Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 5 (viaje por mar): hacia el hielo.

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11/09/2014, 20:48
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Starkweather era un hombre de ideas fijas. Un tipo enérgico que cuando se imponía una meta, no cejaba hasta conseguir lo que deseaba. ¿No acababa de pedir un ingeniero agrimensor? Alehop. Ahí estaba. Se tomaba tales golpes del destino con olímpica naturalidad. Quizá fue por eso que saludó distraídamente al muchacho con un: si, si, señor Nandan, ¿verdad? y, sin mirarle casi a la cara, tironeó de uno de los papeles que, por haber sido guardados apresuradamente, salían de la maleta. La carcajada de Maggie le entró por un oído y le salió por el otro. ¿Me permite usted? Tomó la maleta de entre sus manos temblorosas. La abrió, tras colocarla sobre sus rodillas. La bola del mundo rodó de nuevo por el suelo sin que nadie la recogiera. Starkweather examinó aquellos planos sin fijarse en otra cosa. Observó a Menez. ¿Me ha traído usted a un ingeniero agrimensor? Estos trabajos están bien. Muy bien. Parece un poco joven, ¿no? La habitación se mantenía en silencio. ¿Estará usted preparado dentro de seis días, cuanto menos? No esperó respuesta. ¡Contratado! William, por favor, encárguese del papeleo y de todo eso. Después, se arrellanó en su silla, tomó su copa y su cigarro y dio un buen tiento a ambos, con satisfacción. Estaba mirando a un imaginario horizonte, sin duda satisfecho por un día de duro trabajo bien remunerado por la Providencia.

Reparó en el silencio de la sala. Todos les miraban. El muchacho permanecía de pie, ante él, sin poder digerir todavía lo que le estaba pasando.

Miró extrañado, preguntándose quién tenía monos en la cara. Reparó en el muchacho ante él. Le reconoció. Se puso completamente colorado: rojo como un tomate. En un tono de voz que nadie en la camareta había escuchado antes, con la posible excepción de Moore, dijo: ah. ¿Eres ?

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12/09/2014, 12:47
Nandan S.

La cara de estupefacción parecía contagiosa, pues Nandan tenía la misma que su padre, y que algunos de los reunidos en la sala. Trató de decir algo, pero la reacción de Starkweather senior fue tan... fría y profesional, que el muchacho se quedó sin palabras y como si tuviese dos años en vez de quince.

Sólo acertó a sacar del bolsillo la vieja fotografía gastada que había enseñado a Menez, y ponerla sobre su carta de recomendación para estudiar en Inglaterra, casi con timidez y verguenza. Pero no dijo nada más. Ni siquiera contestó a la pregunta de su "padre".

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13/09/2014, 23:50
(Starkweather-Moore, científico) Charlie Porter

De todos lo presentes, el primero en reaccionar fue el enorme hombretón que era ayudante becario de Willard Griffith. Charlie, como ya le llamaban casi todos, se levantó sonriente y tomó con sus enormes manazas las diminutas y delicadas manos del joven Nandan.

Es un placer poder darle la bienvenida a nuestra expedición, jovencito. El apretón fue cálido, y la expresión de su rostro también. Parecía bastante emocionado.

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13/09/2014, 23:55
(Starkweather-Moore, técnico) Michael O´Doul

O'Doul carraspeando incómodo, se levantó de su silla, dejando su copa para que se la llevara el camarero. Creo que se me ha olvidado repasar las listas de... suministros de tornillería para las máquinas antes de irme a la cama. Sea, ehem, bienvenido, joven. Y salió.

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13/09/2014, 23:58
Guardián de los Arcanos

El resto de los presentes fueron haciendo más o menos lo mismo. Cada uno según su carácter. Colt Huston, por ejemplo, palmeó enérgicamente la espalda del chaval, antes de salir sonriendo. Otros fueron más formales o más tímidos. Fueron dejando solos a Starkweather y a Nandan. Starkweater permanecía con la copa en la mano, el cigarro en su cenicero, languideciendo, y en la otra la fotografía que había mostrado el nuevo delineante y, al parecer, pariente que la Providencia le había puesto en el camino.

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14/09/2014, 00:02
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Cuando os quedasteis solos, Starkweather te invitó a sentarse y, torpemente, se interesó por lo que había sido de tu vida. Sabía algunos detalles, cómo no, pero demasiado pocos. Parecía incómodo con la perspectiva de ser padre. Parecía el típico solterón que se encuentra a un expósito en la entrada de su casa, y no sabe por dónde comenzar a cogerlo. Parecía, sin embargo, interesado, y no te dio la impresión de que se sintiera decepcionado.

Eres... eres un chico muy guapo. Había orgullo en la expresión. Sigue, termina de contar eso que pasó en...

