Partida Rol por web

Subo las escaleras buscando una habitación para mirar que ropa hay. Me acerco a la primera que encuentro y me asomo.

Tú estás de espaldas, completamente desnudo. Aunque en principio iba a apartarme, no puedo evitar quedar embobada mirando tu espalda, tus músculos. Tanto es así que no me doy cuenta a tiempo que te das la vuelta y ne ves mirándote.

Me giro, sonrojada. Intento hacer que no, pero antes de girarme he visto también lo que tienes delante.

Yo... lo siento, buscaba ropa para cambiarme... digo, comenzando a alejarme.

Cuando escucho tu voz ladeo rápidamente la cabeza para mirarte, buscando tu voz. Una vez te encuentro sonríe levemente como si bien no tuviese importancia alguna -o según se mirase por otro lado- tuviese una faceta exhibicionista. En cualquier caso, me giro sobre mis talones para mirarte de frente y cara a cara aventuro un par de pasos mientras abro ligeramente los brazos como si me vanagloriase. 

- Nada por lo que disculparse. ¿Estás buscando ropa, no? Tal vez encuentres lo que busques aquí dentro. Pero cierra la puerta si entras... - Me quedo tan tranquilo e incluso estoico manteniendo la postura, con los brazos ligeramente entreabiertos a la altura del pecho. 

Por otro lado y si la vista no te ha fallado, ahora sí puedes ver claramente sus atributos. Si bien te fijaste en su cuerpo atlético y definido, ahora sí puedes notar que bajo la cintura sin lugar a dudas es un hombre aunque tal vez roce lo exagerado para un humano.

- Deberíamos darnos prisa por bajar, creo que la chica de abajo tendrá que decirnos algo importante.

Uf, no sé qué hacer. El tipo este es guapo, y está bastante bien dotado, y yo llevo bastante sin... pero por otra parte, tampoco es que me parezca lo más razonable...

Sin embargo, mi cabeza no rige bien. No puede, tras todo lo que estoy pasando. Así pues, sin decir nada entro en la habitación y cierro la puerta. Le miro bastante descaradamente, sonrojándome bastante en el proceso pero intentando parecer decidida, y luego me dirijo al armario, buscando qué ropa ponerme. Encuentro un conjunto de cuero negro pero cómodo (no látex, cuero ligero) formado por un chaleco y unos pantalones, con unas medias guantes y zapatos todos del mismo color negro claro, como si fuera algo así como negro casi gris. Pienso que combinará bien con mi aspecto, así que lo pongo sobre la cama. Luego miro a Aaron.

¿Vas a quedarte mirando?

Sonrío abiertamente mientras la miro, froto mi barbilla mientras con el pulgar perfilo mi labio inferior. Mi mirada es intensa y curiosa, realmente me divierte verla así. Quién iba a decir que fuera a funcionar -Pienso- Aunque claro, quizá simplemente me estuviese tanteando.

Lentamente arqueo una ceja con gracia y carisma. Tras eso rasgo más para pronunciar mi sonrisa, tratando parecer sexy y divertido.

- Pues la verdad, me lo estoy pensando... ¿No te incomodará, cierto?

Me rio, quitandome la camisa, dejando ver un sujetador negro con encajes.

No realmente, aunque en cierto modo me haces sentir como un aperitivo o algo asi

Cojo el chaleco para ponermelo.

Rasgo sensiblemente la mirada cuando me fijo en el sujetador. De encaje, como no... -Pienso para mis adentros mientras ensancho mi sonrisa. Volteo la cabeza y asciendo mis ojos claros, le miro a los suyos propios y luego al armario. No he sido muy sutil que digamos, pero tampoco pretendía serlo.

- Una pena que no haya ropa interior para que te cambies. - Me giro con cuidado  y alargo la mano hacia la cama, rozando con la yema de mis dedos desnudos mi propia ropa- En cualquier caso avísame si necesitas ayuda... Tengo buen ojo para esas cosas o... buenas manos -Sonrío fugaz y le guiño un ojo con complicidad mientras me decido por coger mis guantes de cuero negro, con los dedos al descubierto.

Me rio ante su comentario. Lo de "buenas manos" habría que verlo digo, sacando la lengua. Luego me quedo mirando mi pecho. Oye, noto mi pecho distinto, como más firme... ¿Crees que sería mejor que no usara sujetador?

