Partida Rol por web

- Monique Lemort, la madame de la ciudad y seguramente una de las mujeres más poderosas de la ciudad. Y mira...conoce a Kumiko...eso sí que no lo sabía. Interesante... - parece que medita algo en su mente al saber de esa relación. - ...hice algún encargo para ella. Digamos que tiene gustos especiales y prefiere cierto tipo de carne que no existe en la ciudad... - espera que te hagas una idea equivocada o enfermiza en tu mente para aclararlo - ...le gusta la carne de caza y sólo se encuentra fuera de los muros...muchos de nosotros nos dedicamos a cazar y no solo a recuperar objetos.

Habías escuchado rumores de cazadores en la ciudad, la carne de ciervo por ejemplo se vende a más de quinientos dólares el quilo en el mercado negro. La de oso, favorita de la máfiya ruso-ucraniana alcanzaba los dos mil dólares. Eso sí los peligros fuera son muy elevados, el muro exterior se levantó por algo...Dorian te contó que fue en parte por el proyecto Smilodon que se salió de control. Uno de los muchos fracasos de inGen.

Ella sí que era única....

Cuando entró una corriente electrica pareció recorrer la sala deteniéndolo todo por un segundo. Fue como ver agujero negro. Aquella mujer parecía atraer la luz hacia sí, absorverla y masticarla, saborearla y disfrutarla, para escupirla después en aquella sonrisa condescendiente y desganada pero tan, tan poderosa... Y yo, inclinando la cabeza levemente a un lado mientras la miraba, con los ojos fijos en ella como la mayoría de las almas de aquel lugar, pensé que así debían sonreír las diosas y que alguien así debía bañarse en yacuzzis de 50000 dolares la noche.

La voz de Bram apenas rompía el hechizo de ella, mucho menos el de los puños de las sombras que la acompañaban. Mejorados... claro...

-Monique... Lemort... - desvié la mirada a Bram asintiendo apenas con la cabeza. - Así que... carne de caza? Pues tiene pinta de desayunar corazones humanos... y por lo que parece, aquí más de uno se lo arrancaría del pecho con sus propias manos solo para tener el honor de ser devorado por ella.
 

- Que intente parecerse a una vampira no significa que lo sea...aunque ella en realidad sí que es una vampiresa. Zalamera y sibilina...es muy inteligente. Quédate con eso...belleza e inteligencia unidas son muy peligrosas en alguien como ella... - te advierte Bram ya que parece que has quedado hipnotizada - ...no sabía que te iban las pelirrojas... - bromea - ...sus dos matones son bastante conocidas, antiguos boxeadores mejorados. Podrían quebrar a un sintético de un golpe, por eso los contrató. Pero son lentos, el de la izquierda tiene una antigua lesión en el hombro derecho. Siempre intenta pegar con la izquierda por eso y lo hace predecible...el otro tiene problemas de artrosis en las rodillas debido a los implantes...golpes a esa zona y no podrá alcanzarte...pero si no sabes eso imponen mucho ¿no? - parece que te lo comenta por si vas a hablar con ella o si te cruzas con esos dos. Puede que Bram empiece a conocerte bastante.

Reprimí la carcajada.

-Ya... ya supongo que no es una caníbal... - y volví a mirarla - ... era una expresión... digamos... metafórica...-  aunque no estaba segura de que lo fuera tanto. Aquella mujer parecía despertar verdadera adoración; esa fascinación sumisa del ratón mirando el movimiento sinuoso de la cobra. En una cosa tenía razón el recuperador, era peligrosa. Muy peligrosa. Todo su aura desprendía veneno.

Bram volvía a hablar y yo me di la vuelta para dejar de mirar a Monique y a sus dos matones, volviendo a su sombra y a la barra. Y escuchaba atenta la información que me regalaba afilandome en su voz. Había conseguido mucha información, muchisima, gracias a él, y me sentía en deuda. Una especie de sentimiento protector. Tenía que ir con cuidado; no quería descubrirme allí y ponerle a él en el punto de mira. Ahora sabía muchas más cosas, y habría tiempo.

