Partida Rol por web

Me acerco a los matones y recupero lo que pueda de allí (dinero de las apuestas, algún mechero ... lo que sea). Pillo algún trozo de tela que no esté manchado de sangre y lo uso para proteger la mochila del cañón caliente de mi "Máquina de escribir". Un gorro es lo que mejor se me ocurre. Lo guardo todo bien y pilló algún pitillo y le doy una calada. Seguro que por la mesa hay alguno. Lo apago en el cenicero con cara de asco y digo, mientras me acerco al pasmado camarero: - Eso de fumar no es muy bueno; ningún deportista lo hace. Me apoyo en la barra cómodamente y le digo. Bueno cómplice, si no te importa, voy a hacer un recado. Pillo un pañuelo y escupo el regusto del tabaco con cara de mucho asco. Cuando termine, que no se si será hoy o en un par de días, vengo y te ayudo con lo de tu amigo el moroso, ¿Vale? Guiñando un ojo en la pregunta. Me arreglo la ropa y salgo. 

Me voy a ver a mi jefe del sindicato, para comentarle que las negociaciones han llegado a buen puerto. "No se van a meter más con los estibadores portuarios".

El camarero está tan asustado que únicamente se limita a asentir con la cabeza.

Al día siguiente, temprano, te presentas nuevamente en el edificio del sindicato. Prefieres darles unas horas de tiempo para que la noticia corra por ahí. Tal y como esperabas, el sindicalista te mira con renovado respeto cuando apareces por su oficina.

-Menuda has liado anoche, muchacho -dice sacando un puro de una caja de madera en su escritorio- ¿Un cigarro? -sin esperar tu respuesta enciende uno para él y llena la habitación de humo-. Lo cierto es que nos has librado de un buen problema, eso es verdad. El señor Panepinto está bastante complacido. Quiere que pases por su local, tiene algo que hacer para ti. Y yo también tengo algo. Esta noche viene un cargamento de licor al puerto. Necesito músculos que vigilen la descarga. Por si los Moretti quieren ponerse idiotas. Pago bien por el trabajo.

Cuando comenta lo de que la había liado contesta como disculpándose. - Jefe, eran las únicas a las que atendían...y molestaban en el bar. Pero eso último lo comenta como que eran unos pulpos que molestaban a una muchachita inocente. Todo, claro está, sin perder la sonrisa.

Sonríe complacido cuando le ofrece el cigarro y le comenta: - Ya sabe que los deportistas evitamos eso. Y señala copa de coñac. - Pero eso va bien para el frío.

Escucha atento al enlace del sindicato y tras terminar comenta: - Pues iré al ver al Señor Panepinto y si no hay pegas, vendré a ayudarle. A ver que me dice y si da tiempo vendré a presentarme para lo de la noche. Se queda pensativo. - Jefe, puede que si sigo "haciendo ruido" atraiga miradas innecesarias. Si no le importa ... voy a ver si empiezo a conocer gente fiable para rodearme de amigos y así tener un grupo de confianza. Mejor prepararse para el futuro, antes de que el futuro nos atropelle sin estar preparados.