Partida Rol por web

Era un día más. El Cuervo y su tripulación se dirigían al planeta Beylix para conseguir unas piezas de chatarra que Marcus Vann les había pedido. No había especificado para qué eran, pero cuando se trataba de Vann y sus asuntos Qing no hacía preguntas porque tampoco eran necesarias. Era uno de los pocos 'contratistas' de los que se fiaba al cien por cien. Aun quedaban unas pocas horas hasta llegar al destino previsto y Woods tenía el automático puesto ya que la ruta era segura. Pese a ello la mayoría de la tripulación, si no toda, se encontraba en la sala del piloto, charlando.

Me encontraba en una esquina de la habitación, con la sombra del sombrero cubriéndome parte de los ojos y comprobando un fusil.

De cuando en cuando ponía el oído en una de las conversaciones y soltaba algún comentario un tanto hiriente, a lo que me respondían miradas frías y respuestas que eran más de lo mismo...

Un ruido sonó en una de las consolas de la nave y el sistema aceptó automáticamente la llamada debido al remitente de la misma: Marcus.

- ¡Eh, muchachada! ¿Cómo lo lleváis? He hablado con Kian y me ha dicho que os estará esperando donde siempre, en la taberna del puerto. Dice que espera que como mínimo le invitéis a una cerveza por las molestias, pero yo no pienso pagársela, ese tío me cae gordo. Jade, si me escuchas, intenta engañarle para que os haga un descuento. O lígatelo, pero intenta sacar un mejor precio, cosa guapa, sabes que te estaría eternamente agradecido. - él, en la imagen, pareció removerse y se escuchó un ruido y un grito. - ¡¡AAAAAAAGGGGGHHHH!! ¡MI COMIDA! Os tengo que dejar, llamadme cuando lo tengáis. ¡Adiós! -

Y la imagen se cortó repentinamente. Está loco... es lo primero que pensaron todos.

- Jade, si decides ligártelo, que sepas que yo no dejo mi lecho para ese tipo de negocios...

Bane la miró con una sonrisa burlona.

Jade miró a su compañero con una sonrisa que ocultaba una expresión ligeramente irritada.

- Bane, si tú decidieras usar esa cabezota para algo más que llevar el sombrero, - dijo golpeándole suavemente el ala para que cayese completamente frente a sus ojos. - sabrías que yo no me ligo a los contratistas... Es malo para el negocio si luego no les das lo que esperan.

Se apoyó contra la pared y miró con calma a sus compañeros. - Jackson, ¿cuanto tardaremos en llegar a Beylix?

Jackson se encontraba tras los mandos de la nave, aunque esta no necesitara mas guía que la del piloto automático. Aquel sitio rebozaba de gente, al menos para lo que se acostumbraba normalmente, y si bien Jack nunca despreciaba la compañía de sus camaradas, se había acostumbrado con el tiempo a las largas jornadas de soledad, las noches de insomnio pasadas en aquel asiento incomodo, bebiendo algo de su reserva personal de whisky (si es que podía darse el gusto) y fumando uno de aquellos cigarros negros de los cuales tanto disfrutaba, con la inmensidad del espacio frente a sus ojos. Nada triste ni melancólico, como se podría esperar, pues era algo de lo que disfrutaba con gusto.

Pero aquel lugar estaba poblado de gente en ese momento, y si bien a Jack no le molestaba en lo mas mínimo, si se le podía notar un tanto inquieto, revisando el tablero, sus bolsillos, y debajo del asiento.

- ¿En donde esta...? - gruñó entre dientes, mientras se inclinaba debajo de los controles, perdiéndose por completo el mensaje de Marcus, pues poca atención le prestaba – en un par de horas... - contestó con dificultad a Jade, mientras buscaba algo debajo del asiento, antes de volver a incorporarse, apoyándose en el respaldo. Fue entonces cuando, tratando de acomodarse el cabello, sus dedos fueron a parar a un cigarro que llevaba sobre la oreja – oh, aquí esta – dijo en voz baja, aunque con un perceptible tono triunfante, mientras miraba el cigarro, para luego llevárselo a la boca – y ahora... ¿en donde dejé ese mechero? - se preguntó antes de volver a revisar sus bolsillos.

Bane se colcocó bien el sombrero antes de echar una mirada al piloto, y de él, pasarla a Hoban.

- ¿En dos horas, eh? Capitán, ¿iremos todos a hablar con el contratista éste?