Pero era más que evidente, en el torbellino tras mis ojos, que tenía el modo poli activado. Los matones, sus puños mejorados, la vampiresa, la luchadora.... todo intentaba encajar en mi cabeza. Pero no, algo no cuadraba. Algo me chirriaba en todo aquello. Y era el por qué. Ninguno de ellos tenía un motivo imaginable para matar a Brass, y menos aún para matar a un correo de la Carmesí; o aun camello yonqui... Alguien como la hija del Dragón provocaría una guerra con la Carmesí? Y desde luego, una mujer como Monique no había llegado donde estaba enemistándose con quien no debía. No.. algo no me cuadraba. Tenía que buscar los expedientes de las otras muertes, tenía que establecer los puntos en común...y sobre todo, en cuanto encontrase a Dorian y volviesemos a la comisaria, eran prioritarias las imagenes del hotel. Que le diesen por culo a John... ni siquiera estaba en el caso.

-Ey! - me incliné apoyando los codos sobre la barra para llamar al barman. - Otra ronda para mi y mi amigo-  y me volví con la sonrisa lobuna en los labios hacía Bram. - Y no.. no me gustan las pelirrojas. Las pelirrojas no deberíamos gustarle a nadie. Damos mala suerte...

En ese momento Kumiko se acerca a vosotros tras terminar de hablar con la vampiresa.

- ¿Qué hay Bram? Hacía tiempo que no venías a ver las peleas...no estarás otra vez metido en las callejeras ¿no? - pregunta la japonesa. En ese momento mira para ti y pregunta - Mmm...tú eres nueva, nunca te había visto por aquí...¿te va ver o prefieres participar?

Notas como te revisa de arriba o abajo pero no existe tensión (al menos por su parte). Bram también está tranquilo, y parece estar disfrutando del momento quizás un poco. La vampiresa parece también estar mirándoos, parece que le interesa lo que está hablando Kumiko.

- Poca cosa...vine a entregar un encargo y a disfrutar un poco de la noche. - hace una pausa y añade - ...y no sigo metido en las callejeras, aunque me siguen pareciendo más justas que las de aquí, esos dos eran muy flojos...te dejaste para darle emoción...

La japonesa sonríe con el último comentario y en ese momento se queda mirando para ti a ver qué contestas.

Observé a Bram de reojo cuando el Dragón habló de las peleas callejeras. Un nuevo dato y una mueva pieza del puzzle que era aquel tipo. Y cuando me preguntó a mi, la miré a los ojos un segundo mientras me econgía de hombros. Mi barbilla señaló con un movimiento leve los moratones que se adivinaban en mi piel a pesar de la penumbra del local.

-De momento miro.Y aprendo. No se me da del todo bien participar, aún... - volví a encogerme de hombros y a mirar un segundo a Bram para volver a Kumiko de nuevo. -Supongo que nadie nace sabiendo, no? - la sonrisa pareció sincera, y quizá incluso lo fuera cuando le tendí la mano- Soy Nem. Y felicidades, por cierto. Verte pelear ha sido impresionante.

La japonesa parece valorar tus palabras unos segundos para decir:

- Encantada Nem, soy Kumiko... 

Luego cambia su mirada a Bram y le advierte:

- La Carmesí anda como loca...es mejor que no hagas negocios en el Mercado Negro por unos días, creen que hay alguien que va contra ellos y van a cazarlo como sea...tampoco te pases por nuestro barrio, la yakuza cree que están preparando un ataque contra ellos y se están armando...los inSyndicados también traman algo, es posible que ataquen a la policía de nuevo... - parece sopesar sus palabras y añade - ...mejor no hagas nada estos días...quédate en tu piso y no salgas de tu zona, tienes la costumbre de meterte en líos y esta vez la situación se complicará...

Dicho esto le guiña un ojo a Bram y se marcha del local. 

Les observé sintiéndome fuera de lugar. Casi pequeña. Yo conocía el mundo del que hablaban, por supuesto, era policia, joder!, pero allí, disfrazada de niña mala con los ojos maquillados en negro y el ansia de nicotina en los labios, me sentí pequeña. Y ridícula. En realidad, yo no sabía nada de aquel mundo, no vivía en aquel mundo. Yo lo miraba de lejos y lo rozaba apenas con las yemas de los dedos entrando en él siempre tarde.

