Partida Rol por web

Nieve Carmesí IV

La Mansión

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14/04/2009, 14:55
Director

Notas de juego

A partir marca los mensajes como sólo para el director, Pieter ya no está con nosotros... :P Quedo a la espera de tus reacciones ante todo lo sucedido.

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14/04/2009, 15:00
Director

Apenas había formulado aquellas nuevas preguntas cuando, sin recibir respuesta escuchó proveniente de abajo un crujido seguido del chirriante sonido de una puerta al abrirse.

Hans le gritaba a alguien:

- RUSOS SALID DE RODILLAS Y CON LAS MANOS DETRÁS DE LA NUCA O OS JURO QUE VUELO TODA LA HABITACIÓN. SI TENEIS A ALGUNO DE NUESTROS COMPAÑEROS DEJADLO SALIR INMEDIATAMENTE, SINO SALID VOSOTROS. SI CUENTO HASTA 10 Y NO HABEIS SALIDO POR ESTA PUERTA LA LANZO. 1, 2, 3, 4, 5... -

La cuenta no llegó a su fin, se oyó algo de actividad, luego un estruendo de cristales acompañado por un grito de terror de Pieter que se interrumpió bruscamente. El silencio se hizo sobre la casa solo interrumpido por... ¡unas pisadas a su espalda que se alejaban!

En ese momento Octavius se dio cuenta de que estaba solo. Miró hacia atrás y vio que Grüber se alejaba de él por el pasillo con paso bamboleante.

Un nuevo grito resonó en toda la casa, pero esta vez no de terror, sino un grito cargado de desesperación, dolor y pena, era Hans.

Notas de juego

Pues como Grüber ahora es un PNJ limítate a marcar los mensajes como sólo para el director mientras estés solo.

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14/04/2009, 16:34
Hans
Sólo para el director

Cuando Hans vió acercarse a su hermano a la ventana no le dió importancia, de hecho el mismo dirigió su mirada hacia la puerta por la que habían entrado de manera que ambos tenían bien cubiertas sus espaldas.

Pero cuando escuchó aquel sonido a sus espaldas -algo a camino entre un romper de cristales y el ruido que hacen los carniceros al hundir secamente sus cuchillos en la carne- se le erizó el vello de la piel y le flaquearon las piernas. Su estómago se le revolvió como si le hubieran lanzado una bomba, a pesar de aún no haber comprobado que pasaba y de no tener ya nada más que vomitar. Aquel ardor seco en su estómago y el sudor frío de la espalda, mezclados con el olor a sangre del frio viento que entraba por la ventana le decían claramente que había pasado. De hecho todo su cuerpo lo sabía, aunque Hans quería negarlo, no quería girarse y dar una imagen a sus peores pensamientos.

Pero debía hacerlo.

Y lo hizo.

El cuerpo de su hermano aún salpicaba de sangre la pared cercana a través de las múltiples y visibles venas seccionadas del cuello cercenado. La cabeza de su hermano, había rodado caprichosamente hasta detenerse a apenas un paso de sus pies. Desde allí abajo su hermano pequeño lo miraba con esos ojos salvajemente abiertos, como todos aquellos que mueren por sorpresa. la mirada que lleva implícita "esto no me puede suceder a mi".

Hans caminó hacia el cuerpo de su hermano, dando una vuelta tan exagerada para evitar la cabeza de su hermano que si alguien lo hubiera visto creería que evitaba pisar una mina antipersona. Hans caminaba tan desgarbadamente que parecía salido de una película de terror, un mueto viviente o quizás un demente acabado de escapar de un manicomio pero totalmente sedado aún.

Se arrodilló frente a aquel cuerpo decapitado y lo tomó en sus brazos, apretándolo contra su pecho. Su hermano, su hermanito... aquel mocoso que siempre le decía a su madre que había sido él quién hacía tal o cual trastada.
Su hermano, aquel a quién el había ido a asegurarse que volviera entero a casa. En su cabeza se preguntaba como se lo diría a sus padres, como había sucedido aquello. Se preguntaba por qué, como saldría de allí.
Y mientras todas estas preguntas se formaban en su cabeza, algo iba creciendo en su pecho. Como si alguien le hubiera escondido un globo de ansiedad en su interior y ahora lo estubieran soplando, haciendolo crecer en su pecho más y más...

