Partida Rol por web

Año 2014, Ciudad de Nishitani, Japón...

Había pasado casi hora y media desde que habías descendido del avión y habías puesto pie, por vez primera, en un país que no fuera tu Inglaterra natal: Japón. Allí te estaba esperando, entre la multitud, un hombre calvo vestido con un traje oscuro y una gorra, el cual cargaba con un cartel con tu nombre. El hombre se acerco y, a pesar de ser japones, te hablo en un perfecto ingles, tal y como el tuyo, saludandote cordialmente y aclarando que él era el responsable de llevarte a tu siguiente destino. Por supuesto, todo esto no era sorpresa para ti, todo se te había dicho momentos antes de abordar el avión.

Seguiste al hombre que te condujo hasta una larga limusina de color negro. Abrió la puerta indicando que te subieras; una vez hecho eso, este prosiguió hacia el asiento del conductor y arrancó.

El interior de la limusina estaba revestido por una tela aterciopelada de color azul, mientras que el suelo tenía una alfombra. Los largos asientos también eran de un color azul y los vidrios eran oscuros y le daban al exterior un aspecto gris y casi sin vida, incluso la gente que podías ver en las calles parecían sombras caminando en una niebla grisacea, que luego perdían forma en la distancia. La limusina también contenía un mini-bar, una vitrina que contenía varias bebidas alcohólicas  y un teléfono a la mano derecha de donde te habías sentado.

Me quedé impresionado por el recibimiento, sabía que la escuela a donde iba así como el dormitorio eran de elite pero no esperaba ser recibido de esa forma, mucho menos por una limusina con frigo bar.

Tomé el teléfono que supuse que era para hablar con el chofer y pregunté si podía tomar algún trago.

Tras su confirmación procedí a prepararme un escocés, la bebida era de la mejor calidad y siendo de Inglaterra sabía que el mejor Whisky era de los hermanos escoceses.

Mientras sentía el gusto fuerte del trago observaba por la ventana la ciudad gris, preguntándome que tal sería la nueva escuela y que clase de gente conocería...

El viaje prosiguió por, lo que supusiste que era, la zona centrica de la ciudad. También notaste un largo sistema de vías de tren que conectaba cada distrito de la ciudad.

Las puntas de los edificios más grandes parecían apuñalar al cielo, mientras que los más chicos solo lo recortaban dejando largos y pronunciados bordes dentados como una boca con dientes chuecos. Allí, arriba en el cielo, las nubes se estaban acumulando dejando todo gris y blanco. Eran nubes de tormenta, una tormenta que recién comenzaba. Las pequeñas gotas cayeron a la tierra mojando, de paso, los cristales de la ventana de la limusina.

El equipo de sonido de la limusina, silente hasta ese momento, comenzó a emitir una canción mientras que todo lo que estaba fuera de ella comenzaba a tornarse un tanto más gris y oscuro y la lluvia aumentaba considerable y gradualmente. Por un momento un destello azul llamo tu atención, una mariposa, azul y brillante que dejaba una estela del mismo color como polvo, volaba a gran velocidad muy cerca de la ventana, entre la lluvia...

Mientras iba andando en el auto y mirando la ciudad noté como de a poco se iba largando a llover.

La música que resonó en el auto me pareció en ese momento la melodía más hermosa que había escuchado jamás, simplemente era majestuosa y ahora tenía un encanto irreal en el que antes no había reparado a pesar de haberla escuchado muchas veces.

Bajé apenas la ventanilla al ver las primeras gotas contra la misma, cerré los ojos e inspiré el aroma a tierra mojada, arboles y mundo.

Al volver a abrir los ojos note a aquella mariposa azul, de una hermosa exquisita y luchando contra la lluvia, su acto de valentía me pareció inspirador y continué observándola, cegado por esa estela que dejaba al moverse, no era normal, pero no le di importancia en ese momento, simplemente bajé más la ventanilla para sacar la mano y el hombro, sin que me importe mojarme e invitarla a posarse en mi mano...

...las gotas hicieron contacto con tu piel. Eran muy frías pero, por alguna razón, eso se sentía muy reconfortante allí. La mariposa sobrevoló sobre tu mano por unos segundos mientras que el brillo que desprendía cubría tu mano dandole un tono azul bastante llamativo.