Ellos, en cambio, vivían su día a día dentro del polvorín.

Cuando Kumiko se fue hundí la mirada color whisky en Bram, con el gesto serio y con la nuve tras las pupilas.
-Parece que se está preparando una guerra...-  tomé aire para dejarlo ir despacio. Dioses... como necesitaba un pitillo. - Y parece que Kumiko te conoce bastante bien. Así que hazle caso, Bram. Quedate en tu casa- inclinaba la cabeza lemente a un lado al hablar, hundiendome incisiva en él. -Y la próxima vez que te cruces con esa chica, intenta olerla. Creeme que no te irá tan mal.

Me volví para rebuscar entre la gente. No sabía dónde se había metido Dorian pero casi deseaba que no hubiese entrado. Y volví a bufar... Me ponía nerviosa estar allí, junto a él. Con toda la que se estaba liando si alguien, alguna vez, me identificaba como policia, Bram estaría jodido. Y yo también

-Dioses... necesito un pitillo.

Bram mostró un rostro serio.

- Es peor que una guerra... - te comenta - ...en una guerra al menos se hacen prisioneros...habrá cientos de muertos hasta que se calme o uno de los bandos gane...

Mira su reloj, parece meditar lo que le ha dicho Kumiko y lo que le has recalcado.

- No tengo pensado hacer negocios en unos días, en mi edificio estaré seguro. Cuidamos los unos de los otros así que no te preocupes por mí. Deberías preocuparte por ti...los vuestros van a verse en medio de algo que no pueden controlar...por lo que sin que sirva de precedente...avísalos y diles lo que va a pasar...intentad parad esto antes de que sea demasiado tarde.

Dicho esto pide otra ronda de bebidas. Ves que pide dos "Tom Collins" (2 partes de ginebra, 1 de zumo de limón, soda y un mix de lima y limón).

- Tomemos otra y luego cada uno por su lado...ya que no podré venir aquí por un tiempo al menos disfrutar un rato más. - ves que intenta no pensar en el tema pero lo ves preocupado - ...y no se me ocurrirá oler a Kumiko, ya te dije que es peligrosa. De todas formas creo que no es tu hombre en este caso. Ella sería más sutil. Si lo necesitas consultaré a mis fuentes por si hay algún recolector de cabezas* nuevo en la ciudad...es posible que no encargaran esto a alguien de aquí y buscaran fuera.

Cuando habló de avisar a los mios, no puede más que bajar los ojos y sonreír a medias. Y asentí levemente con la cabeza, provocando que el pelo rojo oscilara apenas sobre mi cara. Qué más podía decir. El gracias ya flotaba en el aire desde hacía rato.

Las bebidas llegaron y, sin mirarle, apoyé los codos en la barra mientras sostenía entre los dedos la copa.

-Sé que no es mi hombre. Sé que los Carmesí tampoco. He avanzado mucho en muy poco tiempo.- Tome un sorbo. Ginebra limón y lima... amargo como el infierno y perfectamente adecuado para el momento - Todo gracias a ti. -y entonces, levantando la copa en su dirección volví a mirarle para, de otro sorbo, apurar el vaso -Has hecho más que suficiente. Conseguiré las imagenes del hotel y el informe forense. Las marcas de la piel serán más nitidas e identificables y , entonces, quizá... vaya a por la vampiresa...

Y le guiñé un ojo mientras la sonrisa lobuna me volvía a colorear los labios y la mirada. Volví a apoyarme en la barra.

-Y te diré que  para terminar de disfrutar la noche, los cócteles son una moñez... vamos...  - levanté dos dedos para llamar la atención del camarero - Whiskey, dos. Solo, sin hielo. El mejor que tengas.

Y pensé que, seguramente, sería el que acababa de entregar Bram....

-Y cada uno por su lado...

- Suerte con el hotel...no me sorprendería que intentaran eliminar las imágenes. - te comenta Bram mientras le ofreces el whisky, no se le ve demasiado entusiasmado parece que le van las bebidas blancas - ...bueno aceptaré tu néctar dorado.

