Partida Rol por web

- pero dije que no saque Holo-carnet- mirodesconsertado al cowboy -¿o pense decirlo?-

El soldado esperó a que sus compañeros dispararan primero para aprovechar la distracción de los silicoides restantes en la zona del vehículo estrellado.

Escondido en la duna tomó su rifle y disparó al silicoide más cercano para evitar que pudieran alcanzarlo cuando los hombres de roca lo notaran.

Las explosiones levantaron una nube de polvo y arena que se vio de repente cruzada por disparos que parecían venir de todas las direcciones. Un par de silicoides se derrumbaron sin vida. Los supervivientes se reagruparon en torno a la nave semi-enterrada organizando toscas barricadas con cajas y material de trabajo. 

Intentaron devolver el fuego. Una bala alcanzó a Zeke en el hombro izquierdo.

Mientras preparaban una nueva andanada, el comunicador de los soldados petardeó:

-... porte NR-3220. Aquí la sargento Varis Keiroful del Cuerpo de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas de la Unión Estelar. ¿Me reciben? ¿Pueden oírme?

Un liquido viscoso corría por su brazo -Maldita sea-  su cuerpo estaba un poco entumecido pero aun así tomo el rifle se adelanto un  poco para tener visión al disparar,  -Se están preparando para una batalla larga , ocupan reagruparse-  se acomodo pecho tierra apuntando usando su cuerpo para apuntar por que su brazo izquierdo no reaccionaba.

Apunto lo mejor que pudo y disparo - Maldición-  murmuro de mala manera. -Debí de haber pedido mi propia nave-  

¡¿Sargento Keiroful?!  Se le escucha, claro y diáfano.  Aquí el especialista Trojias Jarbb.  Sonaba la estática un poco pero se entendía todo. Estamos afuera de la nave caída y hemos eliminado a la mitad de los hostiles.  El resto está pertrechado pero vamos a rodearlos, cambio.  

Trojias hizo el gesto con las manos para que los dos sigilosos, Zeke y Wombagoo fueran entre las dunas a tirarle una granada dentro de la trinchera, mientras Xaern y Row rodeaban la duna y atacaban por detrás.   ¿Ustedes que proponen? 

-Quedamos ciento doce reclutas y seis oficiales de baja graduación. Llevamos más de una semana atrapados aquí dentro. Nos estamos quedando sin agua y el sistema de soporte vital está dejando de funcionar. Cuando la nave se estrelló intentamos salir pero las fuerzas rebeldes nos asediaron y tuvimos que bloquear la única salida empleando nuestros explosivos. ¿De qué fuerzas disponen? Cambio.

Row volvió a apuntar sin tardar mucho tiempo en dispararles a los silicoides que buscaban refugio teniendo en cuenta que si lograban refugiase la batalla podría dudar mas tiempo del que les convenía a ellos.

Como el resto recibia la comunicación de la nave, escuchando luego el mal estado que estaban las cosas dentro. “Nuestras fuerzas son la de un escuadrón de rescate.” Respondio el androide esperando que el otro supiera como de minima era la cantidad de miembros en un escuadrón. “Les hemos producido muchas bajas a los hostiles que están fuera de la nave, pero esto podría tardar si poseen alguna forma de ayudar a nuestra lucha les agradeceríamos.” Comento sin presentarse concentrado mas en su enemigo que en las presentaciones tan comunes entre los seres de carne.

El soldado escuchó por el comunicador la conversación entre el Sargento Keiroful y los integrantes de su escuadrón mientras buscaba el silicoide más cercano a su posición.

Una vez lo tuvo en la mira disparó sin dudar. Hay que neutralizarlos antes de que saquen su ofensiva.

Mandelbrite acabó con el último silicoide armado de un certero disparo. Otro par estallaron en gravilla acribillados por sus compañeros. Desmoralizado, el resto rompieron filas y echaron a correr en desorganizado tropel hacia las dunas. 

La escuadra de exploradores salió de sus escondrijos y se reunieron en torno a la nave derribada. Había herramientas tiradas por el suelo, un vehículo todavía en llamas y otro incrustado en una duna. También había cascotes tirados por el suelo allí donde los alienígenas de piedra habían muerto.

