Jueves, 8 de agosto del 2019.
Tarde, temperatura 25ºC
Hora Local: 18.00; 
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Lo que acabaron de ver sus ojos fue algo que tenía que ser de ciencia ficción. ¡Era físicamente imposible que eso estuviera pasando! ¿Aquél animal? ¿Aquella criatura? ¡Qué coño era! Sí, no había duda, ese cuello, ese cuerpo, esa tonalidad de piel... ¡Había un enorme y gigantesco Diplodocus en la isla! ¡Había un puto enorme Diplodocus en la isla! ¿Cómo  había llegado algo así ahí?

Por suerte, aquellos seres eran herbívoros o al menos eso era lo que habían estudiado en los libros de naturales del colegio. Pero también eran de los dinosaurios más peligrosos porque eran muy celosos de su territorio y más si había crías de por medio. Aunque de momento no parecía que hubiera más.

No lejos de allí había un par más como ellos. ¡Había un total de tres de aquellas criaturas!

Diana contempló aquellas tremendas criaturas con temor e instintivamente se cubrió detrás de un árbol. Pero poco a poco su curiosidad ganó al miedo que tenía y salió de su escondite. Impresionantes.

Su misión, encontrar comida, ahora se había vuelto mucho más peligrosa. Primero, podía ser fácilmente aplastada por los dinosaurios, ya sea como defensa por su parte o simplemente como descuido.

Por otra parte, podían haber otras criaturas mucho menos obvias que esos gigantes y mucho más peligrosas.

Moviéndose con cuidado avanzó entre los árboles, buscando cualquier fruto o cosa comestible que pudiera encontrar, pero vigilando para no encontrar una sorpresa.

¿Que sabor tendría la carne de un dinosaurio? Sacó su navaja suiza y desplegó la hoja más grande. No era mucho, pero al menos podría defenderse un poco o cazar algo pequeño. Tendría que volver con una lanza o algo.

Los diplodocus parecían mirar con cada paso que Diana trataba de dar. No había posibilidad de salir de allí sin miedo a que aquellos sobrenaturales seres la descubriesen. Así, la tarea de encontrar comida o de cazar algo era complicadísima.

Jueves, 8 de agosto del 2019.
Ocaso, temperatura 24ºC
Hora Local: 19.00; 
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Lo que acabaron de ver sus ojos fue algo que tenía que ser de ciencia ficción. ¡Era físicamente imposible que eso estuviera pasando! ¿Aquél animal? ¿Aquella criatura? ¡Qué coño era! Sí, no había duda, ese cuello, ese cuerpo, esa tonalidad de piel... ¡Había un enorme y gigantesco Diplodocus en la isla! ¡Había un puto enorme Diplodocus en la isla! ¿Cómo  había llegado algo así ahí?

Por suerte, aquellos seres eran herbívoros o al menos eso era lo que habían estudiado en los libros de naturales del colegio. Pero también eran de los dinosaurios más peligrosos porque eran muy celosos de su territorio y más si había crías de por medio. Aunque de momento no parecía que hubiera más.

No lejos de allí había un par más como ellos. ¡Había un total de tres de aquellas criaturas!

Cuando Diana vio llegar a Alistair le hizo una seña para que se ocultara, quería que las criaturas estuvieran tranquilas y no se espantasen. No sabía nada de ellas, lo mismo huían que la atacaban y con ese tamaño por muy herbívoros que fueran serían totalmente letales.

Diana procuró camuflarse entre la vegetación para intentar moverse y ver mejor la zona, intentando ver si había algo para comer, aunque con la cantidad de comida que estos seres necesitarían sería difícil. Alguna fruta caída o algo similar.

Porque intentar pillar un huevo... demasiado arriesgado.

El doctor no pudo salir de su asombro. Ahora comprendió el por qué sentía esas enormes vibraciones bajo sus pies, los temblores eran las pisadas de aquellos enormes dinosaurios. Él no podía salir de aquel ensimismamiento. Pálido y con los ojos abiertos de par en par, se quedó paralizado, observando fijamente a las criaturas. Creyó haberse vuelto loco del todo, no podía ser verdad lo que veían sus ojos.

Ni si quiera atendió a las indicaciones de Diana, no era capaz, por lo que se quedó ahí quieto, sin mover un solo músculo.