Todo lo que sentía y pensaba Hans concurrió en su garganta y luego se convirtió en un grito, de moledor, desgarrador. El grito hizo temblar los cristales que aún quedaban en la ventana y formó pequeñas e inaudibles olas en el charco de sangre y duró hasta que la garganta de Hans aguantó. El seguía con la boca abierta -con su bigote sucio por las mucosidades, con la cara anegada por las lágrimas- porque en su mente aún oía ese grito...

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14/04/2009, 22:46
Alexeva

Alexeva descendió a toda velocidad hacia la que parecía su salvación. La puerta seguramente estaría cerrada, pero tenían que intentarlo. Casi cayendo por la precipitación, la mujer se abalanzó hacia la ajada puerta con la esperanza de no tener que buscar más. El frío ya hacía mella en sus cuerpos, y Grigori parecía a punto de desmayarse.

Con reticencia, casi miedo, Alexeva aferró el picaporte...

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15/04/2009, 10:07
Octavius
Sólo para el director

Hans no dejaba de dar voces, por el ruido y las pocas pistas que tenía algo había pasado en la planta baja. Quizás algunos de sus compañeros estuvieran atrapados en alguna habitación víctimas de alguna emboscada por parte de los rusos. No era buena idea, en cualquier caso, lanzar una granada a una puerta, sabiendo que los aliados también están al otro lado y servirán de escudo para los captores.

-¡HANS, NO LANCES NADA! -pero ya era tarde, fuera lo que fuera lo que había ocurrido ya había pasado y no tenía solución. El grito ahogado de Pieter, Grüber alejándose posiblemente víctima de algún tipo de shock por estrés y el posterior y final grito de Hans eran demasiado para tan poco tiempo.

En las escaleras Dieter seguía derramando su líquido vital y todo estaba manchado de sangre desde mitad de la escalera para abajo. Se iba acumulando en el piso inferior formando un charco a sus pies. Octavius miró arriba, abajo y a los lados y corrió hacia Grüber sujetándolo por los hombros. Quería bajar pero no iba a dejar a un compañero vagando sin rumbo por la casa.

-Hey Grüber, despierta. Vamos, espabila -dijo zarandeándolo para hacerlo reaccionar y volver en si. -Tenemos que bajar, nos necesitan, a mi y a ti. Vamos tío, eres el médico, vuelve y haz tu trabajo. -No sabía si serviría de mucho. Nunca había sido bueno animando a la gente, normalmente pasaba de intentarlo, le daba igual. En este caso tenía que intentarlo o visto como iban las cosas se vería solo en aquel lugar.

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15/04/2009, 14:38
Grüber

Cuando Octavius se situó frente a Grüber vio en su rostro una expresión completamente fuera de lugar tal y como estaban las cosas. Era una expresión de beatífica felicidad, la expresión de un enamorado marido cuando su hermosa esposa se dirige a reunirse con él al altar.

Ante las increpaciones de Octavius el médico parpadeó, le miró confuso por unos instantes y respondió con un tono que recordaba al de alguien bajo los efectos de un fuerte sedante:

- ¿Bajar? ¿Por qué? Nos necesitan, sí, pero aquí arriba. Ella nos necesita. - esta última frase había sido pronunciada con vehemencia al tiempo que alzaba la mano para señalar hacia la puerta del pasillo que instantes antes habían pensando en inspeccionar.

Octavius miró hacia el lugar indicado y no vio nada. La puerta seguía cerrada, al igual que la que tenía enfrente, y el único movimiento que se apreciaba era el de los elementos agitándose furiosamente al otro lado de la pequeña ventana que había en la pared en la que acababa el pasillo.

