Partida Rol por web

Obsesión

0. Lux et Tenebrae

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12/03/2012, 22:30
Director

23 de abril de 989

Después de que Aleph abriese la puerta atascada a empellones, Fiona, Elías, Aleph, Damien, Junette y Vincent penetraron en la Catedral. Un denso zumbido violeta hacía palpitar la nave central, oscura salvo por la luz que provenía de las lámparas colgantes. En el suelo había algún que otro cuerpo de sacerdotes desangrándose, asesinados por una mano experta. Los bancos, fríos y solitarios, esperaban a lo lejos, como el altar principal. Pero eso no era lo más imponente.

A medio camino entre el altar y ellos había un círculo de convocación hecho de luz morada. Del centro del mismo surgía un agujero a la misma nada, y unos dedos garrudos pugnaban por salir del mismo. Una mano espectral y oscura se aupaba hacia fuera. Aquella cosa de tinieblas, Jorosh, el demonio. El ritual estaba tomando forma y no tardaría en acabar.

Al entrar en la Catedral, la pesadumbre se levantó de sus corazones y la vitalidad volvió a fluir por sus venas. Ya no sentían dolor o entumecimiento. Allí parecían estar a salvo. Pero no por mucho tiempo.

No pudieron dar más de dos pasos antes de descubrir a un ser hecho de sombras, un poco más alto que Aleph, custodiando el círculo ritualístico. Parecía una armadura llena de pinchos con las manos garrudas de la criatura descomunal que provenía el infierno. Como un eco, el ser protegía a su verdadera forma y se plantaba delante de ellos con ademán desafiante.

 

Una forma alada y luminosa, tan pulcra e inmaculada que parecía emitir un resplandor, voló por encima del guardián del ritual. Tenía el pelo blanco y la piel clara, y un par de alas de luz se abrían a su espalda, aleteando para mantenerlo en el aire. Un estoque en su mano hacía que fuese imposible no saber de quién se trataba.

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12/03/2012, 22:51
Jules Lázarus

-Bienvenidos. Sabía que no tardarías en llegar.

Jules abrió las manos a modo de saludo.

-Diría que me alegro de veros, pero no es así. Me habría complacido más que hubieseis huido mientras os fuese posible, pero ya no lo es. Ahí fuera sólo encontraréis una muerte lenta y dolorosa, mientras que aquí puedo proporcionaros algo más misericordioso.

Esbozó una sonrisa.

-Misericordia, ¿no es eso lo que predican los cristianos? No la tuvieron cuando destruyeron a los nuestros. Cuando nos hicieron olvidar. Cuando convirtieron nuestra herencia en un pecado. Hermanos... ¿por qué os oponéis a mí? ¿A tío Mateo? ¿A tu propio padre, Fiona? Si él hizo todo esto fue para protegerte. Para protegernos. Para hacer de este mundo un lugar mejor. Destruir a la Iglesia por medio de su azote, sin santos que lo puedan evitar. Aceptar nuestro destino. Hacer lo que nacimos para cumplir.

Notas de juego

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12/03/2012, 22:55
Junette Branctorche

Junette dio un paso adelante, rabiosa.

-¿Por qué? ¿Por qué hiciste todo esto? Me engañaste. Yo te admiraba, creía en ti. Hubiera hecho cualquier cosa que me pidieras. Incluso... -Junette bajó la cabeza, avergonzada-. ¿Todo era mentira? ¿Incluso cuando coqueteabas conmigo? ¿Pensabas en matarme entonces?

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12/03/2012, 22:56
Jules Lázarus

Jules inclinó la cabeza, serio.

-Sí. Te mentí y traté de manipularte, como he hecho con todo el mundo toda mi vida adulta. No te lo tomes como algo personal, Junette. No soy una persona excesivamente emotiva, pero soy capaz de sentir amor. Amo a mi familia y tú eres parte de ella. Pero no entendéis o no queréis entender lo que es preciso hacer.

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12/03/2012, 22:58
Elías Lázarus

-¡Ahórrate las palabras, Jules! Has llegado demasiado lejos. No vas a convencernos de que haces esto por amor o por deber. ¡Eres un asesino y un bastardo! Jamás debí confiar en ti. Debí de darme cuenta antes de que eras una sanguijuela. Pero no creas que voy a dejar que sigas adelante. ¡Fiona! Es hora. ¡Prepárate!