Notas de juego

Te puedes explayar, si quieres. Mañana seguiré avanzando, que hoy se ha hecho tarde para mi.

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14/09/2014, 00:08
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Mañana os doy el arreón, que dejaré que el chaval y su papi hablen a solas. Y se me ha hecho tarde.

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14/09/2014, 11:27
Guardián de los Arcanos
Sólo para el director
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14/09/2014, 11:27
Guardián de los Arcanos

Viernes, 13 de Octubre de 1933, Melbourne, Australia.

La luna ya menguante había acompañado a los que se fueron a la cama, o a aquellos que dejaron el campo libre a padre e hijo para que pudieran hablar tranquilamente, y fueron a terminar sus copas de antes de cenar. Finalmente los dos subieron a la cubierta de botes, y así se pudo quedar libre la camareta principal.

Pero las conversaciones que mantuvieran unos y otros quedaban para ellos mismos. Lo que es el hilo central de nuestra narración, progresa al día siguiente, cuando siguieron llegando suministros alimentarios que había que revisar, anotar, pagar y estibar correctamente. Acompaña a los técnicos con conocimientos de mecánica y electricidad, que se dedicaron a probar las radios, y a conseguir material crítico de recambio, de manera que fuera completamente seguro canibalizar cualquier aparato estropeado para arreglar otro, si se daban nuevos casos de pérdida de equipo. Los técnicos, en este caso, fueron tiranizados sin piedad por el radio de la expedición, Laroche, cuyo carácter se amargaba día tras día, sobre todo porque alrededor suyo tanto nativos como marineros fumaban sin recato alguno. Laroche sometió a todos los aparatos a las más exigentes pruebas, provocando interferencias para testearlas que acabaron con la intervención del jefe del puerto, dadas las protestas que provocó por parte de todos aquellos usuarios que os rodeaban. Los aparatos debían soportar las intensas tormentas eléctricas de la Antártida, y el radio debía conocer de antemano cualquier atajo posible para lograr la comunicación.

Todo aquel al que se pilló ocioso fue enviado a la fábrica de envasado, donde se preparaba el pemmican: R.J. Manfield & Son Ltd., la empresa que se encontraba en el 100 de Fleming Close, en el barrio de Braybrook. El jefe, Roger Manfield Junior, gritaba, gesticulaba y alentaba, todo a partes iguales, a los trabajadores negros que se habían reunido para la confección del mejunje. Los voluntarios acabaron bañados en aceite de hígado de bacalao, en carne en polvo, en jalea concentrada de manzana (un sustituto del jarabe de arce que, no siendo tan bueno, mantenía las propiedades conservantes y nutritivas de la mezcla). Todo se mezclaba en una inmensa olla industrial que había que batir dando constantemente a una enorme manivela, que accionaba unos multiplicadores de fuerza conectados a las palas. Aquello era como una condena a galeras (no había habido tiempo para conectar el motor, ya que la fábrica estaban en fase de mantenimiento, y lo de la enorme manivela había sido un apaño de última hora).

Con la mezcla medianamente fría, ya por la tarde, y mientras se mezclaba otra remesa (media tonelada de cada vez) había que mezclar los aportes vitamínicos en forma de zumo de limón y de lima por litros. Luego aquello se transportaba en porciones a la fresquera donde, cuando llegaba al punto adecuado de dureza que permitiera darle forma, se modelaba en forma de prismas rectangulares con unas hormas engrasadas con manteca de cerdo (todo comestible y altamente energético), se envolvía en papel de aluminio y se llevaba al congelador propiamente dicho, para que se solidificara.

Ya fuera un momento u otro, nadie se libró de la tortura de la confección de pemmican.

Entre tanto, Starkweather, valientemente, y coloreando la situación para que él mismo pareciera casi una víctima de las circunstancias, presentó en sociedad (a los periodistas) a su hijo Nandan. ¿Qué había pasado entre los dos, durante la noche? Lo que fuera que hubiera pasado, Nandán había sido una novedad para el inglés solterón y recalcitrante, que presentó los hechos en forma de mácula de juventud que no hiciera sino dar lustre a sus cualidades más sobresalientes, acentuando la educación y vitalidad del joven muchacho como herencias de la raza que (de momento) lideraba el mundo. Las señoras más conservadoras de la alta sociedad, sin duda, arrugaban la nariz en sus conciliábulos, y sus maridos seguramente les daban la razón, aunque aplaudieran en secreto la audacia del explorador. Nobleza obliga, era el dicho, y no había duda de que Starkweather hacía cuanto podía para enmendar su error de juventud. Y, al fin y al cabo, las invitaciones a fiestas y recepciones ya estaban enviadas, y la aparición de un exótico jóven fenómeno animó la ranciedumbre de los actos con la aparición de una atracción del chaval que, como Tarzán de los Monos o Mowgli, representaba la lucha de los genes dominantes en un entorno salvaje, de donde salían purificados de las taras de la decadencia.