Notas de juego

PERSONAJE PNJTIZADO

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15/04/2009, 14:46
Director

El silencio, sólo roto por las ráfagas de viento al penetrar por el ventanal destrozado, se adueñó del salón de baile. A lo lejos, en el interior de la casa, se escuchaba la voz de Octavius conversando con Grüber, aunque era imposible determinar de qué hablaban.

Sumido en su dolor Hans perdió la noción del tiempo hasta que un sonido cercano le sacó de su ensimismamiento. El piano estaba sonando de nuevo, esta vez estaba seguro de escucharlo claramente. Pero el sonido no provenía de la biblioteca, sino de la sala en la que él se encontraba. Más concretamente del lugar en el que, a juzgar por las marcas en el suelo, una vez debió estar el instrumento u otro similar.

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15/04/2009, 14:55
Director

Notas de juego

He visto que Grigori acaba de leer la escena así que postpongo mi respuesta hasta la tarde para ver que hace.

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15/04/2009, 15:05
Octavius
Sólo para el director

-Joder tío, me pones los pelos de punta -dijo Octavius al escuchar a su compañero. La mirada ida y sus palabras extrañas provocaron que Octavius soltara a Grüber y mirara en dirección a la puerta. No había nada distinto y tras la ventana solo veía la lluvia, el aguanieve de fuera y el viento azotando los árboles.

La gente estaba enloqueciendo por momentos y era algo que no podía permitir. No podía dejarse llevar por un par de trampas y por los gritos de terror de los demás soldados. -Tronco, no sé quién es ella, pero fijo que si ha esperado hasta ahora podrá esperar un poco más. Vamos para abajo, ya subiremos luego. -Intentó nuevamente entablar una conversación o un razonamiento lógico con él, esperando que volviera en sí. Al fin y al cabo estaba hablando con una mente instruída, un universitario, un hombre de ciencia.

Le sujetó del brazo de manera firme pero sin obligar demasiado, como cuando una enfermera ayuda a su paciente a caminar con el suero por un pasillo de hospital. Ahora era él el responsable de la salud de Grüber, al menos de su salud mental. Quizás el médico pudiera salvarle la vida en algún momento, aunque visto a Dieter y al oficial, poco podría hacer con él si algo parecido le sucediera.

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15/04/2009, 16:16
Hans
Sólo para el director

Hans había estado arrodillado junto al cadaver de su hermano demasiado tiempo, su voz -con la que le hablaba al cadaver en susurros, pidiendole perdón- era apenas un ruido seco, resquebrajado y siseante.Sus ojos, secos y ya sin lágrimas, notaban como navajazos cada copo de nieve que traido por el viento se le metian en los mismos.

Incluso había convivido con la música de aquel piano demasiado rato, como si no se diese cuenta de que realmente estaba sonando. Las notas de la música iban tan acordes con lo que su corazón sentía que eran algo más de la escena, hasta que se dió cuenta realmente que la música estaba allí.

Dió un salto, literalmente, y se giró apuntando con una mano vacía -sin acordarse que había guardado su pistola- al interior de la habitación, exactamente al lugar de donde provenía la música.

Fue esa música fantasmal -ironicamente- la que le devolvio a la realidad, la que le recordó donde estaba.
Se limpió la cara con su manga, como buenamente pudo. Y evocando el recuerdo de su esposa mientras se repetía para si mismo "volveré, volveré, volveré" cogió el fusil de su hermano y con mano temblorosas cargó esa munición al suyo. Repitió lo mismo con la munición de la pistola.

Mientras realizaba esta acción tan mecánica, arrojaba en aquel cuerpo muerto toda la lástima, miedo y bondad que pudiera haber tenido antes de enbarcar en aquella guerra. Los depositó como quien guarda algo en un cofre. Hans quería vivir por encima de cualquier cosa, regresaría a su hogar aunque tuviera que matar con sus propias manos a cualquiera que deseara impedirlo.

No entendía porque sonaba aquella música pero no se lo preguntó, porque aquella pregunta no tenía respuesta en este mundo y porque hacerse aquella pregunta era encender la mecha de la locura.

