Partida Rol por web

¡Es cierto! gritó el Padre Ricardín señalando con dedo acusador a JB. ¡Es el diablo, se ha metido en su cuerpo y ahora está cogiendo su alma! ¡Sólo la Palomita Buena Onda puede salvarla!

¡Hay que hacer un exorcismo! añadió, alejándose de JB y cogió el cubo de agua de Mamasita.

¡Átenla, agárrenla con algo! ¡Que no se escape! Yo bendeciré este agua para que sea pura y divina

El padre se arrodilló y empezó a orar.

-Ah, mi amol, me haría taaan felis que me ayudara con la cremallera de este vestiiido-dije recogiéndome el pelo primorosamente ofreciéndole la espalda a mi querido primo que estaba bien rebueeeno ofresiéndose a desvestirme tan dulsemente...

Aunque la pendeja de la sonrisa sobrara en mi fantasía.

Es taaaaaaaaaaaaaan maravilloso... aish, perdonadme papá y mamá por pensar así de mi querido primito, ya sé que no debería pero.. es que es irresistiiiiible.

-Tienes suerte de ser tan bien paresido, primo, cualquiera de esos chaqués te quedará diviiiino-divino quedarían en el suelo de mi cuarto.

-¿Qué vestido me recomendaría eh... señora?- dije ya, incómoda con tanta sonrisa y tanta mirada fija.

Cuando hay peña delante no te enrollas nada, tío. Contestó sin más a su propio padre, ignorando la bronca como había hecho desde el momento en el que nació, posiblemente porque lo que entraba por una oreja, al no tener oposición de un cerebro que lo retuviera, salia por el otro lado sin más.

Cuando mamasita dijo que el padresito había violado a muchas jovencitas pensó que quizás debería meterse a cura. Y no fue hasta que su abuela comenzó a gritar sobre su propia prima, que la miró. ¿Como alguien que estaba tan buena iba a estar poseida? ¡Aquello era una locura! Volvió a abofetear a JB para exorcitarla él mismo e ir preparando el terreno, cuando el cura dijo que la exorcitaria alli mismo. Él mismo agarró con fuerza a JB, pegandola a él.

¡Éstate quieto demonio dentro de mi presiosa primita! ¡Ahorita mismo el padresito te arrancará del cuerpo de mi primita!

Francisco Jonathan Javier bajó a cámara lenta la cremallera del vestido de su primita. No había música, y tan solo un plano principal de sus manos y la cremalera bajando lentamente.

Entonces, el primo aspiró suavemente el aroma de su prima. Le embriagó ese perfume que solo ella usaba y que le evocaba fantásticas sensaciones. Luego acarició su espalda con la yema de sus dedos para hacerle una leve caricia, al tiempo que llevaba su dedo índice a cada uno de los lunares que poseía, dibujando una forma imaginaria con la unión de los puntos de su piel.

Cuando ya había ayudado a su amada primita, tomó uno de los chaqués que le aconsejó su prima y se quitó la RAMERA húmeda. Con el torso al aire se giró para contemplar a la ansiana resepsionista que seguía ahí, observándoles.

¿Le importaría cerrar la puerta? Nesesitamos algo de intimidad.

Señorita, con cualquiera estará usted divina. Pero yo agarraría uno de los vestidos oscuros, pues un color clarito será de pendeja dijo desde su asiento, viendo cómo Francisco Jonathan Javier le bajaba la cremallera a Esmeralda de forma cochina.

Sí, claro dijo frunciendo el ceño y juntando mucho los labios, se levantó y cerró la puerta. Pero ella se quedó dentro, contemplando la pareja.

¿Son ustedes familia, verdad?

-Esss muy ama..a...-se me olvidó hablar cuando el chulaso de mi amado primo se puso a lusir palmito.¡Y menudo palmito!

¡Santa María Bendita!

Fingí un bostezo para justificar el no haber terminado la frase y me limpié una ficticia lágrima.

-Ess muy pero que muy amable, qué haría yo sin usté- eso, ¿qué haría?-¡claro que somos famiilia! ¿No lo parese? ¡qué bromista es a veses!

El que él se hubiera girado dándome la espalda le dejaba contemplar como se delineaban los músculos de los hombros y de la espalda, bajando hasta donde ninguna mujer desente debería mirar a su primo. Tragué saliva y me sostuve el vestido que mi amado primo había desabrochado y resé a los dioses y a mis papás que no se notara como se me había erisado la piel con su carisia carisiosa.

