Partida Rol por web

Teo se apartó de la calle y decidió alejarse un poco de la plaza en busca de aire fresco. Mientras se alejaba, vio como un chico que casi se cae al suelo de repente mientras intentaba ligar con una chica; la chica lo agarró e impidió que se cayese, para acto seguido dejarlo allí plantado.

Mientras recorría las calles del pueblo, Teo aún podía oir música y bullicio en casas particulares, especialmente en viejos corrales que ahora estaban siendo utilizados por las peñas de jóvenes del pueblo. Finalmente, llegó a un pequeño parque que había en la plaza de la iglesia, una zona mucho más tranquila y silenciosa que el resto del pueblo y donde soplaba un agradable aire fresco.

Pavel se lo pensó un momento. ¿Debía salir detrás de la chavala? Parecía que iba tocada, como había observado Susana. ¿Susana? Mas le valía que si, porque le había estado llamando por ese nombre toda la noche. Como ahora se enterara de que no era así como se llamaba menudo marronazo. Iba tocada y, joder, él era un buen chaval. De esos que no dejan a las chavalas que parece que van tocadas irse solas por las calles de un pueblo lleno de borrachos, por lo que pudiera pasar.

Así que miró a Susana, bajó la mirada a su botella vacía y acabó por encogerse de hombros con un suspiro y una negación de cabeza.

- Voy a ver si está bien. - Dijo torciendo el gesto y mirando por encima del hombro, algo preocupado, a la calle por la que se había ido la muchacha - No me malinterpretes, que me gustaría quedarme pero... No se, ¿Sabes? Si puedo evitar que le pase algo chungo, pues mejor, que luego sale en los periódicos y me siento culpable. - Alzó las cejas en un gesto de disculpa. Realmente se sentiría muy mal si le pasar algo a esa chica habiendo podido evitarlo. Y más porque no conseguía quitarse del cuerpo la sensación de que algo iba a pasar aquella noche. Algo muy malo. Como que atropellaran a un despistado. Como a ese chaval, que debería ir fino también para quedarse parado en mitad de la calle a expensas de que le pasara por encima un coche. Menudo colgao. Y tampoco era tan tarde como para estar así de cocido.

- Vuelvo en un brinco, así que no te pires con otro tío mas cachas pero menos cívico que yo, ¿eh? Que a los guapos los carga el diablo - Le guiñó un ojo y sin esperar respuesta, porque estaba seguro de que después de ese desplante no volvería a ver a Susana, salió en dirección a la esquina por la que había desaparecido la muchacha misteriosa.

- ¡Por cierto! ¡Mi móvil es...! - Gritó el número por encima del ruido, antes de estar demasiado lejos de la chica - ¡Mándame un whatsapp quince minutos si no he vuelto! ¡No sea que vaya en plan superheroe y acabe necesitando que me salven el culo a mi! - Rió y apretó el paso.

Cuando llegué a la iglesia de dudoso valor histórico la miré sin demasiado interés. Todo parecía normal ahora... Respiré hondo dejando que el aire llenase mis pulmones y aclarase mis ideas... y decidí volver con el resto. ¿Pero que estoy haciendo? Fijo que se preguntan qué pasa conmigo... Y una sonrisa afloró en mis labios. O quizá ya van bastante bebidos y no, jeje.

- ¡De acuerdo! -gritó la chica por encima del barullo general, quedándose sentada en el mismo lugar donde estaba

Al ir tras la otra chica, Pavel se cruzó con otro hombre que venía por la calle, seguramente desde la parada del autobús. Aunque era joven, parecía envejecido antes de tiempo, y olía a alcohol. Sin embargo, no se le veía borracho y tenía cierto aire bohemio que lo hacía parecer interesante. La chica se había quedado parada ante la puerta del patio de la casa que había estado observando, una casa rural que a juzgar por el bullicio y las luces, estaba ocupada por visitantes.

- Eeeeeeeeeeeh - Murmuró por lo bajo para si mismo, entre sorprendido y complacido ante el resultado de su escapada. La chavala parecía que se iba a quedar a esperarle. Punto para él - Aún estás en el juego tío, aún estás in da game - Sonriendo de medio lado, algo crecido por su conquista, saludó al hombre que olía a alcohol con un gesto de cabeza, preguntándose de dónde saldría, a dónde iría y por qué parecía tan interesante y bohemio. Siempre lo hacía, era inevitable.

Al llegar junto a la muchacha se paró a su lado con descaro, mirando hacia el mismo patio que ella con el ceño fruncido, fingiendo estar interesado en lo que pasara allí dentro.