Así pues, Nandan fue exonerado de toda tarea fatigosa y fue llevado de recepción en recepción durante todo el día. Visitó el Zoo, fue a una ópera, tomó té con un montón de momias... todo ello tras una apresurada visita a un sastre, que le ajustó varios trajes para cada ocasión con la rapidez del rayo.

A ratos, Maggie había estado intentando localizar algunos perros que sirvieran para sustituir a los que habían muerto envenenados. Si éxito. Alguno encontró, pero demasiado viejos, demasiado jóvenes o tan sin entrenar que era inútil hacer nada con ellos. Cabía la posibilidad de llevarse un par de cachorros, que en unos cinco meses tendrían fuerza y conocimientos para tirar de un trineo, pero ¿era factible el gasto de tiempo y energía cuando para cuando estuvieran listos la expedición ya estaría preparando el regreso? Algunos miembros del equipo de guías decían que si. Otros decían que no. Era dudoso.

Menez, el día anterior había encontrado un grueso sobre esperando encima de su cama, era un largo teletipo recibido desde Nueva York. Había sido enviado a la central de radio posiblemente en forma de fichas agujereadas, y radiado de nodo de comunicaciones en nodo de comunicaciones hasta llegar a Melbourne más rápido que el mismo Gabrielle: maravillas de la técnica. En realidad el texto había sido enviado por triplicado, para subsanar los comprensibles errores de transcripción, de modo que comparando cada uno de ellos, se pudiera recuperar casi con total probabilidad el texto completo. El sobre había llegado a tiempo y bien de mañana, pero la fuga de la periodista había retrasado su recepción hasta cuando llegó con Nandan.

- Tiradas (1)
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14/09/2014, 12:27
Guardián de los Arcanos

Realmente no te había quedado tiempo para ir a periodico alguno durante el día 13. Teniendo en cuenta que cualquier momento de holganza en la recepción, clasificación, pago y estiba de alimentos frescos estaba abocado a desaparecer en las cubas de fabricación de Pemmican, habías preferido tener un especial celo a la hora de hacer tu propio trabajo, lo que no te libró de sumergirte un par de horas, por la tarde, en la tortura del aceite de hígado de bacalao, ya que Moore estaba peor que nunca, como si fuera una perra cuidando sus cachorros, apareciendo cuando menos se lo esperaba, en los momentos mágicos en los que el currito espera darse un descanso, y arreando a todos con su mirada fría y elocuente a trabajar como esclavos.

Pero el teletipo había sido lo suficientemente interesante como para tener tu cabeza bien ocupada. No veías el momento de encontrarte con los demás (y con los jefes) para hablar del tema.

Los hombres que me pidió que investigara han resultado inocentes como palomas, pero en el transcurso de las investigaciones, hemos dado con una pista lateral que nos ha llevado a investigar a todos los antiguos miembros de la expedición Miskatonic. De los que actualmente viven, el piloto, Paul Danforth, es el único que puede haber estado implicado, por mera oportunidad. Tenemos pruebas de que ha estado en Nueva York durante la preparación de la expedición, tenemos, además, pruebas de que ha enviado numerosos telegramas por toda américa latina, justo en la fecha en la que se supo que una parte de la expedición iba a abordar la Antártida por el aire. No tenemos pruebas claras, pero si circunstanciales de que pudo tener relación con uno de los trabajadores del Gabrielle, Henning, que es pinche de cocina. Investigado Henning, hemos sabido que su hermano murió en la desgraciada expedición al polo norte que hizo Starkweather en el pasado, así que podría tener un móvil para sabotearos (aparte de posibles pagos). No tenemos fotografías de Danforth suficientemente claras, pero enviamos por correo urgente lo que hemos conseguido. Puede que lleguen a tiempo, aunque lo dudo mucho.

La expedición Basmeier Falken, de alemania, está actualmente a punto de abordar la Antártida por la Tierra de la Reina María (a unos 90º de longitud). Se sabe que uno de sus barcos de aprovisionamiento se ha perdido en una galerna.

La expedición Lexington os lleva muchos días de ventaja, les encontraréis ya instalados cuando lleguéis. Ellos también han sufrido varios casos de sabotaje, aunque ignoramos si han podido pillar al culpable. Esto nos hace creer que Danforth ha creado una verdadera red para impedir que se aborde la Antártida, al menos en el caso de las dos expediciones americanas, que tienen la intención de visitar el campamento Lake.

