Partida Rol por web

¡UN NUEVO COMIENZO!

El sol de medio dia estaba en alto, frillendo con sus implacables rayos a todo osado aventurero que se atrevise a diambular por las calles de esa pequeña villa de montaña a tales horas del día. Os examinasteís detenidamente allí, en media calle de este pueblecito del oeste; de pie sufriendo el martirio del astro rey. Pintoresco grupo: Un relojero (Walker), un vaquero con aires de tirador (Varian) y un destartalado, que más que hombre parecia una comadreja (Yuko), compartiendo frias miradas entre ellos. ¿Como habias llegar a esto? ¿A hundiros de plomo los unos con los otros?Cada uno hecho mano a un fiel revolver colgado de la cintura, y list para desenfundar...

Apenas Dos Horas Antes....

- ¡QUE ME HAS LLAMADO PILTRAFILLA! ¡REPITELO SI ERES CAPAZ! -

¡Ah! La dulce taberna del pueblo, donde sino podia disfrutar uno de trago a la vez que contempla como dos tios se zurraban a palos por un cacho de pan. ¡Bendita sea tal tarnquilidad! Uno podia disfrutar de una bebida. Lastima de la compañia, dos tios, que no conociais de nada sentados en la misma mesa que la vuestra, todos con cierta cara de mal estar y desconfianza, pero relajados al fin y al cabo, pues parecia ser que que Rudolf, el magnate de las explotaiones mineras tenia un trabajito entre manos, y aunque las malas lenguas hablan frecuentemente de él, siempre incluian al final un sustentosa suma. Esta por supuesto no iba a ser menos.

La gramola sonaba de fondo y en la barra y tabernero, vestido con corbatin sacaba lustre de unos de los basos. Los dos maleantes se habian ido a discutir fuera, a la par que Rudolf entraba por la puerta y tomaba asiento junto a vosotros.

- John! Sirveme un whisky! - dijo sin tansiquiera girarse, y luego se apoyo los codos sobre la mesa arrimandose a vosotros - Muy bien chicos, voy a ser claro, tengo un trabajo, limpio por supuesto, y hay dinero para quien se lo quiera ganar ¿O interesa? -

Ummm, interesante, si es cierto que Rudolf tiene una misión para mí, será sencilla y todos saben que sus encargos tienen una importante suma de dinero-pienso frotándome las manos mientras a paso lento voy caminando-jeje, perfecto, lo malo es que vuelvo a ir acompañado por lo visto. Yo que quería hacerlo sólo y quedarme con todo el dinero, en fin, un buen pellizco sacaré...

Me encuentro ya delante de la taberna, con una sonrisa empujo el vaivén y observo la clientela, me fijo en los dos hombres que se van a pelear. Que pena, me gustaría meterme en la pelea, pero no estoy ahora para liarme a puñetazos o pegar tiros con el rifle, más que nada por que tengo cosas más importantes que hacer. Sentado en uno de los taburetes mi mirada se posa en el humilde tabernero que limpia un vaso.

-Eh, tabernero, sírveme algo frío, últimamente hace un calor sofocante.-Digo mientras me coloco bien el rifle en la funda.

Cuando te pasas más tiempo en el mar que en la tierra llegas a tomarle más aprecio a la vida en un barco, que deambular por tierra rodeado de gente que no conoces.

Así me sucede a mi, tanta gente y bullicio me ponen muy impaciente y ansioso, y normalmente diría o haría cualquier cosa sin pensarlo mucho con tal de salir rápido de la situación, gran defecto si me preguntan a mi, porque seria menos traumático pensar un poco antes de actuar pero bueno cada quien tiene sus defectos y al final somos humanos.

Aquí viene ese hombre, ya los otros están aquí, le diré que haré lo que sea; pensé mientras dibujaba sobre la madera de la mesa un retrato algo rudimentario de una chica que había en el bar, con un cacho de lápiz que llevaba conmigo, lo mas importante ahora es tener algo de dinero para poder embarcarme lo más pronto posible.

Solo de nuevo.

Al parecer tengo que volver a dirigir la brújula de mi existencia, las agujetas, tuercas, manecillas de mi existir.

Pasivo, mantengo mi actuar, mirando la situación. Haría algo contra esos dos que pelean, pero no solo no he llegado al talento suficiente, sino que sería demasiado notorio. Supongo que habrá que aguantar por ahora.

