Partida Rol por web

El puerto de Brooklyn tiene una frenética actividad a estas horas de la mañana. Estibadores cargando y descargando, barcos de atronadoras sirenas y barcazas que no cesan de entrar y salir en el puerto con mercancías procedentes de multitud de puertos locales y de ultramar. Os sentís casi perdidos al observar la grandísima cantidad de almacenes y edificios de oficinas, mientras sopesáis a donde dirigir vuestros pasos y pesquisas.

Bauberg sube la bufanda alrededor del la cara, tanto para protegerse del viento como del olor a pescado, fuel-oil e industrialización masiva.

Si este es el olor del progreso, creo poder afirmar que el futuro apesta. MMMmmm...

El anticuario observa el puerto sin saber muy bien que hacer, pensativo.

Sin lugar a dudas ha de haber una oficna que controle todo esto, creo que lo que necesitamos es dar con el armador del puerto. ¿Preguntamos a cualquiera que veamos por aquí o tienes alguna sugerencia más sutil, amigo?

Mirando junto a Paul la extensión del puerto que se abre ante nosotros, escuchando a mi compañero. Con un leve encogimiento de hombros, me calo un poco la boina

No tengo ni idea, amigo mío, y creo que será lo mejor, antes de estar dando vueltas por ahí. Aunque es de suponer que, todo barco que entre o salga del puerto tendrá que informar en la oficina ¿no?  mirando de nuevo la basta extensión, meneo la cabeza con gesto de fastidio bah, aquí no encontraremos a nadie, mejor preguntemos

Y tras una pequeña pregunta a un marinero sueco, este os conmina a dirigir vuestros pasos hacia las oficinas de la "The Port Of New York Authority", donde están conservados todos los registros de armadores que operan en el puerto de NY-NJ, así como donde están consignadas todas las entradas y salidas de barcos y donde se preparan los documentos para la aduana y para el departamento de inmigración.

En un edificio de reciente construcción situado sobre las ruinas de un viejo almacén portuario, multitud de ajetreados burócratas se encargan de preparar documentos y materiales de muy diversa índole. En menos de una hora habéis conseguido que os reciba un burócrata del registro en su oficina.

En la oficina, coronada por un retrato del presindente Coolidge, se encuentra un gigantesco archivo, a la espalda del atareado funcionario. De piel clara y pelo blanco que contrasta con el oscuro color de la pasta de sus gafas, el funcionario os invita a sentaros en sendos butacones ubicados frente a él. Sobre una pila de papeles, sobre el escritorio, se encuentra también una placa de bronce con su nombre impreso (H. O. MacLennane)

Nauberg toma asiento en una de las butacas, tratando de dedicar una sonrisa amable al funcionario que les observa por encima de la montura de pasta de las gafas.

Gracias por atendernos Sr MacLennane, trataremos de aprovechar al máximo su valioso tiempo y molestarle lo menos posible.

Bauberg saca de la solapa de su abrigo de paño la fotografía del yate.

Esta foto está tomada en el puerto de Shangai, estamos tratando de localizar a sus dueños. ¿Tal vez podría indicarnos el armador del barco o si estuvo anclado aquí?

Mientras expone los hechos paul, asiento a sus palabras. Una vez que muestra la foto, me inclino un poco hacia la mesa, señalándo el yate

Un yate de semejantes dimensiones solo se puede construir en un gran astillero, y bueno, éste parece que reuna las condiciones suficientes

En efecto. Pero hay multitud de astilleros que podrían haber construido este navío dice mientras eleva la vista por encima de sus gafas de pasta y se acerca la fotografía a los ojos para verla mejor.

No se le ve la bandera, la foto está muy borrosa...

Instantes después, tras murmurar algo ininteligible para si mismo, como si estuviera pensando en voz alta, añade:

Lo siento, no se ve la bandera por ningún lado, y la foto está bastante borrosa. Quizás por la forma de la proa... no no, las opciones son casi infinitas... Lo siento caballeros, me temo que no puedo servirles de gran ayuda.

Bauberg sonrie cansado, pero sin resignarse. La mano firme se mantiene sobre el escritorio como si obligar a ver la foto al funcionario fuera a mejorar su memoria.

O vamos, sólo pretendemos saber el modelo del barco, quién lo puedo fabricar. No creo que sea tandifícil, tal vez usted no lo sepa, pero sin duda conocerá a algun marino capaz de decirnos eso sólo con ver esta fotografía.