Lemmons.

Esto es el resumen que aparece en la cabecera. El resto del texto, sencillamente, narra los movimientos (y los gastos, y los agentes empleados) que han llevado a cada descubrimiento, explicando ampliamente cómo y porqué se ha llegado a las conclusiones a las que se llega. Es un trabajo impecable y muy profesional. Está claro que los descubrimientos han llevado a Lemmons a ir algo más lejos de lo que le habías pedido, a pesar de que la minuta ha aumentado considerablemente. La cantidad, una vez añadidos los impuestos y los gastos, asciende a 800 dólares. Ha sido el trabajo de Lemmons en Nueva York, de un agente en Massachusets y de varias colaboraciones a lo largo de unas cuantas embajadas en américa latina y en Alemania. Esto casi te está dejando en la ruina, aunque esperas tener datos como para hacer un texto que te resarza de todo, una vez acabada la aventura.

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14/09/2014, 18:51
Alexander Peabody

La preocupación de Alex por su forma física (y de paso la de quienes le rodeaban) comenzaba a rayar en la obsesión. Las matutinas carreras cambiarían ahora su escenario de la cubierta del barco a las calles de la ciudad, pero eso no alteraría su duración ni el duro ritmo que Peabody se imponía.

Por esto, era quizá el único al que no le importó ensuciarse las manos, así como el resto del cuerpo, con el desagradable mejunje, cuando le tocó el turno. Agradecía, de hecho, la excusa que la tarea le proporcionaba para realizar trabajo físico, algo muy diferente de las interminables pruebas de radio que había venido padeciendo.

Cuando regresó al barco, fue en busca de Menez y Pooster. Estaba deseando que Arakimer le pusiera al día en el jugoso asunto del "hijo pródigo", como ya se conocía a Nadam en los conciábulos del barco. La verdad es que era fácil cogerle cariño a aquel chaval.

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16/09/2014, 02:00
Nandan S.

Nandan volvía al Gabrielle estirándose por enésima vez el cuello de la camisa, que apretado por una bonita corbata verde, era la tortura a la que le habían sometido durante todo el día. Al principio la idea de ser un Starkweather con todas las letras parecía fascinante: el barco, la calurosa recepción de la tripulación, la charla nocturna con su padre en el que habían limado ciertas asperezas y el serio "guerrero de honor y aventurero que recorría el mundo" le había confesado algunos secretos íntimos, la posibilidad de ver tan de cerca aquella máquina surcadora de mares que tanto le gustaba... pero a medida que el día pasaba y los besos de señoras viejas se acumulaban babosos en su mejilla, Nandan perdió el interés por aquel asunto. Y ahora corría por la pasarela que daba acceso al barco, sudado, después de haberse escapado por la puerta de atrás de un teatro con música aburrida y demasiado estridente para sus jóvenes oídos.

Al chico lo único que le preocupaba en aquellos momentos era despedirse de Algernon y los otros trabajadores de la Pequeña Irlanda. Nadie les había dicho nada y seguramente se enterarían por el Melbourne Herald, o por los rumores de la calle. Era un asunto que le daba cierto mal fario y no quería partir del puerto sin despedirse tampoco de su madre. Por eso en cuanto vio aparecer a Peabody, recién duchado y descansado ya de su ejercicio físico, con el que se tropezó en la cubierta, no pudo más que pedirle ayuda. Plantado con con su traje a medida, Nandan suplicó a Alexander:

— ¡Señor Peabody! Perdone que le moleste, pero — hizo una pausa para coger resuello — me gustaría ir al cementerio donde reposan los restos de mi madre y bueno... despedirme de la gente de la taberna. Se han portado bien conmigo este tiempo y creo que merecen una explicación.

Miró al americano y añadió, como si con eso mejorasen sus opciones de convencerle:

— Iría sólo, pero mi padre me ha dicho que un Starkweather siempre ha de ir acompañado a todos los sitios por ayudantes de todo tipo. "Lo importante no es ser tú mismo, muchacho. Lo importante es que los demás crean que deben obedecerte". — dijo esto último imitando el tono tan británico de Starkweather

Enseñó los dientes, blancos y grandes, esperando una respuesta cambiando el peso del cuerpo de un pie a otro.

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16/09/2014, 11:07
Aramiker Menez

Ya fuera por la edad o por su dilatada experiencia como periodista, Menez logró controlarse cuando Maggie rió a carcajadas ante el sorprendente descubrimiento. Ella sólo sonreía satisfecha. Después de todo, Menez ya conocía desde hacía unas horas el secreto de Starkweather, pero aún no sabía si darle total veracidad a las palabras del chico, a pesar de las pruebas que poseía. Cuando Starkweather se dirigió a ella contestó divertida y servicial.