La mariposa se poso sobre tu mano, meciendo sus alas a intervalos relajados. Por alguna razón, tus parpados cayeron sobre su propio, y efímero, peso. En la oscuridad de tu mente pudiste ver el rostro de un ser enmascarado y sonriente de color azul, cabello rubio y largo; poco más que eso.

Al abrir tus ojos la mariposa ya se había ido de tu mano, la vista alejarse entre la lluvia y... la oscuridad. Una oscuridad que no ocultaba los edificios sino una que te los dejaba ver apenas como torres que nacieran como extensión de la misma, junto a gente sombra que ¿caminaba? o, más bien, rectaba por allí en las negras calles. Y no solo eso, sino que también, sentiste la presencia de alguien más en frente de ti...

...un hombre casi totalmente calvo, de aspecto bizarro, ojos redondos y saltones, larga nariz y una sonrisa casi siniestra. Sus manos estaban entrecruzadas, y sus codos descansaban en sus rodillas. Estaba sentado y te miraba fijamente.

"Bienvenido al Velvet Room, mi querido joven..." 

Estaba soñando?

La imagen de aquel ser que sonreía me pareció algo siniestra, pero no me asustó, lo que si me asustó fue la presencia de aquel sujeto, casi calvo con su mirada desencajada y sus nariz tan singular, me tiré para atrás, empujándome con los pies.

-Que-que quien es usted?! Que esta sucediendo?- busqué con los ojos el teléfono para llamar al chofer, realmente me debía haber dormido para que alguien entrara en la limusina sin que me diera cuenta.

-"No hay necesidad de preocuparse."- dijo aquel hombre tratando de tranquilizarte. El teléfono no se encontraba por ningún lugar. En su lugar solo había un espacio plano sin nada que lo llenara.

-"Mi nombre es Igor." - se presento el sujeto de bizarro aspecto - "Soy el propietario del Velvet Room. Este lugar existe entre la mente y la materia. Los sueños y la realidad."

-Entre la mente y la realidad- me repetí a mi mismo para creermelo- es algo así como La Vigilía?- el estado en el que uno es consciente a pesar de aún estar dormido- I-Igor...que hace usted aquí?- pregunte tratando de tranquilizarme, respirando profundo y exhalando para volver a sentarme como estaba antes.

Igor hizo un sonido similar a una risa ahogada y prosiguió.

-"Estoy aquí para brindarte mi ayuda en EL VIAJE en  el que te embarcaras en los próximos días. Un viaje que definirá tu vida para siempre, para bien o para mal."- Igor hizo una pequeña pausa esperando alguna reacción tuya y luego continuó - "Pero no te preocupes, yo estaré aquí proporcionandote lo necesario para que no te pierdas en el denso y agitado camino tormentoso que te aguarda a tu destino... y solo pediré una cosa a cambio: que te apegues al contrato y asumas todas las responsabilidades de tus actos..."

-EL viaje?- pregunté sorprendido, acomodando mis lentes con el dedo- evidentemente esto es algo fuera de lo normal que requiere toda mi atención- dije acomodándome hacía delante y apoyando los codos en las rodillas y las manos entrelazadas bajo mi mentón.

No me equivocaba al escuchar lo que seguía, me ofrecía ayuda a cambio de algo.

-Es usted alguna especie de demonio o algo así? Aún no he firmado ningún contrato-

Suspiró con la misma tranquilidad impasible que había usado ahora y siempre...

-"No, mi querido joven. Yo estoy más allá de los ángeles y demonios que pululan en el interior de la Psique humana."- contesto con cierto tono divertido y luego chasqueo los dedos de su, enguantada en blanco, mano derecha.

Sentada a tu derecha apareció la oscura figura-sombra de, lo que parecía, una mujer de cabello largo. Esa misma figura te extendió un cuaderno azul y lo abrió frente a ti. Una delgada hoja de papel, cuyo encabezado era la palabra: Contrato, brillaba y llamaba la atención de tus ojos.

-"Ahora, si quieres proceder, por favor firma allí en la linea punteada." - la chica sombra te facilito una pluma de color azul...

Elegí formar mi propio destino bajo los cimientos de mis propias decisiones.

Era todo lo que se leía en el cuerpo del contrato...

Me llamó la atención aquella mujer-sombra, aunque creo que lo que más me cautivó fue su cabello largo.

Leí el contrato y tomé la pluma.

No es nada diferente a como he vivido mi vida hasta ahora.

Sonreí y firme con desición si algo iba a cambiar era muy difícil que fuera para mal...