Elías sacó un cuchillo y se hizo un corte en la mano. Pasó la palma por el suelo, trazando un círculo con símbolos arcanos en el interior. Fiona ocupó el centro del mismo con los ojos opacos y una expresión decidida en el rostro.

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12/03/2012, 23:05
Damien Goldman
Sólo para el director

Pensaría que tiene las agallas de reconocer que nos manipula... pero realmente lo está reconociendo para continuar tirando de los hilos. Revela unos para que no prestemos atención a los otros.

Lo único que me queda de despejar de la ecuación es si Elías está con él... o Fiona... o los dos. O son otras marionetas ¿Cómo han podido aprender tanta magia si no son discípulos de Jules o sus aliados? ¿Lo que a Mateo le llevó décadas y viajes conseguir ellos lo hacen en un rato?

Toda la arquitectura de ésta conspiración es simplemente conseguir un tonto útil que se sacrifique voluntariamente, cuando todo parezca perdido. No habrían tenido problemas en invocar los guardianes en cualquier otro momento. Elizabeth... en casita, zas agua, María... a una llamada, zas fuego, Tristán...  a un paso, zas tierra y Horas que estaba en Silas, todos contentos. Jorosh libre y feliz.

Pero si y solo si necesitan un sacrificio voluntario, para invocar al quinto guardián y matarlo, para que ese monstruo se libere. Sólo entonces tiene sentido esta catedral del la conspiración y la manipulación.

Rezo por que Aleph confíe en mí. Ahora he expuesto el teorema, confirmemos la hipótesis.

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13/03/2012, 00:31
Aleph

Los ojos de Aleph se mostraban vacíos. El gigante parecía no estar allí

***

La noche es hermosa, Aleph. Sal a verla

El grandullón se removió en su lecho de pieles, y unos segundos después estaba cruzando el umbral, colocándose junto a ella

Vaya...

¿Impresionante, cierto?

Le sonrió, mostrando sus dientes torcidos que, sin embargo, hacían su sonrisa diferente a la de los demás. Aleph había aprendido a amar esa sonrisa

Nunca había visto nada tan hermoso

Ella asintió

Entre los míos lo conocen como "el aliento de Dios", pero los extranjeros suelen llamarlo "luces del norte". Yo creo que algo así no debería tener nombre. No le hace justicia

Aleph se mostró conforme, mientras observaba el bello paisaje que se abría frente a ellos. El cielo estaba atravesado por tonos ocres, violetas, verdes y rojos, que danzaban entrelazados de forma caprichosa y aleatoria entre una negrura que pugnaba sin éxito por volver a engullirlo todo. Ni siquiera el frío que hacía fuera de su tienda era suficiente incentivo como para volver dentro

Je... Ahí está otra vez

¿Mmmmm?

Esa mirada perdida

Aleph se giró para mirarla, algo confuso

¿Mirada perdida?

Sí, tonto Ella se cogió de su brazo, buscando el calor de su cuerpo para protegerse de la fría noche, que cortaba como un cuchillo Tu mirada perdida. De vez en cuando te pasa. Es la misma mirada que pusiste cuando me viste por primera vez

...

El silencio se posó sobre ellos, mientras observaban el espectáculo de luces que se abría ante ellos. Era hermoso, más allá de cualquier posible definición. Tras unos minutos, Dalla volvió a hablar

¿En qué piensas?

...

Me gustaría poder entrar en tu cabeza, Aleph. A veces, sueño que soy tan pequeña como un dedal, y entro por tu oído para ver que hay dentro de tu mente

¿Y qué ves allí?