- ¿Ingeniero agrimensor? Yo pensaba que le estaba dando al Gabrielle el perfecto sustituto de Henning.- El chico trabajaba en una taberna y había pensado que podría ser un gran pinche, aunque viendo lo espabilado que era, hubiera sido un desperdicio absoluto. Tomó uno de los papeles del chico y asintió sorprendida.- Es bueno sí, señor.- Pero su momento llegó después. Starkweather era un profesional a la hora de desviar los temas que no le interesaban, pero ahora no tenía escapatoria. Cuando por fin se dio cuenta y Menez notó el rubor que prendían sus mejillas, disfrutó como una enana. No deseaba mal alguno al joven Nandan, todo lo contrario, pensaba que sería una agradable compañía en el Gabrielle. Simplemente disfrutaba el momento y se frotaba las manos sobre cómo quedaría ese instante reflejado en la historia que estaba preparando. Tras grabar en su retina la imagen de padre e hijo en su primer encuentro, la atesoró ese momento para disfrutarlo cuando "Rompehuevos" la sacara de quicio. - ¡Vaya! Padre e hijo. Eso sí que es sorprendente.- Dijo con un tono que denotaba que aquella noche iba a pasársela molestando a Maggie con la máquina de escribir.- Seguro que tendrán muchas cosas que contarse.- Notaba como sus dedos tenían hambre por rellenar papel en blanco así que se dirigió a su camarote dejando a los dos hombres a solas. Las Musas habían venido a visitarla aquel día. 

Notas de juego

Luego sigo con el día 13, quería disfrutar del momento :)

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16/09/2014, 11:29
Alexander Peabody

Sensaciones contrapuestas asaltaron a Peabody ante la proposición de Nandan. Por un lado, parecieron asaltarle los viejos fantasmas de su desastroso paso por la docencia, pues por edad, el muchacho podría haber sido perfectamente alguno de aquellos crueles y pretenciosos alumnos que tanto minaron su autoestima, burlandose de él hasta hacerle abandonar la enseñanza. Sin embargo, el innegable encanto del muchacho, y su franqueza, vencieron rápidamente cualquier reticencia que Alex pudiera albergar.

Vaya, te agradezco la confianza, Nandan. Aunque quizá sería más apropiado que te acompañara el Sr. Starkweather, es muy probable que esté demasiado ocupado... - hizo una pausa, como reflexionando, antes de continuar - Lo que quieres hacer es lo correcto, desde luego... - continuó, dudando nuevamente - Está bien, de acuerdo, buscaremos la ocasión para hacer esas visitas, pero nada de escaparnos esta vez; informaremos a tu padre, y si está de acuerdo, yo mismo te serviré de "ayudante" con mucho gusto. Incluso buscaremos algún voluntario más para tu "séquito" - añadió, decidido, usando un tono de broma bastante inusual en él - Seguro que para la Srta. Menez y el Sr. Pooster será un placer acompañarnos.

Creo que dispongo de algo de tiempo ahora, ¿Te gustaría que fuéramos ya? - preguntó, por último - Venga, tratemos de encontrar a los demás y a tu padre, para pedirle permiso...

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16/09/2014, 11:56
Aramiker Menez

Viernes, 13 de Octubre de 1933, Melbourne, Australia.

Menez mantenía su sonrisa a pesar de la cara agria de Moore, a pesar de que Starkweather se había desenvuelto bastante bien con el asunto de su bastardo y a pesar de tener que trabajar con la preparación de la comida para perros. 

- Creo que no volveré a comer bacalao en mi vida.- Se quejaba más para sí misma del lo arduo del trabajo físico. Sin embargo, su mente iba rauda pensando en el informe que había recibido  y que no había podido leer hasta esa misma mañana. 

Ya en la cubierta del Gabrielle se encontró con el joven Nandan y Peabody, escuchando lo que ellos decían.

- ¿Otra escapadita?- Apareció la mujer entro los dos con una sonrisa picarona y haciéndose hueco con los codos.- Yo me apunto.- No iba a dejar la oportunidad de visitar la tumba de la madre de Nandan y poder sacar así más información suculenta sobre la que había sido una aventura para su "honorable" padre.- Pero antes tengo un información importante que debo darles a todos juntos. Debemos reunir a los demás.- Sin más se agarró del brazo del chico y le dio un consejo, como al parecer le había dado su padre ya unos cuantos.- Está muy bien el consejo que te ha dado tu señor padre, Nandan. Pero has de saber también que la clave está además en que los demás no deben notarlo y, para ello, no debes decirlo. La prepotencia nunca es bien vista por los demás, te lo aseguro. De todas formas nosotros te acompañaremos.- La mujer paró en seco y golpeó varias veces el pecho del joven "pinche" con un dedo acusador.- ¿O también te ha dicho tu padre que soy una bruja y que no debes permanecer en mi compañía?¿Eh? ¿Eh? Jijijiji,- Rió, divertida, para quitarle hierro al asunto. Menez era igual de egocéntrica que Starkweather y pensaba que su padre le habría advertido sobre ella.

