Partida Rol por web

Maníacos Zombicidas

Finalizada: Ojos que no ven...

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02/07/2014, 10:32
Raoul, ¿médico o militar?

- ¡Vamos, vamos! - gritó Raoul a los superviviente que todavía seguían en la calle. Avanzó hay el tóxico y aunque podía esquivarlo pensó que le dejaría el marrón a Marvin ... Claudia ya había demostrado que sabía moverse entre ellos; así pues clavó la bayoneta de la escopeta en el ojo del zombie y abrazó al perro para protegerlo de la salpicadura tóxica, después de todo le había salvado la vida un par de veces y debía devolver el favor. La mochila le cubrió de la mayoría de la quemaduras pero el brazo izquierdo le quedó en carne viva por lo que sacó el último paquete de gasas cicatrizantes y se las aplicó.

Al entrar en el almacén vio a Elsa e Ivy esperando para avanzar: Señoras, les despejaré el camino - dio cuenta del gordo que amenazaba en la siguiente habitación y disparó contra la marabunda que bloqueaba la salida de aquella endiablada ciudad.

Notas de juego

T40: Mover al E, Atacar cc (tóxico muerto, descartado kukri, paso a rojo - +1 ataque cc), curarme (gratis), Mover al N, Mover al O, ataque cc gratis (1 gordo muerto), Disparo gratis al O (2 caminantes muertos)

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02/07/2014, 22:20
Marvin, el guardaespaldas

Viéndose tan cerca ya de salir y con la abominación abatida, Marvin acabó con el chucho que se acercaba velozmente desde el otro lado del callejón y, evitando al tóxico, libró a la pandillera de los corredores que la rodeaban.

- ¡Vamos, al garaje! ¡Salgamos de este infierno!

Notas de juego

T40:

1. Mover al Este.
2. Disparar con el rifle: acierto (perro muerto).
3. Disparar con el rifle: acierto (corredor muerto).
4. Disparar con el rifle: acierto (corredor muerto).
Extra. Disparar con el rifle: acierto (corredor muerto).

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03/07/2014, 11:20
Claudia, la chica rebelde

Una vez más le tocaba ponerse a cubierto mientras alguno de los tiradores del grupo se encargaba de quitarle de encima a unas cuantas alimañas. Tal y como debía suceder, Claudia pronto quedó libre para seguir causando terror con su motosierra entre los pocos zombies que quedaban.

-¡Menos hablar y más entrar, hombre linterna!

En el interior del taller no tardó en tropezarse con Ivy, a quien rápidamente tendió aquella preciada posesión que era su mechero.

-No sé por qué, pero tengo la sensación de que tú sabes un par de cosas sobre este artilugio... -le dijo, implorando mentalmente que el plan del guardaespaldas funcionase.

Ya sólo le restaba participar en el asalto al último de los bastiones. Por entre los cartuchos de Raoul y las balas de Elsa se escurrió como una vulgar rata, aunque no le quedó más trabajo que destripar con la motosierra a un solo caminante.

Notas de juego

1. Mover al Oeste
2. Mover al Norte
3. Intercambiar con Ivy: le da el mechero
Extra. Mover al Oeste
4. Mover al Oeste
Extra. Atacar con la motosierra: 1 muerto

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03/07/2014, 11:34
Elsa, la amiga de lo ajeno

Saltando al instante a la señal que adivinó en el disparo de Raoul, su pareja de escupeplomos volvió a protagonizar un nuevo escándalo. En esta ocasión las paredes del taller provocaban que el sonido de los disparos no se dispersase, quedando atrapado en aquel pequeño racimo de habitaciones. Los objetivos iban cayendo uno tras otro. Las armas, ajenas incluso a la entrada den escena de la mulata, seguían reclamando más y más de aquellos cuerpos huecos de vida. Ni siquiera la motosierra podía rivalizar con el ruido que provocaban, espoleadas por ambos dedos índice de la esbelta pelirroja.