No lo sé. El sueño siempre acaba antes. Pero cuando te veo así, mirando al horizonte... Me pregunto qué hay dentro de tu corazón

Te llevarías una decepción Aleph sonrió, la rodeó con sus brazos y besó su frente Soy un hombre sencillo

Mentiroso Dijo ella, y acto seguido le besó en los labios. Pasaron así unos segundos, antes de separarse. Luego ella acarició su pecho, posando la mano donde debería encontrarse su corazón ¿No podrías compartirlo conmigo, Aleph? Solo esta vez. Esta noche

Aleph la observó durante unos segundos, sin decir palabra. Luego volvió a girarse hacia la aurora boreal, que seguía iluminando el paisaje nevado con sus destellos fantasmagóricos

Cuando veo esto... Cuando te vi a ti Se giró de nuevo hacia ella Pensé que era afortunado

Afortunado

Sí. Afortunado de haber podido conocer a alguien como tú. Afortunado de haber nacido en un mundo como este, repleto de maravillas, y de seguir respirando, llenándome los pulmones de aire glacial para levantarme una mañana tras otra. Y una noche como esta... Creo que es algo por lo que merece la pena vivir

También crees que es algo por lo que merece la pena morir

... Sí

Ella se acurrucó en su pecho, fundiéndose en un abrazo. Pero Aleph notó inmediatamente que algo no marchaba bien

¿Qué sucede?

... Déjalo estar, cariño. Volvamos al lecho

La apartó, y observó atónito sus ojos vidriosos por la humedad de las lágrimas

Dalla...

Ella giró la cabeza, mientras una lágrima resbalaba lentamente por la mejilla

Es solo que... Aleph, te amo

Yo también te amo

Sabía que no mentía. Aleph no podía mentirla Pero nunca serás mío

Soy tuyo

No Dalla sonrió, y se enjuagó las lágrimas con el dorso de la mano Y eso es lo que te hace ser tan especial. Tu destino no es ser mío, ni de nadie, Aleph. Estás tan atado a la tierra como yo a mi gente

El grandullón fue a responder, pero ella le puso un dedo en los labios

No digas nada

Entonces le besó, y en sus labios se mezcló el agridulce sabor de las lágrimas. Esa noche, hicieron el amor. Al día siguiente, Aleph se marchó para no volver, sabiendo que no volverían a verse de nuevo

Y aún así, sus palabras de despedida perduraron en su mente hasta el día de hoy

Algún día te darás cuenta, Aleph Dijo, mientras sus manos acariciaban sus mejillas No has nacido para vivir como los demás, pues no hay nadie como tú en este mundo. Recuérdalo cuando sientas que tus fuerzas flaqueen, cuando tengas que sacrificar lo que más quieres para cumplir con tu deber. Será entonces cuando más necesario seas

No quiero dejarte

Yo tampoco Le besó de nuevo Llévate este último beso de recuerdo. Y no me olvides

***

Estoy listo, Fiona

Aleph se colocó junto a la hechicera

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13/03/2012, 15:18
Celeste

Luz.

Oscuridad.

Realidad.

Ilusión.

Poder.

Debilidad.

Vida.

Muerte.

Una figura luminosa comenzó a bajar desde la cúpula de la catedral. Había esperado su momento para entrar, quería que Jules explicara todo, y llegar después, mostrándose en todo su esplendor.

Cerró los ojos, y se concentró en todo lo que estaba pasando. Como si la catedral estuviera sumida en un segundo eterno, como si todo a su alrededor se moviera a la mitad de la velocidad normal, Celeste saboreaba cada momento. Sentía como un poder enorme estaba siendo desatado, como Jorosh estaba llegando al mundo. Su cuerpo se estremeció, y un escalofrío recorrió su cuerpo. Poder... poder en estado puro deambulando por la ciudad, no sabía si era maravilloso, o terrorífico, pero sin duda algo que recordar. Estaba segura que nunca más estaría en una situación así, y... en cierto modo... lo agradecía.

No sólo estaba rodeada de poder, estaba cercada por la muerte. Y, aunque la muerte no era una compañera tan desagradable, ella sólo la había catado parcialmente. No quería sentir el frío del olvido, de la desaparición eterna. Celeste no creía en el más allá, no creía en el paraíso cristiano. Si moría... acabaría todo, no habría nada más. Su cuerpo acabaría en el flujo de almas, perteneciendo de nuevo al infinito y no a ella misma. Esa parte... le aterraba.

Pero no podía cejar su empeño. Jules le había abierto los ojos, quizá ese no era su verdadero objetivo, no era su meta, no era su obsesión. Pero, en cierto modo, compartía las ideas de Jules. Él había hecho todo lo posible para conseguir su meta, y Celeste sí que comprendía esas palabras. Traiciones, robos, mentiras, engaños, falsedades... todos esos conceptos no eran ajenos a ella. Sólo había que incluir la muerte... aunque fuera de miles de personas. Es sólo un término más en la ecuación, un término lógico. Si una sucesión crece rápidamente, no te asustes porque el siguiente término sea demasiado grande, la lógica te ha llevado hasta allí, déjate llevar. Deja de pensar con el corazón y abraza la lógica.

