Partida Rol por web

Una semana después, en los hangares de Macross

Después de la aventura de Marte, las cosas han ido muy bien para ti. Has tenido el honor de ser el primer civil de Macross en recibir una medalla debido a tu valor, por lo cual has aparecido en televisión y diarios. En tanto al trabajo, te has ganado la confianza de la mayoría de los militares del SDF-1, y tu condición de civil ya no les causa desconfianza. De hecho, ahora te buscan de fuera de las unidades de destroid cuando tienen algún problema, lo que te ha permitido acercarte a los varitech, un sueño para todo mecánico, trabajar con aviones que se transforman en robot.
Solo había algo que te inquietab y eso era la Nataly, esa extraña chica que estaba en la unidad de O'Neil. No encontrabas manera de abordarla, pues parecía tan fría y distante que daba miedo. Por otro lado, Camille se dedicaba a cuidar a su hermano, por lo que ni la habías visto. Quizá fuera mejor, porque esa voluble chica no parecía estar en serio interesada en ti.
Ese día por la mañana llegas a trabajar como es normal y te encuentras con tu gran oportunidad. Ves a Nataly trabajando en el motor de uno de los destroid, peleando por sacar una tuerca muy apretada. La oportunidad perfecta para entablar conversación.

 Quizás si usas una llave del cuatro, tengas más suerte. - comento detrás de ella mientras me acerco hasta tendérsela con una mano. Muestro una fina sonrisa intentando parecer más jovial que la última vez que nos vimos.

O también te puedo echar un cable si me dices qué estás tratando de hacer... - sé que debe desconfíar de mis intenciones así que me disculpo - siento lo de la última vez que nos vimos, no estoy acostumbrado a que los pilotos deambulen por mi taller y me pilló de sorpresa... así que ¿qué tal si hacemos borrón y cuenta nueva? - le tiendo la mano nuevamente pero esta vez para estrecharla. No quiero forzar la situación.

La chica te mira con la misma expresión con que alguien debe mirar a un extraterrestre la primera vez. No obstante, sin siquiera responder a tu sonrisa - de hecho nunca la habñias visto sonreir - te entrega la llave que está usando y dice:

- Quizá tu puedas soltarlo mejor que yo.

Habia cierta incomodidad en su voz al aceptar que no podía hacerlo sola. Pero cuando escucha lo de el primer encuentro, te dice:

- No necesitas disculparte. Yo no debñia estar ahí. Es solo que la mecánica me gusta mucho.

 Ya somos dos! - y me río con la gracia, aunque sé que no ha sido gran cosa, es más para quitarle tensión. - Lo siento de verdad, no suele haber pilotos a los que les guste, asi que no pensé que pudiera ser por eso que estabas ahí.

Me acerco a ella y con la llave comienzo a desenroscar la tuerca. - Por cierto, qué exactamente estás haciendo, quizás te pueda ayudar con algo... además de esto.

La chica parece algo descolocada por tu pregunta, aunque en verdad era algo muy sencillo de contestar. no obstante, manteniendo su postura fría, aunque ya se había mostrado insegura, te dice:

- La verdad es que solo deseaba desarmar el motor para ver como funciona y luego volver a armarlo. Es la única manera de aprender ¿no?.

Ella parecía estar diciendo la verdad, pero había algo que se escondía en su enigmatica actitud, aunque no te quedaba claro si era solo timidez o había más.

 Es buena, pero no la mejor... - comento - Puedes encontrar a alguien que te instruya, si es lo que quieres.

Sonrío jovial - Me llamo Alfonso y seguro que puedo enseñarte los entresijos del motor. - le tiendo la mano amistosamente.

Nataly mira por un momento tu mano, como quien observa algo interesante con un aire científico. No obstante, la estrecha y te dice:

- Yo soy Nataly.

Era bastante difícil entablar una conversación de más de tres palabras con esa chica. No entendías por qué, pero parecía que los vincuilos emocionales o el simple buen trato hacia los semejantes era algo ajeno para ella. No obstante, como si fuera algo lanzado al boleo, te dice:

- Alfonso ¿No sabes acerca si están investigando algún otro tipo de fuente de energía para los destroid?... lo digo porque las baterías nucleares son algo inseguras.

 Me rasco la cabeza - Pues la verdad no lo sé... el problema de buscar otras fuentes de energía es que estamos en el espacio y sintetizar, por ejemplo una fuente de energía solar, es bastante complicado.

Me da la sensación de que mantendrán la energía nuclear por un tiempo.

La verdad es que no era una conversación como para entablar una amistad o algo más, pero ya era un avance. por lo menos esa chica ya no te trataba como si fueras un bicho raro. No obstante, ella se te queda mirando por un buen rato, como si buscara las palabras para lo que diría a continuación.

- Hay algo de ti que no alcanzo a entender. Trabajas con militares, pero parecen no agradarte en nada ¿Caul es el sentido de eso?.

 hmmm... es complicado - replico dudando qué responder - Respeto lo que el Ejército representa, lo que el uniforme significa y los valores que mantiene y protege. Pero me disgusta la forma de hacer las cosas que tienen, me desagrada enormemente que un soldado tenga que cumplir órdenes sin importar nada más. Todo indica que lo que quieren son máquinas, máquinas de matar que no piensen en nada más que en su misión, sin hacer preguntas, sin buscar respuestas.