Ver la aparición de aquellos dinosaurios en la isla terminó por llevar casi al máximo estado de locura a Alistair. No podía imaginarse algo así y su cerebro en ese momento cortocircuitó.

Jueves, 8 de agosto del 2019.
Ocaso, temperatura 23ºC
Hora Local: 20.00; 
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En cuanto Diana dio un paso para tratar de moverse por la zona, uno de los dinosaurios se giró para mirar hacia ella. No se había escondido bien seguramente la había visto, pero la muchacha se había percatado de ello y decidió no seguir moviéndose...

Así que, no pudo ver absolutamente nada nuevo por allí...

El sol se estaba poniendo y estos animales estaban demasiado en alerta como para intentar cualquier cosa. Con rabia y mucha hambre Diana impuso la prudencia y dio media vuelta.

- Esto se está poniendo peligroso, sin luz pueden pisarnos en cualquier momento. Regresemos a la cueva a pasar la noche, hoy toca ayunar.

No estaba muy segura de cómo la iba a tratar su padre tras su huida anterior, pero por otra parte le tranquilizaba saber que en la cueva estarían a salvo y podrían descansar. Además tendría tiempo para preparar sus planes para el día siguiente.

Los ojos del doctor se quedaron clavados en el enorme dinosaurio, y algo hizo “click” en su cabeza pero para mal. No fue capaz de asumir lo que veían sus ojos. Era un doctor, amante de las ciencias, para nada crédulo y encontrarse con lo que creía la humanidad extintos fue ya la gota que colmó el vaso.

— Mi persona claramente alterada, jovencita, niega abruptamente haber visto los Diplodocus. —negó con la cabeza con cierta clase en el gesto — Estoy muy de acuerdo contigo, pequeña Diana, volvamos inmediatamente a nuestro seguro refugio.

Viernes, 9 de agosto del 2019.
Mediodía, temperatura 22ºC
Hora Local: 14.00; 
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Lo que acabaron de ver sus ojos fue algo que tenía que ser de ciencia ficción. ¡Era físicamente imposible que eso estuviera pasando! ¿Aquel animal? ¿Aquella criatura? ¡Qué coño era! Sí, no había duda, ese cuello, ese cuerpo, esa tonalidad de piel... ¡Había un enorme y gigantesco Diplodocus en la isla! ¡Había un puto enorme Diplodocus en la isla! ¿Cómo  había llegado algo así ahí?

Por suerte, aquellos seres eran herbívoros o al menos eso era lo que habían estudiado en los libros de naturales del colegio. Pero también eran de los dinosaurios más peligrosos porque eran muy celosos de su territorio y más si había crías de por medio. Aunque de momento no parecía que hubiera más.

No lejos de allí había un par más como ellos. ¡Había un total de tres de aquellas criaturas!

Y encima, para colmo de males, Alisson estaba demasiado cansada. La falta de comida, además de provocarle un horrible dolor de cabeza, también le hacía sentirse sumamente débil y eso dificultaba el dejarla avanzar mucho más aquel día. Necesitaba descansar, y ése no parecía el mejor lugar para ello.

—No puede ser...— Estaba boquiabierta en cuando vio a aquellos magníficos ejemplares de un ¿Dinosaurio? No un reptil muy grande como estaba pensando en un primer momento, sino un dinosaurio realmente, estaba completamente alucinada en esos momentos ¿En que tipo de isla estaban? Algo tan antiguo para no solo albergar barcos dignos de las indias occidentales, allí por 1718 donde los barcos piratas asolaban a lo ancho de los cuatro mares, sino que también tenía algo mucho mas antiguo como dinosaurios, aquellas bestias que al menos eran hervíboros —Creo que estamos frente a un fenómeno nunca antes visto... Y sin duda uno de estos puede limpiar zonas enteras, mas que un grupo conformado por docenas ¿Sabes?— Volteó su asombrada vista hacía el hippie que seguramente estaría igual que ella en esos momentos, no sabía que mas decir ni que otra cosa hacer, pero al menos sabía que aquellas masivas bestias podrían ser el porque estaba tan limpia aquella isla de comida.