-Estamos atrapados aquí dentro. Sabemos que los silicoides simplemente estaban robando piezas de la nave, no tenían intención de liberarnos. Disponemos de armamento reglamentario para trescientos cadetes. Si logran sacarnos de aquí tenemos una oportunidad de liberar Kamikachadonia. El casco de proa está bastante dañado. Las compuertas están bloqueadas y enterradas. Hemos intentado abrirnos camino a través de los motores pero perdimos al ingeniero...

Wombagoo intentaba escuchar la conversación de radio con los supervivientes de dentro, pero el barullo de la batalla contra los silicoides no le ayudaba a concentrarse. Cuando éstos se retiraron, se reunió con sus compañeros. Le dio un golpe amistoso a Zeke en el hombro que no le sangraba y le sonrió. El pobre era un novato y quizá eso de recibir balazos era algo nuevo para él.

Viendo que para liberar a los aliados deberían levantar mucho peso o ingeniárselas para buscar un camino hacia el interior por el que pudieran escapar, Wombagoo se cruzó de brazos.

- Amigos, voy a seguir a esos silicoides. Si dan la alarma y traen a un ejército no lo pasaremos muy bien, ¿verdad?- se rió de nuevo.- Además, poco puedo hacer yo aquí. ¡Voy a neutralizar amenazas, que para eso soy un experto en infiltración!

Dicho esto se giró hacia los fugitivos y empezó a correr detrás de ellos, demostrando una rapidez que a primera vista nadie hubiera atribuido a una raza tan lenta como la suya.

A Trojías le gustaba usar la fuerza.  Le gustaba, por ejemplo, abrir las duras nueces de Grrumbaçù a mano, jalando la dura piel de sus rugosos costados hasta que hiciera "crrrack".  Ahora pensaba hacer eso mismo con uno los paneles exteriores de esta nave caída para extraer, no la deliciosamente acre pulpa de su fruta favorita, sino más bien a más de un centenar de reclutas, los cuales liberarían Kamikachetonia, o como se llamara este planeta. 

Pero antes... para eso se inventaron los cascanueces.  Se puso a buscar entre el equipo abandonado por los sillycoides algo que le permitiera multiplicar su fuerza en un caso dado, para desatornillar más fácil, para... en fin, para abrir más rápido esta dura nuez hecha de duranium.  

A ver, a ver... Como estaban robando piezas, seguro traían algo.   Chicos, me ayudan, creo que ese es un demarificador, ¿no? 

 Wombagoo, mejor dejalos ir.   Son mineros engañados por sus líderes.  Muestra clemencia, alguien se va a tener que quedar aquí a negociar con ellos.  Nimó que hagan un progrom o los expulsen a los millones a otro lao.  Aunque las civilizaciones son realmente capaces de hacer esas crueles estupideces, por desgracia. 

Row se acerco Trojias. "Son mineros engañados pero tambien nuestros enemigos." afirmo el androide, que veia todo con cierta simplesa la mayoria de las veces en general porque las actualizaciones poseian un programa politico poco flexcible.

"Podria acompañarte a seguirlo aunque poseo conocimiento de ingenieria que podria ayudar." comento a ambos encontrandose en una indesicion en ese momento. "Aunque mi habilidad para disparar es especialmente buena." dijo agregando algo de informacion a ambos ya que se hallaba indeciso.

Ingeniería, mejor.  Multiplica el número de reclutas y armas que están aquí dentro  -golpeó el metal de la nave-  por la diferencia de tiempo ahorrado que tu ayuda generaría.   

Ese valor esperado es mucho más grande que el negativo de la probabilidad de que uno de esos en retirada encuentre refuerzos multiplicado por el valor estocástico medio del número de esos refuerzos.   

Esperó a que la subrutina costo-beneficio militar en el androide terminara de correr.    

Venga, ayúdame.  Es más divertido abrir cosas que disparar.  

Wombagoo corrió entre las dunas, a veces empleando las cuatro patas y, a veces, dos. No le costó dar alcance a un corpulento silicoide que trataba de alejarse del lugar tan rápido como se lo permitían sus piernas de piedra.