He sido contramaestre y he navegado porlos siete mares antes de dedicarme al trabajo de oficina.He navegado en multitud de barcos y sin embargo no sabría decirle absolutamente nada con una visión parcial del yate y con una foto tan borrosa, salvo que su nombre comienza por "Ama..." aunque imagino que eso usted ya lo sabía.

Contrariado, miro a Paul y luego de nuevo al Sr MacLennane

Una última cosa. ¿sería posible buscar en algún registro aquellos nombres de yates que empiecen por AMA..? si eso fuera posible, el círculo podría irse cerrando ¿no le parece?

Si, en efecto, aunque aquí solo tenemos detalles de barcos que han atracado alguna vez en el puerto de Nueva York & Nueva Jersey.

El hombre mira con suspicacia os mira con suspicacia breves instantes para seguidamente mordisquear la patilla derecha de sus gafas mientras os estudia detenidamente.

¿Me pueden explicar para que necesitan esa información?

Bauberg mira al hombre directamente a los ojos, mientras sus manos inquietas manosean la fotografía.

Esta fotografía la llevaba encima un buen amigo cuando fue asesinado por un desalmado. Se que los marinos son hombres de honor, y como tal comprendederá que como caballeros si algo podemos hacer por ayudar a la policía en la búsqueda del asesino, aportando cualquier detalle por vanal que parezca, debemos hacerlo.

Ya, comprendo. Esperen unos pocos minutos
Dice mientras se levanta pausadamente. Extrae un bastón de debajo de su escritorio y cojeando sale del despacho.

Apenas 5 minutos después vuelve con varias carpetas en la mano.

Se sienta pesadamente.

Hay 7 barcos que alguna vez atracaron aquí, y según constan en nuestros archivos cuyo nombre comienza por AMA. Uno a uno va poniendo las carpetas encima de la mesa.

Ama de Alakanuk. Ballenero estadounidense. Contratado por Greenland Whale Fisheries Inc. En 1918 hizo escala aquí y reclutó tripulación.

Ama Azul. Mercante británico, matriculado en Alang, India y construido en Portsmouth. Trabaja habitualmente en el Sudeste asiático, y pertenece a Kemble & Co. de Dover, Inglaterra. Ha atracado aquí en 10 ocasiones, dos en 1918, dos en 1919, una en 1920, dos en 1921, una en 1923 y tres en 1924. La declaración de la aduana indica el contenido de las cajas desembarcadas en el último desembarco: artesanía de extremo oriente, hierro, cobre, pianos, relojes, cacao y maderas exóticas.

Ama Davis. Frunce el ceño y cierra la carpeta de golpe. No. Éste seguro que no es.

Ama Mariam. Mercante canadiense. Sus visitas son demasiado frecuentes: una vez cada 3 meses desde hace mas de dos décadas. Suele traer maderas exóticas, pieles, whisky, pianos y maquinaria pesada. Construido por Lefevre Co. en Halifax, pertenece al Capitán John Walter Höppner de Charlottetown, Nueva Escocia, Canadá.

Ama Real. Construido por John Crown & Sons en Sunderland, Inglaterra. Atracó en 1922 donde cargó pasajeros y 10 automóviles antes de dirigirse hacia Habana, Cuba. Frunce el ceño de nuevo, cuando ve la siguiente carpeta.

Ama Mary Pelham. De Australia. Armador: South Australian Co. de Nepean Bay. Año 1900. Cargó alimentos antes de dirigirse hacia Groenlandia.

Y la última carpeta

Ama de Washington. Este tampoco es. Seguro. Demasiado antiguo. Suspira resignado.

Caballeros, espero que esta información les haya sido de utilidad. Pero debe de haber cientos de barcos con el nombre "ama" en todo el mundo.

Paul Bauberg recibe a bocajarro el torrente de información, pero comienza a apuntar en un folio con su pluma estilográfica de madera de fresno.

Cuando el funcionario termina se encoge de hombros y le dedica una sonrisa afable.

No se si servirá de algo, trataremos de contrastar esta información y tal vez haya suerte. En cualquier caso, le agradezco enormemente su ayuda. Si alguna vez puedo ayudarle en algo, lo haré encantado.

El bibliotecario le tiene una mano de dedos regordetes a modo de despedida.

El funcionario estrecha la mano del anticuario y del fotógrafo para seguidamente comenzar a recoger los dossieres.

Buena suerte, señores.

Levantándome de la silla, le doy la mano

Muchas gracias por su tiempo Sr MacLennane

Son cerca de las 11:15 de la mañana. Todavía tenéis casi una hora antes de acudir al "Harlem Bistro", donde habéis quedado al mediodía con el resto de los compañeros.