Sin embargo su asombro fue superado por el cansancio y el dolor de cabeza que le había llegado de repente debido a la falta de comida, por lo que tuvo que caer cerca de un árbol para al menos salir del rango de visión de aquellos dinosaurios —Lo siento Mitch... estoy agotada, maldita sea y aun no es ni la puesta de sol...— Comentó mirando a su compañero y tratando de reponer un poco de energías de esa manera, ahora tenía mucho mas preguntas en la cabeza, no sabía que hacer ¿Y si habían depredadores naturales dignos de aquellas presas? Estarían en grandes problemas.

Mitch recordaba que Alisson le había comentado que Alistair y Diana decían haber visto dinosaurios o animales que se parecían a estos. En un primer momento lo había achacado a que ambos estarían delirando o a que simplemente habían pensado que aquel sonido sísmico debía de corresponder a un dinosaurio al haber sido animales de gran tamaño. Pero no. ¡Había dinosaurios en la isla!

El joven hippie contempló aquellas enormes criaturas con los ojos como platos, incapaz de creer que pudieran quedar dinosaurios en algún lugar de la Tierra. Su mente bullía de ideas, aunque en esos instantes tenía dos grandes teorías: o eran dinosaurios recreados con ingeniería genética como en Parque Jurásico o eran animales que habían podido sobrevivir a la extinción en un entorno aislado con un ecosistema en el que se habían adaptado bien.

-¡Joder! ¡Dinosaurios! -exclamó, incapaz de creerlo. Ni siquiera estando drogado habría imaginado una imagen tan increíble como la que estaba viendo-. Esto explicaría que haya zonas de la isla totalmente desprovistas de alimentos -coincidió con la idea de Alisson, aunque no podía dejar de observar al trío de diplodocus-. Esto es increíble, Alisson. Es como si en esta isla no hubiera pasado el tiempo para estas criaturas. No sé cómo habrán podido sobrevivir todos estos millones de años, pero es increíble.

Mitch escuchó a Alisson decir que estaba agotada. Imaginó que la chica no había dejado de andar aquella mañana, por lo que debía de estar totalmente exhausta.

-Tranquila, cargaré contigo -le dijo, en tono esperanzador. Si algo tenía claro es que no iba a dejarla tirada-. No creo que me sea muy difícil levantarte. Como mucho pesarás unos cincuenta kilos. ¿Dónde nos movemos? -le preguntó, dirigiendo una mirada a su alrededor. Volver al lago era una opción. Al menos allí estarían a salvo de los dinosaurios y con una fuente de agua a su disposición, aunque sin nada de alimento. La otra opción era probar suerte en la zona del acantilado al sur y al este, detenerse allí para buscar alimento y descansar-. Podría estar escalar hacia esa zona empinada al oeste, pero preferiría no dejarte sola con esos bichos.

Alisson solo podía asentir ante las palabras de sorpresa del hippie, completamente de acuerdo con lo que estaba escuchando de el y sintiendo un total asombro por lo que sus ojos estaban viendo en esos momentos —Esto va mas haya de todas las teorías que estábamos formulando en la cueva ¿Sabes? No se como diablos es esto posible pero sin duda es maravilloso... Y algo peligroso también— Regresó a la realidad tan pronto como la imagen de su hermana cruzó por su mente, ellos habían encontrado una especie hervíbora, pero ¿Y si había carnívoros también? La sola idea le aterraba

—Mitch... debemos encontrar a Ava— Comentó de un momento a otro, mirando al chico con una expresión algo preocupada a pesar de que intentaba mantenerse lo mas serena posible en esos momentos, pese a toda aquella extraña e increiblemente irreal situación que estaban viviendo en aquella isla, era para que explotara su cerebro sin duda alguna.

Se quedó pensando un momento en las direcciones que habían posibles para ellos en esos momentos, pensando incluso en quedarse sola para que Mitch continuara por aquella zona empinada, pero no quería tentar mucho la suerte y quedarse varada con aquellas criaturas, por lo que agradeció con una sonrisa que el hippie no quisiera abandonarla —En ese caso... tal vez continuar por el sur sea buena opcion, no creo que aquí podamos encontrar comida o a Ava, espero que este bien...—

Dio un pequeño suspiro al decir esto, tratando de ponerse de pie para seguir a Mitch hacía el sur hasta donde pudiera, antes de que el hippie tuviera que cargar con ella, quería al menos aligerar su carga lo mejor posible.

-Vayamos al sur entonces -indicó Mitch, con la esperanza de que en esa zona pudieran hallar algún tipo de alimento o, como mínimo, la posibilidad de encontrar un rastro de Ava.