 

Viernes, 13 de Octubre de 1933, Melbourne, Australia.Todos reunidos en el cuartel general.

Menez no se hizo esperar demasiado. Estaba impaciente por contar a todos la información que había conseguido. Miró a Moore y Starkweather orgullosa.

- No sólo le he conseguido un Ingeniero agrimensor, jefe, sino que tengo algo muy importante que contarles.  He tenido que desembolsar una enorme cantidad de dinero para conseguir esto y espero que parte pueda serme devuelta si consideran oportuno tener las pruebas de esta...- Menez dejó una pausa sabiéndose en ese momento el centro de la atención.-...conspiración.- Dejó que la pesada palabra calara en los presentes.- Sí amigos, me temo que el asunto Henning no ha acabado con la muerte de nuestro "adorado" pinche.- La periodista sacó un montón de papeles y se dispuso a contar lo que había averiguado a golpe de talonario.- Fue nuestro compañero Peabody quien me dio la idea de investigar a aquellos "mirlos blancos" de la tripulación del Gabrielle usando mis contactos como periodista. Ya saben, tenemos que movernos por muchos sitios y tener amistades hasta en el infierno.

El caso es que esos mirlos eran inocentes como palomas, pero he dado con una pista lateral que me ha llevado a investigar a todos los antiguos miembros de la expedición Miskatonic. De los que actualmente viven, el piloto, Paul Danforth, es el único que puede haber estado implicado, por mera oportunidad. Tengo aquí pruebas de que ha estado en Nueva York durante la preparación de la expedición. Además, pruebas de que ha enviado numerosos telegramas por toda américa latina, justo en la fecha en la que se supo que una parte de la expedición iba a abordar la Antártida por el aire. No son pruebas incriminatorias, eso es verdad, pero sí circunstanciales de que pudo tener relación con uno de los trabajadores del Gabrielle, ¿adivinan quién?- Sonreía satisfecha pues era evidente de quien iba a tratarse.-Henning.  Al parecer no era su padre quien murió en la desgraciada expedición al polo norte que hizo Starkweather en el pasado, sino su hermano, así que ese era un móvil para sabotearnos (aparte de posibles pagos). No he obtenido fotografías de Danforth suficientemente claras pero recibiré lo que haya pronto. - Hizo una pausa escénica y después continuó con el resto de sus averiguaciones.

- La expedición Basmeier Falken, de alemania, está actualmente a punto de abordar la Antártida por la Tierra de la Reina María (a unos 90º de longitud). Se sabe que uno de sus barcos de aprovisionamiento se ha perdido en una galerna.- Sus ojos ahora se posaban en Moore, para después pasar a los de Starkweather. Lo que iba a decir iba a dolerle y quería ver la decepción en su rostro.

- La expedición Lexington nos lleva muchos días de ventaja,  ya estarán instalados cuando lleguemos. Ellos también han sufrido varios casos de sabotaje, aunque ignoro si han podido pillar al culpable. Esto nos debería hacer creer que Danforth ha creado una verdadera red para impedir que se aborde la Antártida, al menos en el caso de las dos expediciones americanas, que tienen la intención de visitar el campamento Lake.- Tomó un sorbo de agua para quedarse totalmente satisfecha.- Como comprenderán me gustaría recuperar lo invertido en esta investigación, que ha sido mucho, si es que quieren tener los documentos bajo los que se sustenta lo que acabo de contarles.

 

 

 

Notas de juego

Me he permitido la libertad de considerar que todos estamos reunidos en algún momento del viernes.

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16/09/2014, 14:02
Nandan S.

Notas de juego

¿Quieres que juguemos alguna escena en solitario entre Nandan y Starkweather o no es necesario? El finde me pilló en otro rol en vivo en Valladolid y no pude contestar como es debido. :/

Me he ganado un par de negativos por cosas así, que la gente es hipersensible :·

Guardián dice: Tranqui, no soy hipersensible. La norma es tres post a la semana y si no, avisar. Ya ves que antes de echar a nadie (sobre todo si ya lleva una cierta trayectoria) tengo manga ancha, pregunto si todo va bien... cosas así XD

En cuanto a lo que me comentas, mañana veo, que hoy se me ha hecho tarde.