Coge el vaso de whisky y lo bebe tranquilamente mientras te dice:

- Si me necesitas ya sabes donde encontrarme...y que tu compañero cuide de ti porque creo que te meterás en líos antes de que acabe la semana. ¿Algo más antes de despedirnos?

-Sí... Gracias, tío, en serio.

De un trago bebí el alcohol duro y ámbar de mi copa y cerré los ojos un segundo mientras agitaba la cabeza. El calor familiar bajaba por mi garganta y me dibujaba el recorrido por el pecho hasta el estómago. La última, lo prometia. Por lo menos esa noche.

Y con un guiño me alejé de Bram para ir en busca de Dorian por el local. Antes de dar siquiera tres pasos no pude evitar volver la cabeza sobre el hombro y mirarle durante un segundo

- Slán agat, Bram....Cuídate tú también.

Bram levantó la mano para saludar y a los pocos segundos lo perdiste entre la gente. Sales de la discoteca sin ningún problema y te plantas en el coche donde Dorian te espera.

- ¿Qué tal te ha ido? - te pregunta nada más te sientas en el coche. - He visto entrar a al menos cincuenta criminales fichados por delitos graves, esa discoteca es un punto de reunión para ellos por lo que parece.

Nota tu preocupación en tu cara y realiza otra pregunta.

- ¿Ha pasado algo dentro?

-Joder que si ha pasado.... -No había acabado la frase y un nuevo cigarrillo pendía ya de mis labios. - Arranca, quieres? Larguemonos.

El movimiento del coche era reconfortante. Y miraba por la ventana mientras explicaba a Dorian todo lo que Bram me había explicado y cómo había conocido a la Hija del Dragón y a la Vampiresa con gorilas de puños de acero... Las volutas de humo se acumulaban en el interior del vehículo. Qué importaba? Dorian no respiraba y a mi me encantaba aquel olor espeso a nicotina y tiempos pasados.

-Es todo una verdadera mierda, Dorian. Una mierda. Necesitamos las putas imagenes del hotel! No entiendo tanto remilgo, joder! Es un asesinato!- la mano, brusca, me retiró el flequillo de la frente. - Si es que siguen ahí, porque mis fuentes dicen que las borran... Que hijos de puta. Y luego las otras dos muertes. Buff..... Hay que buscar esos expedientes. Buscar las similitudes...- Una nueva calada que retuve dentro de mis pulmones, ávida. -Se va a liar algo muy gordo, Dorian - y dejé ir el humo. - Y no entiendo muy bien qué tienen que ver nuestro muerto en todo esto. - Me mordía el labio mientras el cigarrillo se extinguía ya entre mis dedos. - Ni Kumiko ni su gente me cuadran en todo esto, pero esa tipa... joder... ha hecho saltar todas mis alarmas. La Madame... Monique Lemort... Qué tenemos sobre ella?

No le gustó que comenzaras a fumar pero viendo como estabas decidió omitir ningún comentario.

- Respira hondo Nemain, tu respiración es demasiado acelerada. Accederé a la base de datos para saber sobre esa mujer, entiendo que no es su verdadero nombre.

Se calla un par de segundos y te dice:

- Hay mucho sobre ella en nuestra base de datos. Ha sido detenida dos veces cuando aún se hacía llamar Monique Lefebré, nacida en Francia, emigró con su familia a los 3 años. Su padre es el dueño de la naviera Atlantis, con más de tres mil empleos directos en esta ciudad. Estudió en el Instituto Mendel sin ser un croma. Universidad privada. MBA en Negocios, número uno en su promoción. Con 17 años montó una agencia de escorts con compañeras de clase y fue detenida al estar en posesión de drogas de recreo, diseñadas por un compañero suyo. La volvieron a detener con 20 años por escándalo público, se paseó desnuda por el hall de un hotel en compañía de unas amigas. Nada de los 21 a los 27 años. Actualmente es sospechosa de tener la mayor red de escorts de la ciudad y de traficar con información que sus "vampiresas" logran sacar de los clientes. - te comenta casi sin parar - ...¿algo más concreto?

