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Lobo Gris ha muerto.

La noticia llegó por medio de un pájaro mensajero al Monasterio la pasada noche, conmocionando a todos los monjes. El legendario Maestro era sin duda uno de los más grandes de la Orden del Kai y se le guardaba un gran respeto.

El Gran Maestre del Kai os hizo llamar al día siguiente, al despuntar el alba. A vosotros, los más jóvenes monjes en obtener el rango de Señor se os iba a confiar una misión de gran importancia.

Al parecer, tanto el Gran Maestre como el resto de los Señores del Consejo estaban preocupados por la muerte de Lobo Gris. Había tenido lugar en la ciudad de Ruanon, en el palacio del Barón, del cual el venerado Maestro era consejero. Por lo que se sabe, una rápida y letal enfermedad hizo presa en él, terminando con su vida en tan sólo un par de días. Vuestros superiores encuentran sospechoso esto, sobre todo conociendo lo robusta que era la salud de Lobo Gris, al que nunca se le conoció ninguna dolencia ni enfermedad. Esto, unido a las investigaciones de carácter secreto que decía estar llevando a cabo desde hacía unos años y que nunca había compartido con nadie debido a su naturaleza solitaria (casi se le tenía por un ermitaño) hacen temer al Consejo que algo de carácter siniestro pudiera haber sucedido.

Por dicha razón, se ha decidido enviaros a la Baronía de Ruanon para que averiguéis si se esconde algo turbio detrás de la trágica muerte del Maestro Lobo Gris. De esta manera, antes del mediodía ya os encontráis a lomos de vuestros caballos, con el Monasterio, vuestro único hogar durante años, perdiéndose en la distancia. Frente a vosotros, rumbo sur, está el camino hacia Ruanon. Observáis con preocupación la tormenta otoñal que parece que se está formando en el horizonte, volviendo el día gris y desapacible... ¿un mal augurio?

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Tarde

Falta poco para que el sol se ponga. Contempláis el camino que todavía os queda delante y comprendéis que llegaréis a la ciudad de Ruanon bien entrada la noche. Como os dijo el Gran Maestre es importante que lleguéis lo antes posible, pero un inoportuno bache destrozó la rueda de la carreta de los clérigos y reponerla os ha costado más tiempo del que os hubieráis imaginado en un principio.

Avanzáis a caballo por el camino real, seguidos por la carreta de los dos clérigos de la orden de los Redentores que os han acompañado durante estos siete días de viaje. Desde el Monasterio del Kai, avanzando por llanos y bosques, hasta el desfiladero de Moytura, donde las llanuras dan paso a las estribaciones de las Montañas Durncrag, para llegar al Paso de Ruanon y al peligroso Sendero de los Bandidos... Y finalmente, atravesando el bosque de Ruanon y cruzando el río Xane hasta casi llegar a la capital de la Baronía.

Ha sido un viaje tranquilo. Apenas os habéis cruzado con viajeros, tan sólo algunos comerciantes, jinetes solitarios y un convoy de mercancías rumbo a Holmgard escoltado por una escuadra de Caballeros de Sommerlund.

Viajáis de incógnito, tal y como os recomendó el Gran Maestre, con largas capas oscuras que cubren vuestras vestimentas de tonos verdes que os identificarían como Señores del Kai. Según os dijo el superior de vuestra orden, enviaría un pájaro mensajero a Ruanon anunciando vuestra llegada, pero lo haría cuando estuvieráis a punto de llegar, para mantener vuestro viaje en secreto el mayor tiempo posible. En ese mensaje se explica que es deseo de la Orden, como es costumbre, que el cuerpo del Señor del Kai sea llevado de vuelta al Monasterio para ser enterrado con todos los honores en la cripta, junto a los otros grandes Señores. Para ello viajan con vosotros el Hermano Zagor y el Hermano Zanbar, los clérigos, que se ocuparán del embalsamamiento del cuerpo y lo llevarán de vuelta al Monasterio del Kai.

