Partida Rol por web

Los cazadores

La joven

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10/04/2009, 21:52
Thaddeus
Sólo para el director

La mirada agradecida del Conde, y su innegable autoridad y seguridad, me impelió a aceptar con una inclinación de cabeza su invitación. Eso, y la perspectiva de no dejar a Marie, de verla una vez mas. Mis sentidos se aguzaban estando cerca de ella, el lobo deseaba emerger y tomar control. Pero yo sabía que no era juicioso permitirlo: ella ya  lo había visto, en todo su esplendor, y no funcionaría con ella. Además, podría utilizarla para mis bajas pasiones, pero no era eso lo que yo buscaba.

 

Aceptando la hospitalidad del Conde, dejé que otros mas aptos que yo en la vida de la corte me guiaran a través de las habitaciones, y me entregué por vez primera a un baño en un lugar que no sea un arroyo o un lago. Los pequeños rasguños que la pelea había generado ya habían desaparecido, y sólo quedaba el cansancio. Adormilándome un poco por el agua caliente, cosa a la cual nunca había estado expuesto antes, mis pensamientos derivaron por unos momentos a preguntarse al razón de la estadía de un Danzante en el bosque. Debería informar de esto a los ancianos apenas pudiera, para que tomaran las medidas adecuadas.

 

Un sonido suave me despertó: un criado había traído unas ropas, de mejor calidad que las mías, evidentemente para estar presentable para la cena. Me vestí lo mejor que pude, ignorante de muchas cosas. Dejé en un hatajo mis ropas, esperando que no sean desechadas: estaban dedicadas a mi en un ritual, por el Theurge de la tribu.

 

Al estar listo, me asomé del baño para ver si alguien me llevaría hacia el comedor. Estaba como perdido en esta casa inmensa, de piedra, que parecía aislarse sola del bosque natural.

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10/04/2009, 22:38
Marie LeMarc
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Unos minutos después aparece el mismo ayuda de cámara y te guía, no hasta el comedor, sino hasta las habitaciones de Marie.

-La señorita desea verle.-

AL llegar la ves, echada en su cama entre almohadones y sedas, magnífica en su debilidad, te sonríe cuando entras. No hay nadie más en la habitación.

-Me has salvado la vida. Y ya es la tercera vez. Hacedme saber vuestro nombre por favor.-

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10/04/2009, 23:17
Thaddeus
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Dejo la puerta de la habitación cuidadosamente abierta. Sería una afrenta al honor de la joven si asi no lo hiciera, si alguien pudiera pensar mal de ella.

 

-Thaddeus, mi Señora. Ese es mi nombre.-le respondo suavemente, sin acercarme. Las manos tras la espalda, en un fuerte apretón, paar no permitir al lobo que actúe. Me incita, me llama, desea que despliegue mi cuerpo sobre el de Marie, y la posea violenta y ardientemente. Pero intento no ahcerlo, no pensar en ello. La niña está débil, echada sobre la cama. Mis ojos no pueden evitar recorrerla, ansiosos, hambrientos, buscando...carne para amar. Evito la mirada de ella, temeroso de lo que haré si la miro. Me alegro que no recuerde mis palabras presurosas, que escaparan a mi control. Esas fugaces palabras que le gritaron mis sentimientos, sentimientos por otro lado, imposibles de concretar.


-Mi Señora, no es...quiero decir, no debería...no es correcto que estemos solos, mi Señora.-le digo, temblando. No temblé ante el Danzante, no temblé ante la amenaza de muerte, pero mi sangre hierve y mi piel arde al estar solo con ella.

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11/04/2009, 00:56
Marie LeMarc
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-Acércate por favor.- coge una de tus manos con la suya, y con la otra te obliga a mirarla a los ojos, grandes y hermosos como dos lunas. Su voz es débil, y algo dañada por los gritos de antes. De nuevo te inunda su olor.

