Cuando iba a levantarse de la mesa para seguir a Celedhen para entablar contacto con el grupo, este le detuvo, alegando que los podían asustar. Como el enano ya tenía en mente dejarle al montaraz todo el peso de la conversación, no tuvo ningún problema en seguir su consejo, mientras que él disfrutaba de cerveza.
Llevando más allá el consejo, Dorndaggan intentaba disimular lo máximo que podía que aquel era el grupo que buscaban, intentando comportarse corrientemente y hablando con su compañero sobre los quehaceres en el asentamiento. Sin embargo, su curiosidad le hacía mirar de vez en cuando en dirección al grupo.
Tras unos minutos de charla con el grupo, Celedhen se giró hacía los enanos y regresó con ellos mientras el variopinto grupo se levantaba de la mesa y aguardaban a su regreso.
-Aquel montaraz sirvió hace muchos años a mi padre, todavía desconfían de nosotros pero os escucharan. Vamos a sus habitaciones para hablar a solas. Creo que el posadero tiene la oreja más receptiva de lo que debería. Vamos. Seguidme.
Y acto seguido volvió hacía el grupo y les siguió hacía sus habitaciones confiando en que los dos enanos hicieran lo mismo.
Cambio de escena: Camino dividido.