Una exhalación sorda lleno el lugar. La pluma se convirtió en polvo azul en tus manos apenas terminaste de firmar tu nombre, la mujer sombra cerró el libro y lo retiro de tu vista.

-"Tu futuro esta lleno de algo más que solo sombras y luz, mi querido joven, Morgan Laufeyson."  

Igor pronunciaba lentamente, casi como si saboreada, cada silaba de tu nombre completo.

-"Pero todo tendrá respuesta a su debido momento. Y ahora, el tiempo marcha en tu mundo y no puedo seguir entreteniendo te por lo que te dejo. La próxima vez que entres a este lugar, conocerás a alguien más.... Oh... -Igor se interrumpió como si de repente hubiera recordado algo - Disculpa mi descuido... por favor, toma esto..." - Igor levantó su diestra y abrió su mano como si lanzará algo sin mover nada. Una llave azul apareció frente a ti, flotando en el aire -

Me quedo sorprendido ante la gran cantidad de información que obtengo de golpe, que aunque críptica y rebuscada resulta vital.

Observo como Igor esta a punto de marcharse por lo que me dice  y que volveré a este lugar.

Al ver que se vuelve para hacerme entrega de una llave azul, la tomo y la miro en mi mano.

-Que? Que se supone que abre esta llave?- la tomé con dos dedos y la puse a la altura de mis ojos, examinándola.

-"A su debido momento deberás volver aquí, al Velvet Room, para recibir mis servicios. Esa llave y aquel contrato te permitirán tu entrada. No te preocupes, sabrás como usarla."

Igor se acomodó los guantes y prosiguió...

-"Bueno mi querido joven, ha sido un placer conocerle y espero ver sus progresos en este viaje. Hasta entonces... hasta luego..."-

Dicho eso, todo se tornó a negro mientras la imagen de Igor se fundía en esa misma oscuridad. Abriste tus ojos y te encontrabas exactamente en el mismo lugar, la única diferencia era la ausencia de Igor...

Me quedé sin nada que decir en cuanto Igor se fue, solo asintiendo y despidiéndole con gestos cuándo este lo hizo.

Miré la limo y dejé el vaso de whisky, para luego tomar el teléfono y llamar al chófer.

-Ah pasado algo recientemente? Creo que me quedé dormido, falta mucho para llegar?- dije comprobando la veracidad del asunto, aunque aún tenía esa llave en mi mano.

-"¿De que habla Señor Laufeyson?"- el tono del chofer era sereno y tranquilo como sino estuviera consciente de que algo más hubiese pasado - "Solo me vi en la obligación de tomar una ruta alternativa. No tenemos tiempo para que el transito lento nos retrase."-

-Oh entiendo...- en realidad no entendía nada más que el hecho de que lo que había pasado era real, pero no podría hablarlo con nadie salvo con los involucrados, pues estaba seguro de que habría alguien más involucrado en esto y que era algo que realmente tardaría en comprender del todo.

"... era algo que realmente tardaría en comprender del todo."

Ese pensamiento te acompaño durante todo el resto del viaje mientras los largos edificios grises teñían con sus sombras de un tono más oscuro el camino que quedaba por delante mientras las personas se ponían a resguardo bajo techos apenas distinguibles.

Distrito de Anehazaru, Ciudad de Nishitani. 21:44

Había pasado casi media hora desde que tuvieras aquella visión con el hombre cuyo nombre era Igor. La limusina se había detenido frente a la fachada de un enorme edificio que estaba ubicado, precisamente, a mitad de cuadra. Su fachada era de ladrillos a la vista barnizados de un brillante tono marrón brillante. El pórtico, compuesto por unas escaleras de marmol fino, llevaba a unas puertas dobles de madera antigua pero perfectamente conservada.  A los costados del pórtico había dos grandes faroles de aspecto antiguo y, para completar la visión, ventanales que dejaban pasar una luz amarillenta.

La puerta del pasajero se abrió y del otro lado estaba tu escolta: "Bienvenido a su nueva residencia, Señor Laufeyson."

Observé el lugar unos segundos, era de una antiguedad clara pero efectivamente bien conservada, haciendo del mismo un lugar de lujo, lo cual me sorprendió nuevamente pues realmente no esperaba tanto por tan solo una beca.

Tomé mis cosas y bajé rápidamente a fin de ponerme a resguardo de la lluvia.

-Gra-gracias- le dije al chofer antes de dirigirme hacía la entrada y llamar.