Partida Rol por web

La noticia de la boda había impactado a Silvano sin lugar a dudas, pero él había tenido que disimular su reacción. Al fin y al cabo era Ariadna la que parecía más dolida por el anuncio, no era una buena idea hacer que sufriera más por ello. Así pues, Silvano hizo de tripas corazón y intentó animarla lo mejor que pudo, ignorando los verdaderos deseos de su corazón. A partir de entonces la situación había sido tensa entre ambos.

Y los ánimos no eran sólo tensos entre ellos, dentro del grupo tampoco eran los más adecuados. Roockie y Arc intentaban con frecuencia que las cosas fueran como siempre dando pie a conversaciones joviales, pero no conseguían ningún resultado. No sólo por el anuncio de la boda, que sin duda no había afectado al resto tanto como a Silvano y Ariadna, sino porque ahora les tocaba marchar hasta las tierras de los Suswant, y aquello no prometía ser un viaje de ensueño.

De hecho, Silvano podía notar que Daga era sin duda la más estresada de todos. Y el estrés se reafirmo cuando pararon a descansar en un punto cercano al bosque, lugar donde tenían que esperar a un miembro del Jarad que los guiaría hasta el siguiente punto del viaje. Por otro lado, Arc estaba distraído cuidando de los cuervos que guardaban en una jaula grande, por si tenían que enviar mensajes urgentes y Roockie lo ayudaba. Lancelot estaba pensativo apoyado en un tocón.

Silvano podía notar también la falta de Pals, al cual no habían podido esperar. A pesar del silencio que siempre rodeaba a aquel hombre, Silvano se había acostumbrado a viajar con él en las últimas semanas, y en ese momento notaba que el grupo estaba incompleto.  

Silvano se recostó junto a una roca que desentonaba con la monotonía del claro. Cualquier oportunidad era buena para descansar y reposar, pues el asesino necesitaba que su pierna se curara cuanto antes, sin riesgo a que se le abriera la herida si necesitaba servirse de alguna proeza atlética. 

Cuando estaba debilitado o dolorido físicamente, Silvano siempre recurría al humor o a cualquier otro pensamiento que le subiera la moral, pero después de enterarse de parte de la naturaleza de su misión, Silvano se privó de muchas ideas. No quería martirizarse más de la cuenta.

Al cabo de un rato, Roockie parece desviar su atención hacía otro punto y más rápida que cualquier con ojos localiza la posición de Silvano y se dirige hacía allí. Roockie había sido la que más rápido había notado el cambio de humor de Silvano, aunque por las miradas que le echaban el resto lo más posible era que simplemente fuera la que disimulara peor su reacción al respecto. Al fin y al cabo, ¿Cuál era el misterio? Todos alguna vez habían bromeado sobre sus sentimientos hacía Ariadna, incluso Daga, cuando aún Silvano no la sacaba de quicio, le había recomendado que se olvidará de esa relación. Ariadna era la heredera del trono de Emphart, era alguien importante... No era alguien para un pescadero. 

Roockie se sienta con la piernas cruzadas delante de Silvano y lo mira con la cabeza ladeada. 

- ¿Cómo va esa pierna, Sil? - Dice con una de esas sonrisas que enternecían el corazón. 

Silvano se muestra algo despistado, como si estuviera pensando en otras cosas y apenas se da cuenta de la presencia de Roockie hasta que prácticamente la tiene al lado y ella inicia la conversación. 

-¿Ehh? Hola, Roockie. -hace una pausa para pensar, como si intentara recordar lo que le han preguntado- Bueno, está mejor. No me duele si no hago movimientos bruscos. ¿Tú cómo la ves? ¿Te importaría examinar qué tal le está sentando a mi pierna el largo camino que llevamos ya? -pregunta Silvano para romper el hielo.

Roockie asiente sonriente, y levanta un poco los vendajes para después pasar la mano por la cicatriz. Sin duda se estaba curando y se iba a acabar curando bien. 

- Esto está casi listo, Sil. Sólo no hagas ningún movimiento brusco y al final te olvidarás de lo que pasó. 

Con esas palabras, involuntariamente, la mente de Silvano se va hacía Ariadna. La mira, y con ello descubre que ella también lo estaba mirando, pero aparta disimuladamente la vista cómo si él no fuera su foco de atención. 

