Partida Rol por web

Ha sido una mañana realmente tranquila la que has tenido en tu taberna-posada, has tenido a tus Párrocos de siempre bebiendo en la taberna mientras se quejan entre ellos de la situación en la ciudad, las desapariciones de gente, la lucha por el poder y los asesinatos varios que han habido, aunque procuran hablar en susúrros tras unos cuantos tragos de tu buena cerveza no tardan en levantar un poco la voz.
También han llegado un par de viajeras, lo que parece ser un comerciante y alguien esperando poder coger un barco poco mas ha pasado en tu taberna.

Trabajar no era lo mío pero había que disimular, me llamo la atención alguna de las conversaciones, pero poco tenían que decir que no me hubiera dicho ya mi gente, eche mi alcohol en dos jarras y se las lleve a las jovencitas:

-Invita la casa-dije dejándoselas en la mesa y volviendo a mis que haceres era algo que solía hacer ya que las mujeres siempre traían clientes, y pese a que este no era mi verdadero negocio, no me gustaba descuidarlo.

Entra alguien posada cubierto de arriba a abajo, haciente un leve saludo. Luego se sienta en la primera mesa libre que encuentra y pide algo para beber, observando a los demás clientes.

Sigo observando el entorno, principalmente los papeles con anuncios que pueda haber colgados en las paredes de la taberna. También no pierdo de vista a las mujeres que hay en la taberna, ya que alguna de ellas puede ser a quien busco y al momento en que me traigan el pedido preguntaré al sirviente sobre ellas. 

Al ver que entra un cliente, me acerco a atenderle, no hay que dejar a nadie sin una buena bebida siempre y cuando la pague:

-Buenas caballero, ¿qué desearía tomarse en nuestra taberna?-digo con voz tranquila pero siempre atento a cada gesto nunca se sabe cuando alguien trama irse sin pagar o peor atacarte, aun que no podía saber quien era yo siempre se podría filtrar datos.

-Buenas caballero, ¿qué desearía tomarse en nuestra taberna? -dice con voz tranquila

El sujeto que se presento a tomar nota si en algo destacaba era en ser alguien anodino, como la mayoría de los que poblaban la ciudad. No se preocupo ni un instante de lo que pudiera pensar su interlocutor e intento parecer asiduo a estos lugares.

- Lo mismo que a todos, muchacho. - Dije intentando emular los gestos de la gente que acostumbraba a cazar.
- ¿Acaso tenéis mucho dónde elegir?

Sin duda la educación no era una de sus virtudes, pero poco le importaba dada sus habilidades, pues poco tiempo estaba con alguna persona, al menos viva.

Lo miro arqueando una ceja:

-Pues no mucho pero si algo, le traeré una cerveza fresca-fui a la barra y cogi una jarra de cerveza bien fría y se la lleve a su mesa.

-Si requiere de algo mas estoy seguro que podemos complacerle-dije volviendo a mi puesto sin quitarle ojo de encima, no me parecia gente de confianza la verdad.

Ni siquiera me gustaba la cerveza, pero esperaría allí un rato sin probarla, ya que al menos no me echaría por no consumir nada mientras sigo observando a los no-habituales al local.

tras dejarle la bebida el no la prueba ni le da un sorbo simplemente se queda allí sentado,
entonces una de la mujeres jóvenes se acerca hacía ti.
- ¿cuanto cuesta pasar la noche aquí?-
es lo que te pregunta simplemente
 

una de las mujeres se ha levantado y ha ido ha hablar con el tabernero.

Lo miro y sonrio con una sonrisa afable y le digo:

-Pues no cuesta mucho tan solo 5 monedas de plata la noche-le dije atendiendo al resto de la gente del lugar.

Con una sonrisa picara se vuelve a la mesa meneando el culo de modo seductor hacia el tabernero mientras juega con el pelo.

La miro y sonrio mientras limpio la barra del liquido de las bebidas, sin quitar ojo a cada cliente de la taberna.