Partida Rol por web

-Deja el agua, se ve claramente que no esconde nada y no es tan profunda.- Masculla la enana.

-Os veo muy decididos a trepar ...- La enana deja sus cosas en el suelo y empieza a buscar por su equipo. Su mochila es grande y parece estar bien cargado de cosas ... lo que no parece ser un estorbo para sus recios músculos.

Al poco saca un garfio de escalada y lo ata a su cuerda.

-Bueno, parece que eso nos serviría para conseguir un agarre allí arriba ... si no llegamos desde aquí, podría intentar trepar y lanzar el garfio desde mas arriba y probar suerte.-

A no ser que alguien se oponga, la enana empieza el plan mentado. Preparándose con su propio equipo de escalada.

Erdan saca su arco y se prepara para disparar a las sombras que se atreven a acercarse a Norte.

Tú sube tranquila, te cubrimos la espalda. Pero por todos los dioses, ve con cuidado.

Norte toma la iniciativa. En un acto que cualquier mente sensata juzgaría de locura, decide trepar por una pared de roca casi vertical y bajo el asedio constante de espectros sombríos.

El primer tramo no resulta muy esperanzador. A la enana le cuesta entrar en calor y cuando la pared ni siquiera ha ofrecido su faceta mas difícil, esta ya tiene sus problemas para encontrar una ruta de ascenso.
Mientras tanto Erdan y Jaesh cuidan de su espalda. Si bien las flechas del explorador desintegran hasta tres sombras, la presencia del mago se hace providencial.

El segundo tramo es el que paradógicamente, Norte cubre con mejor soltura. Sus potentes brazos encuentran en todo momento una agarradera y, aunque no sin esfuerzo, hace parecer que todo sea mas fácil de lo que realmente es.
A esta altura, Jaesh ya no puede proyectar sus artes oscuras, pero las flechas de Erdan siguen cuidándose de que Norte no sea molestada.

En la parte final a altura alcanzada por la enana ya es considerable. En cuando mira hacia abajo puede ver a sus compañeros mas lejos de lo que quisiera, y las sombra a su alrededor están estrechando el cerco hasta tal punto que algunas de esas criaturas pasan tan cerca de la enana que esta podría tocarlas si estirase la mano. Y es en esta situación cuando precisamente tiene mas problemas. De repente se encuentra en un tramo sin salida y no logra ver ningún asidero al que agarrarse para continuar. Tiene que descender un par de metros y de repente su pie resbala con la humead, arrastrando al otro con la sacudida. En un abrir y cerrar de ojos Norte esta colgando en el vació, agarrada a la pared tan solo por los dedos de sus manos.
Justo a su derecha, una flecha golpea la pared en el mismo instante que una de las sombras desaparece en silencio.

Norte recupera la posición y sigue subiendo. Ya no hay vuelta atrás. Ahora ha visto el camino y sabe por donde pasar. Pero el asedio de las criaturas no cesa. El elfo desde el suelo empieza a tener dificultades para acertar a sus objetivos desde tan lejos. Si bien abate algunas de las sombras, los murmullos de sus voces empiezan a calar hondo en Norte. Sus vista se nubla, el estómago le da un retortijo doloroso por el hambre y nota como los dedos que la agarran a la vida flaquean. Pero si ha tenido voluntad para trepar esta pared, no va a faltarle cuando ya tiene la cima al alcance de la mano. Sacude la cabeza par apartar las voces y sigue subiendo metro a metro.

Súbitamente, Norte se encuentra tumbada en el suelo. No tiene muy claro como ha subido los últimos tres metros, pero esta arriba. Algo agotada por el esfuerzo y notando un hormigueo en los brazos y piernas.

¡ Norte esta en la cima !

Norte se levanta con prisas dejando su linterna en el suelo mientras busca un buen lugar donde atar una cuerda y lanzarla hacia abajo, todo mientras se asegura que ni una de esas molestas sombras la moleste.

-Eso es pan comido, pero por si acaso os lanzo una cuerda.- Dice hacia abajo pavoneándose.

¿Y bien? ¿Qué ves ahí arriba?

Pese a que Norte ha terminado su escalada, Erdan permanece con el arco en las manos; aquellas sombras tenían muy mala ídem, y si alguna consiguiera golpear a la enana y mandarla otra vez abajo, sería imposible terminar la exploración de la caverna.

Además de que la enana quedaría bastante espachurrada, claro.

¡No te despistes por aquí arriba!

Erdan se acerca a la escarpada pared y cogiendo la cuerda que Norte ha asegurado, le da un par de tirones para comprobar que está bien sujeta.

¿De verdad pretende que subamos por aquí? Dioses... si no se ha matado de milagro.

Norte se encuentra en un saliente de roca ligeramente inclinado hacia el vació, que invita poco a estar. A su espalda, se aprecia lo que podría ser un hueco entre rocas, que bien podría llevar a alguna parte o a nada.

La enana tiene problemas para encontrar algún lugar en el que atar la cuerda, pero al final logra engajar su garfio entre dos rocas y este queda, aparentemente, enganchado con firmeza.

Erdan se prepara para empezar la ascensión. Parece que le tocará a él ser el primero en comprobar si la cuerda aguantará bien.

Dioses, dadme fuerzas...

Antes de empezar a subir, mira con seriedad a Jaesh.

Estate al tanto con las sombras, no quiero llevarme una sorpresa desagradable a veinte pasos de altura.

En realidad, a 20 pasos de altura no hay sorpresas agradables; si algo te sorprende, es malo, seguro.

La primera parte de la escalada la resuelve sin demasiados problemas. Con el arco colgado a su espalda, Erdan trepa confiado hasta llegar a la cuerda.

Jaesh pone toda su atención para que las sombras no se acerquen al elfo. Luego le tocaría a Avan y por ultimo a el.

Erdan es el primero en empezar a subir. Con pericia va recorriendo metro a metro toda la cuerda, intentando no prestar atención a las sombras que le rodean. Por suerte para el, ni Jaesh ni Norte fallan en su cometido y su ascenso es todo lo tranquilo que se puede esperar en esta situación.

En cuando llega, ve como una de las sombras esta peligrosamente de Norte, y esta no la ve. Sin embargo si la siente cuando los murmullos de la criatura oscura caen sobre su mente como una roca. Se tambalea peligrosamente y por un momento parece que se va a caer.

Viendo que Norte no puede esquivar el último ataque de una sombra y que corre el riesgo de caerse por el precipicio, Erdan da un par de vueltas a la cuerda alrededor de su pierna derecha; cuando parece que está bien enrollada, hace lo mismo con su brazo izquierdo y cual acróbata circense, suelta la cuerda con su mano derecha, listo para recoger a la enana en el caso de que se precipite al vacío.

-Tranquilo elfo, hace falta mas que una sombra para derribarme.- Dice la enana haciendo un prudencial paso atrás de nuevo e intentando aparentar mas entereza de la que tiene.

Avan es el primero en atarse a la cuerda para subir. Norte tiene sus problemas para elevar al caballero, mas por la inclinación del piso que no por la falta de fuerza bruta. El suelo inclinado y húmedo no ayuda mucho.
Después de eso, Jaesh parece un peso pluma. Pero de todos modos, con paciencia y bajo la constante cobertura de Erdan, conseguís llegar todos arriba.

Detrás vuestro, apreciáis el hueco que Norte ha mencionado con anterioridad. Entre rocas, hay una pequeña grieta de medio metro de ancho por poco mas de uno y medio de alto, en la que se podría pasar.