El tiempo pasa y el silencio tenso se mantiene. Al final, un sonido lejano de algo moviéndose entre los árboles altera al grupo y los pone en alerta. Pero Daga parece totalmente relajada, recta y con el ceño fruncido. Al cabo de un rato pueden ver de dónde procede el sonido... Arañas con patas de 2 metros se acercan lentamente a dónde se encuentra el grupo. Al principio la amenaza los pone en posición de combate pero entonces se dan cuenta de que hay algo raro en ellas, en la parte centrar de la araña hay un asiento para montar. 

- Tranquilizaos, son suswant domesticadas, debe de ser por fin nuestro transporte. - Dice Daga asintiendo para si misma, pero entonces su expresión se vuelve más dura y mira con odio a alguien que está montado en una de las arañas y sostiene con varias cuerdas al resto. Añade en voz baja. - ¿Porque tenía que ser él...?  

A lomos de una de los suswant hay un hombre rubio, ojos azules y piel clara, y incluso Silvano puede ver que es bastante atractivo a primera vista. 

- Que la sombra os ilumine, hermanos. - Dice en tono jovial, y parece que se fija especialmente en Daga, pero ella aparta la vista... ¿Sería algún viejo conocido? 

El joven se presenta como Dereck Rakstein y les informa de que él se encargara de guiarlos hasta la fortaleza de su familia, donde iban a pasar la noche. A partir de entonces les dicta una serie y pasos y recomendaciones para montar una suswant, ya que al fin y al cabo iban a atravesar todos los pantanos con ellas. Una vez que las cosas están claras le entrega la cuerda de una suswant a cada uno. 

Acomodado en su silla de montar, Silvano recosta todo el peso de su cuerpo contra su trasero y la pantorrilla de su pierna sana, evitando que su otra pierna se fatigue más de la cuenta durante la travesía. Es evidente que las arañas de semejante tamaño le producen algo de repelús, pero limitándose a seguir las órdenes del tal Dereck, Silvano confía que su montura no le morderá.

La suswant se mueve, poco acostumbrada a la forma de montar de Silvano. Pero Silvano, que ha atendido bien a las instrucciones de Dereck, se estabiliza fácilmente en su silla haciendo que montar en una araña gigante resulte incluso más fácil que montar en un caballo. Una vez arriba se da un pequeño paseo. Al principio le asusta un poco la forma de tambalearse de la araña, pero la criatura parece bastante acostumbrada a llevar gente encima. 

Silvano puede fijarse entonces en el resto del grupo. Parece que Daga, Lancelot y Arc no han tenido ningún problema para montarse y también están dando un pequeño rodeo para que la araña se acostumbre a su peso. Ariadna no parece estar cómoda encima de ese ser, pero igual se aguanta bien. Por otro lado, Roockie no parece tenerlas todas consigo. Ya era complicado que se subiera a la araña en su estado, pero parece que encima el movimiento tambaleante de la misma casi consigue tirarla varias veces. 

- Vaya... - Comenta Dereck en tono cansado. Bien era cierto que se había mostrado sorprendido al ver que dentro del grupo hubiera una niña como Roockie, pero no había hecho ningún comentario al respecto. Pero de todas formas, su mirada en ese momento ya estaba diciendo: "Sabía que esto iba a pasar...". - No imaginaba que... Bueno, tuvierais un compañero taaan... Joven. Las suswant domesticadas están acostumbrados a llevar más peso.  

-Je, pues menos mal que nadie teme a las arañas. Eso sí que hubiera sido un contratiempo. -hace una breve pausa mientras observa el rostro de Dereck. -Si es necesario, montaré con Roockie para acelerar la marcha del grupo. A fin de cuentas, no creo que el suswant se inmute ante el peso de la chica.

- Si, quizás funcione. - Comenta Dereck, mirando a Silvano de arriba a abajo. - No parece que peses mucho de todas formas, así que creo que servirá. 

Con esto aclarado, Roockie se acerca a dónde está Silvano y él la ayuda a subir. Hasta ese momento Silvano no se había percatado en lo ligera que era Roockie, quizás fuera un vestigio de su época como mendiga. Tras una indicaciones más por parte de Dereck, el grupo se pone en marcha. 

El movimiento de la suswant no le hace ningún bien a la pierna de Silvano, pero al menos no se tiene que esforzar en hacer nada, sólo se queja llevar. Roockie viaja delante suya, y ella por su lado, parece bastante concentrada en agarrarse y en escuchar todos los sonidos que los rodean. Todo el grupo iba en silencio, parecía que nadie quisiera alterar a lo que fuera que hubiera a su alrededor. 