- Buenas. ¿Te alojas aquí? - Sin artificios ni rodeos, directo al tema. - ¿Te encuentras bien? Te he visto ahí atrás en la plaza y parecía que necesitaras tomarte un respiro, ya sabes. - Sonrió. Y se dio cuenta de lo mal que estaba sonando aquello casi al momento. Abrió mucho los ojos, contrajo los labios y alzó las manos frente a sí, en un gesto de defensa bastante cómico - Oh, oh. No es lo que piensas ¡Ja! Seguro que crees que soy un violador o algo chungo ¡Jaja! Pero no, no, en serio, solo estaba preocupado. Si, ya se que no nos conocemos de nada, pero soy así de majo. Y un violador nunca diría que es majo. O si, para disimularlo, claro. Porque no me veo a un violador entrándole a una muchacha diciéndole que es un violador... Sería como si... - Se mordió los labios. Estaba hablando de más, como cada vez que se tomaba un par de cervezas - Vale, cuando quieras me paras, me dices que estas bien, que vas a llamar a la poli si no me piro, me vuelvo por dónde he venido y aquí no ha pasado nada.

Todo parecía normal, como cualquier otra noche de fiesta hasta que de pronto un olor nauseabundo comenzó a cargar el ambiente, y para colmo cuando iba a preguntar aquel bombón si ella también lo olía me di cuenta de que algo iba realmente mal.

Todo el pueblo parecía estar descomponiéndose como si llevase décadas abandonado y la gente ya no eran personas, eran cadáveres siniestros que danzaban al son de la música. Si no le di un empujón a la chica fue solo por que mis pies comenzaron a hundirse en el asfalto.

Para cuando todo volvió a la normalidad, el hecho de haber perdido a la presa, era lo que menos me preocupaba. Avance abriéndome paso hasta donde se encontraban mis amigos. Fuese lo que fuese que nos habían vendido de droga pegaba demasiado aquello no era normal.

Adri y Charlie estaban por allí cerca, mirando a Manu mientras se partían de risa

- Manu, tio, ¿que has hecho? ¿Ya te ha sentado mal la pirula? -preguntó Adri entre risotadas
 

Carlos, uno de los amigos de Teo, lo había seguido hasta el parque.

- ¡Teo! ¿Que haces, tio? Te has largado de repente de la plaza.

Me sorprendo mucho al ver a Carlos pero trato de actuar con normalidad.

-Jaja, ya... lo siento tío, me he rallado y he ido a tomar un poco el aire. ¿Verdad que me traes algo de beber?

Miro también a mi alrededor. ¿Estamos solos?

¿Peerrrdona, donde estar la plaia? - el hombre se acercó tambaleando un poco a los dos jovenes tortolitos.

Que había bebido era cosa evidente pero -al menos todavía- parecía poder mantenerse en su sitio. Tenía un fuerte acento extranjero, quizá ruso, aunque quizá fuera más por sus pintas que por otra cosa que podía dar esa impresión. Vestía con ropa pasada de moda y el oro no le faltaba como complemento. Pero por como sonreía lo más probable es que aquello salida solo hubiese sido una broma.

Verdaderamente sería difícil que alguien pudiese estar TAN perdido ¿o no?

Devolvió el saludo al joven haciendo un gesto cómplice con la cabeza, y luego miró a la joven que había estado absorta mirando aquel edificio haciéndola el escaner completo de arriba abajo.

- Ufff Prresciosa architektura ¿da? Me gusta mucho pueblas españoles. ¿Vosotros de aquí? Me estoy un poco perdido...

No había nadie alrededor; todo el mundo estaba en la fiesta, y la solitaria iglesia no parecía un lugar interesante que visitar en aquel momento

- Si, claro -dijo pasándole a Teo una botella de cerveza- ¿Que ha pasado? ¿Por que te has venido aquí?

-Mmmmh... si te lo contara no me creerías. -Exclamé para a continuación dar un largo trago a la birra. - Por un momento pensé si me habrían metido algo en la bebida. Te lo cuento si quieres volviendo pero no me tomes por loco, eh? Jajaja... -Me sentía ahora mucho mas tranquilo y ya podía hablar de forma distendida. Seguramente debía habermelo imaginado, puesto que aquello no tenía sentido alguno.

- ¿Quien iba a meterte algo a ti en la bebida, si eres más feo que pegarle a un padre? -dijo soltando una risotada- Venga, cuenta. ¿Que te ha ocurrido?

-¡Irós a la puta mierda un poco! -Estaba de mala ostia y con razón, ellos ya me conocian y sabian que lo decía de coña y que en un rato se me pasaría (de hecho la expresión no había hecho mas que hacerles reir aun mas fuerte) pero sabian que en esos momentos tampoco era buena idea tocarme las narices.

-¿Pero quien cojones os ha pasado esa mierda? Parecen setas tio, puta paranoia. Era como que todo el pueblo estaba pudriendose y la gente tambien... Y la carretera se derretia... ¡Joder! Dadme un cubata o algo.

Charlie le paso un cubata a Manu

- ¿En serio? No se tio; es MDMA y eso no te hace alucinar. Y es la pillé al de siempre; no estaba adulterada. Los demás estamos bien. ¿No habrás tomado otra cosa?