-¿Por qué me has salvado?-

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11/04/2009, 03:19
Thaddeus
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El tacto de la mano de Marie  sobre la mía, quema como la plata. Mi respiración, al clavar la mirada en sus ojos tan profundos que hacen que me ahogue en ellos, se hace pesada, y comienzo a sentir en el fondo de mi garganta el espesor de la misma, que comienza a raspar la mía.

 

Me quedo unos momentos en silencio, simplemente intentando controlar mis instintos, respirando, meditando. No puedo seguir callando, pero decirle lo que siento podría significar mucho dolor, para mi  seguramente, para ambos en mis fantasías. Pero sería un dolor tan exquisito...

 

-Marie...mi Señora...tú lo sabes. Yo...-balbuceo, con al voz quebrada por la emoción. Carraspeo, y recupero mi apostura normal, y mi voz.

 

-Mi Señora, tu lo sabes. Pero lo que yo siento, no puede ser correspondido. Tú eres una estrella, allá lejos en el firmamento. Mis manos están sucias de tierra, tan abajo que estoy de vuestro ser.-las palabras, recordadas de los pergaminos de Joseph, se van hilando una tras otra, engarzadas como toscas perlas en un collar. No soy muy bueno en esto, pero mi pasión quizás pueda vislumbrarse a través de ellas.

 

-Mi Señora, dejemos las cosas como están. Yo siempre os protegeré y admiraré, contento de poder veros, allí, lejana, inalcanzable cual estrella luminosa. Y así iluminarán vuestros ojos mi vida, con el recuerdo de ahora. Dejad que me conforme con la memoria de vuestra mirada, la intangibilidad del recuerdo de vuestras manos. Y así, al menos uno de nosotros será feliz.-le dije, soltando la pena que comenzaba a anidar en mi corazón como un torrente corre a través de las piedras, salvaje y desenfrenado.

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11/04/2009, 03:37
Marie LeMarc
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Parece sorprendida por tus palabras. Agita la cabeza incrédula. Aprieta más tu mano y tu cara.

-Ahora que sé lo que sentís no os mentiré, Thaddeus, no lo haré. No os diré que os amo, pues no lo hago...aún. Pero una pregunta me quema, y temo la respuesta. Pero debo hacerla, pues si os vais sin que la haga, es seguro que no os volveré a ver. Aquí está. ¿Cómo puede, cómo, un hombre lobo, amara a una humana? ¿Cómo puede una bestia demoníaca ser tan bella por dentro y por fuera como lo sois vos?¿Acaso la iglesia se equivoca al tratar a los que son como tu, como meras bestias salvajes?
Explícamelo, Thaddeus, pues si no creeré que me engañáis con vuestras bellas palabras.-

No deja de mirarte, de hipnotizarte, con sus ojos ni un solo instante.

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11/04/2009, 04:21
Thaddeus
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La angustia me sube desde las entrañas, y se me atora en la garganta, como un nudo en la misma, que por momentos no me permite respirar.

 

-¿Cómo...cómo...cómo lo has sabido?-pregunté a duras penas, luchando contra el pesar, la angustia y el dolor.

 

-Si los míos se enteran...el castigo...-salieron las palabras, como estallidos, de mi pecho que pugnaba por respirar normalmente.

Si mi pueblo se entera de que una humana sabe de nosotros, la hija de un Conde...Temo por ella, temo por mi.

 

Y entonces, fui vencido. Por esos ojos, esa mirada. Bajé la vista, sin poder soltar las manos de la joven, de mi amor imposible.