A medida que avanzan en el bosque, la humedad se comenzaba a notar en la piel, una especie de niebla comenzaba a subir por sus pies y los sonidos se acentuaban. Se escuchaban todo tipo de insectos y pájaros, e incluso Silvano hubiera jurado sentir algún gruñido. Aquel era sin duda un lugar al que los humanos no eran bienvenidos, parecía que imposible que los Suswant hubieran hecho de aquellas sus tierras. Aunque por otro lado, era evidente que nadie se las iba a discutir, al fin y al cabo, ¿Quién quería un pantano lleno de monstruos como su hogar? 

En un rato de viaje más vinieron los charcos, y casi de pronto el nivel del agua comenzó a subir, y por la profundidad a la que se introducían las patas de las suswant podría tratarse de por lo menos medio metro. Silvano entendía en ese momento el porque arañas y no otros medio de transporte. 

Y de pronto lo sintió, como una presencia que le recorriera la espalda, cómo si algo los estuviera vigilando. No parecía que el grupo se hubiera dado cuenta, pero Silvano lo notaba cada vez más cerca. 

-''Mierda, ¿otra vez esa sensación? ¿Tan rápido nos han encontrado los hombres de Julius...? ¿o tal vez se trata de algo peor?''

Silvano se aferra a Roockie y le clava sus garras de ansiedad para que la chica no se caiga de la araña gigante, como si algo fuera a salir en cualquier momento del agua y la fuera a agarrar por una pierna. Lentamente, Silvano acerca su cabeza al oído de Roockie y le susurra:

-¿Tú también lo notas?

Roockie asiente. 

- Hay algo en el agua... 

Y tal y cómo Roockie había dicho eso, Silvano puede notar como algo se mueve bajo la superficie del agua. Rápido como una flecha, se desliza por debajo de las patas de las suswant en las que van el grupo y desaparece entre el follaje. ¿Que era aquello? El resto del grupo no parecía haberse dado cuenta, para Silvano había sido como ver pasar bajo sus pies una gran sombra alargada. 

Silvano rememora en ese momento una conversación que había mantenido con Daga hacía semanas...

" ... Pero si nos tenemos que preocupar por algo son de las Raksasa. Son unas serpientes gigantes que se ocultan en las aguas de los pantanos, su visión es muy reducida, por lo que no suelen atacar a las Suswant, pero su veneno es muy potente, y de hecho es el que usan mayormente las armas de la Casa Suswant."

Si, aquello debía de haberse tratado de una Raksasa... Pero Silvano seguía sintiendo la presencia por mucho de que hubiera pasado de largo. Roockie parecía tensa. 

- Solo espero que no salten del agua y que estas... ''arañas'' sean inmunes al veneno de esas serpientes. -Susurra Silvano a la vez que echa un vistazo rápido al suswant que monta mientras dice lo de arañas.

- Estoooo, solo por curiosidad, ¿llevas antídotos? - Pregunta Silvano proyectando su voz hacia Dereck.

A su vez, Silvano coge su arco de su espalda y lo sujeta con una mano mientras mantiene a Rockie aferrada por la curva de su brazo. Se fija en el pantano y en las anomalías que disturban la paz de la superficie del agua, observando con cautela cualquier movimiento sospechoso que pudiera parecer sospechoso.

- Ehm... Si. - Dice Dereck extrañado. - ¿Por que lo preguntas?

Silvano está entonces preparado para contarles lo que ha visto, pero para entonces ya es tarde. De pronto ya no hace falta estar muy atento para verlas, docenas de serpientes de gran tamaño atraviesan el area por dónde se encuentra el grupo. Todos se ponen tensos y en guardia, pero Dereck sola las observa extrañado, y no parece temerlas. Las suswant no parecen ponerse nerviosas, solo continuan su lento paso. 

- No os preocupéis, solo están de caza y nunca atacan a las suswant. - Dice convencido. - Y aunque lo hicieran estás son sólo las pequeñas, tengo antídoto de sobra para contrarrestar cualquier mordisco. - Pero después añade confuso. - Pero este no suele ser su lugar habitual de caza... Hubiera preferido poder evitarlas, pero ahora más vale que os agarréis bien a vuestra montura. Si os caéis y os atacan todas a la vez, os aseguro que el veneno va a ser la menor de vuestras preocupaciones. 

Dereck parece tomárselo con humor y sonríe. Daga da un resoplido, muy similar a los que daba cuando Silvano bromeaba. El resto del grupo parece tranquilizarse un poco, pero Arc no puede dejar de mirar al agua, aún pasan algunas serpientes. 

