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Nunca sigas a las Hadas... 2: El Sendero Rojo

Escena de Robert

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23/01/2013, 01:29
Director

Noxville, Canadá
Sábado 22 de junio de 1995
7:46 AM

Robert se despertó de súbito cuando notó el golpe contra el suelo. Había oído su propio grito y su movimiento brusco, al estar al borde de la cama, le hizo caerse arrastrando las sábanas. La pesadilla que había tenido había sido espantosa, pero curiosamente, no la recordaba del todo. Sólo veía aún ante él aquellas luces horribles, rojas y parpadeantes, que flotaban y susurraban su nombre. Era como aquella historia que había oído en el colegio, sobre aquellos seis chicos que se habían perdido en el bosque y habían estado a punto de morir. Incluso había soñado con los árboles, altos e interminables en medio de una noche negra y fría.

La luz de la mañana entraba por la ventana. Era el primer día de vacaciones y por fin, Robert podría hacer lo que le diera la gana todo el día, sin nadie detrás que le mandara estudiar o hacer los deberes. Pero aunque se había estado muriendo por que llegara ese día, no se había imaginado que empezaría con una sensación tan desagradable como la de aquella pesadilla...

En la mesita de noche estaba su cinta roja para la cabeza, que pertenecía a su disfraz de pirata. Robert la cogió y se la puso. Siempre se sentía mejor con ella, aunque su madre dijera que ya era muy mayor para ir siempre con eso puesto. Respiró hondo y decidió que ya había dormido bastante. Además, en el fondo, sólo había sido una pesadilla y el día estaba lleno de promesas. ¡Tenía meses de vacaciones por delante!

Notas de juego

Ea, ya estamos rodando. Toma las riendas, porque esto es como la de Last Blade, libertad total en un mundo truculento. xD

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23/01/2013, 10:58
Robert

El joven notó el calor del suelo irradiado bajo sus pies descalzos (algo que le encantaba a Robert, y de lo que presumía ante sus compañeros del colegio) y se dirigió hacia la cocina, donde escuchaba el sonido del agua. Al entrar, un chorro de luz solar le bañó el rostro, haciéndole bizquear, pero inmediatamente, como si tuviera ojos en la nuca, su madre acudió a él con una sonrisa en los labios.

- Hola mi vida, ¿has dormido bien? - dijo Karen, abrazando al muchacho, lo que le hizo sentir incómodo - Vamos, siéntate en la mesa que te preparo tus cereales. 

Silenciosamente, Bobby hizo lo que le mandaban y se encaramó a la silla que tenían reservada para él, quedando la televisión justo a su izquierda para que, cuando comían en familia, su madre ocupara dicha posición y le evitara distraerse con ella. Fue la misma Karen la que encendió la pantalla de tubo y buscó dibujos animados con el mando a distancia. Bobby ya estaba de vacaciones y había tenido buenas referencias de su profesora, así que se merecía algo de descanso.

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23/01/2013, 14:05
Director

Los dibujos animados ayudaron en pocos minutos a borrar los últimos retazos de la pesadilla que Robert había tenido. Eso, y los cereales. Además, en cuanto terminara podría salir fuera un rato y jugar tranquilamente sin nadie a sus espaldas para recordarle que tenía que estudiar.

Mientras el chico desayunaba, su madre limpiaba los cacharros de la cocina.

- ¡Qué pronto te has levantado para estar ya de vacaciones! -dijo-. Supongo que tendrás ganas de jugar y todas esas cosas... pero también tendrás que estudiar un poquito para que no se te olvide todo lo del curso. ¿No os han puesto nada de tarea...?

Notas de juego

Tomo los mandos de Karen. Me recuerda a mi madre cuando yo era pequeño con la consola... xD

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23/01/2013, 15:56
Robert

- Jbo babá - respondió el muchacho, con la boca llena de cereales. Una mirada de reprobación por parte de Karen hizo que tragara inmediatamente, olvidando que tenía prohibido hablar con la boca llena - La señorita Cinthia nos ha dicho que tenemos que leer dos libros, pero nada más...

El muchacho volvió rápidamente la mirada a los dibujos animados, con la sensación de culpabilidad creciendo en su interior. Sabía perfectamente que su profesora también le había mandado unos ejercicios de matemáticas, ¡pero eran tan difíciles! Lo mejor era no decir nada y luego aludir a su falta de memoria...

