Partida Rol por web

—9 de Julio de 1995—

El día comenzaba en el campamento "El Roblón." El sol se filtraba por las ventanas entreabiertas, pues había sido una noche calurosa en el pequeño campamento situado en Tudanca, un pequeño pueblo al suroeste de Cantabria. Aquel campamento era en realidad un albergue infantil con capacidad para aproximadamente cuarenta niños y casi la mitad eran niños y niñas de la región.

Junto al campamento se extendían y extienden unos cuantos bosques, y no muy lejos estaba el río Nansa, aunque no pasaba junto al campamento. Los constructores habían tenido el suficiente buen criterio como para darse cuenta de que no era muy acertado poner un campamento infantil junto a un río donde los niños podían ahogarse. Por otra parte, ese no es el único río que hay cerca, ya que el campamento esta cerca del Pico Tres Mares, conocido por ser la única montaña donde nacían tres ríos, desembocando cada río en un mar distinto.

El río era un remanso de tranquilidad, especialmente en las zonas más alejadas del pueblo y era muy hermoso. Si uno se quedaba pacientemente mirando a él, no tardaba en distinguir alguna escurridiza trucha e incluso algún pequeño salmón saltando alegremente. Aún así, estaba estrictamente prohibido salir de los límites del campamento y este disponía de una estupenda piscina para que los niños pudiesen nadar aunque, quien sabe por qué, los monitores aún no la habían abierto.

Los niños llevaban ya nueve días en el campamento y habían practicado muchas y muy interesantes actividades: habían tirado con arco; habían montado en una ruta a caballo y habían ido en bicicleta por un sendero del bosque, aunque Chusa, una de las monitoras, se había llevado a cinco  niños que no sabían andar en bici por un sendero más sencillo; también habían aprendido a jugar al ajedrez, cosa que algún niño sabía y hubo un gran alboroto cuando uno de los niños consiguió ganar a Javi, el monitor que mejor jugaba. Sin embargo, no todo había sido divertido: una de las niñas se había roto un brazo al caerse de un árbol jugando con los otros a "Te desafío", haciendo que a Chusa casi la diese un ataque de ansiedad, otro se había hecho un esguince en la pierna, tras ocurrirsele la magnífica idea de tirarse con un carretillo por una ladera (actuación que volvió a repetir con la escayola puesta) y Laura había pillado a dos de los niños mayores besuqueándose en el baño. La monitora se había enfadado muchísimo con ellos y Castillo, el otro monitor había bromeado sobre que se enfadaba porque a ella nadie la besuqueaba así. Si las miradas matasen, Castillo hubiese caído muerto en aquel mismo instante.

Sin embargo, desde el punto de vista de los niños, incluso aquellas experiencias eran divertidas. Había sido muy divertido ver como Santi bajaba ladera abajo, acuclillado sobre el carretillo tratando de mantener el equilibrio hasta que chocó con el árbol. Incluso esto último había sido gracioso ya que no les había pasado a ellos y realmente había sido super gracioso ver como Santi trataba de convencer a la gente para que volviesen a tirarlo con el carretillo.  Pero en general, todo había sido muy divertido. Y aún quedaban muchas actividades divertidas, como el concurso de teatro, el mercadillo en el pueblo con las manualidades que habían hecho y el viaje a la playa entre otras.

Las habitaciones del campamento eran luminosas y bien divididas. Cada una de ellas tenía cuatro literas de madera, donde el primer día se habían ocasionado las típicas peleas sobre quien iba arriba y quien abajo. En total dormían unas ocho personas y estaban divididas por sexos. En la habitación había además un espacio para las maletas de los chicos, y unas taquillas, aunque estas no tenían cerradura. Los monitores confiaban en que los niños no se robasen y en que si eso ocurría se lo contasen y pudiesen localizar el objeto robado. Los baños, al igual que las habitaciones estaban divididos para chicos y chicas y había dos baños por planta, haciendo un total de cuatro baños, aparte del baño para monitores.

No os lo vuelvo a decir chicas— amenazó Chusa haciendo resonar alegremente su voz mientras entraba en la habitación—Arriba. El timbre ha tocado ya. Como no os deis prisa os quedais sin desayuno ¿eh? En diez minutos pasa Laura por aquí, mas os vale estar en la cocina. La amenaza no parecía muy seria a pesar de lo terrible que era el hecho de quedarse sin desayuno, pero era raro que una monitora apareciese para despertarlos. Normalmente se fiaban de que bajasen.