-¡Wuuuuuuuu! ¡Pin y Pon esa dinamita de una vez! -esperó a gritar, para cuando la estancia tenía ya en su superficie más agujeros que zonas intactas. Sabía que no había que preocuparse por Claudia, porque ya encontraría la manera de largarse de allí antes de que todoo saltase por los aires.

Notas de juego

1. Mover al Oeste
2. Disparar con las gemelas: nada
3. Disparar con las gemelas: 1 muerto
Extra. Disparar con las gemelas: 1 muerto
4. Disparar con las gemelas: 1 muerto
Extra. Disparar con las gemelas: 1 muerto

*Vio

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04/07/2014, 20:06
Ivy, sicaria cañón

Por fin dentro del taller un atisbo de seguridad pudo sentir la atractiva cazarrecompensas, como nueva efímera fortaleza ajena al desagradable ruido de esa ansiedad que poseían las víctimas de tan fuerte droga. Esa sensación creció enormemente cuando la chica mala le ofreció un objeto tan mundano que marcaría la diferencia. Anda y yo sin usar esta monada… al levantarse levemente el vestido desveló un cartucho de dinamita atado en un hermoso ligero, con lo mal que lo hemos llegado a pasar chica, hubiéramos podido… ¿qué coño hace el santurrón? Se interrumpió para salir en busca del salvador de la hecatombe, aprovechó la posición para librarse de las pequeñas amenazas que podían complicar la huída. Mierda, creo que nunca más podré disfrutar tanto de esto tan gratuitamente… le comentó en un alarde de cinismo esbozando una sonrisa. Venga tío, nos esperan para meternos en la ratonera esa que decías… instando así al guardaespaldas a cumplir con el último compromiso por la supervivencia de un disparatado equipo.

Notas de juego

1. Mover al sur
2. Mover al oeste
3. (extra) Disparar al sur = 1 corredor abatido.
4. (extra) Disparar al oeste = fallo
5. Disparar al oeste = corredor y caminante abatido
6. Mover al este

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06/07/2014, 08:56
Organizador

El edificio del taller quedó completamente despejado justo a tiempo de que los supervivientes pudiesen disfrutar de un cobijo frente a la nueva horda de muertos vivientes que acababa de brotar desde todos los rincones de la plaza. A Claudia, Raoul y Elsa faltaban por unírsele Marvin y Ivy, quienes, juntos de nuevo tras aquel tiroteo interrumpido desde el que parecían haber pasado siglos -pero vivos, que es lo que cuenta-, no tenían mucho más donde elegir que sumarse a sus compañeros de fatigas para, todos juntos, descubrir si la idea de Marvin era un plan con fundamento o simple quimera.

¿Acabarían sus días sepultados a pedazos entre llaves inglesas y compresores, o conseguirían huir de la pesadilla?

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06/07/2014, 19:15
Ivy, sicaria cañón

Dicho y hecho, siguió despejando la entrada con certeras flechas que al impactar hacían volar por los aires trozos de carne. De verdad que me va a costar dejarlo… la mueca en busca de voluntad se cerró al morderse el carnoso labio inferior para finalmente dirigirse al interior del taller.  A medida que se fue acercando al comando soldado y dominatrix, la llama bailaba en busca de prender la punta de la mecha. Por desgracia, todo lo bueno se acaba. Pese al triste mensaje, su rostro esbozaba una traviesa sonrisa. La cuenta atrás la revelaba el serpenteante sonido de la mecha al consumirse, que de inmediato arrojó al interior de la habitación con el mismo entusiasmo y emoción que cuando era una niña jugando con petardos, pero a lo grande. Se apoyó entonces en la pared para cubrirse, como si tuviese la necesidad de sujetarla ante la inminente explosión.  ¡Fuegos artificiales! Anunció voz alta para que el resto se preparasen a la sacudida. En fin, espero que esto nos lleve a un sitio normal… que me temo se llenara de yonkis en cuestión de un rato. Comentó como incómoda charla de sala de espera.

