Partida Rol por web

El disparo resuena en la noche y sientes un dolor agudo en el estómago. LLevas tu mano hacia allí y, cuando la separas para mirar sólo puedes ver sangre. El líquido rojo parece casi negro bajo la escasa luz de los vehículos aparcados a tu lado. Levantas la cabeza mirando hacia esa luz y tu mirada se cruza con la de Carl Pettit, cuyo revólver aún humeante sigue apuntándote, a penas medio metro por delante de su sonrisa sádica.

- ¡Hijo de puta! - escuchas decir al chico de las rastas. - ¿¡Se te ha ido la olla o qué!? ¡Sólo teníamos que retenerlo para que sus colegas nos dejasen en paz! ¡Joder!

Peter aparece detrás de la furgoneta y le dedica una mirada de desprecio a Pettit, que el hombre ignora con sangre fría.

- Tenía que hacerse - dice sin más el hombre bajito.

- ¡Maldito psicópata! - escuchas susurrar al falso guardia con su voz grave mientras camina haica ti.

¡BUM!

El estrépito del disparo retumba en la campiña nocturna antes de que puedas reaccionar. Randall sigue en pie, quieto, observando a los dos vehículos. Por un momento piensas que el tipo bajito ha hecho un disparo de advertencia, pero en seguida ves cómo el chico empieza a tambalearse y cae al suelo.

- ¡Hijo de puta! - escuchas como uno de los hombres de detrás del coche insulta a su compañero, pero no puedes oir nada más. Al ver cómo tu amigo cae al suelo sangrando se te empieza a subir la sangre a la cabeza.

El hombre que estaba detrás de la furgoneta aparece y, negando con la cabeza en un gesto de desaprobación, empieza a avanzar haica Randall.

Maldito cabrón ¿por qué no le ha matado directamente? Ahora tiene que quedarse ahí tirado presionándose la herida, como si alguien fuera a salvarlo o el cabrón chiflado no fuera a rematarle. Lo más sensato sería quitar la mano y acabar con esto cuanto antes. Pero parece que su brazo se niega a obedecer. Tampoco va a levantarse y correr a los arboles, su única posibilidad era el sigilo.

-Adiós universo cruel.- Para escapar de la miseria de su situación se pierde en cálculos, tratando de encontrar la teoría general unificada que auné la física de partículas con la astrofísica. Alguien normal pensaría en cosas del tipo "ojala hubiera hecho esto o aquello" o "si volviera atrás no haría esto". Pero Randall no suele arrepentirse de las decisiones tomadas. Si volviera atrás volvería a faltar al respeto a sus maestros, a discutir con sus padres y meterse en pandillas, lo único que cambiaria seria la chapa del reactor para no haber acabado en este mierda planeta.

¡Me cago en la puta!, sin pararme a pensar mucho más, le descerrajo dos tiros al que ha disparado a Randall. Mientras me muevo buscando una cobertura.

Desde el lateral de la carretera aparece Todd saliendo a toda prisa de detrás de un árbol mientras dispara hacia el hombre que le ha pegado un tiro a Randall. Por lo que se ve, parece que Pettit había escuchado antes que había alguien por allí, porque no tarda más de una fracción de segundo en agacharse detrás del coche para ponerse a cubierto de los disparos.

Las balas hacen un agujero en la luna principal y dejan un bonito boquete en el lateral del vehículo. Desde luego no va a pasar muy desapercibido en la ciudad.

Peter, el hombre que se estaba acercando hacia Randall, no tarda en pararse y volver tras la furgoneta mientras se echa el rifle al hombro. Por su parte, los otros dos tipos que estaban junto a Pettit detrás del coche se agachan junto a él y uno de ellos abre la puerta del copiloto.

- ¡¡Chico!!

Grito mientras observo la situación

-¡Háblame! ¡¿Estás bien?!

Busco la mejor cobertura cercana, una roca o un árbol.