-No somos bestias, amor mío. Somos iguales que los humanos, con las mismas pasiones, los mismos miedos. Algunos buscan la luz de otras maneras, pero todos nosotros lo hacemos. Yo no reniego de mi Señor. Lo sigo venerando, como al creador de todas las cosas. Somos lo que somos, y protegemos al mundo de la corrupción. Algunos, como los míos, buscamos que podamos convivir con los humanos, lado a lado, como fue una vez. Y volverá a ser, si nuestro Señor Jesúcristo nos lo permite. El murió en la cruz para salvarnos del pecado original, ¿qué menos podemos hacer nosotros para volver a estar todos juntos como hermanos? Hoy a la noche me he enfrentado con uno corrupto, uno que se ha pasdo a las filas del demonio, y he ganado. Hay esperanzas, tenemos esperanzas aún.-le dije, con la serenidad de aquel que enfrenta lo peor que podía imaginar.

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11/04/2009, 13:42
Conde LeMarc
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En ese momento el conde entra a la habitación. su mirada relampaguea al veros y escuchas a Marie murmurar -Vuelve a verme...-

Se le nota furioso, pero se contiene.

-Muchacho, aquí tienes tu recompensa- suelta una bolsa que tintinea, con mucho dinero -y quédate esas ropas. Ahora unos asuntos me reclaman, por lo que debes marcharte.-

Ya en la puerta del castillo

-Si vuelvo a veros cerca de mi hija, os mataré, campesino.- las puertas se cierran tras de ti.

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11/04/2009, 14:09
Thaddeus
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Sonrío ante la furia del conde, mientras pienso en dejar caer las monedas al piso, pero me contengo. No serviría de nada, y hay muchos que las necesitan.

Mientras, en la aldea a la entrada del castillo, reparto las monedas entre los chiquillos hambrientos del lugar, mis pensamientos van invariablemente hacia Marie, la mujer mas bella y compasiva que he conocido jamás. Creo que lo que terminó de enamorarme fue la tranquilidad relativa con la cual aceptó nuestra existencia. ¿Quién, con menos precensia de ánimo, no hubiera gritado y olvidado lo visto?

Es cierto que los míos no provocan tanto Delirio como otros, pero no por eso los morales de débil voluntad se asustan menos. Solo aquellos dotados de fuerza de espíritu, como Marie, pueden resistirlo y obviar sus efectos.

 

Sus palabras finales me queman en el recuerdo..."Vuelve a verme..." me dijo. Y su padre...una risa se escapa de mis labios. No tienes las armas suficientes para matarme si deseo tomar a tu hija, bastardo. El respeto que le tuve comenzó a deshacerse, aunque no del todo. En parte lo comprendía, pues yo mismo pienso que entre Marie y yo no puede haber mas que una amistad. Pero no permitiría que él me apartase de ella. Explicarle que yo entendía la situación sería inútil: no me creería (yo se que en su lugar tampoco lo haría).

 

Asi que ahora el castillo contaría con un merodeador. Cada día, cada noche, estaría en las cercanías. Como lobo o como hombre, intentando atisbar la silueta de mi amada, intentando escuchar palabras de sus labios.

 

Pero ahora, tenía otra misión, importante para la tribu. Debía acudir alos ancianos, y contarles acerca del Danzante. Podría muy bien ser un hecho que presagiase cosas peores, que un Danzante se pasee por los bosques.

Con el hatajo de ropas viejas bajo el brazo, volví hacia el lugar de la batalla, para ver si el cuerpo aún se encontraba allí, o si se lo habrían llevado. Eso podría indicarme si había mas de uno en el lugar, o sólo ese.

Guardé las ropas que el conde me entregara en un prolijo hato bajo un árbol, cuidando de ocultarlas, para vovler a ponerme mis ropas originales. QUizás luego podría pedirle al Theurge que me dedique estas ropas también. Sería uno de los pocos que poseiamos dos conjuntos de ropa.

Caí al piso en cuatro patas, tomando la forma del lobo. Aullé a Selene, alta en el cielo ahora, mientras comenzaba a correr hacia allí. Luego de verificar el cuerpo, hacia el túmulo, para informar.

Corrí, desgastando energías que pulsaban dentro mío. Cada pulso, un nombre: Marie.

