Partida Rol por web

No cabía duda que la situación provocaba grima y duda en Leon, una mezcla de temor y curosidad por saber que ocurría frente al rechazo que saberse "poseído le provocaría".

Con un largo suspiro terminó el debate interno, el ser había actuado de forma noble aunque extremadamente violenta. Cosas que no podía realmente censurar Leon. Decidiío descubrir que ocurría aún a riesgo de arrepentirse luego. Dejó de forcejear...

León cree -no, SABE- que si el ser tuviera facciones, ahora estaría sonriendo. La criatura se mete en su cuerpo de forma rápida. Donde antes había dolor ahora hay placer, calidez - con un regusto frío y oscuro, pero calidez -, sensación de poderlo todo. Ahora estaba completo.

- Parece que despierta, enfermera Miranda - suena una voz masculina.
León está en duermevela, ni del todo despierto ni del todo dormido. Oye algo de movimiento a su alrededor, personas que hablan. Se repite mucho la palabra "paciente".

Había tenido una experiencia interesante o por lo menos extraña y parecía que volvía en mí. A mi alrededor los sanitarios sonaban como preocupados: quería saber más y abrí tímida y lentamente los ojos esperando escuchar más de sus cosas mientras tanto.

- ¿Señor Kurzt? - pregunta la enfermera Miranda -Acaba usted de despertar de un coma - informa-, si se siente mareado o groggy será normal. Llevaba usted dos semanas en ese estado.

El subidón de León seguía ahí, a diferencia del dolor amortiguado por los medicamentos, que parecía haber desaparecido. Ya no le dolían las costillas ni el cráneo. Se sentía a la vez como si se hubiera llenado de algo que hubiera empujado el dolor fuera definitivamente. ¿Groggy? ¡Si quisiera podría ponerse a bailar ahora mismo!

¿dos semanas? hacía mucho que no dormía tanto y además parecía que me encontraba de lujo. ¿Dos semanas dice?, entonces ya me queda menos para pedir el alta. Sonréi con sorna a la enfermera. Me encontraba genial y no pensaba dejar que sus alarmas me aguasen el momento.

- ¿No siente dolor, señor Kruzt? - pregunta la enfermera Miranda - Debido al coma, se redujo la dosis de sedantes. Si se encuentra bien y sus radiografías muestran recuperación suficiente, podría pedir el alta - explica en un tono que deja claro que ella no espera que eso pase.

¿Dolor? ¡que va! vamos a esas radiografías, después de 15 días durmiendo quiero un buen chuletón.

Y como me diga que no pido el alta voluntaria, no me quedo tumbado como un quejica si me siento bien.

Tras unas horas - y una cena nada satisfactoria, no hubo chuletón, sólo carne blanca - llegan las radiografías. El personal médico, enfermera Miranda a la cabeza, no lo comprende. Si bien aún se notan leves fisuras tanto en costillas como en cráneo, no tienen nada que ver con el estado que deberían tener. La ausencia de dolor no hace sino reforzar la tesis de que su curación se aceleró durante el estado comatoso. Si bien es cierto que los comas se inducían para ayudar a curar ciertas dolencias, esta es la primera vez que oían hablar de un traumatismo cuya curación se viera acelerada por un estado comatoso.

Como quiera que fuera, León consigue el alta.

Su moto está en el depósito de la policía. Por el camino para recogerla entra en un 7/11 para darse un atracón a cosas dulces - parece que la curación le dejó bajo de azúcar y la cena de hospital no hizo nada por paliarlo - y en el mostrador ve los boletos rasca y gana. Sobre ellos, como si fuera una capa superpuesta, hay distintos grados de oscuridad. El mas oscuro es el que sería el segundo y decide comprar los dos boletos. Ahora la oscuridad era parte de él, así que eso bien podía ser una señal. Mientras el pakistaní le embolsa los twinkies y demás pastelitos - joder, qué ganas de azúcar - León aprovecha una moneda del cambio para descubrir el premio. El primer boleto... Melón... Ciruela....Cereza... no tiene nada. El segundo... Campana... Campana... ¡Campana!¡10000$!¡El premio máximo! Después de dos semanas de no trabajar - y no cobrar, claro - le vienen que ni pintados.

¡Yuju! casi podría haber besado ahí mismo al sucio mono que vende cosas; pero era mejor no seguir por ese camino de desprecio. la suerte me sonreía de una manera que no podía entender aún.Una pena que ese tipo oscuro no hablara, porque mi mente bullía de preguntas: puesto que no me cabía duda alguna que mi milagrosa recuperación después de la supervivencia ante caníbales monstruosos se debía  a su intervención. Aún así me sentía feliz, cogí unas monedas y llamé a mi primo Irving para decirle que ya estaba de nuevo en planta. y a mamá claro...debía estar preocupada con mi siesta.