El hippie observó que Alisson trataba de echar a caminar por sí misma, pero Mitch observaba que a la chica ya se le notaba demasiado cansada y no creía que pudiera avanzar mucho por su propio pie. Temía que pudiera quedar agotada a los pies de los diplodocus y que estos la aplastaran, por lo que, sin previo aviso, se acercó a ella e intentó levantarla entre sus brazos.

-Tranquila, cargaré contigo -le dijo, aguardando a que la muchacha le diera el visto bueno para cogerla en brazos y cargar con ella-. No te preocupes, creo que aguantaré.

La vista de aquellos dinosaurios hizo que Mitch perdiera un poco la cabeza. Todo aquello no tenía ningún sentido y su cerebro colapsó. De pronto se dio cuenta de que no recordaba nada de lo que había sucedido desde el accidente. Solo recordaba que se había subido a ese avión y después... después nada. Ahora se encontraba junto a una desconocida rodeada de... ¿dinosaurios?

¡Mitch no entendía nada de lo que estaba pasando!

Viernes, 9 de agosto del 2019.
Mediodía, temperatura 23ºC
Hora Local: 15.00; 
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Cuando Mitch había cogido a Alisson entre los brazos, agitó la cabeza confuso y la soltó. Alisson no entendía nada, pero la mirada de su compañero había cambiado. 

Mitch soltó de inmediato a una agotada Alisson, dejándola tendida en el suelo. La miraba con expresión confusa, como si no entendiera quién era la chica ni mucho menos qué hacían los dos en una isla con un trío de inmensos diplodocus.

"No debería haber tomado ese último canuto. Seguro que llevaba algo de magia" se dijo el hippie, para sus adentros, sin saber cómo había terminado allí. Lo último que recordaba era haberse subido a aquel avión. Después, lo siguiente había sido verse sosteniendo entre sus brazos a una desconocida mientras frente a ellos divisaban a un trío de dinosaurios. "Ay, Mitch. ¡Lo que no te pase a ti!".

-Espera un momento. ¿Quién eres tú? -le dijo a Alisson, mirando a la muchacha, bastante confundido-. ¿Y por qué te llevaba en brazos?

Alisson cayo en el suelo soltando un pequeño chillido, para despues mirar al hippie completamente extrañada no solo de aquella acción sino de las palabras que salían de su boca, como si no la conociera de nada, de inmediato frunció el ceño mirando a Mitch detenidamente y esperando (Por todos los cielos) Que no le estuviera pasando lo mismo que al doctor.

—¿De que hablas? Soy Alisson, Estamos tratando de salir del rango de aquellas cosas, y buscar a mi hermana de paso ¿Estas bien? ¿Sucede algo?— Preguntó, mirando al trío de dinosaurios y mordiendo su labio inferior, no era momento de estar tratando de descubrir que estaba pasando con el, mas bien necesitaban salir de allí —Me estabas ayudando porque estoy completamente agotada para caminar, y pensamos que el sur podría haber sido un buen lugar para continuar y salir de esta zona— Le comentó tratando de explicarle lo mejor posible y que el hippie entendiera que es lo que estaba pasando ¿Había perdido la memoria? No, definitivamente era algo mas, estaba completamente segura de ello por lo que usar la tranquilidad y explicarle correctamente era lo mas ideal en esos momentos.

Mitch miró a Alisson, bastante extrañado de lo que decía la chica. Estaba seguro de que era una completa desconocida para él, pues de otro modo seguramente se acordaría.

"Buff, debería empezar a dejar de tomar drogas" se dijo para sus adentros, convencido de que la hierba de la alegría que había tomado en el avión le había jugado una mala pasada. Lo suficientemente mala como para que hubiera terminado viendo dinosaurios.

-¿Alisson? No conozco a ninguna Alisson, y tampoco sé quién es tu hermana -se extrañó Mitch, confuso-. En serio, no te conozco de nada. ¿Eres de la universidad? -Estaba claro que el hippie no sabía de qué le conocía Alisson. No obstante, le sorprendió que ella también pudiera ver a los diplodocus. Y eso era muy raro. Nunca había tomado una droga que produjera la misma alucinación en dos personas-. Espera, ¿dices que tú también los puedes ver? -le preguntó con los ojos como platos-. ¿A los dinos? ¿Crees que esto puede ser real?