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Media Luna

Moana Smith: En casa

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02/12/2013, 12:02
Máster

El mismo se encontraba tras un gran mostrador de cristal donde un par de secretarias estaban recogiendo sus cosas. Posiblemente ya había terminado su jornada de trabajo.

En cuanto te acercaste un par de empleados, vestidos con traje y maletines salían por el ascensor. Te dieron las buenas noches y marcharon con paso ligero para volver con sus familias. Subiste y marcaste la quinta planta como te indicó el guardia.

El raqueante ascensor que producía un inquietante e incesante chirriar te condujo hasta el quinto piso, donde al final de un largo corredor enmoquetado en rojo se divisaba una puerta entreabierta e iluminada. No había nadie más por el pasillo. Una placa metálica sobre la misma puerta indicaba que era la oficina de la Srta. Silverstone.

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02/12/2013, 23:12
Moana Smith

Mientras caminaba hacia el ascensor y después por el pasillo que terminaba en la única oficina que tenía luz a aquellas horas, Moana iba observando lo poco que quedaba a la vista. La limpieza del lugar, el orden reinante, la pinta de las personas con las que se cruzó en recepción y la pinta y los modales de las chicas que la atendieron en el mostrados de recepción. Todos y cada uno de los detalles le servía para hacerse una idea de donde estaba y de si lo que veía le gustaba o no para formar parte de ello.

Sus tacones, aunque no demasiado altos, retumbaban en el silencio del pasillo con cada paso que daba aproximándose a la luz. Intentó no provocar demasiado ruido, nunca le había gustado la impresión que causaba una mujer que entraba taconeando distraídamente en una oficina. Lo relacionaba con algo así como "Aquí estoy yo, miradme todos, soy la mejor", y nunca le había gustado, pero tambien era cierto que hasta aquel momento no se había fijado en el ruido que hacian aquellos tacones.

Tal vez sea cosa del suelo en si... pensó mientras reducía la distancia con la puerta en la que pudo leer claramente el nombre que buscaba.

Los nervios del viaje se habían disipado en el frio del exterior, el desconcierto de la pesadilla había pasado a un segundo plano, arrastrado allí por los nervios de la inminente entrevista que la habían devuelto al presente haciendo que, con el trascurso de los minutos, aquella pesadilla pareciera lejana y casi se preguntara como podía haberse asustado tanto por algo que solo había existido en su mente durante unos breves minutos.

Llegó junto a la puerta y se paró justo detrás, llamó tres veces, lentamente, y empujó con cuidado la puerta, mirando al interior discreta y educadamente- ¿Se puede? -preguntó al aire, antes incluso de ver a nadie, esperando que le dieran permiso para continuar y entrar.

Podía haberse concedido un instante para prepararse, pero prefirió no pensar más y simplemente encarar aquello. De todas formas, jugaba con una importante baza. Bueno, una no, dos. La primera era que ella ya tenía trabajo, podía comparar y elegir sin ninguna prisa ni presión. Y la segunda era que ella no había buscado aquella oportunidad, la propia compañía queria hablar con ella. Y esas dos cosas juntas la ponían en una situación bastante aventajada y de la que podía salir bastante bien parada, si sabía jugar sus cartas con sabiduria.

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03/12/2013, 17:37
Adriana Silverstone

Llevaste tus pasos hacia el final del pasillo donde una puerta entreabierta te esperaba. Golpeaste con los nudillos y tras la puerta una mujer alta, bien parecida, rondando la cuarentena y con algunas canas ya florecientes en larga melena castaña te recibió. Iba enfundada en un largo vestido gris de franela con apariencia de ser considerablemente caro.

El despacho no era más que cuatro paredes, aunque cuatro paredes bien adornadas con cuadros y algunos premios de la compañía. Todos los muebles era de madera, excepto la butaca donde trabajaba que estaba forrada en piel.

La mujer se giró. Estaba de pie mirando tras un gran ventanal con las manos tras la espalda. Dirías que parecía tener algo de prisa tras escucharte. Así que lo que dijo lo soltó de una forma bastante directa mientras recogía algunas de sus cosas:

-Claro. Vd. debe de ser la azafata que vamos a contratar, ¿me equivoco? Espero que no le moleste que la reunión se lleve a cabo en otra parte, más todavía no he cenado y tengo una mesa reservada en el restaurante para dentro de veinte minutos. Si no le importa podemos hablar largo y tendido sobre el tema durante la cena.-

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04/12/2013, 23:17
Moana Smith

Hubiera esperado incluso un frio buenas tardes o una distante respuesta provocada por tenerla allí esperándola a aquellas horas tan intempestivas, pero nunca se hubiera imaginado una invitación a cenar como primera propuesta de una entrevista de trabajo.

