Partida Rol por web

Sueñas.

Andas por una playa desierta hacia un barco embarrancado y lamido por las olas. Tus pasos son lentos y tambaleantes, miras a tu espalda y ves como arrastras una inmensa piedra de molino. La piedra está atada a ti por largas cadenas de hierro con ganchos al final, ganchos que se clavan en tus hombros y en tu espalda. Cada paso es una agonía de dolor, tratas de gritar pero de tu boca no sale ningún ruido. Las olas se embravecen, asustado tratas de llegar al barco y arrastras la piedra con más fuerza logrando solo que los ganchos desgarren tu piel, dejas pisadas ensangrentadas en la arena. El agua, fria y gris, llega hasta tu pecho y la playa parece desaparecer bajo la marea, solo el barco embarrancado parece un refugio. Ves como sale a flote, avanzas desesperado hacia el. Pero la piedra que arrastras te retiene, con un fuerte tirón desgaras tu espalda notando como te liberas los ganchos pagando el precio de tu propia carne. El agua te llega ya hasta la boca, inundandola de sabor a sal, te estas ahogando pero el barco está tan cerca...casi puedes tocarlo.

Despiertas en tu jergón, confundido y con una gran sensación de intranquilidad.

Te despiertas en un alba gris de un día del fin de la primavera del año 793. Pestañeas varias veces mientras tus ojos se adaptan a la escasa luz del cobertizo de esclavos en el que duermes. Te rascas la cabeza tratando de aplastar algún piojo o pulga mientras te incorporas.

Este cobertizo y las tierras que lo rodean son todo tu mundo. Eres un thrall, un esclavo, nacido de una madre esclava y empleado como peon en una granja perteneciente al jarl que gobierna estas tierras. Tu vida ha sido dura trabjando de sol a sol una tierra dura e ingrata, siempre con hambre y recibiendo palizas según el capricho de del capataz de la granja, Snorri.

Tu único consuelo en esta vida es cuidar y proteger a Ulli, tu hermano pequeño. Pero aún así la última cosecha fue mala y las cosas no van bien en la granja. Sientes una fuerte congoja mientras empiezas las duras tareas de tu día a día.

- ¡Eh tu Earsling! ¹ - Chilla Snorri cuando te ve haciendo tus tareas en la era de la granja- ¡Ven aquí ahora mismo perro!²

Puedes ver que el capataz tiene una eviente resaca, su rostro enrojecido lleno de pequeñas venas azuladas, sus ojos inyectados de sangre y su horrible aliento a cerveza rancia lo traicionan.

Te acercas hacia el viendo como a través de los vapores del alcohol sus ojitos brillan maliciosos. - Tengo una tarea para ti ¡y asegurate de hacerla bien o te arrancaré la piel a tiras! Ayer se perdió una de las ovejas en lo alto del monte. Sube a por ella y no se te ocurra volver si no las has encontrado ¿entendido?- Para recalcar lo dicho el capataz de arrea una bofetada casi puedes oirle pensar "Un dia de estos voy a joderte la vida pedazo de mierda"³

me reconpongo del golpe inmediatamente y lanzó una mirada fulminante a mi opresor, "podria darte una manta de palos" pienso, solo para recordar que no soy mas que un siervo y sería castigado con una muerte horrible, además un paseo por la montaña no suena tan mal.

-Enseguida, señor...

Recojo apresuradamente mis cosas y emprendo la marcha hacia lo alto de la montaña en busca de la dichosa oveja.

Tus pasos te llevan a dejar atrás los edificios de la granja y los magros campos de cultivo en los que te deslomas día a día sobre una tierra ingrata para finalmente empezar a ascender las laderas pedregosas de la montaña. Rapidamente te internas en la niebla que siempre reina en estas alturas buscando cualquier rastro de la oveja perdida.

calmate conoces estas montañas me digo mientras tanteo el terreno y cualquier marca que pueda orientarme

Encuentras la oveja...o lo que queda de ella. La carcasa de la pobre bestia yace entre unos arbustos despedazada a grandes dentelladas. Fuese lo que fuese destrozó la garganta del animal y se ha estado dando un festín con su carne. Aprensivo tratas de penetrar la niebla con tu mirada

Agarro con fuerza mi cayado, mi respiración cesa y todo resta en silencio. Se podría oír caer un alfiler a 500 yardas.

Quizás sea solo que el verano se acerca, o quizás sean los dioses que desean entretenerse contigo, pero juarías que un súbito soplo de viento ha dispersado gran parte de la niebla. Y surgiendo de la misma puedes ver, avanzando hacia ti, a un lobo.

La bestia gruñe y enseña los colmillos mientras se acerca hacia ti. Sus ojos amarillos se clavan en ti mientras arquea el lomo y los gruñidos aumentan en intensidad. Te interpones entre un lobo hambriento y su presa. Y para un animal hambriento solo hay una manera de responder a semejante situación. El animal se tensa dispuesto a atacar.

"Maldito seas Snorri" gruño a la vez que me preparo para lo peor.

La bestia se detiene a un par de metros de ti. Gruñe de nuevo y empieza a tensarse para saltar. Apenas tienes unos segundos para decidir si luchar o huir.

"Muere!"

El grueso cayado de pastor de Ragnar atiza al lobo en un lado de la cabeza justo por debajo de la oreja. El golpe es brutal, tanto que el cayado revienta en una explosión de astillas mientras hunde el craneo del animal. Con la mitad de la cabeza hundida y sangrando profusamente el lobo se desploma como una marioneta a la que hubiesen cortado las cuerdas.

Ragnar arranca un grito de ira desde lo mas profundo de su corazón mientras le asesta un brutal golpe al lobo. "chupate esa perro, me haré un puchero con tus malditos huesos." Pensó mientras se cargaba al hombro el ya inerte lobo. "Será mejor que me lleve la oveja también, ese bastardo de Snorri puede comérsela por lo que a mi respecta."