- No eres muy sutil tú, ¿eh? - pregunta una voz femenina cuando acaba las llamadas de rigor.
León se gira para ver a una chica evidentemente miembro del "movimiento gótico", ropa negra, colgantes esotéricos, maquillaje para parecer mas pálida y tener los ojos como si le hubieran dado de puñetazos... Lo del sombrero de copa desconcertaba. Al igual que el enorme bolso negro, también cuajado de colgantes místicos y piedrecitas y cristales.

¿Es a mí freak?, perdona no quería ser tan brusco. Cambié cuanto pude mi postura inicialmente grosera, por una más conciliadora.

¿A que te refieres con sutil?...no he hecho nada sólo comprar cosas, no robo. -Bueno, ya no.-

La chica le da una mirada gélida cuándo la llama freak - Sutil y un encanto... Qué joyita- dice mas para sí que para él - Digo que si vas a comprar lotería cuando sabes que está premiada, no es muy sutil encima gritar porque te ha tocado... ¡Pareces nuevo!

No se en que te basas en que sabía que estaba premiada...yo sólo tenía la sensación que tenía que coger ese boleto y no otro. No es que me gustase tener que excusarme, pero había un tono extraño en la conversación...como si ella también hubiera visto lo mismo que yo. Seguro que dicha extrañeza no podía haberle pasado por alto según mi expresión de la cara.

- "No se en que te basas en que sabía que estaba premiada..." - imita la chica poniendo voz grave y cara boba - ¡Pues claro que tuviste una sensación!¡La estabas buscando!

Hay algo en la chica, algo familiar, pero León no sabe qué es. Sea lo que sea, León sabe que la chica tiene algo extraño, diferente. Y no es su vestimenta.

me encontraba bastante confundido, se suponía que tenía que saber algo. Seguro que tenía que ver con esa especie de versión mía oscura. Quería unas pocas respuestas y ésta chica me habla como si las tuviera...

¿Me permites invitarte a tomar algo?, me llamo Leon y parece que quieras contarme algo o que te lo cuente yo.

Le ofrecí estrechar mi mano trás decirle mi nombre.

La chica se queda mirando a León como extrañada, parpadeando como si quisiera dejar de ver algo. - Eres... - empieza a decir, sin terminar la frase. Alza una ceja y le ofrece una mano a León, como si esperara que la besase - Puedes llamarme Penny - responde - Respecto al café... Sígueme, hay un sitio por aquí que hace un café decente. - indica mientras se pone en marcha.

Si no hubiera sido un encuentro tan extraño,y algo me decía que se iba a poner mas todavía, creería que había ligado De todas maneras seguí a la chica llamada Penny con la esperanza de saber más y con suerte averiguar porque actuaba coo si conociera cosas de mí que yo mísmo desconocía.

Te sigo, Penny.  Inevitablemente iba a escrutar la figura delante mía..

Llegan a Junior's, una cafetería en el sentido estricto de la palabra - venden café y dulces, nada mas - y allí la chica pide un Latte Grande de mezcla italiana, ligero de espuma y fuerte de canela, con un chorro de frambuesa y un par de brownies. Tras un vistazo a León, pide un vaso grande de Solo sin azúcar y con un "paga el grandullón" se dirije a la mesa con los dulces mientras esperan las bebidas.

Mantiene el silencio mientras esperan, picoteando de uno de los brownies que protege con el celo de una madre loba con sus cachorros.

Por fin llegan los cafés. Penny da un largo trago al suyo y su postura se relaja, quizá por efecto de la bebida caliente. Da un buen bocado a su picoteado brownie y lo baja con otro trago.
- ¿Tú eres nuevo en esto, verdad? - pregunta directamente -En lo de la magia. - habla a un volumen ligeramente bajo, pero el local está vacío y la mesa está lo bastante apartada de la barra como para que oigan nada.
- No intentes negarlo - dice ella antes de que León tenga tiempo de meter baza - Casi puedo oler lo fresco que estás. ¿Qué fue?¿Accidente?¿Enfermedad? En tu aura se ve claramente que has pasado por una experiencia cercana a la muerte, y ahora "sabes descubrir" boletos de rasca y gana premiados. No hay que ser científico espacial para sumar 2 y 2 - dice enguyéndo el último pedazo de su primer brownie. Lo baja con otro trago antes de proseguir.
- Sea lo que fuera lo que te pasó, esa experiencia tan cercan a la muerte te despertó. Despertó una parte de ti que desconocías y te permitió hacer algo increíble. No, no hace falta que me lo cuentes - le interrumpe-, pero sabes que lo que digo es cierto. Posiblemente hayas visto algo o a alguien nuevo. Un animal, una persona, un ser mitológico... Algo. Ese algo está dentro tuya. Es parte de tu propia alma. Te da poder. En el fondo de tu ser lo sabes. En esa parte que sobrevive a la mierda que nos enseñan desde pequeños de cosas que existen y no, ahí lo sabes.