Lo primero que pasó por su mente, mientras miraba sorprendida a la mujer, es que aquello se trataba de una de esas nuevas técnicas de entrevistas que ponen a los entrevistados en situaciones fuera de lugar o comprometidas para ver su reacción primaria y asi poder evaluar mejor sus reacciones en el trabajo. Se sintió crecer y se sintió segura. Si era por esa razón se iban a llevar una buena sorpresa. Pero aún así, dudó un instante antes de contestar, pues no recordaba cuando dinero llevaba encima. Para el taxi de vuelta le llegaba sin problema, pero una cena en algún sitio respetable, porque no esperaba menos, era otra cosa bien distinta. Pero su duda no fue más allá de un segundo, llevaba la tarjeta de crédito encima, lo que simplificaba las cosas. Y no le cabía la menor duda de que sería la compañía aérea quien pagaría, pero siempre le gustar estar segura de ser autosuficiente....por lo que pudiera pasar.

-Encantada de conocerla, señorita Silverston-contestó mientras se acercaba a ella y le tendía la mano para estrechársela a modo de saludo- Me encantará cenar con usted, yo tampoco he tomado nada aún y así tendremos tiempo de hablar tranquilamente sin importarnos la hora -contestó decidida aunque había algo en las palabras de aquella mujer que la habían sorprendido.

"debe de ser la azafata que vamos a contratar"

Parece que lo tiene claro, diga lo que diga yo en la cena, vea lo que ella vea en esta reunión... Tengo que jugar con eso para sacar todo lo que pueda. Si cambio de compañía tiene que ser porque la oferta me merezca la pena.

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09/12/2013, 12:57
Adriana Silverstone

La mujer en cuanto terminó de recoger sus cosas sobre la mesa del despacho, estrechó tu mano con apego. La notabas muy agradecida por aceptar la cena, de lo contrario la directora era de esas personas que actúan sin pensar y prefiere decidir las cosas con forme se va acercando el momento, probablemente una negativa por tu parte hubiera acarreado un pequeño cabreo y hubierais terminado la reunión en una de sus oficinas de forma rápida y contundente. En definitiva, por su forma de ser no te extrañaba lo más mínimo que haya escalado puestos hasta llegar a ser la directora de una empresa como aquella.

-He reservado mesa para dos en un pequeño restaurante Italiano, cercano a Westminster Bridge . Está un par de manzanas calle abajo. Iremos con mi coche. La mujer con la chaqueta doblada sobre su brazo hizo intención de salir del despacho no sin que antes lo hicieras tú, ya que permaneció con la mano libre sobre el pomo de la puerta hasta que cruzaras el umbral. A lo que añadió:

Por cierto. Espero que le gusten las sensaciones fuertes...-

Sentiste un ligero cosquilleo como si antes de subir al coche, sin ni siquiera salir del despacho, esa reunión ya hubiera dado comienzo.

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09/12/2013, 21:49
Moana Smith

Moana estrechó la mano de la directora tranquilamente, sin dejar que se notara lo sorprendida que estaba por la proposición de la cena.

-Un italiano, perfecto. Me encanta toda la gastronomía italiana y me encantará conocer un nuevo restaurante por esta zona. No suelo venir por aqui, pero todo lo que sea probar sitios nuevos me gusta, está bien conocer la ciudad, es tan grande que es imposible conocerla completamente -contestó mientras atravesaba el dintel y salía al pasillo, deteniéndose fuera para permitir que la mujer cerrara la puerta de su despacho y se pusiera a su altura para caminar ambas a la vez hasta la salida.

-¿Las emociones fuertes? -preguntó de forma retórica al escuchar la frase de la directora.

¿Respecto a comer en un italiano? se preguntó a su misma intentando dilucidar a qué se refería con aquello, pero rápidamente llegó a la conclusión de que esa pregunta no debería tener nada que ver con el restaurante sino con el trabajo que querían ofrecerle pero ¿emociones fuertes siendo azafata de vuelo? Nunca había vivido un accidente, solo un aterrizaje de emergencia causado por una tormenta una vez, pero eso no lo catalogaría ella como una emoción fuerte, sino como estrés laboral extremo.