Jean miraba las estrellas a través de las ventanas, algo ausente mientras, en un susurro, cantaba "Catch a falling star"*. Se giró al oír la transmisión de Vann y miró fijamente a Bane, algo inquieta. No es tan difícil intentar ser amable...

Con una sonrisa, deslizó un mechero por encima de varias pantallas, pasándoselo Jackson. -No deberías fumar, eso te va a matar, le dijo cariñosamente, mientras se apoyaba sobre una mesa repleta de botones que deberían servir para algo. Con los dedos acariciaba suavemente el borde metálico donde estaba apoyada.

Su atención pasó al capitán, -Si le invitáis a más de una cerveza seguro que conseguís mejor precio..., propuso, divertida.

El capitán fue el último en entrar en el puente. Llevaba una toalla blanca sobre los hombros, una camiseta sin mangas y unos pantalones de chandal. Le gustaba hacer deporte cuando estaba nervioso, se agarraba de uno de los enganches que cruzaban el pasillo y hacía abdominales cabeza abajo, o corría a lo largo del pasillo.

Entró con paso tranquilo, secándose la cara y sonriendo a su tripulación. Nunca había entendido algunas de las cosas del antiguo capitán, Dirk Van Ulrich, pero ahora, tras los acontecimientos que Hoban había vivido tras la captura de éste, notaba que había cierta y extraña relación entre la tripulación y el capitán y, sobretodo entre la nave y el capitán.

- ¿Tres meses han pasado ya?... - Por fín tenían un trabajo. El agobio que Hoban tenía por dentro fue poco a poco desapareciendo. Tres meses antes, había acudido a Atenas en busca de una tripulación, había tardado un mes aproximado en conseguirla, un mes estancado viviendo de las reservas de comida de "El Cuervo". Y tras partir de Atenas, la cosa no había mejorado. Todo el mundo preguntaba por Van Ulrich y no le daban trabajo pese a su pasado en la nave. Creían que la Alianza se les echaría encima. Pero Hoban ya había resuelto eso.

A la Capitana que había capturado a Dirk no le importaba demasiado la nave. Hoban mató a los guardias y usó sus contactos para conseguir unos papeles de "compra" de la Nave. Ahora pertenecía a un nuevo dueño, y no había problema alguno, todo estaba en órden. "El Cuervo" era suyo. El problema era que se quedaban sin combustible y sin comida, y de no ser por Marcus, estarían en una situación muy complicada. Gracias a Budha, Vann tenía muchos contactos y eso había permitido que encontrarles un trabajo no fuese muy complicado, incluso podría ser un trabajo para él mismo, eso era algo que no importaba al Capitán.

*fiuuuuuuuu*

El intercomunicador sonó con un sonido extraño. Tras darle un par de golpes con el puño, la voz de Marcus Vann resonó clara por el altavoz. Hoban agarró el comunicador para responder, pero ya era tarde, Vann se había marchado, seguramente por que su comida estaba a punto de pasarse de barbacoa a calcinada.

Colgó el comunicador y se preparó para dar una pequeña charla, antes, fue mirando uno a uno a sus compañeros, recordando el momento en que les conoció y el papel que consideraba que tenía cada uno.

Hoban se paró en Jeannie, la más jóven del grupo. Uno no podía sino pensar en ella o mirarla y sonreir. Era la inocencia y la bondad personificadas. Se acordó del momento en que la conoció, tan solo unas semanas antes.

---------------------

Los pies de la mecánico sobresalían por debajo del carruaje, llevaba unas botas altas y estaba manchada en varios sitios. Hoban se acercó con curiosidad, se apoyó sobre el automovil con uno de los brazos mientras miraba las piernas sonriendo. Tosió un par de veces para que el mecánico se percatara de su presencia, mas éste hizo caso omiso. - Perdon - dijo una vez más, y ante la ignorancia no pudo evitar soltar un - Gorram...

El golpe que dió en el auto fue los suficientemente fuerte como para sobresaltar a Jeannie que se levantó de súbito golpeandose la frente.

 - Auuuu - dijo mientras salía de debajo del coche. - ¡Qué susto me has dado! ¿Quién eres?

Hoban la miró sorprendido. No esperaba ver a una mujer metida en un mono manchado y con remiendos. Bueno, más bien, remiendos manchados con un poco de mono.

- Eh... ¿eres mecánico? - preguntó un poco dubitativo.