En cuanto a vosotros, la excusa para vuestra presencia será familiarizaros con la Baronía, ya que uno de vosotros se quedará permanentemente en Ruanon (es costumbre que haya un Señor del Kai en el gobierno de cada región de Sommerlund, actuando como supervisor y consejero). Con este pretexto tendréis vía libre para averiguar si algo se esconde tras la repentina muerte de Lobo Gris.

El Sol es una mancha roja en el horizonte cuando divisáis a lo lejos la ciudad de Ruanon. La llegada de la noche os hará ir todavía más lentos, no queréis arriesgaros a que la carreta o algún caballo sufran algún percance por tratar de avanzar rápido en la oscuridad.

Es entonces cuando veis en la distancia (a un par de kilómetros) un grupo de jinetes que se dirige galopando hacia vosotros por el Camino Real, quizás sean unos veinte. ¿Cuál puede ser la causa de su prisa? Los últimos rayos del Sol arrancan reflejos metálicos del grupo. Van armados. Fuertemente armados.

Una pequeña loma hace que los perdáis de vista brevemente, pero a la velocidad que llevan se cruzarán con vosotros en unos pocos minutos...

Poniendome a la altura de mis compañeros del Kai les comento con voz firme:
-Si fuera en otro sitio pensaria que son soldados pero esta velocidad no puede anunciar nada bueno, tampoco he visto pabellon alguno, por lo que no parecen caballeros de Sommerlung. Creo que deberiamos desviarnos momentaniamente del camino y borrar nuestras huellas solo por si acaso.

Me quedo a la espera de la respuesta de alguno de mis compañeros mientras miro a los dos monjes obviamente menos capacitados que nosotros para la lucha.

No hay razón para temer una emboscada. Pero la precaución es una buena consejera. Fuera del camino nos será más fácil ocultarnos entre la maleza. Además, está anocheciendo y cada vez se va a hacer más difícil vernos.

A esta distancia dudo que no nos hayan visto ya. Que alguno de nosotros hable con los jinetes si es que se detienen. Alguien capaz de atacar a distancia si la situación lo requiere debería esconderse conmigo en uno de los lados del camino, por si fuese preciso defendernos con la fuerza.

Acto seguido tomo mi arco y lo tenso un poco, mientras me oculto entre la maleza que engulle el camino

Buho sabio observa al grupo la prudencia es la mejor de todas las madres le dice al grupo llevando su caballo hacia alguno de los arboles Nuestra llegada no debe ser anunciada hasta la llegada a Rhuanon, no seria bueno que los señores oscuros nos hicieran alguna trampa mientras se esconde entre los arboles

-Serpiente Silenciosa, no dudo que nos hayan visto pero si en verdad quieren hacernos daño los monjes les sera mas facil refugiarse y huir. Claro que intentaremos hablar con ellos antes de entrar en batalla. Pero por ahora ocultemonos en el bosque y veamos como reaccíonan.

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Tarde

Espoleáis a vuestras monturas para llevarlas tras unos árboles en la linde del camino, tras decirles a los clérigos que continúen la marcha en su carromato como si nada sucediera.

Al cabo de un minuto, desde vuestra posición oculta veis al grupo aparecer por el camino al superar la loma. Son unos veinte caballeros, van armados con picas y portan gruesas cotas de mallas que no les parecen pesar lo más mínimo. La imagen de estos caballeros os impresiona, por sus impresionantes armaduras, todo lujo y ornamentos.

Pero al ver a los caballeros, tanto Zorro como Búho se relajan al reconocer por sus vestimentas a los jinetes como Caballeros de Sommerlund, la élite de los ejércitos del país. Zorro reconoce incluso el escudo de Ruanon en las vestimentas de los caballeros, la cruz dorada sobre el fondo negro, que también es el emblema de la Casa Vanalund, cuyos herederos ostentan el título de Barón de esta provincia sureña.

Aguila y Serpiente observan como sus compañeros hacen un discreto gesto que quiere decir que no hay peligro, y con más tranquilidad cruzáis miradas significativas... mejor será no llamar la atención y permanecer ocultos mientras pasan.