-Bueno, supongo que si el camarero está sacado de una revista de moda...puedo quedarme sin habla cuando venga a tomar nota -bromeó siguiendo inicialmente por la conversación del restaurante- pero si se refiere en general, supongo que trabajar como azafata requiere algo de...digamos...sangre fria, pero no me monte en una montaña rusa, gritaré hasta quedarme ronca. Creo que eso es lo más peligroso que ha creado el hombre -le contestó con una sonrisa.

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11/12/2013, 11:59
Máster

Os apresurásteis a salir del despacho con paso rápido, pensando que el gesto de cortesía demostraba que la señorita Silverstone era lo que una madre llamaba "una gran señora". La verdad es que la descripción le pegaba perfectamente: una mujer de negocios que parecía estar en lo más alto, con una excelente posición económica, una forma de vida que seguramente le gustará (si no, no tendría esa cara de persona satisfecha) y unos modales impecables.

Subiste al coche de Adriana, y esta con una carcajada de buena gana se colocó el cinturón. No tardaste en obtener la respuesta a aquello de las "emociones fuertes".

Con una velocidad que subía todos los límites legales os dirigisteis hacia el restaurante por la misma avenida. Y una par de manzanas más allá se encontraba Westminster Bridge, una zona muy transitada de bares y buenos locales en los que disfrutar por las noches. La zona estaba perfectamente estudiada para que los coches pudieran aparcar con facilidad, así que por suerte no os supuso un problema.

El restaurante Italiano era un local muy reducido, sin embargo las enormes cristaleras dejaban ver lo abarrotado que se encontraba el local, con gente incluso haciendo cola en el exterior a pesar de los tres grados bajo cero que marcaban los termómetros esa noche. Pese a ello, vosotras sorteasteis la cola y un amable camarero os condujo hasta un reservado en un umbrío rincón cercano a las cocinas.

El interior del local era perfecto. Desde los grandes ventanales se podía ver toda la parte este de un gran parque, incluso se percibía el movimiento de los árboles con la brisa otoñal. La iluminación le daba una especie de penumbra a vuestro rincón. Sobre las mesas había un típico adorno con una vela encendida.

A pesar de la gran multitud de gente de todo tipo de economía, todo se encontraba en un agradable silencio.

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11/12/2013, 12:05
Adriana Silverstone

-Espero que te guste. Dicen que es el mejor restaurante de la ciudad. Con una sonrisa apoyó la chaqueta sobre el respaldo de la silla. Ponte cómoda mientras tanto. Enseguida vengo.-

Hizo un gesto con las manos a uno de los camareros, como avisándole de que ya podían ir preparando las cosas. La verdad que a Adriana se la notaba como si fuera por su casa, como si ya hubiera visitado este restaurante docenas de veces.

Sus pasos iban hacia el baño.

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12/12/2013, 00:18
Moana Smith

Era un buen coche, un camino corto y, quizás, su futura jefa, así que cuando vio como subía la aguja de las revoluciones en aquel coche optó por guardar silencio, agarrarse discretamente a la puerta y rezar para llegar a destino sin más incidencias.

No le pasó desapercibido el manejo del volante que tenía Adriana, no era la primera vez que conducía así y no se extrañaría que hubiera conducido alguna vez en algún recinto de carreras probando algún deportivo último modelo. La gente que tenía cierto nivel económico podía permitirse aquellas pequeñas experiencias con grandes motores y a Adriana le encajaba como anillo al dedo. La forma de coger el volante, la seguridad al mirar por los retrovisores y el suave cambio de marchas que imponía al motor, eran signos suficientes para confirmárselo. Y confirmar tambien que tenía que tener algún buen conocido dentro de la policía. Un turismo corriendo de aquella manera por la ciudad, tarde o temprano tenía que llamar la atención.

No pudo menos que respirar tranquila cuando el ronroneo del motor se detuvo frente a Hollysgold's Pub en mitad de Westminster Bridge en la zona más chic de 'la zona' por el ambiente que veía, pero intentó que no se le notara mientras salía del coche. El aire frio le dio en la cara, recordándole que aunque en el interior se estaba de lujo, fuera era noche cerrada y, al dejar de llover, el cielo se había abierto dando paso a una fria y húmeda noche. Moana se cruzó de brazos en un gesto automático intentando no perder el calor que había conseguido en el coche mientras caminaba junto a Adriana camino del restaurante.

No tardaron en llegar, de hecho habían aparcado casi en la puerta, y Moana se sorprendió al ver la cantidad de gente que estaba haciendo cola en la puerta del restaurante. Miró al interior a través de la cristalera y vio que era un local pequeñito pero absolutamente acogedor. Nunca había estado alli, pero la primera impresión fue buena, tanta gente en la puerta no auguraban lo contrario.