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17/09/2014, 12:42
Maggie O'Connel

Maggie había superado la compostura, por fin, aunque la vista del hijo bastardo todavía le sacaba una sonrisa interna. Cuando el joven pidió ayuda para bajar a tierra a despedirse, Maggie no pudo evitar una réplica.

- No voy a decirte que tu padre se equivoca, puedo ser yo la equivocada, pero mi opinión es diferente. Yo no he viajado tanto como tu padre, no he estado en todos lados, pero llevo años en un lugar donde en invierno la nieve cubre todo y si has calculado mal la comida, o sales de viaje, o te quedas sin leña, entonces simplemente te mueres, y no hay nadie que pueda sacarte del apuro. Discrepo con tu padre muchacho, lo más importante es que puedas valerte por ti mismo siempre, y que si tienes gente a tu lado sea porque creen que tú les vas a salvar a ellos y no al revés, no es importante que crean que deben obedecerte, sino porque crean que si te obedecen estarán eligiendo la mejor opción posible, y eso solo es posible si antes se lo has demostrado, si has sabido estar ahí cuando eras necesario, y para eso cuando es necesario un sacrificio tú has de ser el primero. Si todavía no estás preparado para ello, entonces lo mejor es la humildad, aceptar tú las órdenes y aprender de los que saben más que tú. Cuando estemos ahí abajo, en la Antártida, cualquier cosa podrá matarte si cometes un error, no intentes mandar, no intentes hacer que la gente te obedezca, busca quien te enseñe y aprende.

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17/09/2014, 12:50
Maggie O'Connel

Maggie escuchó en silencio los curiosos descubrimientos de Ménez.

- Vaya... así que lo de Henning era una conspiración al fin y al cabo y no un saboteador aislado... Si yo fuese el conspirador habría puesto un segundo saboteador en cada expedición, y le habría ordenado no hacer nada hasta que el primero fuese descubierto, para así poder continuar con los sabotajes cuando la vigilancia se hubiese relajado tras haber hallado el primer culpable. No debemos cometer ese error, por pura precaución.

Notas de juego

En cuanto a los perros y para no poner un tercer post. Maggie se muestra partidaria de comprar algunos perros de en torno a año o año y medio, siempre que sean razas de nieve, a esa edad aún son fácilmente entrenables y a varios meses vista tendrán la fuerza para hacer su trabajo. Si no consiguen entrenarlos, siendo razas de nieve podrán acompañar a la expedición sin correr peligro, aunque no sean útiles salvo como mascotas.

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17/09/2014, 20:21
Guardián de los Arcanos

Un Nandan aterrado de lo agotador de la vida social había aparecido por el barco. Tras comentar sus necesidades, consiguió compañía abundante para ir al cementerio, a despedirse de su madre, y una pulsera de metal raruno que le entregó Peabody. La pulsera parecía algo así como una marca de la casa: casi todo el mundo tenía una. Era curioso, pero los únicos que habían tenido que quitársela eran los operadores de radio, o los que tenían su puesto de trabajo cerca de los generadores del barco: decían que se calentaba, y que les producía alguna molestia por ello. Muchos marineros tenían la suya (peabody había traído todas sus existencias de aquella vez en la que agotó las exiguas arcas familiares en un intento por hacerse rico). Moore había hecho grabar la suya con el logotipo de la expedición, dando un paso más en su adopción como símbolo.

Starkweather, al parecer, tampoco había olvidado el tema: ese mismo día Peabody había encontrado una carta de una agencia comercial interesándose por el producto y ofreciendo sus servicios publicitarios... no era un contrato, no ofrecían liquidez, sino que la pedían (con mucha finura), pero era un signo de que la pulserita iba de la mano del jefe por donde el sol calienta, y que alguien, al menos, sabía que tal producto existía. Por lo que decía la carta, había serios malentendidos en lo referente a la utilidad del artilugio (el jefe nunca se fijaba en los detalles, y a saber qué habría dicho) pero, como decíamos, un principio es un principio.

La visita al cementerio fue emocionante. Nandan se había gastado toda su asignación (que no era precisamente poco generosa para un chaval de 16 primaveras) en un inmenso ramo de rosas. El nicho donde descansaba aquella mujer tan bella y tan alegre no se podía ver, enterrado en flores. El rincón del cementerio donde reposaba era pobre y sucio, se veía que no habían tenido el pecunio suficiente para algo mejor, pero había estado adornado con otro ramo de flores campestres que no parecían haber sido puestas hacía mucho tiempo: menos se podía decir de muchas tumbas más ricas y lujosas, que languidecían cogiendo polvo y moho en las zonas más prósperas del camposanto.