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11/04/2009, 14:38
Garm
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El cuerpo no se encuentra donde cayó muerto, pero todo el claro se encuentra maldito por la corrupción de su sangre.

Al llegar al túmulo te encuentras con que los ancianos están reunidos, no pueden ser molestados. Acudes al Garou de más rango de fuera del consejo de ancianos, Garm, Arhoun de los colmillos plateados.

Este asiente ante lo que le cuentas.

-Si...últimamente cada vez hay más y más danzantes...y no sabemos de donde salen.-

Agradece lo que has hecho y te permite marcharte cuando lo desees.

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11/04/2009, 16:14
Thaddeus
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Si no está el cuerpo...podría aún estar vivo...malherido...

 

Luego de informar a Garm, pido permiso para irme. La noche aún es joven, he intentaré buscar el rastro del Danzante.

 

Vuelvo al lugar de la batalla, y, convertido en lobo, olfateo los alrededores, buscando un rastro, si es que se ha ido por algún medio natural.


Si se fue a través de la Umbra no lo podré rastrear...

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12/04/2009, 13:29
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Notas de juego

percepción + supervivencia, dif 7

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12/04/2009, 14:01
Thaddeus
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15/04/2009, 13:42
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Sigues el rastro sin mucha dificultad, la corrupción es patente. Lleva directo al castillo de LeMarc.

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15/04/2009, 14:20
Thaddeus
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No!!! Va a por Marie!!!

 

Ignorante del motivo por el cual el Danzante iría a por Marie, de no ser por venganza, o de cómo se enterara de mis sentimientos por ella (mientras recordaba mi tonto grito, que seguramente fue escuchado por este), corría hacia el castillo como lobo, buscando llegar antes que él.

 

¿Cómo haría la criatura para ingresar?

 

Revisé en forma de lobo el lugar, visualmente primero, para ver si el Danzante había matado para crearse una puerta de ingreso, buscando su rastro ya mas cerca del castillo.

Notas de juego

Tiro algo, Director, para buscar al Danzante nuevamente?

 

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15/04/2009, 15:00
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No hay nada fuera de lo normal ni en el castillo ni en los alrededores. Los centinelas patrullan la muralla y no hay signos de ningún altercado.

Notas de juego

no. no hace falta.

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15/04/2009, 15:29
Thaddeus
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No puede ser...lo he seguido hasta aqui...debe haberse metido a través de la Umbra...

 

Busco desesperado un curso de agua, algo reflectante que me permita ingresar a la Umbra, y de allí al castillo. Puede ser peligroso, pues quizás una perdición esté allí dentro, si el Danzante la trajo. Pero no tengo otro remedio: no deseo matar humanos que no me han hecho nada.

Notas de juego

Hay algún curso de agua cerca, o cualquier superficie reflectante?

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15/04/2009, 16:00
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Notas de juego

La única fuente de agua cercana es el pozo del pueblo, pero un techado lo tapa por lo que no le da la luz de forma directa y no hay reflejo.

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15/04/2009, 17:45
Thaddeus
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Pobre como soy, y no afecto a las posesiones materiales, ni siquiera una hoja de metal afilada poseo. Sin poder llegar a un curso de agua, difícil será pasar a la Umbra, pero deberé intentarlo.

 

Concentrándome en el mundo espiritual, aquel que casi podemos tocar con la mano, pero no, e intento romper la suave pero recia tela que divide los dos mundos.

Notas de juego

No sabía que dificultad sería, asi que deje dificultad 6 para la tirada.

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18/04/2009, 21:10
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Tras cinco largos minutos de concentración, consigues traspasar la celosía, al hacerlo notas que es muy gruesa en esta zona. En tu angustia por Marie, has olvidado que la zona del castillo es terreno de La Tejedora, la gran araña.

Nada más aparecer notas que algo no va bien.

Notas de juego

es dif 9, no te va a hacer gracia.....

percepción+alerta, dif 8