Pestañeé saliendo del estupor y tomé uno de los vestidos negros (aunque todos eran paresidos y a esas alturas no veía diferensia aparte de el color... y para qué íbamos a engañarnos, a mi mamá le gustaban los colores, seguro que no le habría importado que fuera de un color bonito).

-¡Andele, querida señoora, sierre la puerta no vaya a ser que se escape el gato!

La puerta ya esta serrada, señorita. Y no, no paresen primitos. habló la mujer mirando mal a Francisco Jonathan Javier. Esa mirada retaba al hombresito a decir algo, estaba claro que si alguien estaba pervirtiendo a alguien, era él.

A este pendejo habría que darle un susto pensó Paloma. En su mente, y para que el telespectador lo viese, apareció unas imágenes en las que unos encapuchados golpeaban con bates al huevón, con eróticos resultados.

La imagen en pantalla quedó clara. La resepsionista estaba tratando de tomar protagonismo en aquella escena, y ésa solo les pertenesía a su querídissssima prima y a él.

La mirada desafiante de la pendeja hostess le hiso que sus blanquesinos dientes rechinasen. ¡Orale! ¿Cómo es posible que usted lo dude? ¿No lo ve? ¡Somos igualitos!

¡Igualitos! Repitió mientras frotaba su cuerpo húmedo al tiempo que buscaba un chaqué que le quedase bien. Pero señora, ¿acaso se va a quedar usted aquí? ¿No tiene ninguna cosa más que haser? ¡Orale! Dese prisa, de seguro que tendrá mucho trabajo. ¿Quién atenderá a los resién llegados?

Nosotros sabemos vestirnos solos, no la nesesitamos, wey.

Resignada, la criada (estereotipo donde los haya) tuvo que ceder el cubo al cura fanático (para no dejar atrás los estereotipos).

-Que sea yo, la pobre criada negra, la menos retógar... retrodaga... rerto... surpesticiosa- al ver que la palabra "retrógada" o la similar "supersticiosa" no le iban a salir optó por una menos conciliadora- imbésil de todos- pero tenía que resignarse. Eran mayoría- En fin, hagan los que ustedes vean. Yo me lavo las manos... y padre, lo que ensusie con ese agua lo va a limpiar usted, que yo ya he lavao bastante por hoy.

Pero puso cara de enfado a la par de confusión cuando la mujer mayor se dirigió a ella.

-M'a debío de confundir, señora, yo no tengo hijos. ni borrachos, ni sobrios.

La cámara hizo un primer plano de Mamasita, cuyos ojos miraban alternativamente a la izquierda y a la derecha de forma nerviosa... si ella tenía hijos no reconocidos o no era algo que no iba a desvelarse. Al menos, no tan pronto.

A Paloma Cantaora no le impresionaban los increibles abdominales de Francisco, ni sus músculos ni nada de su cuerpo. Ella seguía mirandole con cara desafiante y cada vez se ponía más fea.

Ay qué chévere son sus palabras, gracias por preocuparse por mí, pero ustedes deben comprender que ahora mismo mi deber es vigilarles sobre todo a usted se oyó para los telespectadores.

Así que no se preocupen, terminen y podemos irnos de aquí.

-¿Pero es que están estúpidos o que les pasa? ¿No ven que solo ha explotado por el dolor de la perdida? No tiene nada que ver con el Diablo -negaba con la cabeza mientras se dirigía a todos los presentes- lo que deben haser es sacarla de aquí y que descanse, eso es lo que nesesita.

Inspiró profundamente y, tras dar su opinión, optó por salir de la sala donde estaban. Necesitaba aire fresco y un poco menos de caos y sinsentidos.

Las armas de seducción de PacoJoJa no habían servido de nada. Eso le había dejado una idea bien clara al joven. Aquella horrorosa mujer era una desviada y seguro que se quedaba allí dispuesta a verle todas las vergüenzas a su primita. La situación estaba resultando muy incómoda, ya no era porque quizá tuviera otras intenciones con Esmeralda, sino porque aquella mujer era una mirona y eso no le gustaba nada.

¿Y vigilarnos para qué? ¿A caso usted se piensa que vamos a robarles algo a ustedes? ¡No somos unos pendejos!

Aprovechando el breve enfrentamiento, aproveché para cambiarme de ropa y, cuan grande fue mi sorpresa cuando al volver me encontré a mi amado primo resumando testosterona o como quiera que se llamen sus encantos disiéndole cosas a la señora. Temí, temí  mucho... temí por la seguridás de mi amado primo así que, con el vestido a medio abrochar me abrasé bien fuerte a su braso mirándole suplicante.

-órale, primo, no le dé más importansia no vaya a ser que haya algún problema...