Notas de juego

1. (extra) Disparar al oeste: corredor y caminante abatidos
2. (extra) Disparar al este: dos obesos
3. Disparar al este: un obeso
4. Mover al norte
5. Mover al oeste
6. Lanzar dinamita dentro.

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09/07/2014, 18:56
Marvin, el guardaespaldas

Con todos sus compañeros ya dentro del taller, Marvin se encargó de despejar en parte la infestada entrada del taller antes de reunirse con sus compañeros.

- Aquí estoy, ¿me echabais de menos? - les dijo - Yo que vosotros me taparía los oídos - tras ver cómo Ivy lanzaba la dinamita encendida.

Notas de juego

T41:

1. Disparar con el rifle al Este: acierto (1 zombi muerto).
2. Disparar con el rifle al Este: acierto (1 zombi muerto).
3. (extra) Disparar con el rifle al Este: acierto (1 zombi muerto).
4. Mover al Norte.
5. Mover al Oeste.

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10/07/2014, 19:38
Raoul, ¿médico o militar?

- Dejad que os eche un vistazo ahora que tenemos un respiro, dice Raoul mientras saca un par de paquetes de vendas de sus bolsillos sin fin. Se dedicó a examinar los cortes y heridas verificando que no fueran mordiscos infectados. Por último avanzó hasta Claudia que acababa de lanza la dinamita y espera ansiosa a que explotara. Chica, parece que al final vas a salir de aquí a pesar de ti misma - le limpió una herida en el brazo con el sureo de unas ampollas y luego se lo vendó.

Luego acarició la cabeza del perro y miró los demás: Se acabó, hemos consumido todo lo que llevaba...más nos vale que podamos escapar por aquí.

Notas de juego

T41: Mover al O, curar a Claudia (gratis)

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13/07/2014, 20:42
Elsa, la amiga de lo ajeno

Ese cartucho de dinamita, que probablemente contenía en su interior pólvora y esperanza a partes iguales, sobrevoló los cabellos pelirrojos de Elsa mientras la mujer corría como compitiendo contra él, tratando de que sus movimientos trnascurriesen de forma absolutamente paralela al arco descrito por el objeto. No le importó lo más mínimo que unas cuantas chispas perdidas le financiasen unas improvisadas mechas negras: esa lluvia humeante incluso le olía a gloria. Después del robo más movido de toda su vida, de una huida desesperada más torcida que algunas de sus propias curvas, y de jugarse la vida una y otra vez junto a aquella panda de perfectos desconocidos con la que tuvo que convivir hasta el final, estaba dispuesta a dejar correr un par de pequeños desperfectos en su flequillo en V. Vosotros seguid de cháchara... ¡Más sitio para Elsa!

Al llegar a lo que consideró un límite razonable que le permitiese quedar lo más cerca del supuesto túnel de acceso una vez que la explosión hubiera tenido lugar sin que los efectos de la misma la dañasen, guardó a las gemelas, se puso de cuclillas, y se tapó los oidos. Con todos los músculos de su cuerpo en tensión, esperaba ansiosa el escandaloso pistoletazo de salida que estaba a punto de sobrevenir.

Notas de juego

1. Mover al Oeste

*Vio

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15/07/2014, 11:38
Claudia, la chica rebelde

Notar cómo alguien se le acercaba hizo que sus alarmas saltaran. El que ese alguien fuese Raoul contribuyó a mitigar la tension, pero ni siquiera intentándolo de forma consciente fue capaz de relajarse durante la cura proporcionada por el militar.

