros hicieron agradeció su hospitalidad, quiso despedirse con un beso en su enguantada mano y dejar una tarjeta de visita con su dirección y numero por si llegaban nuevas noticias sobra la expedición de su hermano, al igual que menciono Sr.Carter.
"Mejor asegurar que sepa del interés de todos", pensó el farmacéutico que sin quererlo cada vez estaba mas interesado en todo aquello o tal vez era que su petaca a estas alturas estaba casi vacía.

De nuevo en el auto con todos aquellos señores le vino a la cabeza un par de preguntas.
-Perdonen pero mi cabeza esta saturada de gótica y deprimente LÍRICA de aquel libro y no recuerdo quien es exactamente esa tal M’Weru o su importancia en todo esto, mas haya de ser parte de la expedicion del hermano de la señorita Carlye. Y sin querer atosigar a preguntas, ¿A donde nos dirigimos ahora, a la editorial tal vez?

​Asiento ante las palabras de Davies, trazando mentalmente la ruta entre los tres sitios:

- En efecto, ahora la muerte de Elias está relacionada con los ritos salvajes de una secta egipcia y la presencia de M'Weru parece estar más y más relacionada tanto con la expedición Carlyle, como con su desaparición como con la muerte de Elias.

Me giro hacia Paulov antes de continuar:

- M'Weru es una mujer negra que se relacionó con Roger Carlyle y, según su hermana, es la responsable de toso los males que ha sufrido tanto su hermano como su familia, además de ser posiblemente la organizadora en la sombra de la expedición y, por ello, la responsable tanto de la muerte de su hermano como de la todos los miembros de la expedición.

Josep estaba un tanto "distraído" pero atendió lo suficiente como para entender lo que decía su "compañero"

-¿Y sabemos si regreso? Porque parece una baza importante para saber de que demonios se trata todo esto. -Reprimió una hipada y miro por la ventana del coche.

-¿Y falta mucho para llegar? -Empezaba a necesitar mover las piernas

​Niego con la cabeza antes de decir:

- Según lo que nos ha dicho la señorita Carlyle, M'Weru murió junto al resto de la expedición. - Me quedo pensativo unos instantes antes de concluir. - De lo que parecía alegrarse mucho, he de decir.

Al llegar a Prospero House encontraron que se trataba de un edificio pequeño, desde la calle se podía notar que no era una de las editoriales que se encargan de imprimir best sellers, esta era bastante modesta y humilde. Al entrar notaron un pequeño mostrador donde una joven los estaba esperando con una sonrisa en el rostro.

Bienvenidos a Prospero House, donde el papel se convierte en fantasía ¿en que puedo servirles?

La joven les dedica una gran sonrisa pero notan que parece un poco sorprendida, seguramente no solían entrar tantos hombres a la puerta de la editorial y la emoción en la voz de Julia mostraba claramente que se encontraba ante una gran oportunidad de negocios. En ese momento nota que no tienen ninguna carpeta ni nada por el estilo y la cara de la joven cambia.

Perdonen pero ustedes no parecen escritores buscando ser publicados ¿en que puedo ayudarlos?

​Sonrío cortésmente a la secretaria a modo de saludo antes de decir:

- Buenas tardes, señorita. - Hago una leve inclinación con la cabeza para saludarla antes de continuar hablando mientras hago un arco con el brazo para señalar a mis compañeros. - En efecto, como ha podido deducir tan habilmente, ni mis amigos ni yo no somos escritores. Estamos aquí para ver al señor Kensington​ si es posible, o para pedir una cita en caso contrario, para hablar de un amigo común, el señor Jackson Elias.

Julia volvio a sorprenderse y a pararse.

Vengo en unos minutos.

La joven se paró para desaparecer por una puerta y a los pocos segundos volvió a salir mientras les mantenía la puerta abierta.

Pasen señores el señor Kesington los espera.

Al entrar en la habitación vieron a un hombre que movía una montaña de hojas de un lado al otro mientras trataba de hacer espacio en el escritorio.