Ella sonrió, mientras limpiaba su llave. - Si claro, ¿es que no lo ves? - dijo con una risita.

--------------------------

- ¡GUAU! - el grito que pegó y los botes que lo siguieron cuando Jeannie se enteró de cual era la nave de Hoban, hicieron que éste no pudiera sino sonreir una vez más. - Una clase Firefly... - se acercaba y alejaba de la nave todo el rato, estudiándola en profundidad. - ¡Es preciosa!... Pero está un poco vieja... - se paró un segundo para después seguir con su paseo de forma más animada si cabe - ¡Es perfecta! ¡Es genial!  - Se giró sonriendo hacia Hoban - ¿Cuándo nos vamos?

Hoban se quedó entrecortado, no había hablado de salarios ni de nada. No había contrato, aunque a ella poco parecía importarle.

- Ehh, tenemos que encontrar a un par de personas más, pero espero que en un par de días.

- ¡Genial! ¡Voy a ver el motor! ¡Me muero de ganas por saber en qué estado está! Además quiero probar unos adelantos que tenía en la cabeza, igual consigo sacarle un poco más de velocidad a una antigüalla como ella.

Esas palabras sonaron a oídos de Hoban como lo mejor que había escuchado en mucho tiempo. Incluso la palabra antigüalla, la escuchó con un tono tan cariñoso, que más que insulto le pareció un elogio.

Olivia se encontraba cruzada de brazos apoyada de espaldas o culo en cualquier sitio. Siempre vestía impecable y de forma elegante y femenina, aunque sus poses y a veces sus palabras no la acompañaban. Aún así, había acabado cogiendole cariño a la tripulación y a la nave, y como no, a la pequeña Jeannie, a la cual miraba ahora con una sonrisa tierna.

En cuanto al tema de Kian, Olivia no se mete. Confiaba de sobras en Jade y la respetaba y estaba segura de que conseguiría lo que se propusiese sin necesidad de rebajarse o mancharse las manos. De una manera u otra, la tripulación se había acabado ganando su respeto.

Después en Olivia. Era una mujer extraña, y realmente no tenían mucha relación. A Hoban le molestaba que una persona fuese tan introvertida en ciertas ocasiones. Realmente le había cogido por otra razón...

----------------------------------

Jade y Hoban avanzaban juntos por las calles de Athenas, esquivando gente mientras hablaban. Habían contratado a un piloto y a una mecánico. Iban por buen camino, pero necesitaban más brazos. Más gente que les sirviera.

- Capitán, necesitamos más armas. El viejo es un borrachuzo y la chica... no la imagino empuñando una pistola, la verdad.

- Bueno, separémonos Jade. Asi encontraremos antes a alguien. Nos reunimos en la nave en tres horas. Si llevas a alguien perfecto, si no, nos iremos de todas formas. No quiero pasar un minuto más en este planeta.

--------------------------------

- ¿Así que serviste en las tropas de la alianza y ahora tienes un retiro forzado por méritos de guerra...?  Desde luego es un muy buen currículum, pero... - Hoban estaba a punto de liarse a puñetazos. Aquel hombre le parecía egocéntrico a más no poder, la gente que se echaba tantas flores... además, era miembro orgulloso de la alianza, se llevó la mano a la empuñadura de la pistola, soltó el seguro...

- ¿Me han dicho que buscas gente para tu nave? - Hoban se giró ante la misteriosa voz. Una mujer bellísima le miraba detrás de unos ojos de un azul profundo. Hoban resopló... otra chulesca no, por favor...

- Si, eso hago. ¿Por? ¿Acaso conoces a alguien a quién le interese? - El hombre de la Alianza intentó hablar, pero Hoban le puso el dedo índice en la boca indicando que se callara sin siquiera mirarle.

- Si claro, yo misma. - Parecía segura de sí misma... habría que ponerla a prueba.

- Mmmm, bien... ¿y qué ganaría yo contratándote a ti? Necesito gente fuerte, que pueda cargar peso, cosas grandes, mi nave es un carguero de mercancías. - Hoban resopló, un capullo de la Alianza y una enclenque que se creía capaz de todo,... Joder, y ahora ¿cómo me quito a estos dos de encima?. Mientras Hoban pensaba una solución miraba con gesto serio a la chica, como si le estuviese haciendo mucho caso. Ella continuó hablando.