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Tarde

Es entonces cuando el caballero que abre la formación hace un gesto con el brazo, poco antes de llegar a la altura de la carreta de los clérigos. Haciendo gala de la conocida maestría de los Caballeros de Sommerlund en el arte de la equitación, se detienen en formación.
Vosotros, alarmados, contempláis la escena, aunque no presentís ningún tipo de peligro y las miradas y gestos de los caballeros no implican amenaza.
Esto os hace salir de detrás de los árboles, porque después de viajar una semana con ellos sentís que esos clérigos están bajo vuestra protección y porque no queréis que nadie diga que un Señor del Kai se oculta de enemigo o amigo.

Al veros, el caballero que los comanda avanza un poco hacia vosotros y descabalga. Su armadura de placas es impresionante, todo ornamentos metálicos dorados y negros, que dibujan el escudo de Ruanon sobre su pecho, y que le cubre todo el cuerpo excepto la cabeza. Podéis ver que se trata de un hombre atlético de unos cuarenta años, de rasgos pétreos, pelo rapado y ojos oscuros. Tiene una cicatriz que le deforma el lado izquierdo de su cara.
El caballero se detiene a unos pasos de vosotros y hace una pequeña reverencia

Es un honor para mí recibir a unos de los legendarios Señores del Kai. Soy Sir Jester Crow, Caballero de Sommerlund y Capitán de Ruanon, y les doy la bienvenida en nombre de mi señor, el Barón Derek Vanalund...

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Tarde

Zorro reconoce el nombre de Sir Jester Crow, conocido en todo Sommerlund. El Capitán de Ruanon es el Caballero que ha hecho que el camino real entre Holmgard y Ruanon sea más seguro que nunca. Él es quien organiza los convoyes de materiales preciosos y joyas que abastecen el resto de Sommerlund desde Ruanon, y quien tiene la misión de protegerlos en sus trayectos, en su función de jefe de los Caballeros de Sommerlund en la Baronía de Ruanon.

Hace años que lleva a cabo precisos ataques contra los Clanes de Bandidos montañeses de las Durncrag, bandas de giaks y demás calaña que asaltaba a los viajeros del camino real, que, actualmente, es más seguro que nunca en muchos años.

Águila Certera, haciendo gala de su habitual escasez de palabras va el último del grupo. Tiene el arco todavía en la mano pero no lleva ninguna flecha cargada y lo apunta hacia abajo en señal de tranquilidad y paz.

Mientras espera a que alguno de sus compañeros inicie la conversación, observa con cautela a su interlocutor y al resto de caballeros de la comitiva.

Me adelanto al resto de compañeros y con gesto totalmente amistoso digo:
-Saludos Sir Jester Crow, no me deberia sorprender que el heroe del camino real tubiera conocimiento de nuestro viaje. Estaremos honrados en ser acompañados por tan insigne compañia.
Tras esas palabras les comento al resto de compañeros.
- Sir Jester Crow es conocido en todo Sommerlund. El Capitán de Ruanon es el Caballero que ha hecho que el camino real entre Holmgard y Ruanon sea más seguro que nunca. Él es quien organiza los convoyes de materiales preciosos y joyas que abastecen el resto de Sommerlund desde Ruanon, y quien tiene la misión de protegerlos en sus trayectos, en su función de jefe de los Caballeros de Sommerlund en la Baronía de Ruanon.

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Noche

Sir Jester os informa que esperaban vuestra llegada hoy después de que la noticia llegase por medio de un pájaro mensajero enviado por el Gran Maestre. Al ver que caía la noche y no llegabáis a la ciudad, el Barón le ordenó organizar esta escuadra para salir a vuestro encuentro y serviros de escolta hasta el Palacio de Ruanon.
Reconoceros fue sencillo, ya que la misiva del Gran Maestre hablaba de un grupo de cuatro jinetes y una carreta con dos clérigos.

Comprendéis que no os queda opción sino aceptar de buena gana este pequeño comité de bienvenida, y pronto estáis todos de nuevo en camino.