Chusa sonreía, aunque se la veía algo cansada. Llevar un campamento no era facil y por mucho que dijesen más de diez niños por monitor eran muchos. Todo el campamento sabía que Castillo y ella eran novios, aunque Chusa trataba de no mostrarse cariñosa con su novio delante de los niños

El timbre resonaba con fuerza en la habitación de los chicos, casi al mismo instante en que Castillo irrumpió en la habitación con su habitual alegría. Las rastas se bailaban con cada movimiento de la cabeza y el monitor se hizo una coleta para que no le tapasen la cara.

—Venga chicos arriba, levantaos ya y a desayunar... ¿Os han picado muchos mosquitos esta noche? Castillo tenía la idea de que un campamento tenía que ser una fuente de eterna diversión para los niños y por eso era un poco mas laxo con las normas que el resto. A pesar de esto, o quizás,sobre todo por esto, era muy raro que apareciese para despertarlos ya que,aunque les obligaban a levantarse temprano les dejaban hacerlo solos para fomentar la responsabilidad. Los niños sabían que Castillo salía con Chusa, una de las monitoras, una chica muy simpática pero que que era su polo opuesto respecto a las normas, aunque ambos compartían el amor por la profesión y la naturaleza.

Aún bosteza cuando se levantó y comenzó a vestirse. a Uzo le encantaba dormir, y algunas de las cosas que bien podría disfrutar en verano era el no madrugar, aunque en el Roblón la actividad era casi constante y a la par que la estancia del sol sobre el cielo... Oír la voz de Castillo, sin embargo, era el comienzo de un buen día de acción, aventuras, ¡desafíos...!; cosas que, bueno, al pequeño Uzo no es que le desilusionaran, pero él prefería hacer actividades más tranquilas, como sentarsr en el jardín y ponerse a dibujar, o simplemente quedarse mirando embobado un nido de pájaro. Echaba de menos una cosa: pescar, pescar con su padre, y rezaba para que un día los monitores les llevaran al río a capturar alguna de las truchas o salmones que allí había.

Murciélagos…. Dijo soñolienta la niña, aquella noche había soñado con murciélagos no sabía muy bien porque, puede que fuera la explicación del monitor sobre los “ratones voladores”, ahhhh, buenos días. Bostezo y bajo de la cama de un salto rápidamente empezó acoger las cosas y correr hacia el baño; no quería quedarse sin desayuno y tampoco quería esperar demasiado en la cola de los baños: Las chicas mayores siempre se colaban, pero también eran las ultimas en llegar, si se daba prisa llegaría antes que ellas al baño y no tendría que esperar.

Me despierto con sensación de haber dormido como un lirón, mucho mejor que en Valladolid. El monitor ya estaba dando vueltas por la habitación mientras me vestía rápidamente para bajar a desayunar, lo cierto es que tengo hambre. Hay que cargar bien el estómago para todo lo que nos tenga dispuesto esto hombre.

Mientras me cambio pienso en el desayuno y deseo con fuerza no tener que coincidir hoy también con las chicas, ¡menudo estorbo en estos días de aventura!

José se despertó con un bostezo mientras abría solo un ojo para ver quien había entrado en su cuarto.

¡Ya es la hora!- dijo pegando un salto de la cama en cuanto vió a Castillo. ¿Qué vamos a hacer hoy? ¿Donde vamos? - quiso saber, el campamento estaba resultando tal y como había soñado que fuera durante todos esos años que sus padres no le dejaban venir por falta de dinero. Se lo estaba pasando en grande.

- Jo... ¿ya? -Su voz se oyó como un murmullo debajo de la sábana con la que se había tapado para no ver la luz.

Se removió perezosa y con pocas ganas de salir de la cama pero, cuando oyó a su compañera levantarse, no le quedó más remedio que apartar la sábana e intentar abrir los ojos. Laura pasará en diez minutos... Esas palabras que había escuchado hacía unos segundos volvieron a su cabeza en aquel momento y, de un salto, salió de la cama.

Alicia ya había desaparecido en dirección a los baños así que, recogiendo sus enseres de aseo y a un paso que no era precisamente muy apresurado, se dirigió también hacia allí. Seguramente que el agua la reanimaría lo suficiente para sentirse por completo despejada... además sus tripas empezaron a rugir y, pensando en el desayuno, aligeró el paso.

Antes de que alguno de los chicos pudiera salir de su habitación una voz femenina inundó el edificio. Era Laura, la monitora con más carácter de todo el campamento que parecía estar echando una bronca monumental a una chica de la habitación del piso inferior.