Salió de la habitación con el fusil en la mano y temblando por un sinfín de sentimientos contrastados. Ahora en su cabeza solo había una cosa... no estar solo en aquel lugar.

Se plantó en migad de aquel pasillo y gritó los nombres de Octavius y Gruber con tanta fuerza como su maltrecha garganta fue capaz.

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15/04/2009, 16:55
Hans
Sólo para el director

Notas de juego

No quisiera parecer insensible ni nada perooo...¿cuanta munición tengo ahora? xxD

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16/04/2009, 08:53
Director

Notas de juego

Tu hermano tenía 4 balas para el fusil y 2 para la pistola. Esperamos a ver si los otros dos responden a tu grito.

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16/04/2009, 08:54
Grüber

Grüber apenas puso resistencia a la guía de Octavius y se dejó llevar al tiempo que no dejaba de echar lastimeras miradas hacia la puerta. Sólo cuando estuvieron al borde de la escalera pareció recuperar la razón.

- ¿Por qué me estás agarrando? ¡Tenemos que ayudar a Hans y a Pieter! - dijo confuso, sacudiéndose el brazo de Octavius.

Notas de juego

PERSONAJE PNJTIZADO

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16/04/2009, 09:18
Hans
Sólo para el director

Okis ;)

Una cosa, no puedo editar el equipo para sumarme las balas, solo añadir cosas ¿lo estoy haciendo mal o es que realmente no se puede?
Si es así plis cuando tengas un momento pues ya me lo editas, tampoco hay mucha prisa porque no creo que con balas pueda matar lo que habita en la casa, aunque con los rusos me puede ayudar xD

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16/04/2009, 12:06
Director

Notas de juego

añadido, pero aun así voy a dar aviso para ver si es así o no.

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16/04/2009, 09:02
Director

Alexeva bajó por el pequeño terraplén a trompicones, provocando pequeñas cascadas de nieve virgen. Porciones del manto blanco se le introdujeron entre la ropa y en el calzado produciéndole una punzante sensación de frío. Pasó junto a las pequeñas ventanas sin apenas detenerse a atisbar en las penumbras reinantes en el interior. Cuando llegó a la puerta aun no se veía el final de la pared hacia el este, tan sólo la vaga forma de una ventana a unos tres metros de su posición.

Asió la manija de picaporte. Algún día debió ser dorado pero que en la actualidad tenía casi toda la pintura saltada y estaba totalmente oxidado. Se percató de que había un ojo de cerradura y esperando que no estuviera cerrado con llave accionó la manija. Tuvo que hacer algo de esfuerzo para vencer a la herrumbre, pero finalmente notó que la puerta cedía.

En ese preciso instante se dio cuenta de que estaba sola, Grigori no le había seguido.

Notas de juego

Como Grigori no ha contestado a pesar de haber leído el post ayer así que lo he dejado atrás. No le costaba nada poner en algún momento del día un sencillo "Sigo a Alexeva"

Pasas automáticamente las tiradas de resistencia de dificultad 1 y 2.

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16/04/2009, 12:18
Director

Grigori oteó los alrededores hasta que los ojos le escocieron a causa de la nieve que se le colaba en los ojos. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, llevaba demasiado tiempo parado en mitad de la tormenta. Ya tenía la ropa empapada, el viento cortaba como una navaja y el granizo se estrellaba contra su rostro haciéndole sentir que mil agujas se le clavaban en la piel. La nieve empezaba a amontonarse sobre sus botas.

Miro a su alrededor y se dio cuenta de que estaba solo, por las huellas parecía que Alexeva había bajado por el terraplén.

Notas de juego

Pasas automáticamente las tiradas de resitencia al frío de dificultad 1 y 2... pero mañana podrías fallar porque sólo tienes un 1 en vigor y eso supondría tu muerte.

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16/04/2009, 12:20
Alexeva

La mujer logró introducirse por la desvencijada puerta a pesar de que sus manos temblaban por el extremo frío. En su mente sólo quedaba ya el instinto de supervivencia, que la instaba a continuar y no rendirse. Gracias a ello, y a su paciencia adquirida a lo largo de tanto tiempo como francotiradora, Alexeva había superado las más adversas condiciones, y se prometió a sí misma que esta no sería la última misión.