- Bueno, yo soy médico, pero no me importa, puedo hacerlo. Teníamos que cargar con utensilios grandes allí donde trabajaba, yo.... hace mucho de eso, pero no creo que... - Hoban le interrumpió de súbito, sin avisar.

- Si te ves capaz, estás dentro. Me gusta la gente valiente. Y además seguro que en un par de semanas ya estás más fuerte. El hambre a veces pasa factura y seguro que has estado mucho tiempo sin comer.

- Ehm, pero...

- No se hable más, ven conmigo.  - dijo sonriendo.

- Ehmmm... vale.

No era nada fácil encontrar médicos disponibles. Y mucho menos médicos en los bajos fondos, sin prejuicios. Moviendose con la gente equivocada. Eso explicaba por qué parecía tan chulesca. Necesitaban un médico, lo necesitaban casi más que nada. Siempre había heridos en éste tipo de misiones. Pero no sería tan fácil contárselo a ella. Requería encontrar las palabras adecuadas, no era el momento.

Tras haber contratado a Olivia, la cual demostró no ser tan altiva como sus pintas parecían decir de ella, Hoban esperó al regreso de Jade para darle las buenas noticias. Lo que no esperaba era verla acompañada de un hombre. El capitán posó sus ojos en Bane.

-----------------------------------------------------

- Capitán, le presento al señor Bane Adams. Quiere unirse a la tripulación. - Jade sonrió y se metió dentro de la nave. No tenía nada más que decir. Hoban suspiró asustado. Sabía de los contactos que tenía Jade en las bajas esferas, y eso le asustaba... El hombre dió un paso adelante, se quitó su sobrero de ala. Hoban le tendió la mano, él la miró sin estrecharsela, y después volvió a obseravar los ojos del capitán de forma directa, sin miedo.

- Capitán... mis respetos. - dijo muy confiado. Hoban estaba a punto de echarse a reir. El tipo parecía muy serio, estaba fuerte. Puro músculo, estaba claro que Jade había buscado lo que necesitaban, y seguro que estaba bien escogido, ésto simplemente era una burocracia necesaria.

- Sr. Adams. Mucho gusto. ¿ha trabajado usted en una nave de mercancías antes?

- Vamos, capitán, usted sabe tan bien como yo, que eso no es lo que vamos a hacer aqui. Necesita un hombre que sepa disparar, yo soy su hombre. ¿A quién quiere matar? Hablemos del salario.

- Ehh, vas muy rápido, ¿no? - Hoban lavantó las manos con la palma abierta por delante de él, como diciendo que frenara un poco. - Si aún no te he dicho que estás dentro. - Se acercó a él. - Baja la voz, ¿quieres? No quiero que todo el mundo se entere de eso, precisamnete.

- Ah claro, capitán, lo que usted diga - dijo bajando la voz de pronto hasta casi el susurro.

La risa de Hoban se hizo oir por encima del estruendo, después, ante la cara de sorpresa del tipo, preguntó - Bueno,y ¿qué armas usas?

El hombre sacó de debajo de su gabardina un rifle de asalto.

- Esta es mi niña - dijo besándola.

- Pe... ¿Pero qué haces? - Hoban, nervioso, le hizo gurardarla con rapidez mientras miraba a un lado y a otro asustado, esperando que nadie hubiese visto eso. El hombre parecía aún más sorprendido.

- Si usted me ha preguntado.

- Anda, pasa dentro. Hablaremos ahi de su salario.

- Por fin nos entendemos, aunque aviso que mis servicios no son baratos - dijo sonriendo, y andó con paso firme hacia dentro, como si nada hubiera pasado. Tras comprobar una vez más el no haber llamado la atención, Hoban miró a Jade que estaba dentro observando con las manos cruzadas delante del pecho. Hoban torció el gesto, ella se llevó la mano a la boca para evitar reirse a carcajadas.

- Muy graciosa - dijo en un susurro Hoban para que Jade le leyera los labios.

El piloto estaba rebuscando un cigarrillo debajo de su silla. No hacía caso de lo que se decía por la radio, ni siquiera sabía si le iba a hacer caso a él cuando hablara. Era una persona curiosa, pero le resultaba simpático. Seguramente nadie hubiera contratado a un borracho como piloto de su nave de carga, nadie... que no fuese Qing, claro...

----------------------------------------------

- Eres piloto, ¿eso es todo?. - preguntó Hoban.