¿Qué sentido tiene permitir la vida de miles de personas cuando su muerte es mucho más provechosa? ¿Qué sentido tiene salvar a uno, cuando con su muerte abrirás los ojos a cientos? Si tienes unas premisas, y un razonamiento válido, no niegues la conclusión. Es tautológico.

Celeste descendía lentamente, sostenida por las alas brillantes que brotaban de sus espalda. Su cuerpo estaba cubierto por una armadura de metal brillante, o al menos eso parecía. Realmente, toda la protección formaba parte de su propio cuerpo, un exoesqueleto generado a partir de su voluntad. Sus ojos marrones seguían iluminando una faz lisa y suave, de color blanco. Y, como era natural en ella, estaba coronada por su habitual melena azul, azul celeste. Pero su mirada era mucho más decidida, más severa. Mostraba su determinación en sus actos, su ausencia de duda. 


La oscuridad invadía el lugar. La sala de torturas donde Celeste pasaba todas las noches ya era conocida para ella, y Lucian, paseando a su alrededor, mientras le repetía incansablemente su frase mantra era un elemento obligatorio.

Gritos... y sangre... y dolor.... y lágrimas... y... oscuridad.

Durante tantos meses fueron los ingredientes de la vida de Celeste, lo único que podía tener en su existencia. Y... todo eso tenía un objetivo, decía. Todo lo que Lucian realizaba estaba pensado para que tuviera un propósito. Un momento final en el que todo cobraría sentido, donde Celeste podría alegrarse de lo que estaba avanzando. La peliazul era incapaz de comprender aquello.

Encontrándose especialmente fuerte, entre los gritos de dolor, Celeste espetó un simple:

-¿Por qué?

-Todo tiene un significado, cariño. Eres demasiado joven e inexperta para entenderlo. Pero no te preocupes, lo entenderás. Repite conmigo: Todo es por...

 

 -¡NO! ¿Cómo coño va a ser esto por mi bien? ¿Cómo coño va a ser esto por el bien de todos? ¡Es imposible!

Celeste gritó incrédula.

-No lo es, todo tiene una razón. Un destino, todos estamos aquí para cumplir una misión, tú aún no conoces la tuya, y si crees que la conoces, estás muy equivocada. Aquí yo tengo la sabiduría. Muere y v...

-¡Me niego! ¡Yo sé bien quién soy! 

Lucian rió, y su carcajada dominó la habitación resonando en las paredes y llevando el eco hasta los oídos de la chica demasiadas veces. Tanto... que sintió miedo.

-De nuevo, no Celeste. No sabes quién eres, y cuando encuentres esa respuesta, descubrirás tu objetivo, y verás que tiene mucho que ver con el mío. Ahora... calla de una vez, estás demasiado habladora.

Las manos de Lucian se iluminaron, y luego sólo hubo dolor.



Un libro abierto se encontraba delante de una niña despeinada. Ésta lo miraba con unos ojos muy abiertos mientras comía a escondidas una pequeña manzana. El libro, Los Elementos era casi incomprensible para ella. Trataba de leerlo una y dos veces, pero siempre trataba de leer demasiado rápido, y no comprendía nada de lo que ponía.

Enfurruñada, la niña dejó de leer y comenzó a comerse la fruta que ocultaba en sus manos de manera mucho más notoria, casi dejando caer trocitos encima de las antiguas hojas.

Una mujer mayor salió de detrás de un mostrador y se acercó hasta Celeste, parecía preocupada.

-Chiquilla, no deberías estar comiendo en una bibliot...

La mujer se quedó asombrada al contemplar lo que la niña estaba leyendo.

-¿Los elementos? ¿Cómo se te ha ocurrido leer esto? No tienes edad suficiente, pequeña. Algunos razonamientos son muy complejos. El tono de la mujer era de todo menos punitivo, realmente estaba sorprendida al encontrarse a una niña con ese interés.