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24/01/2013, 17:43
Director

Karen fue a decir algo, pero suspiró y siguió a sus cosas de la cocina. Prefería no discutir con su hijo de tan buena mañana, y después de todo, aún tenía mucho tiempo. Se había ganado un descanso.

Los dibujos animados ayudaron a Robert a distraerse, pero según subía el sol también iba haciendo más calor y se empezaban a oír más ruidos en la calle. De hecho, comenzaron a llegarle sonidos inequívocos de la actividad de los niños afuera. Cuando llegaban las vacaciones, nadie tenía que insistirles para que se levantaran pronto de la cama...

- Mira, ya están todos ahí fuera -dijo su madre, oteando por la ventana de la cocina-. Qué a gusto tienen que estar hoy los profesores...

Tal vez alguno de los chicos de su pandilla ya estuviera dando vueltas por la calle, buscando cómo invertir las primeras horas de vacaciones.

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24/01/2013, 17:58
Robert

En cuanto empezó a escuchar el barullo de la calle, Robert cogió el tazón con ambas manos y empezó a beberla leche a grandes tragos, amenazando con tirárselo todo encima. Luego lo dejó sobre la mesa y dejó escapar un sonoro eructo, algo que había aprendido de su tío Arthur durante las pasadas fiestas navideñas, y que siempre le había costado una llamada de atención por parte de Karen.

- ¡Adios mamá! ¡Te quiero mamá! ¡Estaré aquí abajo, mamá! - dijo, lanzándose contra ella para darle un abrazo y un beso, casi sin dejarla respirar para que no pudiera reprocharle nada ni ordenarle que guardara sus juguetes. ¡Ya tendría tiempo! Corrió hacia su habitación, cogió su espada de pirata favorita y abrió la puerta de la calle, no sin antes despedirse de su padre con un grito a través de la puerta de su despacho y de casi escurrirse con la alfombra de la entrada.

Aquel día iba a ser un gran día.

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29/01/2013, 14:42
Director

La luz del sol matutino golpeó a Robert en los ojos nada más salir por la puerta, y el calor del día le recibió sin piedad. Estaba muy claro que ya era verano, y que iba a ser caluroso. Los niños habían madrugado más que en cualquier día de clase para poder salir a la calle y disfrutar de su libertad, que bien se la habían ganado. Bueno... casi todos.

Robert echó un vistazo y reconoció a varios compañeros. Algunos de llos jugaban al balón, otros tenían naves y pistolas de plástico en las manos. Unos cuantos, más lejos, estaban asomándose a una ventana de la casa de Theresa y Ander, sus vecinos. Theresa era una chica del colegio, dos cursos mayor que él, que siempre iba muy estirada y bien vestida. Ander era más pequeño y siempre estaba jugando a juegos que implicaran imaginarse marcianitos y cosas parecidas. Ninguno de ellos dos estaba fuera.

- ¡Eh, Robert! -le llamó uno de los muchachos que se asomaban a la ventana-. ¡Ven a ver esto!

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29/01/2013, 20:16
Robert

Conocía a alguno de aquellos chicos del colegio, y a otros de vivir en el mismo barrio. Sabía por experiencia que al final del verano terminarían juntándose todos en la misma pandilla, quizás para jugar al fútbol o para bajar al río a bañarse. Era lo genial del verano.

¿Qué pasaría en casa de Ander? Era un chico simpático, aunque era más joven que él, pero a veces jugaban juntos y se divertía mucho con sus historias de marcianos. Su hermana era una borde asquerosa, la típica niña que demostraba por qué las chicas o los chicos no podían jugar juntos. Corriendo con una expresión de curiosidad grabada en el rostro, Bobby corrió hacia la ventana.

- Jo, llámame Bobby... Robert sólo me llama mi mamá cuando está enfadada...

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31/01/2013, 12:27
Director

Los niños que se reunían alrededor de la ventana de Theresa y Ander le dieron un par de palmaditas cuando llegó. El que le había llamado se encogió de hombros con una sonrisa pícara.

- Perdona, Robert... -dijo para chincharle-. Pero mira quién está ahí.