Al principio pareció que la puerta no se abriría, que el picaporte largo tiempo oxidado supondría su final, su irónico final. Morir en la intemperie por no poder abri una puerta... No, no era eso lo que debía ocurrir ese día. estaban en esa casa por algún extraño capricho del destino, y si había de perecer allí, no lo haría hasta acabar con el último de los invasores.

Clac

 

La puerta cedió, el picaporte derrotado.  ¡Por fin! ¡Lo logramos! Alexeva se giró sonriente hacia su camarada y la sonrisa se le congeló en los labios. El ruso había desaparecido. Alarmada, la mujer atisbó en derredor esperando que Grigori fuera capaz de seguir, al menos, sus huellas en la nieve. Podía ir a buscarle, pero corría el riesgo de perderse ella también. Podía gritarle, pero eso podría alertar a los alemanes, a pesar de la tormenta.

Alexeva suspiró. Si Grigori era capaz de seguir sus huellas, llegaría hasta la puerta, y una vez vencida la herrumbre de años, se abriría más fácilmente. Esperaba.

Así, Alexeva se internó en la Mansión de nuevo, un escalofrío recorriendo su espalda, preocurando no ahcer ni crujir el suelo, y con la mayor tensión que había tenido que soportar en años. De nuevo estaba sola. Y la casa la observaba...

Notas de juego

Me parece lógica tu decisión. Marco solo para mí, y si lo ves necesario marca tú para Grigori si llega a tiempo.

Cargando editor
16/04/2009, 13:14
Grigori

El pobre no sentía ya dolor. Solo una sensación de bienestar, dejándose arrastrar por los dedos de la muerte y el frío. Cuando Alexevea se despego de su cuerpo, el campesino notó como si un glaciar se le viniera encima.

-A..a..lexeva.. vo...o..oy a mooorirrr ¿vee..rrrdaaa-d?-

Con los brazos pegados a su cuerpo pudo decir algunas palabras, por mas que buscaba una respuesta, lo único que obtenía era los azotes del vendaval. Tras su lento caminar, vió una silueta que bajaba por un terraplén. Grigori, confiado en que debía de ser la mujer soldado, movió sus pies hacia allí.

Notas de juego

Perdonad mi tardanza. Tengo que estudiar como un cabron, y no tengo casi tiempo. Ayer, me pasé vi que había respuesta, pero no me dio tiempo ni a leer si quiera :/

Bueno, a ver si Grigori no muere por culpa del frío. Me parece Alexeva, que vas a tener que frotar el cuerpo de Grigori para que no muera de frio (sin pensar mal..)

Cargando editor
16/04/2009, 13:59
Director

EL ruso avanzó pesadamente por la nieve y bajó por el terraplén tropezando a cada paso y quedando a veces enterrado en la nieve hasta las rodillas. La nieve colándose por sus botas vino a sumarse a los ya numerosos tormentos causados por el frío.

Al llegar al final de la cuesta que bajaba hasta la planta de la servidumbre Grigori consiguió vislumbrar entre la tormenta que alguien se introducía en el interior de la casa por una puerta y que volvía a cerrarla tras de sí. De no ser por esa presencia la entrada le hubiera pasado totalmente desapercibida. Un nuevo escalofrío pero esta vez no de frío, recorrió su cuerpo cuando le pareció adivinar que quien acababa de entrar por la puerta era el teniente Diederick.

Avanzó hasta llegar a la puerta y pasó junto a unas pequeñas ventanas sin apenas detenerse a atisbar en las penumbras reinantes en el interior. Cuando llegó a la entrada aun no se veía el final de la pared hacia el este, tan sólo la vaga forma de una ventana a unos tres metros de su posición. Las huellas que bajaban por el terraplén llevaban hasta allí y no había otras.

Atisbó por la cristalera de la puerta en vano ya que la capa de polvo acumulada durante años no permitía discernir nada.