Y al entrar, la impresión fue mejor. La temperatura perfecta, nada de exceso de ruido y unos olores que abrían el hambre nada más poner un pie en el interior. Siguió al camarero y a Adriana hasta una mesa apartada del casi inexistente bullicio, un lugar tranquilo en el que podían hablar tranquilamente lejos de oidos no invitados a la conversación.

-Por ahora me encanta, no lo conocía pero parece exquisito. Por supuesto -contestó a Adriana y asintió cuando le indicó que se pusiera cómoda justo antes de verla caminar hacia el cuarto de baño. La vio caminar y hacerle señas a los camareros.

Justo como si fuera un cliente habitual del local...o incluso la dueña ¿quien sabe? Con estos altos directivos nunca puede una dejar de sorprenderse.

Colgó su bolso de la silla, se quitó el abrigo y lo colocó cuidadosamente en el respaldo antes de sentarse y ponerse cómoda. Solo entonces miró alrededor, intentando hacerse una idea de la situación y del lugar. Desde su silla, podía ver perfectamente los grandes ventanales que se abrían a un gran parque, pero si entornaba su vista, podía ver reflejado en el cristal la totalidad del interior del restaurante. Un pequeño local lleno de llamitas fluctuantes que bailaban, una por mesa, una por histora, dando una luz tan acogedora al conjunto que la hacian desear mirar la carta.... esa que no estaba por ningún lado.

Recordó el gesto de Adriana al camarero...

No lo ha llamado simplemente, le ha pedido que vaya preparando algo ¿habrá dejado algo encargado en concreto? Sería muy arriesgado sin conocerme, aunque un italiano no tiene platos que supongan demasiado problema para un paladar normal podría haber algo que no me gustase o me sentase mal...¿Sera esa otra de sus 'sorpresas' para esta noche? ¿Otra emoción fuerte? Bueno, ha tenido suerte, me encanta todo lo que puedan servir aqui.

Sonrió para si misma. Realmente no le importaba lo que fueran a comer, solo le importaba que todo saliera como ella quería que saliera. Sencillo y bien.

Será una conversación tranquila, no creo que esta vaya a ser la típica entrevista, aunque bien es cierto que esto tiene truco. Estar en un ambiente relajado y distendido, dicen que propicia que se baje la guardia y se olvide de donde se está realmente, de que realmente estoy pasando un examen. Su examen. Pero no hay problema, se a lo que he venido. Y tengo que reconocer que esta mujer tiene muy buen gusto eligiendo restaurantes...

¿Y eso qué es? se preguntó cuando vio salir de la cocina a un camarero y vislumbró por un segundo el plato que llevaba hacia una de las mesas cercanas a la puerta. No sabía decir que era exactamente, pero el aspecto acababa de recordarle que hacía un buen rato que no tomaba nada sólido y el olor que salía de la cocina le estaba abriendo el apetito por momentos.

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16/12/2013, 11:59
Adriana Silverstone

La mujer regresó del baño y tomó asiento dónde había dejado apoyada su chaqueta. Hizo un gesto para que te acercases un poco y la pudieras escuchar con más claridad. -No te dejes engañar por el lugar. La gente por aquí tiene un aspecto de ricachón creído. No los aguanto... pero el lugar es perfecto para hacer este tipo de reuniones improvisadas.

No sabías porqué pero parecía que la mujer te iba a caer mejor de lo que tenías previsto en un principio. En cualquier caso, la mujer parecía que ya había hecho el pedido, por lo que aunque ella se disculpó no ibas a tener el privilegio de pedir a la carta. Por cierto antes de venir aquí ya había hecho el pedido. Ya avisé al camarero de que seríamos una más cuando fuí al baño. Pedí ensalada, y rissoto especial de la casa para dos. Sin olvidar la pasta al funghi que me encanta y una botella de vino rosado.

Al cabo de unos 25 minutos, entre conversaciones amenas y que tenían que ver principalmente con el trabajo, la comida estaba servida en la mesa. La mujer realmente tenía una voz de esas con son agradables de escuchar para mantener una conversación. Siempre te miraba a los ojos al hablar.

Te comentaba que somos una joven empresa de vuelo del país. Nuestro principal objetivo es mantener contentos a los pasajeros, y somos la compañía que aterriza en más países distintos. Y creemos que tú tienes el perfil correcto. Es una buena oportunidad para usted. Necesitamos una azafata que a parte de satisfacer a los clientes, pueda tener libertad para viajar y le guste el turismo. Sonrio de forma agradable por aquel último comentario. Esta semana tenemos el primer vuelo hacía Australia y por desgracia mi mejor azafata se retiró la semana pasada, así que estoy dispuesta a escuchar lo que tienes pensado. No será nada nuevo que no haya hecho antes.