-A pesar de mí misma... Y gracias a vosotros -respondió en voz baja, con un cierto tono de humildad avergonzante. Apenas sentía el picor del suero que se le acababa de administrar, y observaba las vendas que iban rodeando su brazo como si de un programa de televisión se tratase. Todo aquel componente del mundo físico que estuviese más allá de su motosierra resultaba lejano y difuso. ¿Dónde están? -se preguntaba, confundida ante la ausencia de muertos vivientes.

Al escuchar el silbido de la mecha de la dinamita encendió, como accionada por un resorte, su escandalosa arma, y se colocó junto a Raoul. Había aprendido que ésa era la mejor forma de sobrevivir. Y ahora que Mara ya no... estaba, sus nuevos compañeros eran la última barrera de defensa entre la vida y la muerte.

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15/07/2014, 11:50
Organizador

Dentro, todo en calma. Fuera, todo bullicio. Los zombies se agolpan a la entrada del edificio pidiendo su merecida recompensa por ese deambular sin sentido al que estaban condenados para toda la eternidad; fluyen desde todos los recovecos de la plaza, e incluso de más allá. ¿Qué aforo máximo tendría aquel maldito centro comercial? Humanos, perros, y seguramente alguna otra criatura demasiado pequeña para poder ser apreciada en medio de ese dantesco desfile, todos con una sola y misma idea: devorar a Marvin, Raoul, Claudia, Elsa, e Ivy.

Pero un planeado y repentino bullicio en el interior acaba con las aspiraciones de aquellas bestias: tras la explosión, una zona desnuda del piso revela a escasos metros en vertical un oscuro pasadizo subterráneo. ¿Alguien tiene una linterna? -se escucha mientras el polvo levantado por la dinamita todavía impide de forma casi absoluta la visión. Resultaba imposible reconocer de cuál de los cinco supervivientes era aquella voz, pero todos ellos, sin excepción y en un traumático acto reflejo, recordaron la máscara de aquella abominación cuyas garras tantas veces estuvieran a punto de descuartizar a varios de ellos.

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26/08/2014, 19:00
Marvin, el guardaespaldas

- Seguidme, la salida de este infierno, aunque sea irónico, está ahí abajo.

Marvin activó la linterna en modo iluminación (tenía 3 posiciones: "iluminación", "¡eh tío! ¡que eso quema!" y "muerte nuclear").

Comenzó a descender por la escalerilla (que había sobrevivido como una campeona a la explosión, pese a estar hecha de madera) sosteniendo la linterna con los dientes. Al llegar abajo y siguiendo sus instintos, comprobó la zona.

Sobre su cabeza aún se escuchaban gruñidos apagados de las bestias de fuera, pero aquí abajo todo era silencio. Un pequeño descanso merecido, pero ¿qué ocurriría cuando llegaran al otro lado del túnel?

Notas de juego

T42:

1. Encender la linterna.
2. Descender a las profundidades

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07/09/2014, 22:48
Organizador

Y hacia las profundidades se dirigieron todos, guiados por la seguridad de Marvin. Sólo él sabía de qué demonios iba aquello del pasadizo, y un lugar estecho y oscuro no era el mejor lugar en el que estar en caso de que otros zombies apareciesen, pero nadie se permitió el lujo de rechistar. Si lo peor lo estaban dejando atrás tras cada peldaño de escalera que descendían, o si les estaba esperando en el otro extremo del túnel, eso era algo que quedaba por ver. Precisamente por eso, quizás estar vivo en aquellas circunstancias estaba sobrevalorado; porque, como dice el refrán: ojos que no ven...

Las provisiones materiales, y buena parte de las espirituales, de Raoul estaban ya agotadas. Así que más le valía al grupo no volver a necesitar de la magia de su amado médico de cabecera. Mitad médico, mitad militar, la 'aventura' del Corte le había dado también una nueva fracción de algo que podríamos situar entre líder y terapeuta; ventajas de una formación extracurricular que ningún ejército ni ninguna otra guerra podrían proporcionar a un ser humano.