Vuestra comitiva recorre el camino real hacia la ciudad, ya con el Sol oculto tras el horizonte. Sir Jester cabalga a vuestro lado, mientras detrás forman el resto de los caballeros y, cerrando el grupo, va la carreta de los clérigos. El Capitán, de maneras rudas propias de un militar de carrera, os pregunta por el viaje hasta aquí. Parece ser una persona seria y de pocas palabras, de manera que la travesía parece ser que será sin más conversación que la que vosotros le querráis dar...
A medida que os acercáis a la ciudad pasáis al lado de granjas, campos de cultivo y casas. La gente que vive fuera de los límites de Ruanon vuelve a sus hogares tras el día de trabajo.

Pronto podéis distinguir las murallas de la ciudad, y más arriba, en la colina que domina la urbe, el palacio del Barón, una fortaleza dominada por cinco altas torres. La más alta de todas se distingue ya que en su cima, una almenara ilumina la noche con su poderosa llama.

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Noche

Águila Certera recuerda que al Palacio-Fortaleza del Barón de Ruanon se le llama comúnmente “La Mano”, debido a esas cinco torres como cinco dedos alzados hacia lo alto. Incluso una de las torres, situada en un extremo, es más pequeña, asemejándose a un pulgar.

Buho sabio camina junto a uno de los caballeros y como estan las cosa por la ciudad, esos terrenos deben ser seguros, dudo que hace muchos años no se ha sabido ni de Giaks ni de kraans... los señores oscuros parecen cada dia estar mas derrotados dice en voz alta mirandole esperando su respuesta

Águila Certera monta en su caballo mientras observa cada uno de los movimientos de los guardias que les acompañan, tan solo contesta a las preguntas que le hacen con la mínima cortesía y si no fuera por que los demás Señores del Kai saben que es así pensarían que está enfadado por algo.

Al llegar a la proximidad de la ciudad, el Señor del Kai parece notar la intranquilidad de su montura y la acaricia.

Tranquilo, Torrente, espero que no estemos encerrados mucho tiempo.

Dicho esto, alza los ojos para contemplar la vista de la ciudad y con una evidente (y sorprendente por lo raro que resulta en él) muestra de admiración comenta:

Ciertamente el sobrenombre que recibe el castillo del Barón le viene que ni pintado. La Mano... Hasta la torre más pequeña parece que fuese el pulgar de esta Mano-Fortaleza.

Monto de nuevo a "Estrella vesperina" y me pongo a seguir a la comitiva que se ha montado. Tras agradecerle el que nos acompañe a Sir Jester decido comentarle mi admiración por el magnifico trabajo realizado aquí al limpiar esta zona de Bandidos y Giaks.
Tras eso sigo el camino, más interesado en llegar al castillo que en entablar conversación.
Llegando al castillo y a sus 5 torres, me vienen recuerdos de la infancia cuando regresamos toda mi familia regreso de Vassagonia estubimos varios dias como invitados.

Proximidades de la ciudad de Ruanon
Horario: Noche

La marcha tiene lugar casi sin conversación. Trotáis con vuestras monturas al lado de los caballos de batalla de los caballeros.

Sir Jester es muy parco en palabras, apenas agradece con un gesto los halagos de Zorro Plateado, y Buho Sabio es incapaz de sacar apenas unas palabras a ninguno de los caballeros.
Está claro que estos militares se rigen por una estricta disciplina, y sobre todo ahora, con su Comandante delante. Parece claro que si queréis hablar más adelante con alguno de estos caballeros debería ser sin la presencia de un superior.

Ciudad de Ruanon
Horario: Noche

Finalmente, acabáis por llegar a las grandes puertas de la ciudad, cerradas ya debido a la llegada de la noche, donde vuestro grupo se detiene. Entonces Sir Jester exige con una voz poderosa paso a la Guardia y a los Caballeros de Ruanon, a lo que desde dentro responden los sonidos de cierres descorriéndose y, poco a poco, las puertas se abren ante vosotros, dejándoos paso libre.

Comenzáis entonces la ascensión por una de las calles principales de la ciudad hasta la colina de La Mano. Los cascos de los caballos y las ruedas de la carreta de los clérigos resuenan contra la calle empedrada mientras os veis rodeados de edificios de piedra de dos o incluso más pisos de alto.

