Partida Rol por web

Salís al exterior agitados, aún con el olor de la pólvora y la sangre incrustado en vuestras fosas nasales y un intenso pitido en los oídos provocado por el disparo en el refugio. Fuera, encontráis a algunos compañeros mirando en derredor, tratando localizar el origen del disparo cuyo eco se escurre entre los cascotes de la plaza. De pronto suena un nuevo disparo; el primero en darse cuenta es Samuel Winslow, que señala hacia la densa columna de humo negro nacida del ruinoso Enderby. “¡Dios santo! ¡¿Qué diablos es eso?!”. Entre los nubarrones parece vislumbrarse una silueta en movimiento, y de repente, el humo es atravesado por dos de las criaturas de Lake. 

Los Antiguos parecen volar en sincronía y con determinación. A ambos lados de sus cuerpos se despliegan dos enormes alas membranosas; una suerte de toscos abrigos fabricados con lona les cubre el torso y, de entre los pliegues, asoman unos brazos que se ramifican en un puñado de dedos o tentáculos. En la zona inferior del torso, un grupo de tentáculos sujeta firmemente un cuerpo; cada criatura lo agarra de una pierna. Pendiendo a más de cien metros sobre el suelo, James Starkweather grita y se retuerce, tratando de sostener su revólver, aunque el fragor del momento os impide distinguir sus alaridos.

Tras atravesar la columna de humo, la trayectoria de los Antiguos parece decidida a atravesar la plaza por encima de vuestras cabezas.

Acaso son... ¿los especímenes que... 'estaban muertos'?

La sola visión de sus cuerpos amorfos, abotargados y viscosos, pero volando con cierta gracilidad, me produce nauseas, asombro, terror y belleza al mismo tiempo. Starkweather ha perdido cualquier resquicio de pose estoica que le quedase, y chilla como un niño asustado entre las garras de las criaturas. Que se joda.

- ¡Escúchame, jodido noruego! - cojo a Singer por la solapa del abrigo con ambas manos y le grito a medio centímetro de su nariz -. Si estás pensando en hacerte el héroe, ¡no cuentes conmigo! Cojamos un avión ¡y saquemos el trasero de este condenado lugar YA! ¡¿Vienes conmigo o te quedas?!

- Pero has visto eso Yv? Miro al cielo absolutamente maravillado. El héroe? Vamos, no me jodas.

- Hay que llevarse al viejo. Tu, yo, Moore y Halperin, el piloto. Quedan 2 sitios, para 6 hombres creo.

- Sin rompehuevos, esto va a ponerse muy feo vaquero. Bueno, ya tenemos las manos manchadas de sangre.

- Te cubro, si me cubres. Venga, salgamos de aquí.

Voy a por Moore, espero que siga en shock. Si pone problemas, lo noqueare en la tienda. Dewitt, es el segundo piloto, puede ser valioso, aunque tambien un testigo incomodo.

Vuestra conversación transcurre en secreto, rodeada por los disparos y los gritos de vuestros camaradas, aunque ninguna de las balas alcanza a las criaturas a medida que cruzan el aire a considerable altura sobre vuestras cabezas.

- ¡Alto el fuego! ¡Dejen de disparar, insensatos! 

Con una visible cojera, el profesor Moore agita las manos tratando de evitar que una bala perdida impacte en Starkweather.

- ¡Aprisa! -dice Moore, ajeno como el resto a vuestra conversación-. El capitán sigue con vida. ¡Tenemos que alcanzarles!

Los hombres se reúnen en torno a Moore; una firme determinación parece haberse despertado en él. Las criaturas son apenas un punto minúsculo en el horizonte. 

- A esa velocidad podremos alcanzarles con el Weddell, profesor -dice Halperin-. Lo tendremos listo en hora y media.

- Tendrá que ser una hora, señor Halperin. Señor Singer, señor Smithson, son ustedes nuestros hombres más experimentados. Escojan a tres hombres y prepárense; cojan cuantas armas necesiten. Señor DeWitt, ayude al señor Halperin con el Weddell. ¡No hay tiempo que perder, caballeros!

- Joder !! Esto es una puta locura !! Aprieto los puños, pero me calmo un poco, puede ser la única salida. Bajo la voz y me dirijo a Yv.

- Eh amigo, le seguimos el juego al viejo? Cómo lo ves? Tendríamos a Halperin, el avión y las armas. Solo tendríamos que convencer o encargarnos de los otros tres. El resto se quedará aquí a su suerte para siempre. Yv escúchame, hay que montarse en ese avión. Y puede ser ahora o nunca.

Luego me dirijo al resto.

- Algún voluntario? Está usted en condiciones Profesor?

Moore señala su pierna, dolorida y debilitada; las quemaduras solares de su rostros intensifican el lastimero aspecto que el profesor ofrece en estos momentos.

- No sería más que un estorbo, señor Singer, apenas puedo caminar con estos calambres. Miles, Huston, prepárense para volar. Señor DeWitt, señor Halperin: el tiempo es oro. ¡Tenemos que poner en el aire a ese maldito avión cuanto antes!

En la distancia, las criaturas y James Starkweather son solo un punto borroso perdiéndose en la bruma.

- Esta bien caballeros, tomen solo lo imprescindible! No gasten munición en vano. Esas cosas son demasiado duras, créanme ya hice una prueba en el campamento. No nos separaremos ni haremos ruido.

- Recuerden que son inteligentes y no sabemos cuantas hay. Trataremos de despistarlas y llevarnos al jefe … si sigue vivo. Aparte de esas que vuelan, hay otras cosas mayores que se arrastran, son la que se llevaron a Dickinson. Ojo con los túneles!

- Recen lo que sepan … y no se dejen atrapar con vida!