En ese momento estoy realmente distraída, mirando mis pechos. Antes que Aaron responda, me quito también el pantalón dejando ver unas bragas tipo tanga negras, a juego con el sujetador.

Entorno discretamente la cabeza para mirarla de refilón. Mi labios se tuercen un mínimo mientra los aprieto los aprieto con los dientes, concretamente me muerdo el labio inferior. Girándome exhalo un vago suspiro, impresionado por supuesto. Me había fijado en ese conjunto. Si bien sus palabras me guiaron a mirarle a sus pechos; los cuales ya me parecían muy firmes, el hecho de que se bajase los pantalones cautivó mi mirada azulada y aviesa ese tanga negro.

Qué podría hacer... Así que sonrío con galantería y aire triunfal, volviéndome a acercarme a ella mientras luzco una sonrisa carismática y provocativa. Sí; esto era un juego. La clase de juegos que me encantaban.

- Bueno, pues podemos verlo bien con los ojos o las manos claro... -Me quito el guante que me puse y lo lanzo donde estaba- Pues no sé, habrá que comprobarlo. Tal vez tengas que probarlo sin él... Pero deje que sea un caballero y te ayude, anda. -Sonrío un tanto más- Ya sabes, tengo buenas manos. Y por cierto... Bonitas bragas.

Gracias, aunque temo que en este mundo podrían ser un escándalo. Parece una especie de mundo medieval. De hecho, me recuerda en cierto modo al mundo de Legue of Angels. Me doy la vuelta y me levanto el pelo para dejar que me lo desabroche.

¿Pero qué me pasa? Yo no soy así... ¿Qué tiene este tipo que me atrae tanto?

- ¿League of Angels, dices? Creo que es un videojuego on-line, me suena de eso. - Recortando distancias me pego tras de ti, una vez me muestras accesibilidad. Con cuidado pongo las manos en el enganche y lentamente lo voy retirando.

Recorto distancias cuando lo quito, pegándome  a tu espalda. Sientes el peso de mi miembro en tu zona lumbar, justo sobre el trasero y podrías decir que pesa bastante. Mostrando malicia y picaresca, rozo un poco ambos cuerpos con provocación.

Por otro lado, parece que mi cortesía o caballerosidad es limitada pues no se retira, no se ha movido un ápice siquiera y son mis manos las que toman el contorno de tu cuerpo para adueñarse de tus pechos ya sea con o sin el sujetador. 

Mi mentón se pega entre tu hombro y tu cuello, lentamente hago que mi nariz perfile tu morena tez.

-Hm... Tenías que verlo, ¿No? -Hablo en referente a lo de las manos. Pues aplico un masaje con habilidad y soltura, en esa breve autoridad cuando tomo tus pechos.

Mmm... Sí, y la verdad de momento no te manejas mal digo, mientras muevo mi cuerpo para pegarme más al tuyo, frotando tú miembro con mi trasero. No sé que me está pasando, pero actúo casi sin pensar.

Llevo una mano hacia atrás y sujeto tú trasero, presionando levemente para sentir tu miembro entre mis nalgas. Una pequeña risita se me escapa al pensar que esto parece el guión de alguna peli porno mala. Sin embargo, la mano que tengo libre la llevo a tu pelo, acariciándolo y soltando un leve suspiro.

Río por igual justo antes de besarle el cuello con suavidad, teniendo cuidado de que mis incisivos no penetren prematuramente si delicada piel. Lo hago con cuidado, abriéndome paso entre del cuello al hombro. 

Una de mis manos sigue frotándote el pecho, probando la firmeza que comentastes. -Nada mal...- Murmuro mientras con la otra mano acaricio el contorno de tu figura para terminar en tus caderas. Entonces juego lentamente con el elástico del tanga, para luego tirar un poco de él.

En todo momento sientes como su miembro se vuelve vigoroso y tal vez, impresionante. Pues al parecer le encanta el tacto entre tus nalgas y según se ve está creciendo paulatinamente. Éso no debe ser fácil de levantar.

- ¿Te importa? -Murmuro a lo referente de las bragas mientras sigo provocando el cálido roce de mi largo miembro entre tus nalgas, vuelvo a besarte el cuello.

mmm.... no.... chico, si sigues así no creo que vayas a tener problemas en cubrir tus necesidades cada día... realmente no mentías sobre lo de tus manos.