¡¡¡SIN EXCUSAS, MARTA!!! NO TIENES RESPETO POR LOS QUE TRABAJAN AQUÍ ASÍ QUE HOY TE QUEDAS TODA LA MAÑANA LIMPIANDO EL SUELO Y AYUDARAS A FREGAR LOS PLATOS DE TODOS. ¡¡Y POBRE DE TÍ COMO QUEDE UNA MANCHA!!

Al parecer, Laura había vuelto a hacer uso de su inexplicable don para atrapar a la gente haciendo lo que no debía y había pillado a Marta, que lanoche anterior había tirado todos trastos de la cocina. La chica, de 12 años, había intentado ver si podía robar algo de las cocinas para montar una fiesta en su habitación, con tal mala suerte que había volcado una de las enormes botellas de aceite para freir en el suelo. El resultado había sido casi 8 litros de aceite resbaladizo por todo el suelo de la cocina. La niña, se había escabullido en la oscuridad tras darse un culetazo en el suelo y había vuelto a su cuarto, pero las huellas de aceite y las ropas manchadas la delataban. Algunos chicos sabían que iba a intentar hacer una fiesta y otros se habían enterado de lo del aceite, pero nadie pensó realmente que fuesen a descubrirla. No habían pensado en las huellas

De fondo, todos pueden oir a Laura, la monitora con más carácter de todo el campamento que parece estar echando una bronca monumental a una chica de la habitación dle piso inferior.

¡¡¡SIN EXCUSAS, MARTA!!! NO TIENES RESPETO POR LOS QUE TRABAJAN AQUÍ ASÍ QUE HOY TE QUEDAS TODA LA MAÑANA LIMPIANDO EL SUELO Y AYUDARAS A FREGAR LOS PLATOS DE TODOS. Y POBRE DE TÍ COMO QUEDE UNA MANCHA.

Al parecer, Laura había vuelto a hacer uso de su inexplicable don para atrapar a la gente haciendo lo que no debía y había pillado a Marta, una de las chicas más malcriadas del campamento tirando los trastos de la cocina. La chica, de 12 años, había intentado ver si podía robar algo de las cocinas para montar una fiesta en su habitación, con tal mala suerte que había volcado una de las enormes botellas de aceite para freir en el suelo. El resultado había sido casi 8 litros de aceite resbaladizo por todo el suelo de la cocina. La niña, se había escabullido en la oscuridad tras darse un culazo en el suelo debido a un resbalón y había vuelto a su cuarto, pero las huellas de aceite y las ropas manchadas la delataban. Algunos chicos sabían que iba a intentar hacer una fiesta y otros se habían enterado de lo del aceite, pero nadie pensó realmente que fuesen a descubrirla. No habían pensado en las huellas

Bueno, es tan importante saber no dejar huellas como seguirlas. Marta la ha liado así que nos va a tocar charla antes del desayuno. Os veo abajo en diez minutos.

Jolín, Castillo... ¿pero porqué a todos? ¿eh? ¿eh? ¿Porqué si sólo Marta hizo algo malo...? -eso lo que Uzo pensó en su interior aunque no se atrevió a decir, pues era un chiquillo tímido y poco hablador. Es más, hablar de la gente, para bien o para mal, no era su fuerte, y prefería vivir una buena aventura llena de peligros (aunque en realidad no era un gran atleta) que enfrascarse en una simple y llana conversación.

Va, vale, Castillo -dijo el pequeño cuando comenzó a mirar a sus compañeros para comprobar cuál de ellos estaba ya despierto-. Acto seguido intentó buscar su mochila entre todos los trastos de la habitación y comenzó a sacar su ropa para vestirse... En pocos segundos ya estaba listo: Uzo era un tipo habilidoso con lo que le interasaba.

Oía las voces de Laura como si la tuviera al lado, y eso no era bueno... nada bueno. Parecía que esta vez el centro de su enfado era Marta... bueno, tampoco es que le importara demasiado a Lucía. Se encogió de hombros mientras entraba en el baño para asearse y vestirse. Marta no era precisamente una niña que le cayera muy bien, le parecía más bien tonta y ya se creía muy mayor. Mejor a ella que no a mí.

De vuelta en su habitación guardó sus enseres de aseo y, tal como había mandado Chusa, bajó para esperar el desayuno. Sus tripas cada vez hacían más ruido y encima tendrían que esperar por culpa de esa niña tonta...

- Normal que la pillen, es sólo una chica.

