Partida Rol por web

Descendéis por la cuesta con cautela, pues nada os asegura que el tráfico de coches descontrolados haya terminado ya. Vigiláis vuestras espaldas a la vez que os cuidáis de no tropezar. Al llegar a donde las marcas de neumáticos que seguíais hacia la fiesta giran a la izquierda, el sentido común os indica que el coche no habrá girado por ahí, sino que ha continuado bosque abajo. La hojarasca aplastada y dañada os lo confirma.

 - Oye Ray, ten en cuenta que esto puede ser peligroso... - saco el móvil que siempre llevo conmigo por si fuera necesario alumbrar en alguna parte del camino - así que sera mejor que tu mires alrededor a ver si ves algo. Yo inspeccionaré el coche. Y un consejo que te doy, a partir de ahora será mejor que andemos con mucho ojo... no se sabe quien puede estar intentando matarnos, y la verdad es que todo esto me huele mal. No parece una broma del anfitrión, y desde luego existe un peligro real, de hecho me pregunto si habrá algún tipo de peligro para el también. Espero poderme fiar de ti para que me cubras las espaldas... - lo miro fijamente a los ojos dándole a entender que confío plenamente en el y que espero que esa confianza no sea traicionada en modo alguno. Vuelvo a hablar tras una breve pausa- Cuando lleguemos allí yo inspeccionaré el coche, como te dije antes, y tu miras alrededor. Si ves algo... no intentes protegerme, mejor que caiga yo que que caigamos los dos. Limítate a gritar y, si puedes, escapa. Yo me encerraré en el coche, si es posible. Vamos.

Me interno ligeramente en el bosque esperando a que el me acompañe, haciéndole un ademán de disposición.

-Esto me da muy mala espina...-susurro en voz baja mientras continuamos descendiendo.-Bien Yenan, creo que deberíamos volver, es una tontería perder tiempo bajando para comprobar lo que le ha pasado al coche, deberíamos volver con el doctor y Dave.

Entonces habla él y le veo tan decidido que le hago caso.

-Vale, está bien Yenan, yo te cubriré las espaldas, puedes confiar en mí-contesto con una sonrisa de medio lado.-Pero no tardes en mirar lo que le ha pasado, bajas, miras lo que le ha pasado y subes. Tranquilo, si veo algo gritaré tan fuerte que lo escucharán Bledsoe y Dave , je je. Aunque si tú ves algo grita fuerte e iré a ayudarte.

Tras esto comienzo a caminar detrás de él, mirando de vez en cuando a nuestras espaldas.

 - Tranquilo, solo quiero mirar si le hicieron un puente al coche o usaron la llave del contacto. Ahora lo veremos...

Avanzo rápida pero silenciosamente siguiendo la estela del Hummer, intentando escuchar los sonidos a mi alrededor, por si hubiera alguno sospechoso, y poniendo mis cinco sentidos en lo que me rodea, por si hubiese algo peligroso cerca. De vez en cuando, alertado por los sonidos del bosque o alguna sombra furtiva de algún pequeño animal salvaje, quizá una ardilla o conejo del bosque, me paro con suavidad, sin hacer ruido, y le hago alguna seña a Ray para que el se detenga también.

La estampa otoñal de Green Ridge al anochecer es el sueño de todo escritor algo moñas, y probablemente disfrutaríais de la recreación cuasipictórica de la naturaleza en todo su esplendor de no ser porque vais en busca de un coche que, por accidente o deliberadamente, ha estado a punto de arrollaros.

Tras caminar siguiendo lo que tenéis por una línea recta, siempre juzgando que el Hummer debió seguir camino cuesta abajo, dais al fin con el vehículo panza arriba, su lado izquierdo encajado contra el retorcido tronco de un nogal, todas las lunetas estalladas en pedacitos de cristal aún visibles con los últimos hilos de luz solar. Lamentablemente, os separa de él una caída de unos diez metros. Más lamentablemente aún resultaría el caso de que vuestros equipajes siguieran en el maletero, lo cuál no se puede apreciar desde aquí.

 Busco una forma de bajar al coche. Si la encuentro me dirijo al maletero e intento abrirlo.

Echas una ojeada a los alrededores del barranco. Ves algunos puntos que te parecen accesibles, pero tendrías que rodear el precipicio internándote más aún en el bosque y podrías tardar más de lo que habéis dicho a Dave y el Dr. Bledsoe, por no hablar de que se os echaría la noche encima.

Pero claro, sois adultos y la decisión depende sólo de vosotros. La curiosidad que os produce el coche es, desde luego, irresistible.