Me acerco a la taberna, a un asiento y medio del señor Rudolph, y pido, hacia el camarero, de forma cortés, con una voz leve en su tono.

- Mi estimado... Otorgadme por favor... Un vaso de Sidra, si posible es...

Pronuncio sin más, esperando que la tengan.

Miro durante aquel lapsus a Rudolph, y, tras esperar exactos, literalmente sabidos, 15 segundos, le hablo.

- ¿Que clase de menester necesitaría usted... Que procedamos a hacer, Señor Rudolph?

Le hablo así. Sin familiaridad. Sin distancia.

Ahora espero, que las cosas... Tomen sentido.

Tic... Toc...

Poco después de pedir la bebida, escucho de nuevo el vaivén abrirse enérgicamente, miro de reojo y observo a Rudolf, que casualmente se sienta cerca de mí. Cálmate Varian, cuando acabes la misión obtendrás tu recompensa, ya sabes que la quieres a toda costa.-Pienso mientras él habla.

-Claro que me interesa, pero antes necesito saber más información sobre ella y el objetivo principal.-Contesto y me cruzo de brazos.

Vamos señor rudolf sueltelo ya, si no nos interesara no estuvieramos aqui dije soltando el lapiz con un gesto un poco brusco.
creo que se me ha ido un poco la mano, pienso, es que tanta bulla me pone mal.
como le decia Rudolf, diga ya de que se trata el encargo nos morimos por comenzar, dije en voz baja tratando de justificarme por mi ansiedad

- Vereís - dice al fin el hombre - se trata de un trabajo sencillo. Bulmok, un tio bastante ruin, intenta comprarme las minas, y yo la verdad, no tengo intención de venderselas. La questión es que me gustaria que custodieseís el proximo cargamento de los vagos hacia el embarcadero. Dudo que se atreviese a hacer la más minima jugareta,  pero con vuestra compañia seguro que se disuade de ni intentarlo -

Miro luego Walker, de quien disponia de otros planes.

- Amigo mio, tengo entendido que sois el mejor relojero de la zona, y os las apañais bastante bien en el campo de las ciencias. Tambien me podrías ayudar con las cargas de dinamita para la estracción -

Algo olia a podrido, y no era su aliento. Tanta cortesia resultaba extraña. Claro que, fue entonces cuando dijo la suma que todas las dudas sobre su persona se disipaban rapido:

- Serian unos 500.000 berries - Cosa así de cinco veces lo que suponia un trabajo como ese.

Al oir el comentario de ser el "Mejor" tan solo bebí un poco más, para luego tomar un pañuelo de mis cosas, y secarme la boca, procediendo a hablar después, sin gastar... Segundos posteriores.

- No es para tanto. Claro que ayudaré. Cálculos físicos... Me viene. Debemos asegurarnos de que nadie haga nada con sus minas, ¿Me equivoco, Señor Rudolph?

Tras preguntar, vuelvo a callar, bebiendo de nuevo mi sidra. No puede aburrirme un trago tan simple y suave. Solía gustarme mucho, de pequeño, y... No... No lo sé exactamente... Pero me agrada. Quizá por culpa de alguien. Sea como sea, termine el vaso, lo dejo sobre la tarima del bar con extremo cuidado, y luego hago tronar mis dedos, como el "Click" que se hace al abrir una delicada pieza de maquinaria. Lo mismo con mi cuello, y después un gesto que indique que me encuentro listo, un asentir de la cabeza, movimiento de arriba hacia abajo, o un giro hacia la puerta misma.

Escucho atentamente toda la información que da sobre la misión. No era para tanto, me esperaba un reto mayor, pero cierto era que esa forma de comportarse no es la típica de Rudolf, siempre suele ser alguien más agonioso y menos amable, aunque no me fío del todo, quizá sólo nos decía eso para que fuésemos confiados y bajáramos la guardia. La recompensa, la recompensa me hace abrir los ojos un poco más, en mi rostro se esboza una leve sonrisa. ¡500.000 berries! Me da igual cómo sea la misión, la tengo que hacer a toda costa, esa fortuna...

-Muy bien, así que tenemos que conseguir el próximo cargamento y quedarnos custodiándolo allí, otra duda si por un casual tiene pensado atacarnos, ¿tengo permiso para disparar?-Pregunto sonriendo de lado y terminando la bebida fresca, no era la que más me gustaba pero estaba bastante bien, éste zumo de varias frutas era muy refrescante-Yo también estoy listo.

