Partida Rol por web

La tez del humano cambió de color a medida que masticaba las "Lenguas de Oro" (bien, quizás no fueran exactamente eso). Los humanos eran muy corrientes en la Unión Estelar y las demás razas estaban familiarizadas con su estado general: aquel humano estaba mal.

El cadete Meson cayó de espaldas con estruendo echando espumarajos por la boca.

No había tiempo que perder ni otra posible solución, el adionita roso el suelo con sus dedos, la humedad del lago creaba pequeños charcos de lodo, al vivir en un ecosistema pantanoso los adionitas habían aprendido a cazar escondidos en la naturaleza.

El adionita puso el cuchillo en el lodo sabiendo que cualquier reflejo de luz seria la muerte, tomo el lodo con sus manos y se lo embarro por todas partes, recogió el cuchillo del lodo, tomándolo firmemente con 2 de sus brazos.

Atacar de frente a la bestia seria una locura, tenia que esperar el momento justo para atacar 

Y-654-Row tardo un buen tiempo en darse cuenta que sus compañeros ya estaban imposibilitados para currarse a si mismo, se dio cuenta solo por el desmayo y la espuma que le salia de la boca a Menson. Con rapidez fue primero a tratar de estabilizar al humano y luego a los demas para que no terminaran de forma parecida.

Distraido con esta situacion que en parte estaba ensima del robot, siguio sin darle su atension al adionita que se encontraba en la caza de algun movimiento tras los arbustos.

Todo sucedió de repente. 

Y-654-Row aplicó presión en los puntos del vómito de sus compañeros cosechando notable éxito  (y otras cosas peores). Los tres cadetes vaciaron sus tripas con notable presteza mientras el androide les miraba satisfecho. 

-A pesar de la diversidad racial, el CEG favorece los grupos fisiológicamente compatibles para facilitar la atención médica. Se sentirán mejor en breves... - dijo citando el reglamento. 

Un bramido interrumpió sus  palabras. Los cadetes intoxicados levantaron la cabeza con ojos enrojecidos e hilos de babas colgando de las barbillas. 

Una criatura con cuernos recubierta de placas irrumpió en el claro. 

Así, a ojo, medía sus buenos dos metros de largo y su grupa les llegaba hasta la altura del pecho. No era gigantesca pero parecía muy maciza. Y poco feliz de verles. 

Gracias. Le dijo al androide al poderse parar, aun babeando.

A Troijas le pareció un animal normal.  De hecho la fauna en su planeta había evolucionado con esa serie de cuernos de quitina por todo el cuerpo.  Trojías mismo tenía varios en su cabeza y barbillas, eso lo hacía el más guapo de este grupo de hecho, sobretodo comparado con los muy planos como los humanos y su imitación robótica, o los muy peludos como el resto. 

Así que decidió que haría lo que en las fiestas se hace.  Saltar encima de la bestia.  Le clavaría el cuchillo entre las placas dorsales.  Había obtenido aseguranzas de la CEG de que se podría hacer cosecha sustentable de la fauna, y si, estaba dentro de la cuota Schaeffer, así que se lo podrían comer.  Le dió la brillante efuoria de cazador cuando sintió el contacto con la piel suave.  Y en eso vió cómo el cuerno mayor del animal se doblaba hacia él cual cimitarra.  ¡Diablos!

La pasión de la caza Fluía en su sangre bobina, sus ojos enrojecieron cual mas oscura sangre del universo, sabia que era el momento la Cacería seria Rápida y Brutal, era un momento casi religioso que se acompañaba por la percusión de los latidos de su corazón, Glorioso.

El Adionita salto feroz mente hacia su presa y un gutural grito desgarrador lo acompaño -MÚUUUUUUUUUUUUUU-  

"De nada" dijo el androide que poca importancia le daba a al suciedad que habia cosechado por su trabajo como medico. Una suciedad que no podria limpiarse ya que la aparicion de ese animal se habia convertido en su prioridad.

Sacando su cuchillo y se dirigue con sus fuertes mecanismo a embestir a aquel animal.

Wombagoo se levantó riéndose, como si acabara de regresar de una grotesca pesadilla. Miró a su alrededor con cara de dormido, pero al ver a la bestia acercándose, gritó como una hembra en celo. Cuando pudo reaccionar, sacó el cuchillo de su cinturón y lo arrojó con violencia hacia la bestia, como le había enseñado a hacer su padre para hacer caer los frutos de los árboles más altos.

- ¡Tíos, que nos vas a destrozar vivos!- exclamó entre risas.

Los cadetes saltaron sobre la bestia como una manada de lobos zaxianos. Las hojas de los cuchillos subieron y bajaron derramando una sangre de un desagradable color marrón. 

La criatura cornuda chilló de dolor batiéndose furiosamente. Su cuerno barrió a su alrededor hasta que enganchó la pierna derecha del cadete troikano. Fue un movimiento brusco y veloz: Trojias estaba allí y de repente estaba en el agua. Meson observó aturdido  (el pobre aún tenía las tripas del revés ) la mancha púrpura que se extendía por el estanque. 

-¡Cuidado! ¡Está furioso! 

-¡Ha herido a Jarbb!

-¡Échate para un lado que me estás pisando!

El cadete bobino estaba muy enojado al ver que su compañero había sido herido de gravedad, tomo con fuerza su cuchillo y trato de rematar al animal hundiendo el arma en el cráneo de la extraña bestia, pero el arma no pudo terminar con el animal. 

El ataque en conjunto había hecho un buen daño, aunque no lo suficiente para domar a aquel gran animal que contraataco contra Jarbb mandándolo a nadar. El robot solo se puso en nervioso por la posibilidad que habría perdido ya uno de los suyos.

Con eso en la mente fue por un nuevo ataque contra el animal, pero la falta de coordinación entre el grupo le perjudico poder acertar un tajo. “Debemos organizarnos compañeros o nos acabara uno a uno.”

Sangrando por varias heridas la bestia se revolvió furiosamente apartando a los exploradores. El adionita dio un traspiésaludo quedando a merced de la criatura pero el ataque de Y-654-Row ,aunque fallido, le dio tiempo al recuperarse. 

Los cadetes formaron un círculo a su alrededor en una táctica básica de acoso y derribo. Si lograban abatir a aquel ser, probablemente tendrían la comida asegurada.

El precio del fracaso era muy alto para considerarlo.

Sus constantes fracasos nublaban su corta vista y su terquedad no lo dejaba buscar mejores soluciones, esta falta de cordura adionita se le conocía como Mal De las Vacas Locas por eso su nivel de vida era muy primitivo. Zar de  nuevo tomo su cuchillo queriendo clavarlo en la cabeza del animal, los tajos eran constantes pero  esa parte de la bestia estaba malditamente dura.