 Miro para Ray y le digo:

- Maldita sea, hay que dar un rodeo para bajar, y se nos podría hacer de noche... pero bueno, al menos hemos localizado su ubicación y podemos venir mañana a comprobar lo que quiero. Volvamos ahora para arriba e informemos a ellos dos. Al menos ahora sabemos que la casa del tal Mallowan tiene que estar cerca y cuesta arriba... Volvamos si quieres.

El paisaje era muy bonito pero la noche se nos caía encima y tendríamos que bordear una parte para llegar hasta el accidentado coche, completamente destrozado. Sería una pérdida de tiempo.

-Será mejor volver mañana, ya que aunque lo haya hecho alguien no va a poder deshacerse de él como si nada. Además, quizá el doctor Bledsoe y Dave se están impacientando. Sigo confiando en que todo esto sea una broma y que lo del coche haya sido un accidente, por que de momento hoy no es mi día de suerte, una mierda de carretera, un coche que casi nos empotra y una mansión que parece que ni existe... Vámonos ya-respondo zanjante mientras me doy la vuelta esperando a que me siga.

Camináis de regreso al encuentro de vuestros compañeros. Para vuestro alivio, no os lleva demasiado trabajo localizarlos. Los encontráis caminando cuesta arriba, hacia la supuesta residencia de Mr. Mallowan, en una especie de penoso ensayo para la típica prueba de gincana de echar una carrera atado al compañero. Con la pierna herida recogida como un flamenco de Miami, Dave se medio cuelga del fornido doctor, saltando sobre su tobillo sano.

Les alcanzáis enseguida, informándoles de vuestros leves descubrimientos. Os organizáis de modo que podáis avanzar con mayor rapidez sin agravar la lesión del universitario y, tras lo que se os antoja una hora de marcha -vuestros relojes os sacan del error: transcurren veintiséis minutos- la pendiente se suaviza al fin y el sendero os conduce a un claro entre nogales y robles, a un caserón en el bosque.

Retomáis el misterio del Hummer H2, el cual sabéis que no os dejaría pegar ojo en esta casa si no profundizáis hasta sacar algo en claro...

Abandonáis la casa, descendiendo los tres escalones del porche principal, Mr. Blisen de un salto, Mr. Jackson algo menos entusiasta. Este último vuelve la vista atrás y contempla el tranquilo recibidor con gesto duro, sacudiendo luego la cabeza y siguiendo a su efervescente camarada de pesquisas.

El husmeo dura unos quince minutos, pues después de ir adonde os señalaron que Mrs. Davenport había parado el coche para dejar bajarse a los invitados y descargar sus equipajes, el rastro seguido por el experto ojo de Mr. Blisen conduce al lugar por el que llegasteis caminando junto al Dr. Bledsoe y el joven Beauty...

Ves huellas confusas de varios tamaños. Enseguida te das cuenta de que pueden ser las de los invitados a los que Brooke Davenport acercó a la casa, pues crees distinguir el bien recortado tacón de Sean Eberhard, la gastada puntera de una zapatilla de Chloe Sullivan...

Tras seguir a Yenan comenzamos a explorar la zona durante un cuarto de hora y no encontramos nada extraño, dejo de andar y le digo:

-Aquí no hay nada, están las mismas huellas que antes, por lo que si atacaron a la señorita Davenport, lo hicieron quizá cuando ella estaba dentro del coche o haciendo algún ruido para llamar su atención y luego modificar algo del coche-miro hacia los lados.-¿Quieres investigar algo más, o volvemos? 

Estás completamente seguro de que no hay nada aparte de pisadas comunes, corrientes y nada sospechosas.

 Voy observando a lo largo del camino muy callado, mientras nos dirigimos hacia donde está el coche.

- Es demasiado tarde... dijimos que vendríamos mañana a la mañana y bajaríamos hasta ahí... seguramente sea el sitio en el que este la pista que buscamos, pero ahora mismo no podemos bajar... demasiado oscuro. Lo que me fastidia es no haber encontrado nada por el camino... - dejo de hablar de golpe - ¡El maletero! - voy corriendo a buscar una zona en la que el barranco no sea tan alto, y se reduzca a 5 metros aproximadamente, en la que haya abajo un arbusto frondoso pero que no me valla a dañar y salto sobre él. Si no encuentro tal zona busco una en la que no haya mucha altitud respecto al suelo, como unos 4 metros o menos, y me descuelgo (reduciendo la altura al hacerlo), y salto posteriormente para encogerme sobre mis piernas al caer, e incluso rodar si hace falta, y así no romperme nada.

Al ver la reacción de Yenan y cómo sale corriendo rápidamente hago lo propio para alcanzarlo. Joder, cómo corre el condenado...-pienso mientras acelero el ritmo para intentar pillarle.

-¡Espera! ¡No hagas locuras, puedes hacerte daño! -le grito cuando veo que se dispone a saltar para llegar al coche.

Dependiendo de lo que haga le imitaré o me quedaré esperándole.