Partida Rol por web

Hiedra estaba alegre de haber podido orientarse hasta el puerto. Sin duda, creía ella, empezaba a conocer mejor el mundo, y por eso su sentido de la orientación había mejorado. Así que se asintió a ella misma con la cabeza, satisfecha de sus logros actuales. Además, le gustaba el olor a ron, así que inspiró profundamente, aahhh la brisa marina, aunque el olor a pescado no le gustaba tanto así que con una mueca bdee, y por otro lado le hacía pensar en comida, así que le dio un poco de hambre y se acarició la barriga. A trabajar!

Sus compañeros debían estar dándolo todo en batalla en ese momento, ella no quería fallar en su misión. Se enfocó en lo que estaba haciendo, su cara se relajó y hasta pareció que tenía la edad que tenía. Estaba concentrada. Miró a sus alrededores, mientras pensaba en como debía actuar. La última vez no fueron precisamente amables conmigo... hmmm... Se decantó por preguntar a los dos tipos del bote más cercano, y por decir las verdades a medias. Todavía tenía el bebé en brazos, y quería gesticular bien para hablar, así que se lo cedió un momento a Kira. Sostenlo un momento porfa, y quédate cerca, que nunca se sabe. 

Caminó tranquila hasta estar en frente del tipo del bote, entre dos maderas. Tú puedes Hiedra! Buenos días señor, saludó con la mano, perdone que le moleste en su trabajo... es que no conozco bien la isla, llegamos hace poco por temas de familia y trabajo, y pronto deberíamos irnos. Dale Hiedra. Miró fugazmente al bebé, para que se notara que estaba ahí. Un amigo nos dio un vale de barco, y nos iría bien saber donde podemos canjearlo. Juntó las dos manos tranquilamente, como quien pide algo. Si nos lo puede indicar, le estaríamos muy agradecidos. ¿Qué más? ¿¡QUE MÁS!? Hemos visto que hay algunos destrozos por la ciudad, ¿a ustedes les ha afectado?

A lo mejor con el barco del vale y algo de dinero podemos conseguir uno más grande en el que quepamos todos, o algo.

Tras haber recibido el corte del Sargento Daredevil, finalmente lograste escapar. Entre escombros y pedazos de madera lograste zafarte de las endemoniadas manos rojas del marine. Obviamente por un rato, ya que sin duda buscaría tu rostro enseguida.

En fin, tras tanto correr llegaste al puerto nuevamente.  Qué harías entonces?

No es que fueran groseros y te ignoraran por ser una mama luchona, no es que no quisieran responderte por que  les dabas mala espina. Simplemente estos marineros tenían sus propios asuntos que resolver y no tenían mucho tiempo con luz de sol como para cumplir todos sus deberes sin antes ser reganados por su capitán. Por ende razón, tus preguntas y palabras parecían que la brisa marina se las llevaba.

En un estado lamentable, con heridas de batallas y sangre saliéndole por todos lados, se acercó hacia las tres chicas, pero prefirió seguir de largo, ya que grupos tan grandes de mujeres por lo general significaban problemas. O eran prostitutas caras, y te arrepentías de no tener suficiente dinero, o eran prostitutas baratas, y deseabas no haber contratado sus servicios la mañana siguiente, cuando te levantaras con irritación en la ingle.

Caminó, en cambio, hacia el pequeño barbudo y la chica con uniforme escolar. Les pediría ayuda para que lo escondan del terrible sargento.

A Hiedra no le gustaba ser ignorada, así que hizo una mueca desagradable después de esperar unos cuantos segundos y confirmar que, efectivamente, estaba siendo ignorada. Dejó salir todo el aire y la frustración por la nariz, y miró a Kira. Busquemos otro sitio en el que preguntar, comapeñero.

¿Qué lugares manejaba bien Hiedra? Tenía que haber algún lugar por ahí en el que supiera como tratar con las personas. ¿Aquello de allí es... se puso una mano encima de la frente para mirar lejos... un bar? Sonrió ante la perspectiva, puede que hasta consiguiera algún traguito mientras se informaba. Aún no era de noche, pero bueno, Hiedra empezaba a pensar que tendría que dejar atrás su vieja tradición. Vamos ahí Kira, seguro tienen algo por ahí.

-Hey tú!!! Gritaría molesta Kagura G mientras se acercaban a su posición. -Tú estabas en el bosque prohibido, cierto!? Preguntaría molesta a Kira mientras colocaba sus manos en una de sus armas

Al acercarte hacia los chicos con los cuales querias conversar, escuchas que una pelirroja les reclama algo. 

-Hey tú!!! Gritaría molesta Kagura G mientras se acercaban a su posición. -Tú estabas en el bosque prohibido, cierto!? Preguntaría molesta a Kira mientras colocaba sus manos en una de sus armas.

Pierre se acercó hasta los dos muchachos, pero al ver que estaban a punto de verse involucrados en problemas, cambió de opinión.

Se sacó la capa y se la colgó sobre la cabeza. Sus anteojos, ahora rotos, se los guardó dentro de uno de sus tantos bolsillitos. Luego metió sus manos dentro de una especie de agujeros que tenía hecho de antemano en su capa, y logró hacer parecer como una túnica. Todo el proceso fue muy llamativo y sospechoso, pero al terminar, y como si nada hubiera pasado, comenzó a caminar devuelta. Esta vez fingiendo ser un rengo.