Julia, trata de traerles una silla al resto de nuestros invitados.

El hombre se paró y les dio un enérgico apretón de manos, mientras les indicaba que se sentaran en alguna de las 3 sillas que había.

Perdonen por la falta de espacio pero la señorita Klington ya volverá con sillas para el resto.

Luego los mira con cara seria.

El señor Elias fue un gran amigo mío y también estoy muy preocupado por su asesinato.

Se dió media vuelta y buscó una pequeña carta, la puso sobre la mesa y los miró diciendo.

Jackson me mandó esta carta hace un año mientras investigaba a la perdida expedición Carley. Diganme que opinan de esto.

Peter leyó la carta rápidamente y miró de reojo a sus compañeros.

-Interesante, ¿sabe a que se refiere con lo de la secta? ¿le dio alguna información al respecto?

​Al entrar en el despacho sonrío levemente ante el aparente caos que hay en la oficina antes de presentarme:

- Buenos días, señor Kensington. Soy Marlon Weiner. Como supongo que le habrá dicho la señorita Julia, mis compañeros y yo venimos a hablar con usted sobre un amigo común. - Después me aparto a un lado apoyándome contra la pared, de tal forma que pueda observar al señor Kensington y la puerta de entrada a su oficina.

Cuando me pasan la carta la leo rápidamente, aunque no puedo dejar de fijarme en algunos detalles.

- La carta es muy interesante en si misma, pero también proporciona nuevos interrogantes. En ella se mencionan unas notas adjuntas a la misma, ¿sería posible echarles una ojeada?

Solomon enarca una ceja al leer la “sangrienta despedida” de Jakson Elías. “Sin duda eran buenos amigos con este hombre, vaya confianzas” –piensa mientras se aparta un poco de la carta para que sus compañeros también la puedan leer con comodidad.

Sr. Kensington, le doy el pésame por la muerte de su amigo. Yo no llegué a conocerle, pero tenía que ser un hombre muy interesante, sin duda.

Su también amigo, el Dr. Brown –digo señalando al susodicho- y todos nosotros estamos investigando la muerte de Elías, y por el momento todo señala a su viaje a África como desencadenante de su asesinato. Dígame, ¿conserva el sobre de esta carta? ¿Sabe cuál fue su remitente y por lo tanto la dirección de envío?

Después de escuchar atentamente las respuestas que le tenía que dar, el religioso continuó hablando.

Sr. Kensington, usted parece un buen amigo de Jackson a parte de su editor. ¿Sabe si Jackson ya conocía a Carlyle antes de todo esto? Quiero decir, me extraña que Elías siguiera tan rápidamente la desaparición de la expedición Carlyle, ¡incluso antes de que los periódicos lo publicaran!

¿¡Cómo pudo Jackson enterarse tan rápido!? ¿Le había hablado a usted de sus planes para viajar a África? Por favor, ¡cuéntenos todo lo que sabe de ese viaje! Es de gran interés.

El abogado, tras leer la carta manuscrita del finado Elías, se mantuvo callado y pensativo, sin dejar de observar cuanto ocurría y se decía a su alrededor, tratando de hilar en su mente algún atisbo de razonamiento que diera sentido a la informe madeja que asolaba todo aquél horrible asunto.

Sus sagaces camaradas estaban haciendo un gran trabajo.

Al entrar Paulov estrecho la mano de aquel hombre ala vez que se quitaba el sombrero y buscaba rápidamente un asiento ahora mismo no se sentía con el equilibrio suficiente para mantenerse de pie y atender al mismo tiempo, por lo que busco un lugar cómodo donde poder aposentar su cuerpo.

Paciente espero que la nota llegara a sus manos antes de poder realizar la primera pregunta: ¿-Siempre se despiden de esta extraña manera? "Saludos ensangrentados de." cito leyendo la carta. -Y espero impaciente, pues sus compañeros ya habían hecho suficiente preguntas y no deseaba atosigar a aquel amable caballero.