Partida Rol por web

Evergreen Villa es el nombre de la finca a la que se dirigen. Para evitar el maldito tráfico angelino habían decidido salir de madrugada y, aún así, tardaron mas de una hora en llegar. En horario normal perfectamente podrían haber sido tres. A saber cómo sería un día de caravanas.

La finca está perdida en los alrededores del Sunset Peak, al sur del San Antonio Mount. La salida casi se confunde con el resto del paisaje. Sin un muy detallado mapa, sería muy difícil de encontrar. Por suerte esta zona ya quedaba casi vacía de tráfico y la velocidad del viaje dependía sólo de la habilidad y las agallas del conductor.

Siguiendo un camino ascendente muy bien cuidado, acaba llegando a una verja de forja trabajada a imitación de enredaderas. Hay un intercomunicador en un poste en el lado del conductor.

- Gracias por traerme, dice Rachel a Istyar cuando llegan a la verja, si hubiera conducido yo habríamos acabado en Seattle jajajaja

Michael, salvo algunas cosas importantes que viajan en la furgoneta de Andrea (Como Dunnar) va en su moto y lleva a la espalda una mochila de acampada con su equipaje. En el último tramo, cuando ya es evidente que la casa es el destino, le pega un acelerón a la moto y adelanta a la furgoneta. Para la moto junto al interfono, se quita el casco con un gesto cansado y llama al interfono, presentándose, con la idea de que los de la furgoneta no tengan que parar ante la verja y puedan entrar directamente.

¡Woof, woof! - ladra el perro de Michael, excitado por el viaje

Una voz con el clásico sonido metálico de los intercomunicadores y lo que parece un acento inglés os conmina a que entréis al tiempo que se abre automáticamente la reja y os indica la dirección a tomar para llegar al aparcamiento. Allí encontráis diversos coches (un Rolls Royce Phantom gris plata, un BMW azul marino, un par de Audis), y una moto negra (Honda CBR 1100XX Super Blackbird).

Por el camino observáis parte de la enorme finca, cuyo paisajismo parece obedecer al estilo inglés, no hay setos perfectamente podados, todo está - al menos en apariencia - literalmente 'al natural', sin intervención humana. No por ello deja de ser precioso. El aire parece mas limpio, no llega ruido alguno de tráfico. Parece una burbuja aparte del mundo.

- ¿Qué menos? El camino tenía que recorrerlo igual. De esta forma al menos he tenido compañía. Exceptuando el último tramo, este camino puede hacerse muy largo, y mucho más si no salimos tan temprano como esta vez.

Sonríe, viendo cómo Michael les abre paso EL perrillo estaba atado atrás, sobre unos cojines colocados para que no se hiciera daño, y con una correa elástica pensada por lo que parece para transportar cargar delicadas. No se fiaba del nerviosismo de Dunnar como para dejarlo suelto mientras conducía, y así iría él también más seguro - Enseguida nos abrirá Nigiel.

Cuando el coche se pone finalmente en movimiento, comenta distraída - Vaya, pues si que tendremos más compañía. Cuando yo estuve aquí no había ningún coche.

Cualquier espíritu que pudiera darse en una finca mínimamente rural (pero que aún así contara con comodidades como electricidad, agua corriente, telefonía, etc) está presente. Las plantas te parecen particularmente mas vivas, como si estuvierran en HD y el resto de cosas en "resolución normal"

Istyar casi no necesita las indicaciones del interfono. Enseguida se dirige a la zona de aparcamientos, que sabe que estará tras una línea de cipreses pensados para que los coches no se vean desde la casa ni el camino, y por lo tanto que no puedan "ensuciar" el paisaje.

Lo primero que hace al parar es ir atrás. Dunnar está emocionado con el viaje, pero aún lo obliga a relajarse antes de soltarle la correa y dejar que se abalance contra su dueño.

¡Alfa!¡Alfa!- ladra excitado de contento por el viaje mientras olisquea el aire

¡Woof!¡Woof!- ladra excitado de contento por el viaje mientras olisquea el aire

Racheal baja de la furgoneta embelesada, lo más parecido a una zona verde era el parque donde iba a veces con su padre y su hermano a jugar de pequeños.

- Esto es precioso, no sabía que había sitios así tan cerca de la ciudad, seguro que cuesta un pastón.

- Puff... ni te lo imaginas. Y aún no has visto el interior. Vete preparada. Este lugar es un sueño.