Unos segundos más tarde añade:

- Podemos pasarnos por el hotel y pedir las imágenes si quieres, luego miraremos esos expedientes con tiempo. He avisado a Kennex que estás bien.

No era mucho lo que teníamos sobre la "vampira"... casi nada... por lo menos nada relevante. Una niña pija con ganas de avergonzar a papi. Y sin embargo, algo me decía que un hilo me ataba a ella.

Cuando Dorian nombro a John, casi me atraganté.

-Por qué has avisado a Kernex? Si ni siquiera está en el caso! - el humo se escapa de entre mis labios mientras hablaba, y una voluta de humo, densa y especiada, le golpeo en la cara. - En serio que a veces es para daros de hostias.... me tratáis como si tuviera 5 años...

Y enfurruñada, como si realmente tuviera 5 años, miraba por la ventana. No sabía muy bien por qué estaba tan enfadada. Qué era lo que me chirriaba de todo aquello? Mi instinto me martilleaba en las sienes, con un ruido sordo e incesante, pero ininteligible. Era como perseguir  una sombra. Cada vez que la idea me parecía enfocarse en mi cerebro, se desdibujaba un segundo después...

Pero una cosa era clara. El hotel había tenido, desde siempre, las respuestas. Ahora lo sabía bien.

-Sí, vamos al hotel... Hay que intentarlo. Aunque Bram dice que seguramente habrán borrado las imagenes, los muy cabrones....

Una nueva calada, áspera como una lija hasta mis pulmones, y la mirada pérdida por la ventanilla.

-Los muy cabrones....

- No te preocupes por las imágenes, si usan un borrado estándar realmente habrán sobreescrito los datos y se podrán recuperar en su mayoría. Otra cosa es que eliminaran los discos duros y los servicios en la nube que seguramente utilizan...para eso necesitan tiempo y sobre todo conocimientos...aunque es de esperar que tengan a algún hacker o experto en nómina... - te comenta Dorian - ...y puse al tanto a Kennex porque estaba preocupado, ese local no era un sitio seguro para un policía...

A esa hora la circulación en la ciudad es escasa y podéis llegar al distrito del hotel en cuestión de unos minutos, Dorian decide no encender las luces por si ello alarma a la gente del hotel. Aparca a unos metros de la entrada y apaga el motor.

- Tenemos que decidir cómo hacemos esto. Si notan que vamos a por las imágenes podrían querer hacerlas desaparecer rápidamente. ¿Tienes algún plan en mente para entrar sin montar demasiado revuelo y cogerlos desprevenidos?

Cuando el coche se detuvo, me dejé ir en el asiento mientras apoyaba los pies en el salpicadero. Y me hundía sobre mí misma mordisqueándome el dedo casi infantil y con expresión enfurruñada. Dorian tenía razón, como siempre. Y tenía que reconocer que, aunque me molestaba lo santurrón y calmado de su programación, era el compañero perfecto para mí. Cuando yo era gasolina, él siempre intentaba retrasar la chispa...

- Tienes razón…Va a ser difícil. Si entramos sin orden a lo bruto, o a lo suave, poco importa, y conseguimos las imágenes, podrían invalidar las pruebas por no tener la puta orden… Y tampoco podemos entrar como si fuesemos a revisar la escena. Nos reconoceran. No hemos cambiado tanto desde la última vez que estuvimos aquí… - Resoplando me incorporé en el asiento y con ambas manos me llevé el pelo corto hacia atrás. Aún no me acostumbraba a la situación. -Y tampoco tengo la pinta más profesional del mundo.. verdad?

Pinta profesional......... Uhmmm... Por qué no?

Miraba ahora a Dorian con una media sonrisa lobuna. Y si sí habíamos cambiado? Mis ojos seguían enmarcados por un ahumado negro profundo. Negro y cuero, y olor a whiskey en los labios. No, mi aspecto no era muy profesional… Nada profesional... Aunque quizá esa era la respuesta…

-Oye, Dorian…. No te apetecerá pasar una noche salvaje conmigo ahí dentro, verdad? Dime… hay alguna habitación que mi sueldo de policia pueda pagar?