Más apagada aún se hallaba la (y vamos a ser generosos con el prefijo) ex-pandillera, que bajara la escalera abrazando todavía con un brazo esa bendita motosierra. Talmente como una niña pequeña que no se separa de su peluche favorito, si no fuera porque los peluches ni huelen a carburante ni tienen cachos de carne diseminados sobre su superficie. Todavía les quedaba mucho recorrido para eso a las Monster High.

Ivy no sabían muy bien cómo sentirse ahora que no tenía nada a lo que disparar. Nunca pensara que fuera a adquirir tamaña destreza con un simple arco, arma primitiva e insulsa donde las halla, pero la supervivencia es lo que tiene: ni en a final olímpica de tiro se ve sometido alguien a tanta presión. Quizás su nueva pericia le dé, en el nuevo escenario de Mad Max que se adivina para la humanidad, un nuevo punto extra en el mundillo de los sicarios. Aunque ahora, con el asfixiante intrusismo profesional de millones de cachos de carne que, para más inri, trabajan gratis, lo mismo se ve obligada a reciclarse... Su traje de fiesta, mil veces lacerado desde su primer encuentro con aquel dichoso guardaespaldas, es una imagen adecuada para darse cuenta de que las celebraciones han terminado, la alegría se ha muerto, y ahora toca enfrentarse a la resaca.

Sopesando hasta qué punto le viene bien que la marabunta zombie haga a la gente abandonar sus bienes preciados, y hasta qué punto le viene mal que la existencia de esa misma marabunta haga que esos bienes preciados pierdan todo valor, Elsa se escurre entre los demás supervivientes sin hacer más ruido que el producido por su estrambótico traje al rozarse con el chaleco de Raoul, las pulseras de Ivy, las botas de Claudia, y la... ¿linterna? de Marvin. Por cuánto más tiempo tendrá que soportar a aquellos inútiles antes de poder echar a volar libre como el viento, eso es imposible saberlo. Aunque le parece vislumbrar ya una luz al final del túnel.

Así es el lamentable estado de los cuerpos que se van hacinando tras Marvin en el angosto corredor. Sin embargo, tampoco él había sido inmune al periplo. Su pelo y su barba se confundían en una revuelta maraña con tropezones de salsa de tomate que no era salsa de tomate, y la camisa y la chaqueta, de cuya pulcritud siempre había podido jactarse, estaban empapadas de sudor y rasgadas con una vulgaridad impropia de él. No cabe duda de que Whitney Houston jamás se rebajaría a cantar sobre alguien así. De oscuro caballero a mero guardaespaldas negro, todo en el transcurso de unos cuantos minutos y sin aviso previo. Pero a pesar de todo su trabajo, y sólo el suyo, seguia siendo el mundo: proteger a sus nuevos clientes. El glamour se había desvanecido por completo, y no cabía esperar ningún tipo de pago por su labor, pero trabajo había y mucho.

Linterna en mano y con paso firme, el (una de cal y otra de arena, no por pena sino porque le pega) oscuro guardaespaldas comenzó a adentrarse en lo desconocido. Desde allí delante todo se veía distinto. Como más amenazante. Pero pronto nuevas luces surgieron. Los teléfonos móviles de sus compañeros pronto se levantaron en armas, desmedido uso de batería mediante, para ayudar a iluminar el camino con sus propias linternas.

-Esto es absurdo, ¡con una sola fuente de luz es suficiente, idiotas! -protestó Elsa mientras manipulaba su Samsung para contribuir al esfuerzo común.

Y en los primeros metros de ese túnel se encontraron con las últimas líneas de esta historia, que, sin ellos saberlo, acababan de vivir en muchos otros puntos del planeta muchos otros bizarros grupos de supervivientes. Algunos encontrarían sus propios 'túneles', mientras que otros perecerían en el intento. Pero todos acabarán descubriendo, ya sea desde el más allá o desde la salida de su túnel particular, que la nueva historia es aún más aterradora.