-No lo es, sólo tengo que volver a leerlo. Se me quedará, ya lo verá.

La mujer sonrió, y quitó algunas miguitas del libro con un suave movimiento de su huesuda mano.

-No siempre se pueden comprender las cosas a la primera, cariño. Hay veces que necesitan un tiempo de reposo. O, algo especial que te haga entenderlas. Quizá no veas algo, pero un día te despiertes, y sin siquiera pensar en ello descubras que lo has comprendido. Tu subconsciente trabaja más rápido que tú, pequeña

-Pero entonces, ¿no puede leerse el libro del tirón?

-Claro que puedes. Pero no esperes comprender todo lo que te cuenta. Quizá pienses que has asimilado algo, pero te des cuenta más tarde que era falso, o que, ese razonamiento era mucho más profundo. Las matemáticas, querida, son algo vivo, algo que duerme en tu mente y solo hay que pegarle unos toquecitos para despertarlo. Pero despertarán cuando ellas quieran, mi niña. No lo fuerces, deja que surja.

La niña miraba con los ojos muy abiertos a la anciana.

-¡Claro! ¡Ángulo recto! ¿Cómo no lo veía? y volvió a sumirse en la lectura. Devorando la manzana con fruición

-Te lo dije princesa, y no sólo con las matemáticas pasa. Muchas cosas de la vida las comprenderás cuando sea verdaderamente el momento, y cuando las entiendas, no habrá marcha atrás. Para bien o para mal.

Pero Celeste no estaba escuchando.


-Estoy aquí, hermano.

El ángel descendió hasta situarse al lado de Jules y se posó allí, mientras veía como sus antiguos compañeros y su gran amor se preparaban para luchar contra ellos. Dos ángeles, dos supuestas criaturas de Dios estaban colaborando juntas para liberar aquella pesadilla sobre el mundo. Era...

irónico.

 

Notas de juego

 

 

 

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13/03/2012, 17:14
Celeste

Como un rayo en la oscuridad, Celeste retomó el canal.

-Te prometí volver, y aquí estoy.

Dejó un segundo de silencio.

-¿No ves que salvando a uno puedes provocar la muerte de miles?¿No lo ves? Es imposible el bien perfecto Aleph, matemáticamente imposible. Escoge el mal menor, o no escojas. No hay más elecciones.

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13/03/2012, 17:17
Celeste

La voz de Celeste resonó en la conciencia de Jules.

-Creo que sabes más de invocaciones que yo... así que te pido consejo. ¿Haría algo si elimino el círculo de sangre en torno a Fiona? Quiero decir, ¿interferiría en la convocación? Puedo hacerlo, pero no se si será útil.

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13/03/2012, 17:56
Jules Lázarus

Probablemente lo abortaras, aunque un invocador versado puede hacerlo incluso sin círculo. Estate atenta. Cuando acabe esta emotiva escena, mátalos. No podemos permitir que hagan lo que sea que quieran hacer.

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13/03/2012, 18:08
Celeste

-Ja... es muy fácil decirlo cuando puedes dar espadazos para segar sus vidas. Lo siento, Jules, tengo que ser más sibilina. Esperar algún momento propicio...

No estoy a plenas facultades, te lo dije.

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13/03/2012, 18:16
Damien Goldman
Sólo para el director

Desconfié de ella desde el principio. Pero la di una oportunidad. Todos los que tienen magia están corruptos, toda la familia Lázarus...

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13/03/2012, 18:18
Damien Goldman

Damien se acercó a Junette para poder hablar mejor con Jules, y para protegerla. No creía poder hacer lo más mínimo contra la magia, ya comprobó un día atrás luchando contra Marianna que todas sus destrezas físicas eran impotentes contra un simple escudo mágico. Y estaba seguro que los hermanos alados, ¿los ángeles? tenían de eso y más.

Su estoque no significaría absolutamente nada allí... pero no podía dejar a su leal compañera a merced de la escoria sobrenatural, no mientras viviera. Aunque sólo quisiera morir primero por ahorrarse el dolor de verla morir.

-Te dices a ti mismo que eres capaz de amar... pero Jules, ¿Realmente lo eres? ¿Cuánto te habría costado pedirle a Junette que abandonara la ciudad?. ¿O Contratar un par de matones que se la llevaran lejos?. No eres capaz de amar, o al menos yo no lo veo.