- No, señor, soy el "mejor" piloto. - respondió él , haciéndo hincapié en la palabra "mejor" y colocándose a la vez el cuello de la camisa. Era hawaiana de colores turquesa y amarillo. Nadie vestía así ya,... Y a Hoban no le gustaba demasiado.

- Pero, me han llegado rumores de que le das al Sake. - dijo Hoban un poco contrariado.

- Y al wishky, y al Ron... Asi es, señor, pero es que me cuesta más pilotar sin tomarme un trago. - El hombre parecía que lo decía orgulloso, como si fuese algo bueno en vez de lo desastroso que podía llegar a ser. Hoban parecía un tanto horrorizado, pero no podía negarle que cuando había visto pilotar a Dirk daba igual si estaba borracho, drogado, herido o no, que siempre lo hacía bien.

- Creo que es mejor que lo veamos - dijo Hoban poco confiado - pero a la mínima que te diga que lo sueltas, lo sueltas, o una bala atravesará tu sien de lado a lado, ¿entendido?

- Eso está hecho. Deseas un paseo por encima del mar o ...

----------------------------------------------

- ¿Y cuando bajó en picado hasta casi darse con el suelo, para hacer un giro bestial de 250 grados y ponerse casi a ras de suelo volando cabeza abajo durante 10 millas?

- En ese momento, estuve a punto de apretar el gatillo, Jade.

- Es bueno, no puedes negarlo. Que sea un borracho no es tan importante.

- Espero que tengas razón...

El piloto jugueteaba en ese momento con los mandos de la nave, mientras el capitán hablaba con su compañera tras la puerta. Entonces un estruendo resonó por toda la nave. Y una bengala salió despedida hacia adelante, estrellándose de manera catastófica contra el gran acantilado que tenían delante del "Cuervo".

- Ups - dijo Jackson con el dedo estirado encima de un botón.  Jade miró a Hoban y se encogió de hombros - Es tu decisión.

Por último fijó los ojos en Jane. Incluso Marcus la conocía. Hoban ya había oído hablar de ella tiempo antes de que apareciese. Ella también había oído hablar del cuervo y sabía a lo que se dedicaba. Al llegar a Athenas, Hoban no tuvo ni que salir de la nave para que ella se presentara allí ofreciendose para trabajar.

-------------------------------------------------

- ¿Jade? ¿Jade Zhang?

- Si, Hoban, ya te lo he dicho, Ghu-Ghu.

Era tal y como se la habían descrito, pero él la imaginaba más mayor. Dirk y Wyatt eran un poco vejestorios ya cuando mencionaban a Jade. Parece que era una persona de confianza, y habían oído de su buen hacer. Desde luego, era una buena oportunidad. Tenían muchos amigos en común, tenía contactos en los bajos fondos, podría conseguir negocios, sabía disparar, estaba habituada al negocio. Podría ser su mano derecha en el cuervo sin ningún problema.

- De hecho, creo que puedo conseguir un trabajo con facilidad, hay un suplemento que deberíamos llevar a Triunph antes de un semana.

- Eso podemos hacerlo solos. Pero después de eso, tendrías que ayudarme a hacerme con una buena tripulación, hay cosas más complicadas en este negocio que el simple contrabando.

- Men Wen Ti - dijo ella con los pulgares en alto.

Se entendían con facilidad, decidir el porcentaje fue sencillo, una vez quitaron los diferentes salarios de las 3 ó 4 personas más que iban a decidir contratar. Todo el dinero que Hoban ganaba iba a la nave. No se reservaba nada para él. Lo gastaba en comida, en combustible, no le preocupaban ni su sueldo ni su jubilación. Por ello no hubo mayor problema.

La ayuda que Jade le había brindado desde el principio hacía que para Hoban fuese la persona de más confianza de la nave, quizás por que se parecían mucho, quizás simplemente por su forma de ser, quizás por que le recordaba a "Quick" Mickey un poco...

Fuera lo que fuese, Hoban y ella se llevaron bien desde el principio, por ello Hoban le dejaba practicamente libertad de movimientos, y eso no sería excepción en los trabajos un poco más serios.

Hoban se colocó delante de todos. A su espalda quedaba el gran ventanal por el que se veía parte del espacio y, el cada vez más grande, Beylix.