- No parece que estén cazando... - Dice dubitativo. - ¿No da la impresión de que huyen de algo? 

Dereck frunce el ceño, las palabras de Arc han vuelto a poner en tensión al grupo. 

- En parte no suelen estar tan agitadas... Pero no tenemos tiempo para pensar que les pasa. Si algo de verdad las ha hecho huir, más vale que nosotros no lo encontremos. - Vuelve a sonreír, con lo que se gana otra mirada de odio de Daga, ¿Que pasaba entre esos dos? 

El grupo continua su marcha, aunque ahora mirando a todos lados, en busca de un enemigo invisible. Silvano no puede quitarse de la cabeza una de las cosas que había dicho Dereck: "Estas son las pequeñas ...". Para Silvano aquellas ya eran lo suficientemente grandes como para temerlas, ¿Que tamaño podían alcanzar? 

-Me pregunto cómo cazaran los Suswant por estas tierras. No parece que estas bestias se puedan matar por el método tradicional...

Parece que Dereck se da por aludido con la pregunta de Silvano, o quizás simplemente quiera presumir de su conocimiento sobre el asunto. 

- Las Raksasa no son muy inteligentes y tienen una visión muy reducida. - Se encoge de hombros. - Es muy sencillo tenderles una trampa si sabes a donde van o lo que buscan. 

El viaje prosigue su curso, y el grupo deja de ver a Raksasas por lo que consigue tranquilizarse un poco, aunque de vez en cuando se les puede ver mirar a su alrededor ante el mínimo sonido sospechoso. Al final, tras varias horas de silencio tenso, y un mareo bastante grande para aquellos que no habían montado nunca en suswant, el grupo puede ver que la separación de los árboles se ensancha. La zona más frondosa del pantano se estaba terminando. Aún así, Dereck no hace ningún anuncio por lo que el grupo se puede temer lo peor. Aquella solo era una parte poco frondosa, no quería decir que la salida estuviera cerca. 

Estando cerca el mediodía el grupo acaba llegando a un claro y Dereck levanta una mano, lo que anuncia que iban a parar a reposar ahí. Descuelgan parte del equipaje de las suswants y se ponen a comer de las provisiones que les quedan, que ya no son muchas. Dereck, por suerte, había traído más y en un acto de generosidad las comparte con el grupo. Parece especialmente insistente en compartirlas con Daga, pero ella se ha sentado lo más alejada posible de él. De hecho, se ha sentado cerca de Silvano, al que Dereck tampoco le caía muy bien. 

El grupo come tranquilo y comparte conversaciones breves, aunque Daga no parece interesada en comentar nada con Silvano. Y cuando parecía que aquel iba a ser sólo un aburrido almuerzo, Silvano ve algo que le gusta nada. Dereck estaba hablando con Ariadna, y parecía que la estaba haciendo reír. 

-Míralo, con esa estúpida sonrisa y esa cara de merluzo que está deseando que le estrellen un puño. -comenta SIlvano por lo bajo a Daga.

Durante el descanso, si la mirada de Dereck se cruza con la de Silvano, este finge un ataque de risa, como si Daga hubiera contado algo gracioso.

Daga mira de reojo a Silvano, pero no comenta nada. Pese a ello, y su seriedad, Silvano hubiera jurado que había visto un amago de sonrisa en su cara. De pronto, las miradas de Dereck y Silvano se cruzan, pero Dereck dirige directamente la mirada hacía Daga. Ella la aparta. 

Y entonces, Silvano se ríe de pronto, para sorpresa de Daga y Dereck. Dereck entonces mira fijamente a Silvano, pero sonríe al ver la cara de Daga y vuelve a mirar a Ariadna. Silvano se gira hacía Daga y la ve observándolo con una ceja levantada, cómo si le preguntara que es lo que estaba haciendo. 

- ¿Y a ti que mosca te ha picado con ese capullo? - Pregunta Daga en susurros, a modo de explicación de su expresión. Daga mira de reojo en dirección a Dereck, y parece que detiene su vista en Ariadna. Por su expresión parece que se ha dado cuenta de algo que no le ha gustado, pero vuelve a mirar a Silvano esperando una explicación.

-¿Ehhh? Nada nada, es solo que con un único protagonista nos basta. De lo contrario la obra de teatro se sobrecarga de personajes innecesarios, pedantes y repetitivos. -añade Silvano con una perfecta sonrisa de ensueño.