En resumen, estoy aquí para contratar sus servicios y que viaje a Sídney esta semana. En su trabajo tendrá a disposición cualquier cosa en la que usted se sienta más cómoda. Seguro que puede demostrar que no me equivoco contigo. A no ser que no esté dispuesta a aceptar el trabajo.-

Hizo una pausa para probar la ensalada y, de paso saber cual era tu primera impresión.

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16/12/2013, 23:39
Moana Smith

La comida estaba pedida, por lo que no podría ver la carta al completo y decidir si el sitio merecía la pena por la variedad de platos ofertados y la calidad-precio en general, pero aun a pesar de aquel detalle, los platos que Adriana habia dejado encargados le gustaban, por lo que no tuvo ningún problema con la comida. De hecho, cuado pusieron sobre la mesa la ensalada y el risoto, el aspecto de la ensalada y el rico aroma que despedía el risoto le dijeron, antes incluso de probar nada, que le iba a agradar sobremanera todo el menú.

 

La conversación era amena y fluida, se entendieron desde el pimer momento y Adriana no hizo sentir a Moana incómoda en ningún momento, todo lo contrario, la hizo sentir cómoda casi haciendo que por momentos olvidase quien era y para qué estaban allí realmente. Pero Moana lo tenía muy presente y procuraba no perder aquello de vista. Hacerla sentir cómoda era una más de las estrategias que usaban la gente de recursos humanos de las empresas.

 

La propuesta no tardó en llegar y Moana sonrió ante las palabras de Adriana. Quedaba claro por su comentario, que se había leído bien su currículum. Moana respiró y bebió un poco de la copa de vino antes de contestar.

 

-Sabe para la compañía para la que trabajo en la actualidad y no le voy a negar que me apetece un cambio, un cambio que me aporte cosas, no simplemente en plan económico, que eso siempre es importante, sino que me aporte algo a nivel personal. Llamelo posibilidad de proyección personal, por ejemplo, y eso es lo que me ha traído esta noche hasta aqui. Y si, ha dado en el clavo, me gusta ver lugares a los que no he tenido la oportunidad de viajar antes y aprovechar los tiempos entre vuelos para conocer las ciudades, los lugares de destino. Y no le voy a negar que Australia es un destino que llevo anhelando bastante tiempo -hizo una pequeña pausa mientras miraba a Adriana a los ojos. Sonrió cuando volvió a hablar- Pero no seré yo quien le diga qué quiero o no ganar. Me gustaría que la oferta económica tambien proviniera de ustedes. Estoy segura que sabiendo que ambas partes estamos interesadas, llegaremos fácilmente a un acuerdo.

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23/12/2013, 12:41
Adriana Silverstone

La mujer sonrió al escuchar tu comentario medio directo y comenzó a rebuscar algo en su carpeta, la cual la apoyó sobre la mesa y removió varios papeles. Primero sacó una especie de mapa del interior de un avión, donde se mostraba las salidas de emergencia, el número de asientos y la zona de las compuertas.

-Como ya he dicho su trabajo consistirá en mantener alegres a los pasajeros. Pero hay algo más... Se habla de una fiesta en la zona; "Media Luna" es el nombre del festival. Soy una fanática de los disfraces y me gustaría tener algún recuerdo. Evidentemente esto es algo extraordinario y se verá reflejado en su nómina. No quiero que su cámara se deje ni un detalle de esa fiesta. 

Hacía ligeras pausas para ir picando aquí y allá, sin olvidarse del vino rosado. La mujer explicaba el detalle del mapa, repasando con un bolígrafo las posibles vías de escape del avión. 

Bien. Guardó el mapa y sacó otros papeles que aparentaban ser un contrato y un panfleto de un festival bastante llamativo. Esta vez los papeles no los mostró, pues quería asegurarse antes que de verdad estabas dispuesta a aceptar el trabajo una vez escuchadas las condiciones económicas. En lo referente a condiciones económicas, la empresa correría con todos los gastos pagados, alojamiento y manutención. La cifra son 2.500 libras mensuales, de los cuáles 500 libras te serían entregados por anticipado para cubrir cualquier necesidad que sugeriese el viaje. Más el extra de las fotos que lo cubriría yo mismo. Quiero que viaje mañana mismo.-