-Ya que es obvio que poco podemos hacer contra semegante oposición -observó a Celeste y a Jules, éste era mejor espadachin que el propio Damien, y si además podía usar la magia...luego pasó la vista por el guardian de oscuridad, aquella cosa le daba aún más escalofríos que los sacerdotes muertos -respondeme al menos a ésto ¿Por qué te enfrentabas a los siete círculos? ¡Si pretendíais lo mismo! ¿Vas a controlar a Jorosh? ¿Es por el control del demonio? ¿Es por otra razón?

Aleph... todo va a depender de tí. Yo aquí pinto muy poco.

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13/03/2012, 18:34
Damien Goldman
Sólo para el director

No hace falta que me respondas a las preguntas, la querías aqui, nos querías aquí, para conseguir un sacrificio voluntario y adecuado. Si Aleph no se hubiera ofrecido... igual Junette lo habría hecho, todo su amor y cofianza traicionado... ¡y la oportunidad de vengarse salvando a miles de personas e invocando al guardian de la luz! Junette hubiera caído... Joder ¡Yo hubiera caído! Pero a mí nadie trató de seducirme. Igual pensaban que era un chavalin inconsciente y fácil de convencer para tamaña estupidez.

La duda siempre estaba ahí, atenazando su alma.

Igual lo soy y estoy totalmente equivocado. Quiera Dios si realmente está ahí arriba que no lo esté. Por toda la gente de fuera. Por Junette. Por Aleph.

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13/03/2012, 19:55
Aleph

Aleph miró a Celeste, pero en su mirada la joven no vio decepción, ni tristeza, ni siquiera odio o arrepentimiento. Algo había cambiado en Aleph, y ni ella podría decir el qué era. Pero en sus pupilas solo se divisaba un brillo. El extraño brillo de la determinación

¿Bien perfecto? ¿Mal menor? No, pequeña A pesar del aspecto de Celeste, este le seguía llamando así, quizás porque ninguna coraza podría vendar a los ojos de un enamorado No sé de esas cosas, ni tampoco soy tan inteligente como tú, ya lo sabes. Pero matar a todas esas personas, de esta manera...

Frunció el ceño, y entonces Celeste lo supo. Supo que, pasara lo que pasara, Aleph estaba dispuesto a cumplir con su deber, a actuar como era correcto... Aún a las puertas de la muerte, aún enfrentándose a un enemigo mucho más poderoso. Aún teniendo que interponerse entre Celeste y sus sueños

Siempre te he seguido, Celeste, desde que te encontré en ese claro del bosque hace ya una vida. Y te amo, te amo más que a mi propia existencia, pues el momento más feliz de cada día es cuando veo tu rostro al despertar, y el más triste cuando dejo de verlo al cerrar los ojos para dormir

Pero no puedo seguirte en esta empresa. No puedo seguirte si tomas este camino. Así que mátame, pequeña, pues es la única manera de que permita esta locura

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13/03/2012, 20:12
Celeste

-No me obligues a matarte pequeño. No quiero hacerlo, pero si te interpones en mi camino no me dejarás otra opción. Habla la lógica, no mi corazón. Y la lógica no permite discusión.

Celeste usó la misma palabra que había usado Aleph, no era la primera vez que la usaba, pero ahora, quedaba realmente cómica.

-Te amo Aleph, yo también te amo y lo sabes muy bien. Pero me has traicionado. Me has traicionado de una manera inimaginable. La furia de Celeste se sentía en sus palabras. Una furia que estaba mezclada con impotencia. Sabes que llevaba toda la vida esperando ese momento. Lucian era mío, y me lo has arrebatado. 

-Me prometiste que encontrarías el camino para librarme de esta sed... pues bien, has fallado Aleph. Has fallado estrepitosamente.

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13/03/2012, 20:20
Aleph

Aleph asintió

Acepto mi culpa, pues. Todos debemos pagar por nuestros pecados

Su tono no dejaba lugar a dudas: Celeste tendría que matarle

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13/03/2012, 20:39
Celeste

Jules... ¿cuánto tiempo puede aguantar viva una persona fuera de la catedral?

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13/03/2012, 21:34
Jules Lázarus

No lo sé. Depende de su constitución.