Me siento, parezco cansado, con el rostro adusto y serio. Aún recuerdo las largas ausencias de mi madre, quien siempre prometía volver en alguna fecha, para luego llamar y pedir perdón por retrasarse semanas o incluso meses.

Es por eso que aunque trabajo para el Ejército, sigo siendo civil. No me va recibir órdenes: quiero seguir manteniendo mi libre voluntad para elegir lo que yo crea justo y correcto.

Me rasco la cabeza y me río. Quién iba a decir hace unos meses, cuando aun estábamos en la Tierra que terminaría trabajando en una nave militar, arreglando destroids y formando parte de misiones.

Nataly se te queda mirando como si fueras lo más raro que había visto en su vida. Al parecer, tu molestia por recibir órdenes era algo que estaba más allá de su lígica, ante tuvo el tacto para callarselo. No obstante, como si te contara lo que había almorzado ese dia, te dice:

- Yo la vida de militar es lo único que conozco. no recuerdo quien era antes, me encontraron entre las ruinas de uno de los esdificios después de un ataque de los zentraedi. No hay registros de mí ni de mi familia. De hecho mi nombre solo es una derivación de la sigla NN.

 Vaya, lo siento - comento cariacontecido por lo que acabo de escuchar - Supongo que no hay forma de saber quienes eran tus padres, o si tienes algún familiar vivo. ¿quien te adoptó entonces?

La chica parece nunca haber pensado en lo que acabas de decirle. Luego te explica:

- No fui adoptada. Hace unos meses desperté en un hospital militar. Después ellos se hicieron cargo de mí y descubrieron que yo tenía facilidad para pilotear. Así llegué aquí.

En verdad no era tan dificil imaginarse por qué esa chica era tan fría en el trato con las personas. Quizá esos militares que cosa le hicieron y le dañaron el cerebro. No obstante, en ese momento algo hace que tu atención se desvíe. Parada en la puerta del hangar ves a Camille quien parece que te traía algo, pués lleva un paquete en las manos. No obstante, al verte junto a Nataly, da media vuelta y sale de ahí rapidamente.

 Vaya.... - hice ademán de seguirla pero me detuve y me encaré a Nataly - Me ha agradado mucho hablar contigo, me gustaría que pudiéramos ser amigos. - Me despedí amistosamente con un beso en una mejilla*

La próxima vez quizás pudiéramos quedar para tomar algo fuera de la zona militar, si te parece.

Luego de que me responda, salgo de allí en busca de Camille.

Es tan rápido tu movimiento para besar a la chica que esta no alcanza a hacer nada. Simplemente te queda mirando como si no alcanzara a entender qué o por qué era eso. Con cara de sorpresa se llevó la mano a la mejilla y por primera vez viste una lebe sonrisa en su rostro.

No obstante, era a Camille a quien querías alcanzar y lo logras justo saliendo del hangar. Cuando la detienes, la chica te mira una mezcla de pena y enojo y te dice:

- Te traje este regalo en agradecimienbto por lo que hiciste para rescatar a mi hermano. No quiece interrumpirte, así que te lo iba a entregar después.

 Muchas gracias - digo mientras recojo el regalo - No tenías porqué salir corriendo... estaba hablando con una piloto de destroid que he visto merodear por el taller y dio la casualidad de que tiene algo más de cerebro y modales que la mayoría de militares de por aquí. - comento quitándole hierro al asunto. - Quien sabe... lo mismo al final consigo tener algunos amigos entre los militares...

Deshago el envoltorio y observo el regalo un momento - ¿no estarás celosa, verdad? - sonrío.

Si las miradas mataran, ern ese momento caerías fulminado por los ojos de Camille. Con rabía, pero friamente te dice:

- No te des tanta importancia. Solo vine a darte las gracias y nada más. Así que ya me voy.

Y sin más sale de nuevo de ahí, dejandote parado sin saber que hacer. Al final, atinas a volver a ir por ella. Pero cuando sales al pequeño parquesito que se encuentra en el exterior de la base, te das cuenta de que estaá hablando muy animadamente con el teniente Bishop, uno de los pilotos de McLeud. Sin más, ella se aleja del brazo del militar a uno de los restaurant cercanos.

 ¿Y a esta chica qué le pasa? ¿estará celosa de verdad? -  pensamientos fugaces de ira y miedo pasan por la cabeza cuando ella decide marcharse, cabreada dejándome en el sitio completamente aturdido.

Tardo unos momentos en decidirme a volver a por ella. Esto hay que aclararlo de una vez... - pienso mientras me acerco raudo a ella. Entonces la veo, nuevamente flirteando con otro tipo. Le conozco de haberlo visto y haber cruzado algunas palabras con él. Me detengo en el sitio y se me hace un nudo en el estómago - ¿qué hago ahora?

No merece la pena... - vuelvo sobre mis pasos. Pero hay algo que me reconcome por dentro. Si quiero mantener una relación estable no puedo estar dando vueltas alrededor de otras chicas y pensando en Camille a todas horas. - abro y cierro los puños varias veces antes de convencerme. Tengo que saber con certeza si quiere estar conmigo o no.

Vuelvo hasta la puerta del restaurante, entro y busco a Camille y al teniente Bishop. No es mi idea hacer una escena, pero será así si con eso puedo por fin terminar de hablar con ella. 

Una vez la ubico, paso del camarero y me dirijo a su mesa. Me quedo de pie delante de ellos. - Teniente, siento interrumpir su velada - hago una inclinación de cabeza - Camille, necesito hablar contigo. - miro al teniente - en privado.