La idea la sacó de una de las estafas más comunes en su isla: Fingir ser ciego. Una vez le dió unas limosnas a un ciego y lo siguió para robarle, pero cuando el hombre pensó que estaba solo, se sacó las gafas, escondió su bastón y comenzó a caminar como si nada. Un estafador nato! El héroe de Pierre!

Rengueando se acercó hasta el barco con los seis marineros, y al llegar, golpeó cuidadosamente la madera del barco con sus nudillos, como cuando alguien toca la puerta antes de entrar.

Kira decidió seguir a Hiedra en todo el camino que llevaba, realmente no podía decir mucho ya que había notado que a la lejanía se encontraban las tipas con las cuales se habían enfrentado anteriormente, Shun había acabado con ellas de una manera rápida y clara aunque habían escapado cuando les iba a dar el golpe final, tenía miedo de que en aquel instante se dieran cuenta que él había sido parte de esa pelea aunque no hizo demasiado, no podía poner en riesgo la misión que tenían. -Hip! -Miró de reojo a la tipa mientras daba un sorbo a su petaca, cosa que no había hecho con ella presente, lo más seguro es que podría disimular bastante bien. -No..No se de que habla señorita... -Pronuncio mientras continuaba caminando detrás de hiedra aunque disimulando que no iba con ella, simplemente que era un borracho más en el puerto.

Hiedra siguió caminando sin hacerle mucho caso a la desconocida, ahora mismo no querían problemas, tenían prisa. Además de que no parecía buena idea una batalla cargando con el bebé. Simplemente, no se dio por aludida, y siguió caminando entre alegre y frustrada hacia lo que ella interpretaba como un bar.

No es que fueran groseros y te ignoraran por ser un encapuchado cualquiera, no es que no quisieran responderte por que  les dabas mala espina. Simplemente estos marineros tenían sus propios asuntos que resolver y no tenían mucho tiempo con luz de sol como para cumplir todos sus deberes sin antes ser reganados por su capitán. Por ende razón, tus esfuerzos con los nudillos parecían que la brisa marina se los llevaba.

-tttcchhh!! Se molestarían las Kaguras Angels por la frustración que sentían por no recordar a Kira. –Vámonos de aquí chicas! Dirían mientras caminarían en dirección a la taberna de Moe.

Mientras Hiedra los guiaba hacia el Kiosco del puerto, el lugar donde el tablón de anuncios se encontraba y el mapa. Área donde este tipo: (que no es goku -_-) se encontraba deambulando. Que harían entonces?

"Que groseros que son... Sin embargo, puedo entenderlos, mantener una empresa es algo que requiere tiempo y trabajo duro. No hay que malgastar el aliento con gente sospechosa como yo, ya veo." pensó Pierre y comenzó a irse por donde había venido.

- Ups.- dijo Pierre automáticamente. Casi se había ido por inercia. Sin duda esto de ser un vendedor era más el estilo de su hermano Vlad, la próxima lo recordaría.

Volvió a encaminarse hacia el barco, y aprovechando el trampolín, llegó hasta la superficie del barco con ambas manos dentro de las mangas del otro brazo, como un Sith.- Buenas tardes cercanas a las noches, marineros.-  los saludó muy cordialmente. Su disfraz se notaba extraño y por eso intentó no moverse demasiado.- Soy el nuevo cadete médico de Konoha.- mintió.- Me ha enviado la enfermera JOY en persona, y necesito hablar con su jefe.- hizo un gesto con las manos como de que no podía ser evitado y señaló al primer inútil que vió en el barco, por su rostro creyó recordar que era el que tiró a Asuna del barco, pero no le importó en lo más mínimo.- Tu, respetable hombrecillo, guíame.

Hiedra miró un momento al dependiente de la tienda y lo vio claro. Es... es... ¡es un niño calvo! Eso le produjo una animada sonrisa que mantuvo durante toda su interacción con él, había visto niños y niñas rapados por epidemia de piojos en su isla, pero para nada así de calvos. Contrastando con su sonrisa, tenía la cara con marcadas ojeras y algo de demacración producida por el cansancio.

Buenos díaaas. Perdone una cosa, tenemos un vale de barco, y nos gustaría saber donde canjearlo. Y... ¿tiene algo de comer?

De no haber sido por el nombre de Joy en tus palabras, los marineros te hubieran sacado de una patada al océano. –Hablar con el jefe!? JAJAJAJ reirían sin parar. –Solo danos los kits médicos y te pagaremos. Entre más rápido te bajes de nuestro barco mejor!

El niño calvo escucharía atentamente tus palabras para después responderte con el rostro lleno de seriedad mientras la luz del sol descendiendo se reflejaba en su pelona hacia tus ojos. –Buenas tardes señorita, que yo sepa, Popeye, en el astillero, canjea los vales. Tal vez puedas ir con él, mientras que la comida te la debo, pero pueden dirigirse al ramen de Ichiraku. Diría mientras levantaba su pulgar izquierdo.