Señaló al interior de la casa de sus vecinos, y Robert pudo ver a Ander sentado en la mesa de la cocina, tomándose un cuenco de algo que parecían Cheerios y un zumo. Estaba viendo Star Trek en la tele, con su casco al lado de él, completamente absorto. Cerca de la nevera, su hermana Theresa se preparaba el desayuno, con la misma cara de malas pulgas de siempre.

- Parece que todavía no se ha despertado del todo -dijo uno de los niños-. ¿Y si le ayudamos un poco?

Sacó un petardo de uno de sus bolsillos, e inmediatamente todos los demás empezaron a reírse y a animarle a encenderlo para dejarlo en el alféizar de la ventana. El chaval se lo tendió a Robert.

- ¿Lo ponemos, Bobby? ¡Verás que salto pegan los dos!

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31/01/2013, 14:08
Robert

El niño boqueó un momento, casi tentado a responder una bravata a su amiguito cuando le pinchó, pero decidió no hacer nada. Era demasiado temprano para empezar una pelea tonta, y sabía que tarde o temprano se olvidarían de todo. Ahí estaba Ander, embobado como si no existiera nada más que la televisión. ¿No sabía que había un mundo ahí fuera? ¿Que había pelotas, animales, barro donde ensuciarse...? ¡Se iba a quedar más pequeñajo aún si seguía encerrado en su casa!

Cuando iba a vocear a través de la ventana para darle un susto, el niño sacó un petardo y la expresión de Bobby cambió radicalmente. ¡Un petardo! Su mamá le tenía prohibido jugar con ellos, pero ¡qué importaba! Ella ahora no estaba ahí, y si corría mucho y se escondía, quizás nunca se enteraría.

- Sí... - dijo, con una expresión sádica incontrolada en su rostro, casi babeando ante la expectativa - ¿Cómo lo encendemos?

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04/02/2013, 16:34
Director

El chico que había sacado el petardo sonrió y sacó también unas cuantas cerillas. A saber dónde las habría conseguido, pero seguro que su madre no estaba muy contenta con ello...

Todos se rieron por lo bajo y mientras tanto, el otro encendió el petardo y lo dejó sobre el alféizar de la ventana. El grupo al completo corrió a alejarse lo antes posible y a esconderse entre arbustos y detrás de árboles y vallas. Pasaron unos cuantos segundos, mientras la mecha del petardo chisporroteaba y finalmente...

¡BANG!

La detonación se escuchó en toda la calle y prácticamente todos los niños miraron en aquella dirección. Uno de los cristales de la ventana se había roto con la explosión, y el alféizar estaba quemado. El petardo había hecho bastante efecto...

- ¡Vamos, vamos! -dijo uno de los niños muriéndose de risa-. ¡Quiero ver la cara de esa estirada!

Y corrió hacia la ventana rota para asomarse.

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17/02/2013, 12:38
Robert

Uops quiso decir Bobby, pero las palabras no salieron de su boca. Una cosa era poner un petardo, y otra muy distinta era romper un cristal. Si su madre se enteraba, le quitaría la televisión y los juguetes y eso iba a ser un cóctel muy complicado de llevar para un verano como aquel. No, tenía que pensar rápido, tenía que pensar una estrategia.

Pero Robert no era de los que planean ni preparan... era un niño ágil, inquieto y risueño, pero no eran de los que eran capaces de concentrarse.

Así que corrió, corrió a toda velocidad hacia la puerta de entrada. Si llamaba al timbre como si no pasara nada, podía decir que él no estaba allí...

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24/02/2013, 12:06
Director

Notas de juego

Lo tomaremos entonces como que tocas el timbre, no te voy a hacer gastar tabas para eso... xD

Cambio de escena, pues. =P

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22/03/2013, 23:19
Director

Notas de juego

- CAPÍTULO 2 -

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22/03/2013, 23:36
Director

Robert estaba sumido en el dolor. No había ninguna otra sensación posible, a no ser que fuera la tenue certeza de que su propia sangre se deslizaba por su piel, causándole unas inquietantes cosquillas. Los cortes que le recorrían el cuerpo eran tan profundos que pensó que se moriría de dolor antes que desangrado, lo cual tampoco era tranquilizador...

- Pobrecito... Parece que le duele mucho...