El resto de la escuadra se reunió en torno a la nave. Había numerosas herramientas alrededor: un cortador láser (Tirada de Listo 6 para usarlo con éxito), un taladro de roca (Tirada de Listo 7 para usarlo con éxito pero si se logra, abrís un boquete en el casco de la nave) y vulgares herramientas para cavar (+1 a las tiradas de Fuerte si queréis abrir el casco a golpes).

Mandelbrite examinó el taladro con interés:

-¿Alguien sabe emplear uno de estos?

Nada, ninguna de esas herramientas.  Tomó un pico normal y empezó a abrir la nave como una lata de sardinas.  Pobres reclutas. 

Wombagoo persiguió al silicoide y, cuando finalmente le alcanzó, sacó la pistola para dispararle en una de sus enormes patas minerales. Su intención era detenerle, pero el tiro fue tan impulsivo que falló. Al darse cuenta de lo sucedido, el explorador se rió nerviosamente y se encogió de hombros.

- Vaya, qué situación más tonta...- murmuró entre risas.

La subrutina costo-beneficio militar en el androide termino mucho rápido de lo que se podría esperar, no porque la decisión fuera fácil sino porque simplemente su programación no tenia en cuenta muchos de las cuestiones que tenían los demás seres vivos. Por lo que luego de un segundo respondio.

“Mi programación dice que es mas divertido disparar que hablar.” Comento con una frialdad que difícil distinguir el mal chiste. “Liberemos a los otros.”

Dicho eso tomo el cortador láser  que le prestaran y se puso a perforar con mayor precisión que nuestro supuesto líder en la puerta de la nave. “Eso no ayuda mucho.” Afirmo mirando a Trojias, sin duda al androide le faltaba mejores problamas de interraccion.

El soldado Xaern se acerca al lugar donde se encontraban los demás integrantes del escuadrón.

-Disculpen, echaba un vistazo desde mi duna en busca de algún grupo de silicoides cercano que no hayamos notado, no encontré nada.

Al observar que sus compañeros intentaban liberar a los que estaban atrapados en la nave tomó el taladro de roca y lo posicionó sobre el casco de la nave. Encendió el dispositivo y se escuchó un ruido ensordecedor y metálico... el taladro estaba perforandolo.

- Creo que lo he logrado...

Un largo suspiro salio de su cuerpo, acercándose ala barricada que no fue terminada por los silicoides, se quito el casco mientras inspeccionaba su herida en el brazo - No se ve tan mal- Murmuro, sera mejor que no lo mueva por un rato.
observo a la unidad de soldados que estaban con ellos, mientras ellos trabajaban el descansaría un rato.
-General Takkat me copia- escuchaba un poco de estática en su comunicador  -¿como van la situación de mis compañeros de la Onyx?  me copia?-

El casco de la nave tembló y chirrió mientras el taladro abría un boquete, pequeño al principio, en su sólida estructura. Una nubecilla de polvo y limaduras de metal envolvió a la escuadra mientras trabajaban. Gracias a los esfuerzos de los exploradores, una plancha de metal del tamaño de una persona acabó delimitada por una línea de metal incandescente hasta que finalmente cayó con estruendo.

Una vaharada de aire viciado salió del interior de la nave acompañada de suspiros de alivio de muchos cadetes atrapados en su interior. Una figura corpulenta se adelantó y surgió del sombrío interior de la nave.

-Sargento Ralleia Keiroful, a su servicio-dijo una mujer humana envuelta en blindaje excepto la cabeza. Saludó militarmente pero su mano temblaba ligeramente-En nombre del 455º Cuerpo de Reclutamiento, les doy las gracias por sacarnos de ahí.

Era hermosa pero su piel estaba pálida y sudorosa, los ojos estaban hundidos y las piernas apenas la sostenían en pie.

Detrás de ella empezaron a salir cadetes, muchos humanos pero también gnolam, psylon y de muchas otras especies. Todos ellos respiraban a grandes bocanadas y jadeaban de agotamiento.

En menos de dos minutos, una docena de cadetes se agrupaban en los alrededores de la nave y seguían saliendo.