También trato de averiguar el estado de Randall, y su situación, por si es necesario moverlo o algo.  

-¡Háblame! ¡¿Estás bien?!

-De puta madre.- Pensó Randall sujetando la herida como si lo que se fuera por el agujero no fuera sangre sino el alma (lo cual podría ser hasta cierto, aunque él personalmente no creía en ese tipo de supercherías)

Aun así no le respondió  a Todd. Lo último que necesitaba era llamar la atención sobre sí mismo. En cuanto ninguno de esos cabrones le miren, se ira yendo discretamente hasta el bosque, y protegido por las plantas hacia Todd.

Todd se lanza rápidamente a buscar cobertura entre los árboles y la cuneta, lo que no resulta complicado en el lado menos iluminado del camino. Mientras tanto Randall empieza a arrastrarse hacia allí, moviéndose lo más lentamente posible para no llamar la atención.

Escucháis también el ruido de un motor y veis cómo las luces de un coche se acercan por el camino en la misma dirección en la que habéis llegado todos. Sin embargo, el vehículo se para y apaga las luces a unos doscientos metros de vuestra posición, más o menos en el mismo momento en el que empiezan a sonar los disparos.

- Butler, lárgate de aquí - dice el tipo bajito que ha disparado a Randall mientras escucháis cómo se enciende el motor del coche que estaba parado detrás de la furgoneta.

Más gente se une a la fiesta, genial.

Me mantengo en mi posición y disparo al pequeñajo que atacó a Randall, pero sin mucho éxito.

Desde luego esta no es mi noche. Localizo a Randall por si puedo ayudarle y tirar de él.

El disparo de Todd impacta en la puerta del coche y es rápidamente respondido desde el otro lado de la carretera. El tipo bajito, acosado por los disparos del piloto abre fuego prácticamente sin apuntar y su bala solamente levanta astillas del árbol que Todd está utilizando como cobertura. Sin embargo, el hombre del rifle se toma su tiempo. Aprovechando el fogonazo de la pistola del piloto del Cuervo, abre fuego de forma certera, impactando a Todd en el brazo.

Mientras tanto, el coche que acaba de arrancar empieza a acelerar lentamente. Tanto Carl Pettit como el chico de las rastas aprovechan el movimiento del vehículo para moverse hacia la furgoneta y cubrirse detrás y el conductor empieza a alejarse por el camino.

Sin embargo, la cobertura proporcionada por el coche es perfectamente utilizada también por Randall, que se arrastra hacia la cuneta dejando un reguero de sangre en el camino hasta llegar junto a su compañero.

Escucháis pasos a ambos lados del camino y véis cómo del coche que se paró más atrás se acercan corriendo cinco figuras. Por un momento Todd duda si apuntar hacia ellas, pero la silueta de Bazooka es inconfundible. Refuerzos. Pero, un poco más arriba en el camino, en la dirección en la que empieza a alejarse el coche, también escucháis unos pasos más sutiles, aunque no llegáis a distinguir ninguna silueta en esa zona.

Detrás del furgón que estaba parado frente al coche que se aleja se distinguen a duras penas tres figuras, mientras que al otro lado del camino no podéis ver prácticamente nada entre la maleza. Sin embargo, el olor a pólvora se hace más notable según os acercáis, así que tal vez estaría bien ponerse a cubierto.

Maldigo al recibir la herida en el brazo, - arrrhhh!!- pero mi gesto de dolor se torna pronto en alegría al percibir la silueta de Wilson.

-  !ya era hora!, - grito al tiempo que disparo al tipo del rifle para que por lo menos agache la cabeza.

- Hun dan!

Bazooka se alegró al ver a Todd. Movió los brazos, enormes como toneles, si es que alguien en el Verso sabía lo que era un maldito tonel ya, saludando y agachando la cabeza entre el tiroteo.

—¿Qué mierda es esa, Todd? ¿Ya te has manchado de ketchup el brazo, cabrón? ¡Dame una maldita pistola!