La ascensión termina ante la fortaleza amurallada que es la residencia del Barón. El camino lleva hasta la entrada, una especie de primer puesto defensivo consistente en un pequeño patio de acceso amurallado que da acceso a la fortaleza en sí.
Desde lo alto de la muralla exterior, iluminada con antorchas, soldados uniformados de Ruanon os observan con ballestas en sus manos mientras Sir Jester vuelve a solicitar la entrada.

Al poco, las puertas se abren, un rastrillo se levanta y una gran pasarela metálica se tiende sobre un foso con picas de acero en su interior, permitiendo vuestro paso al patio de acceso. Una vez dentro, se comienza el proceso de bloquear de nuevo la entrada que habéis atravesado mientras se empieza a abrir el acceso hacia el patio principal de la fortaleza, protegida por las mismas medidas de seguridad que la entrada principal. Sir Jester hace un gesto a sus hombres, que detienen sus monturas y descabalgan. Parece ser que sólo el Capitán de Ruanon os acompañará al interior.

Sir Jester se vuelve hacia vosotros: Bienvenidos a Ruanon.

Seguis al caballero al interior de “La Mano”...

Palacio del Barón de Ruanon
Horario: Noche

El patio principal del Palacio es inmenso, con espacio suficiente para celebrar un torneo, a pesar de contar con establos, barracones y perreras junto a las murallas. También hay carromatos y sirvientes haciendo sus quehaceres.
Seguís a Sir Jester hasta lo que parece una de las entradas al interior del Palacio, donde un grupo de personas (sirvientes y guardias en su mayoría) esperan.
El Caballero descabalga y vosotros lo imitáis, mientras del grupo dos hombres se aproximan. Sir Jester se encarga de realizar las presentaciones.

Uno de los hombres es de robusta constitución, un poco grueso, calvo y con grandes bigotes rubios. Tendrá sobre los cincuenta años. Viste una elegante túnica negra con bordados en oro. Os observa con unos inteligentes ojos marrones. Se trata de Roanan, Mayordomo de Ruanon, encargado de todos los asuntos del palacio y señor de todos los sirvientes.

El otro os es presentado como Weyland Thorne, Jefe de la Guardia del Palacio, que os saluda deseando que vuestro viaje haya sido tranquilo y sin sobresaltos. Se trata de un hombre de rostro serio, pelo rubio largo, pero calvo casi por completo. Rondará los cuarenta años. Sus ojos son claros y tiene una complexión fuerte. Viste una armadura de cota de mallas cubierta por una túnica blanca con el emblema de Ruanon. Los guardias que le acompañan os lanzan miradas de curiosidad, así como algunos de los sirvientes que pululan por el patio a estas horas de la noche. No se ve a un Señor del Kai todos los días, y ver aparecer de golpe a cuatro parece que ha revolucionado el Palacio, a pesar de la hora tan tarde que es...

El Mayordomo Roanan se apresura a anunciaros que vuestro alojamiento y el de los clérigos están ya dispuestos, y que vuestro equipaje será llevado a vuestras habitaciones por sirvientes inmediatamente. Asímismo, vuestras monturas y mulas de carga serán atendidas con esmero en los establos.

El Hermano Zagor y el Hermano Zanbar, que han bajado ya de su carromato, indican por medio de gestos a Roanan que desearían ocuparse cuanto antes de los restos mortales del Gran Maestro Lobo Gris, ya que desean tratar su cuerpo para el viaje de vuelta (ambos son embalsamadores expertos), y su intención es partir de vuelta al Monasterio en cuanto salga el Sol. Roanan no pone ningún impedimento, y afirma que de inmediato, unos criados les llevarán a las criptas del Palacio y les llevarán los materiales que necesiten.

Observáis que Crow ha vuelto a montar en su imponente corcel, y se despide de vosotros diciendo que ha de volver con sus hombres al Cuartel General de la Guardia. Os dice que mañana os volverá a ver, durante el banquete de bienvenida que el Barón celebrará con motivo de vuestra llegada.