- Si esos embusteros se atreban a algo, cosa que dudo, no tengaís temor a respondedles. Y por supuesto no quisiera que les ocurriese nada ni a mis trabajadores ni a mi preciosa mina -

El barman le acerca el whisky que Rudolf pidio a la mesa, y este, como un automata, vacia el vaso de un solo trago. Despues dejar ir una larga exalanción y se limpia los labios.

- As elegido bien, John, gracias - Y le pasa un billete de 1.000 berries como pago - ¿Os parece que quedemos en mi mina de aqui una hora? Tengo que solventar unos asuntos con el sheriff, así que nos encontraremos directamente allí. No esta muy lejos, a apenas 10 minutos de aquí -

y decia la verdad, porque la mina se podia ver desde el mismo pueblo, y en ocasiones llegaban los vapores de la extración al pueblo...

-De acuerdo, entonces no creo que haya mucho problema, será una misión de lo más sencilla.-Respondo y veo cómo le da 1.000 berries al tabernero por un poco de whisky-Vale, dentro de una hora tenemos que estar en la mina, no hay problema, así me dará tiempo de tomarme algo más y de pelearme con alguno jajaja-concluyo entre carcajadas.

?tanto dinero por escoltar un cargamento? es dificil no darse cuenta de que esto va a terminar mal,pensé, pero bueno por 500 000B vale la pena meterse en problemas, ademas hace rato que no tengo nada de diversión.
Ok señor Rudolf, nos vemos allí dentro de una hora. contesté.

Walker se mantiene pasivo, a lo que ya terminó su Sidra. La mira, haciéndola girar moviendo su dedo de modo que el resto de la botella, o vaso, gire en su base, jugando con las leyes de la física, para despues asentir a Rudolph, habiendo estado atento todo el tiempo a lo que se le dijo.

- Más que claro, Señor. Vigilar, en todo sentido. Proteger, y evitar problemas. Muy bien...

Miro a mis dos compañeros. Al señor de cabellos escasos, y al de cabellos rojizos.

- Propongo que, o hagamos un plan, o avanzemos pronto, o nos preparemos de alguna forma decente... ¿Os parece?

Digo con parsimonia, a lo que después observo. Siempre me siento algo... Perdido. Pero a su vez mi sentido de la orientacion, por algún motivo es... No falible. Mantengo una vista pacífica, que muestra mis intenciones cooperativas.

Oigo a mi lado hablar a uno de mis compañeros, no se para qué plantea un plan, si el hombre es lo suficientemente listo nada más vernos se largará con las manos vacías, además yo por lo menos voy armado... Ellos no sé si tendrán algún tipo de poder especial o alguna habilidad, pero un plan no creo que haga falta.

-No hay ningún motivo para idear un plan, ¿para qué? Sólo con nuestra presencia, el hombre debería marcharse si es tan cobarde cómo dice el jefe, además, aunque vaya acompañado por más personas, les podemos, o al menos en lo que a fuerza respecta y ya sabéis que se nos permite atacar si nos provocan mucho e interfieren en nuestro cometido. Pero si tú te sientes más tranquilo maquinando uno... No te voy a decir que no, es más puede que ayude a hacerlo.-Respondo con sequedad.

Entre tanto os poneís en camino, Walker intentando convencer a ambos de tomar alguna estrategia preventiva, aunque sin mucha suerte, todo sea dicho. Al rato os plantasteís en frente de la mina, si bien no os esperabaís que fuese tan... ferrea...

Todo, absolutamente todo estaba hehco de hierro, a veces incluso pitando, para evitar que el oxido se propagara. En la entrada habia una gigantesca trituradora a la cual llegaban carretas por vias paralelas que se extendian por toda la explanada hasta entrar dentro de la montaña. No habia una barraca o una oficina, curiosamente esta estaba dentro, escabada laboriosamente y decorada toda con girnaldas de laton.  Se accedia al despacho subiendo unas escaleras de caracol  bastante pronunciadas, y dicho sea de paso, al llegar, uno acaba resoplando.

Curiosamente Rudolf ya os estaba esperando, sentado en su butaca, en un cuarto toscamente decorado con una falsa lampara de araña y maltrechos estampados en las paredes. Al veros el hombre se levanto, hizo un ademan para que le siguieraís, y este os paso a una especie de balcon quedaba al exterior, con una teracita y vistas a la trituradora. En el patio ya se estaba cargando bolsas en un carro de caballos y varios hombres formaban alrededor de él.