Si están todos listos, por favor  - dice un hombre mayor vestido de mayordomo que parece haber salido de la nada. Su acento inglés lo señala como quién respondió al intercomunicador de la reja. - les rogaría que me siguieran a la mansión. Les guiaré a sus aposentos. - De repente, se fija en Dunnar y levanta una ceja - No me habían avisado de que fuéramos a tener un huésped canino - dice en voz queda, sin dejar claro si le molesta o le agrada.

Con la mochila al hombro, lleva el casco en una mano y dunnar permanece a sus pies.

No requiere de supervision especial. Si les resulta perturbador puede permanecer en mi dependencia cuando yo esté ocupado. No tenía muy claro a quien debía preguntarle.- Dice sonriendo conciliador

Entiendo - respone flemático el mayordomo - Debo advertirle, sin embargo, que la señora Wood no estará muy contenta si el cánido desagua sobre sus plantas favoritas- concluye antes de iniciar camino hacia la casa.

El camino es largo - un par de kilómetros quizá, nada extenuante - pero el paisaje es precioso. La mansión, un edificio de estilo victoriano, es simplemente enorme. Desde fuera se ven dos plantas, sin contar el espacio del tejado a dos aguas. Aquí y allá hay como una especie de torreones, posiblemente unas habitaciones con desarrollo vertical. Enredaderas similares a las de la verja, sólo que vivas, cubren buena parte de la fachada. Todo lo que llevan visto los jóvenes magos está impoluto, ni una hoja fuera de su sitio.

-Síganme, por favor, a los que serán sus aposentos.

Entran por la puerta principal de la casa. El interior es lujoso aunque de esitlo antiguo. Tan victoriano como la arquitectura, paneles de maderas nobles cubren las paredes. Mobiliario antiguo inglés en perfecto estado llena los espacios. En la escalinata ve un cuadro enorme de una señora madura, hermosa, de larga melena pelirroja y verde vestido, pero no capta mas detalles a esta distancia.

Les lleva al ala de servicio, dónde está la cocina. Hay un dormitorio para cada uno, pero en esencia son iguales. Cada dormitorio tiene el tamaño de un salón en un piso modesto. Si "lujo austero" no fuera un oxímoron sería esta habitación. Cama con dosel de madera oscura, a juego con el tocador y el armario. Paredes desnudas salvo el espejo del tocador. Ventana al jardín desde la que se ve un invernadero. Arcón a los piés de la cama. Baño en-suite con plato ducha. Nigel indica que es la habitación estándar de servicio, pero que si necesitaran algo no duden en pedirlo. Comerán en la cocina con él y la cocinera.

- Disponen de tiempo suficiente para instalarse y desayunar. Está todo listo en la cocina por si desean hacerlo antes de acomodar sus pertenencias en los aposentos. Tras ello les guiaré al resto de zonas de la casa a las que tendrán acceso: Sala de estudios, Sala de conferencias, Biblioteca. El piso superior queda fuera del acceso. Si desean algo del invernadero tendrán que hablarlo con la señora Wood, la Cocinera-Jardinera. -explica con flema inglesa.

- ¿Es esa nuestra anfitriona? - pregunta Rachel al ver el cuadro. Luego aligera el paso pues se ha quedado mirándolo y se ha rezagado. Al llegar a su cuarto echa la bolsa a un lado y corre a tirarse de espaldas en la cama: Joder, esto es más grande que el apartamento que tenemos Jenny y yo.

Una vez solo en el cuarto Michael alecciona a Dunnar.

-Dunnar, esto no es nuestro territorio, Solo vamos a estar aqui un tiempo y no hay que marcar nunca el territorio. Puedes  mear en las verjas de fuera. Si la dueña del territorio se enfada te puede echar fuera y van a pasar muchos dias hasta que a mi me dejen salir-

Michael deshace la maleta, deja algunas cosas encima de la cama, otras las coloca en la mesa y en el armario. Saca un cuenco de la mochila y una bolsita de pienso canino de marca para Dunnar. En 5 minutos sale a desayunar, tomando el café mientras espera a los demás.

La señora Evergreen, por desgracia, nos abandonó hace ya mas de una década  - comenta Nigel con un tono que parece tener una nota discordante en su impasibilidad hasta ahora mostrada - pero el señor Magnus no la olvida. Esta mansión empezó siendo un centro educativo-formativo por decisión de la difunta señora. Estoy seguro que, dónde quiera que esté, verá con buenos ojos lo que está por suceder.