Aquella voz no dejaba de hablar a su alrededor, burlona. Era idéntica a la del Hada que habían encontrado en la linde del bosque aquella tarde. Pero, ¿dónde estaba él? Lo único que podía ver a su alrededor era una negrura impenetrable.

- Quizá deberíamos ayudarle, ¿no...? Ya sabéis... aliviar su sufrimiento...

Un coro de risitas celebró aquella frase. En ese momento un montón de lucecitas que flotaban aparecieron a su alrededor. Eran blancas al principio, pero poco a poco se iban volviendo más y más rojas. Tan rojas como la sangre que abandonaba su cuerpo.

- Cerremos el Sendero... Entonces todo habrá terminado...

Las luces se fueron acercando poco a poco a él. El dolor era cada vez más intenso, más lacerante. Robert no pudo soportarlo más y se desmayó. O quizá simplemente, se murió.

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22/03/2013, 23:43
Director

Las sábanas estaban empapadas con el sudor de Robert. Aunque se había despertado bruscamente, se quedó muy quieto en la cama. Era la peor pesadilla que había tenido jamás. Durante un momento, temió que fuera incluso real, pero el dolor se había esfumado.

Miró a su alrededor. Estaba en su habitación, y era noche cerrada, quizás madrugada. La lluvia volvía a golpear el cristal de las ventanas, y de vez en cuando algún relámpago lejano iluminaba con su fulgor. Robert no sabía por qué, pero seguía inquieto. De algún modo, sabía que aquél no había sido un sueño normal y corriente...

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23/03/2013, 11:26
Robert

El niño estaba temblando, y no era para menos después del sueño tan terrible que había tenido. De inmediato, corrió hacia la habitación de sus padres, que hacía tiempo estaban despiertos, según sabía. Siempre que él se despertaba, salvo cuando era Navidad, estaban arriba. Así que abrió la puerta de su habitación y se tiró sobre la cama, metiéndose entre las sábanas. Prefería cuando era invierno, porque el cómodo edredón de plumas le resultaba de lo más calentito, pero en verano su mamá cambiaba la ropa de la cama para no pasar calor por las noches.

Allí pudo gimotear agusto debido al miedo que sentía.

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09/04/2013, 23:39
Director

Robert se tiró a la cama de sus padres sin pensárselo dos veces, disfrutando de la inmediata sensación de alivio que le causaban sus sábanas conocidas y seguras. No había podido evitar que se le escapara alguna lágrima. Era un niño valiente... pero todo niño tiene su límite.

Estaba a punto de decirle algo a sus padres cuando notó algo raro. La cama estaba vacía. Y hecha. No había ni rastro de sus padres por toda la habitación. Robert seguía estando solo.

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10/04/2013, 15:53
Robert

La cama de sus padres era gigantesca, y por mucho que rodara y rodara nunca llegaba al borde. Por eso le gustaba. Por eso, y porque a veces peleaba con su papá a hacerse cosquillas, y terminaba llorando de risa mientras le llevaba como si fuera un saco de patatas hacia el salón. Pero ahora ellos no estaban. ¿Por qué no estaban en la cama si era de noche? A veces se quedaban viendo una película y a él le enviaban a la cama. Decían que cuando fuera mayor, podría quedarse con ellos hasta tarde.

Fue corriendo hacia el salón para saltar sobre ellos y pedirles mimos. Estaba especialmente cariñoso después de la pesadilla.

Notas de juego

EDIT del Master: Perfecto. ;)

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11/04/2013, 10:02
Director

Robert corrió hacia el salón, deseando encontrar allí a sus padres viendo la televisión, hablando en voz baja o cualquier otra cosa. Pero al acercarse a la sala, se dio cuenta de que no iba a ser así. El salón estaba apagado, no se oía ninguna televisión y todo estaba tranquilo allí. Demasiado tranquilo, ahora que Robert quería encontrar a sus padres a toda costa.

¿Dónde podían estar? Aún parecía ser muy tarde, no podía ser que le hubieran dejado solo en casa a esas horas de la noche. Se golpeó con un mueble del pasillo en el pie, y se dio cuenta de que estaba sumido en una oscuridad que apenas le dejaba ver los marcos de las puertas. La única luz que entraba en la casa se debía a los pequeños puntitos que había afuera, pero estaban en medio de una tormenta... ¿cómo iban a verse estrellas con aquellas nubes?