La visita a la Pequeña Irlanda tampoco fue mal. Al señor Algernon le embargaba una sensación ambivalente: por un lado era como si le hubiera tocado la lotería, o algo, ya que descubrir que el chaval que le hacía los recados y le llevaba las cuentas era hijo secreto de una celebridad no sucedía todos los días, ni a todas las personas. Por otro lado era un planchazo perder un chollo como el que tenía: el negocio era grande, las cuentas y los trabajos había crecido al amparo de los servicios del chaval, y ahora ya no era cuestión de volverlas a llevar él mismo.

Pero hizo al mal tiempo buena cara e invitó a una ronda a todos los parroquianos, abrazó al muchacho (habían salido todos, la cocinera, el pinche, el abuelo Algernon, que tenía un acento cerrado de irlanda y tan poca dentadura que poco podía entenderse de lo que proclamaba) y brindaron por su salud.

¡Escribe, muchacho, y cuenta cómo te va! ¿Me oyes? Y que no te vea escarbar esa nariz ni rascar esa oreja en compañía de esos señores tan importantes ¿eh? Y estudia tus letras y tus números y... que te cuides, eso digo yo.

Ya por la noche, reunidos en la cubierta de botes, donde hacía una estupenda temperatura, dado lo que habían sufrido en el paso por aguas ecuatoriales, Moore rumió toda aquella información. De momento se contentó con ella, y se hizo el longuis en el mejor estilo Starkweather cuando Menez ofreció el texto completo a cambio de participar en los gastos.

Lo que espero que esté claro es que el posible saboteador no está enterado de que sospechamos que exista, así que debemos disimular, parecer relajados, ir a lo nuestro. Pongan un ojo, pero háganlo con discrección, que mucho nos ha costado elevar la moral de la gente como para tener otro tropiezo similar. Vigilen y continúen repasando esa lista que tenían. Me temo que habrá que comenzar desde el principio, y me temo que hasta que no actúe de nuevo será muy complicado volver a eliminar nombres tal y como hicimos la vez anterior.

En lo tocante a América y a nuestros compañeros que viajan por avión: he recibido yo mismo otro teletipo de Córdoba, Argentina. Al parecer estaban sobre aviso, ya que han cambiado completamente el plan de vuelo. Eso debería despistar a cualquier matón encargado de hacerles la vida imposible, ya que lo publicado no se va a cumplir. Por otro lado tengo peores noticias: el señor Abermale, el meteorólogo, ha sido ingresado en un sanatorio psiquiátrico por una larga temporada. He mantenido esto en secreto por consejo del doctor Hirsch, ya que de filtrarse podría minar la moral de su becario, el señor Orgelfinger, que saben ustedes que sufrió una extraña crisis, de la que se está recuperando favorablemente. Su presencia nos es preciosa, aparte de razones humanitarias, ya que es ahora el único meteorólogo que tenemos.

Por lo que nosotros sabemos, los dos Boeing ya deberían estar en la Antártida pero, claro, ahí no hay comunicación posible hasta que nosotros mismos abordemos el continente, ya que sus equipos no tienen el alcance suficiente para llegar a tierras civilizadas.

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18/09/2014, 09:55
Timoty Pooster

Tim se habia mantenido en un respetuoso silencio durante todo el dia, acompañando al pequeño Nandany siendo parte del sequito de despedida. Entendia que era un momento intimo y personal y decidio optar por ser un mero acompanante mas en el momento.

Tras la llegada al barco, se felicito de que las pulseras al fin tuvieran un pequeño arranque. Decido susurra a su grupo de amigos, comentando.

Alex, igual ahora que nos hemos embarcado en esta aventura y que vamos a estar en el confin de la tierra, resulta que te llega el exito comercial de las pulseras terapeuticas magneticas, el mundo sigue igual de loco. hablando de locos, tendria que hacer una pequeña visita al meteorologo en el centro mental y a tener una charla amigable con su coadlater,. el señor Orgelfinger. creo que han debido de ver o vivir algo fuera de lo normal y me interesaria saber que ha sido.

Le apetece acompañarme en este paseo, señorita Menez? Podria ser de su interes, igual descubrimos algo nuevo e inquietante.

Tras ello escucho de nuevo a Moore para comentar.

Creo que hay gente de la lista que puede ser descartada direcatmente, no muchos, pero si los suficientes para poder ir mas rapidos en este tema. Alguna pista o indicio que hayamos pasado por alto puede haccer que nuestro nuevo Jonas, caso dde que lo haya, se nos escurra y pueda hacer de las suyas. Me parece correcto, señor Moore, la cautela y la discrecion han de ser nuestra bandera en esta ocasion. Ya pudimos desenmascar una vez al saboteador y no dude que esta vez, si ocurriuera, seremos mas rapidos, no quiero perder a ningun compañero mas.

 

Notas de juego

retornado de los paises bajos