- ¡Y allí esta! - indico el hombre con una sonrisa, a la par que se encendia un puro - Como ya veís no es nada del otro mundo, salís de aqui media hora, cuando acaben de cargarlo todo, y no creo que daqui una hora ya habreís llegado al puerto, esta isla es un pañuelo - abandono el balcon para volver adentrarse al despacho. Allí se paro a admirar un retrato, que por supuesto, era suyo - ¡Que descortes por mi parte! Tendría que haberos ofrecido algo... Siento que aqui no tenga una licotera como es debido, pero os lo puedo compensar ¿Que tal un visita rapida a la mina? Estoy seguro que si nos llevamos bien podemos hacer muchos tratos de aquí en adelante... -

increiblemente me siento más relajado en ambientes desolados como este, el silencio o el rumor sordo de las maquinarias o las olas del mar me tranquilizan incluso más que un buen trago de ron, pensé mientras observaba tranquilamente, está mina tiene algo raro tal vez sea su infraestructura metálica, aunque por otra parte yo no sé nada de minas. es irónico ya que tengo una habilidad bastante acorde a estos menesteres.

cuando oigo la oferta del tour por la mina me muestro interesado, bueno si no hay algo de beber una visita no vendria mal, tengo curiosidad por saber como funciona un lugar como este, digo si a mis compañeros no les molesta un poco de turismo antes del trabajo.

- Acepto la idea de observar para comprender el funcionamiento, que ha propuesto nuestro colega.

Sospechando que quizá el señor con pocos cabellos será mas receptivo conmigo que el de rojizos pelos, asiento ante la idea de tomar algo para beber, y después de salir a analizar los campos. No me costará mucho con mis propios talentos para poder describir exactamente la trayectoria lineal y física, según la densidad de los tubos metálicos, el peso aproximado de los carros, la posible expansion térmica debido a la temperatura, y los ángulos de torsion o de sujeción que poséen todas las vigas mismas, todo en pos de cumplir la mision, de que nada se destruya. Mis ojos se mantendrán atentos, cuando comenzemos, futuramente, a observar la mina por dentro, si es que lo hacemos.

- Mmhh...

Utilizo "Anticipar el Flujo" para ir sabiendo como se moverán las vigas, como avanzarán los cuerpos físicos a mi alrededor, sin predecir el futuro, ya que no me es posible, sino que percibiendo en una relacion espacio/volumétrica(espacial)/másica el estado de los metales, para luego ir percibiendo el momentum cinético de los carros, asi como el estado de las vigas en relacion a su ambiente.

Después de estar unos minutos más en la taberna nos dirigimos a la mina, en la que nunca he estado, nada más llegar me quedo observando toda la zona para tenerla analizada. Sin darle mucha importancia a la fachada de la mina, me adentro en ella con un gesto aburrido y los brazos detrás de la nuca, todo esto ni me iba ni me venía realmente, lo único que quería era algo de acción y por supuesto la recompensa. Miro un instante a mis compañeros especialmente al que propuso el plan, he sido algo terco con él, lo reconozco, pero un plan no era necesario...

-Perdona mis palabras anteriores, si acaso te ofendieron, pero no veía necesario un plan.-Dije mientras me adelantaba a ellos e iba subiendo las escaleras-Por cierto, no nos hemos presentado, me llamo Varian Gojyo, aunque prefiero que me digáis Gojyo.

Suelto un suspiro cuando llegamos a la parte superior y permanezco callado mientras Rudolf habla. ¿Una visita por la mina? Ufff, no me gusta nada sinceramente. Nunca me gustaron las visitas turísticas.

-Como queráis, ahora mismo no tengo sed, yo os seguiré mientras compruebo todas las salidas estratégicas...

Tengo entendido de que se llaman Gojyo y T. Walker, les hablé a mis compañeros de forma pausada, no se muy bien hasta donde lleguen sus habilidades, pero me gustaria que en caso de armarse un lio no se metan en mi camino, ok? por lo demas me da gusto conocerlos, la gente me llama yuko el armadillo, ustedes pueden llamarme Yuko.

dicho esto me mantengo un poco separado del grupo observando con curiosidad la estructura de la mina y pensando en lo mucho que me gustaria que los hombres que cargan el carro terminaran pronto.