Mi mano resbala desde su trasero, donde se había quedado fija, hacia delante, colándose entre mi trasero y su pantalón, palpando por encima de éste el duro miembro del vampiro. Cierro los ojos ante lo que hace, dejando escapar un gemido de gusto.

¿Se habrá alterado de algún modo mi comportamiento al cambiar de forma? Yo realmente no soy así... pero tampoco tengo mucho tiempo para pensar, ya que sus labios provocan que un escalofrío me recorra todo el cuerpo, desde el cuello hasta los pies.

Tiro del tanga con delicadeza, muy lentamente y como si desenvolviese un regalo muy caro. Al hacerlo con una mano la otra sigue apretando sus pechos. Ahora con algo de soltura y gracia, pellizco uno de los pezones y lo froto con mimo.

Exhalo un ligero respingo como si la electricidad se hubiese propagado desde su cuerpo al mío y sintiese esa conexión. 

- ¿A qué necesidad diaria te refieres...? - Murmuro cerca de su oído con una voz varonil, sugestiva y profunda. Vuelvo a besarle el cuello pero esta vez hago una ligera presión con los colmillos; he sido bueno, no he dejado marca.

Tu ropa interior cae y quedas completamente desnuda. En mi excitación deslizo el miembro de entre tus nalgas para posarlo entre tus piernas, buscando tu intimidad para rozarte bajo ella. Si lo estimases así a grandes rasgos, ya debe calzar unos veinte. 

La mano que te desnudó acaricia tu vientre plano y las curvas de tus caderas, para luego abrirse paso hasta una zona más peligrosa y cálida. 

- Uhm... Por favor, dime que tenemos tiempo... -Murmuro como si algo me apenase, aunque es todo un teatrillo en esta mala pero encantadora peli porno. 

Mmmm.... bueno, tú se supone eres un vampiro... o eso me ha parecido... y los vampiros... beben sangre... digo con voz entrecortada por la excitación.

No creo que tengamos demasiado tiempo... pero... pero supongo que podemos... darnos prisa... solo espero... que nadie entre... digo, mientras empiezo a mover mis caderas, sintiendo tu miembro entre mis piernas, aún escondido en tu ropa interior. Tengo tantas ganas de sentirlo en mi, en mi interior. Puedes notar fácilmente lo mojada que estoy y como mi cuerpo y mi sexo palpitan de deseo. Me doy la vuelta para mirarte a los ojos, antes de fundir mis labios a los tuyos en un beso ansioso, necesitado, deseoso. Mi lengua se mete en tu boca, roza tus colmillos, juega con la tuya. ¿Cómo has conseguido ponerme así? susurro en tu oído una vez nuestras bocas se separan.

-Será el corte de pelo... -Murmuro socarrón  en un tono confidente, con una sonrisa a juego todavía sintiendo tu aliento mientras yo exhalo el mío- No grites mucho, por si acaso. -Sonrío un tanto más y te recojo de los muslos, levantándote a pulso para llevarte a la cama. 

Caes de espaldas sobre el colchón y yo te miro con depredación desde una distancia corta. Lentamente me separo en mi acecho mientras admiro tu cuerpo desnudo, son mis manos las que de nuevo agasajan con saber hacer tus pechos y el contorno de tus curvas una vez más. Acto seguido me separo, quedando de rodillas en el colchón.

Puedes ver que sin lugar a dudas está excitado, y de qué modo. La evidencia es más que notable y me bajo lentamente la ropa interior de tal modo que parece que el no-caballero desenvaine una mandoble.

- Por si acaso, no grites mucho. -Sonrío de nuevo con descaro mientras la blando a una mano, aunque perfectamente podría ser a dos- Ahora no te preocupes por la sangre...

Me muerdo el labio inferior y te miro desde la cama. Lo intentaré, pero no garantizo nada. Luego, me levanto un poco, para admirarte desde este punto de vista. En el momento en que veo el tamaño de tu herramienta, suelto un suspiro. No, realmente no garantizo nada. Quizá sea yo quien te tenga que morder... Mientras hablo, abro mis piernas. Puedes ver una vagina completamente depilada, con solo una mata de bello pulcramente cortado sobre el monte de venus, como indicando hacia donde tiene que dirigirse tu pequeño no-caballero.