- Chicos, basta de trabajos estúpidos. Basta de transportes que no dan créditos. Es cierto que en las últimas semanas no hemos tenido mucho que comer, los rugidos del estómago de Bane por la noche no nos dejaban dormir. Al menos me pasaba a mi... ¡Mi Tian Gohn!... Pero también os dije que el principio sería complicado. Poco a poco tenemos que ir haciendonos un nombre. Y os dije que ibamos a conseguir algo pronto. Éste trabajo puede darnos algo más de dinero, si las cosas no se tuercen. O no las forzamos - dijo en dirección a Bane, por quién ya se habían metido en un par de refriegas. - No iremos todos, eso no tendría mucho sentido. Jackson, Jeannie y Olivia se quedarán en la nave. Y nosotros tres iremos allí, esperando hacer el trato rápido y sin problemas.

Hoban se acercó a sus compañeros.

- No obstante, no me fío mucho de Kian, es un ratero y siempre juega sucio. Asi que tened la nave lista por si acaso. Y no os confieis. Podrían intentar asaltarnos antes o después de obtener la mercancía.

- Oh, no te preocupes, nada puede matarme... - respondió con tono bromista a la joven Jeannie, mientras volvía a salir desde debajo de los controles para tomar el mechero que la joven le acercaba y que tanto había estado buscando hasta entonces. Abrió la tapa del mechero y rápidamente lanzó un chispazo al frotar la piedra con su pulgar, aunque no tardó en volver a guardarlo en el bolsillo de su camisa, sin encender el cigarro, que aun descansaba en la comisura de su labio.

Escuchó con atención a Hoban hablar, aunque mientras lo hacía no paraba de revisar los indicadores del tablero, mas que nada para entretenerse, pues el piloto automático siempre fue su peor enemigo, y hasta el momento se había estado aburriendo bastante. Ademas, teniendo en cuenta que la mitad de aquellos indicadores no funcionaban como tendrían que funcionar, pues pocos motivos tenia para estarles encima, salvo el distraerse.

- Hacer guardia en la nave... otra vez... genial... - comentó por lo bajo, un poco desanimado por aquello, mientras que con los dedos daba unos ligeros golpes a un medidor perdido en el tablero, cuya aguja se había clavado en su lugar, y que Jackson difícilmente podía recordar para que servia.

Bane miraba a Hoban mientras éste hablaba y no pudo evitar mirar a su alrededor un poco azorado cuando hizo el comentario sobre su estómago.

Eso es mentira maldito...

Pero a pesar de todo no pudo evitar soltar una sonrisa; también se encogió de hombros cuando el capitán habló de las peleas que "forzaba" de vez en cuando; lo cual tampoco era cierto: él no forzaba nada... Simplemente la gente con la que solían hacer tratos no tenía sentido del humor, y sus respuestas a los comentarios de Bane eran tan hirientes, que él no tenía más remedio que...

- Una pequeña refriega no hace daño a nadie... Y no podréis negarme que nunca está de más meterle el puño a alguno por el c***.

Y con una carcajada sale de la sala con dirección a su habitación para preparar las armas que pensaba llevarse.

- Vamos, Jackson, no es tan horrible. Además, si algo pasa no puedo dejar que otra persona pilote la nave. Tienes que quedarte con el "Cuervo", necesita tu cariño.

E inmediatamente al ver salir a Bane por la puerta,  Hoban se acerca a los demás colocándose donde estaba éste último.

- Bien ahora que Bane se ha retirado. ¿Alguna pregunta inteligente que hacerme sobre lo de hoy?

Colocó los brazos en jarras haciéndose el interesante.

Fue entonces cuando algo llamó la atención de Jackson. El escáner detectó una pequeña anomalía que no parecía tener ninguna marca reconocible fija.

- Qué raro... - dijo el piloto, tras lo cual casi todos los allí presentes se giraron hacia él para ver qué pasaba. Aquello pitaba como si algo estuviera 'perturbando' al Cuervo, pero no había ninguna nave ni nada que se le pareciera por allí. Estaban solos.

Jackson tuvo que taparse los ojos porque de la superficie de Beylix salía una especie de luz, no muy intensa, como un rayo de sol. Y de sopetón todo se apagó, literalmente.

La nave empezó a caer en picado y todos parecieron volverse locos. Jeannie salió corriendo a la desesperada a la sala de máquinas a ver qué ocurría mientras Jackson aporreaba los mandos de la nave intentando devolverla a la normalidad... pero nada funcionó.

El caos duró diez segundos. Después sólo hubo oscuridad.

FIN DE ESCENA