Mientras terminaba de anudarse los cordones de las zapatillas su mente voló hacia los libros de detectives que tantas veces había leído. No hay crimen perfecto, pero Guillermo sabía que no le hubieran pillado de haber sido él.

Con estos pensamientos se situó en la puerta esperando a sus compañeros, confíaba en que el discurso fuera breve y que no afectara al desayuno, como se quedara sin desayunar la niña torpe se iba a enterar.

Casi se golpea de frente con Chusa, Uhhh. Los siento. Las prisas de la niña por llegar la primera al baño casi le proporcionan un buen chicho. Joo, estúpida niña mal criada, seguro que ahora no tenemos desayuno por su culpa…. Eran los pensamientos que surcaban la mente de Alicia mientras se preparaba. De vuelta a su habitación dejo todo colocado como le habían enseñado.

Aunque era poco hablador tanto silencio le ponía nerviosa, en las historias de miedo de su hermana cuando todo el mundo se quedaba callado era que algo malo iba a pasar, esto no era una historia de miedo, pero el silencio le incomodaba, de modo que decidió preguntar a la niña que tenía más cerca. ¿Qué tal as dormido? ¿Has soñado con algo? 

Miró a la niña que le había hablado mientras se subía las gafas que ya tenía en la punta de la nariz.

- No sé... supongo, pero no me acuerdo. Estaba tan cansada que me quedé dormida muy rápido y no sé lo que he soñado... pero seguro que tuvo que ser algo bonito porque sino me hubiera despertado. Cuando tengo pesadillas muy feas empiezo a gritar... porque dan mucho miedo. ¿A ti no te pasa? -La miró atentamente, aquella niña parecía un poco intranquila.- ¿Tú has soñado con algo interesante?

Cada vez tenía más hambre y sólo quería que lo que hubiera pasado en la cocina se solucionara pronto para poder entrar a desayunar.

La niña se encogió de hombros. Creo que en murciélagos pero no me acuerdo muy bien…. Ya sabes el monitor estuvo hablando de ello….. hace unos días o eso creo….. titubeo o puede que fuera la profesora durante el curso.  Dijo mientras se rascaba la cabeza, en ese momento no estaba muy segura de cuando lo había oído.

Bueno, sabes que los vampiros se trasforman en esos ratones con alas, lo dice mi hermana. Luego bajo un poco la voz y alzo un tono más lúgubre, los vampiros se transforman en murciélagos para poder chuparles la sangre a las doncellas vírgenes. Espero unos segundos para que la frase hiciera efecto. Pero no tienes que tener miedo aquí no hay vampiros, creo que están en Draculandia ¿o era Transiquitania? Aunque también dudo que seamos eso…. Hizo un gesto de desdén con la mano. No sé a qué se refiere mi hermana con doncellas vírgenes… la única virgen que yo conozco es la de la iglesia.

Enrique se desperezó una vez más, sin hacer ningún esfuerzo por levantarse de la cama. Con los ojos entrecerrados volvió a echar un vistazo a la habitación en la que estaba, y resopló con fastidio. ¿Por qué demonios le habían obligado a ir allí? Él estaría mucho mejor en casa, estudiando, leyendo un buen libro o tocando el piano. Los exámenes estaban cerca, y no quería que sus notas bajasen. Pero mamá insistía en todas esas tonterías de la naturaleza y de hacer amigos...

Por si fuera poco, encima aquél monitor de las rastas que no parecía haberse duchado en un mes, insistía en que se levantaran pronto. Y todo porque alguna mocosa la había liado en el cuarto de las chicas.

- Menudo fastidio... -murmuró incorporándose con desgana. Sería mejor que no se metiera en líos o todo sería todavía más aburrido.

- Murciélagos... ¡qué asco!

Desde luego aquellos bicharracos tan feos que había visto en alguna foto del libro de Ciencias le producían escalofríos. Nunca los había visto de verdad... pero creía que le podía tener tanto asco como a las ratas. En las historias que había leído salían muchas veces los murciélagos, cientos volando de cuevas oscuras... No, aquello no le gustaba, y sólo esperaba que la imagen se le borrara de su mente a lo largo del día o entonces sí iba a pasar mala noche.

- No creo que se les ocurriera acercarse a la Virgen María... supongo que son tonterías de chicas mayores, como mi hermana Belén que muchas veces no entiendo lo que habla y cuando le pregunto suele decirme que no me entrometa que son cosas de chicas mayores... Será tonta. -Miró un poco enfadada a su alrededor, tenía mucha hambre y aún no les habían permitido entrar en el comedor.- Jo... ¿cuándo desayunamos?