Lo que yo haga es asunto mío, no de ustedes Pendejos pensó la señora poniendo una sonrisa provocadora.

Anda wei, terminen ya, que sus muertos esperan y mi trabajo también.

En vista de que nada conseguiría allá, Pacojoja ayudó a terminar de vestir a su amada primita, se terminó de vestir él y desidieron abandonar aquel lugar. Irían de nuevo a la essena prinsipal, al lugar donde la historia había quedado parada, pues todo los espectadores se habían quedado prendados viéndoles a ellos, y emosionados por ver lo que podría haber pasado en allá.

Pero aquello era un telenovela y uno una película X, así que la mujer recepsionista, encargada de informarle sobre la portabilidad de sus teléfonos móviles les había interrumpido cualquier cosa que pudiera haberse susedido allá. Así que PacoJoJa le miró con ojos achinados y la cámara proyecto una imagen diferente. La resepsionista yasía muerta y desangrada. PacoJoJa había jurado venganza en su mente, Paloma Cantaora había pasado a formar parte de su lista negra. De hecho ella encausaba el primer posisionamiento.

¡Venganza! Perdón, ¡Vengansa!

Seguí a mi primito querido por la estansia dedicándole a la individua una sonrisa pues ser educada no me costaba nada de nada y, con pasitos cortos pero rápidos me apresuré a crusar la puerta para volver a la essena prinsipal.

Donde yasían mi mamá y mi papá muertos y bien muertos.

¡Ay señor! ¿por qué se los llevaría en buen Dios?

Abandonando a la pobre Paloma Cantaora, volvisteis a la habitación principal. Al entrar, deslumbrantes con vuestros nuevos vestidos, visteis algo atroz.

¡El Padre Ricardín estaba bendiciendo agua en un cubo! Estaba gritando que había que hacer un exorcismo a JB, mientras Jhonny la daba cachetadas mientras pedía al demonio que dejara el cuerpo de su prima.
 

JB notó como alguien la sujetaba la mano y la impedía seguir arañando al padrecito, y cuando se giró para ver quién era notó como algo chocaba contra su cara y plash!, la habían dado una bofetada.

Así que explotó de ira.- ¡Maldito pendejo! Que no tiene donde caer muerto, ni vergüenza alguna.- bramó, acompañándolo de un ARGGG- ¡Suéltenme que lo mato, que lo mato!.

Y, como siempre, la única que se puso de su parte fue Mamasita querida, la negra que siempre la había cuidado y querido. Debió haber estado cuando era pequeña y el padresito la había dado la primera comunión, y la había intentado dar más cosas.

Cuando oyó a su abuelita querida insinuar que estaba poseída supo que era presa del dolor y no sabía lo que decía. Pero no fue hasta que Johnny la abofeteó de nuevo hasta que se calmó para evitar que el cura la volviera a tocar.

Estoy bien primito- dijo más calmada, intentando zafarse de su primo que la tenía agarrada, muy, pero que muy cerca.- Ya está, es sólo que nesesito salir a que me de el aire.

Si no fuera por su Mamasita y por su jardinero querido Rigojay, se sentiría incomprendida.- Gracias por defenderme y entender mi dolor.- dijo tratando de contener un torrente de dolor fingido.

Francisco Jonathan Javier de los Olmos Blancos entró en escena con un nuevo traje impoluto y completamente seco. Sus biceps y demás músculos de su cuerpo ya no se podían apreciar pues el traje que llevaba los cubría por completo. Ahora sí que iba vestido de forma apropiada para un encuentro como aquel, pero lo que no podía imaginarse era tremenda essena cuando llegó.

Madresita de mi vida y de mi corazón. ¿Qué carajos está pasando aquí? ¡Orale! ¡Explíquense! No entendimos nada. Francisco miró a su prima completamente sorprendido, se había dado cuenta que aunque pensaban que todas las cámaras habían estado centrados en ellos mientras se desnudaban, realmente habían estado visualisando lo que pasaba allí. La situasión era desbordante y el joven y atractivo PacoJoJa no era capas de alcansar a comprenderlo.

-¡Santa María Bendita, Madre de Dios!- me horrorisé al ver así a mi hermana querida, palidesiendo y quedándome clavada en el sitio.-¿¡Qué ha pasado!?

Era demasiado, la señora rara del cambiador, mi vestido manchado aunque ahora sustituido por uno mucho más bonito, el padre Ricardín que había estado espesialmente sercano... y ahora mi amadísima hermana estaba bramando como un búfalo en celo que iba a agredir a un hombre santo.

¡¡PECADO!!