Partida Rol por web

Hermann se rió viéndola luego de haber tragado y mantuvo la pequeña sonrisa.
—¿Dionisio? —Enarcó una ceja con curiosidad—. ¿Tengo cara de vivir en la abundancia? ¿O lo dices porque soy grande y parezco bien alimentado? Quizá porque parezco alcohólico... —agregó al final, riéndose sutil.
Parecía conocer de dioses y la mitología, al menos por encima. Le resultó bastante curioso que ella también y sostuvo suspicaz la vista sobre su rostro. Enseguida se acomodó un poco en el sitio, pensativo acerca de qué decirle.
—A este paso voy a pensar que me has estudiado o algo antes, pues no muchos saben que soy un... —en lo que pensaba la palabra dio un trago a su whiskey y luego lo bajó— ¿friki de la mitología?

-Curiosa manera que tenéis en este local, trato personalizado… siento hacerte esperar señorita, pero nada de aquí me convence, me gustaría algo más… ajustado a mis gustos, sin alcohol y similar, si fueras tan amable, y me llamo Rubén, por si te interesa mucho, y no dejarte con las ganas-

Aunque creo que mi testimonio podría incluso molestar a la chica, que se ofreció varias veces a darme recomendaciones.

-¿Dime, sois todas nuevas en la profesión? ¿O es que ha pasado algo… incoherente?

Le gustó que hubiera pillado su piropo, a la par que le sorprendió. La forma en que le dio la vuelta hizo que riera ante sus comentarios.
—Parece que he dado de lleno, entonces, aunque hayas retorcido el sentido que he querido darle.
Pasó los dedos de la diestra por sus cabellos para apartarlos de su rostro, echándolos después hacia un lado. No obstante aquello llamó su atención, pero se guardaría su pregunta para hacérsela en privado, si es que se daba el caso.
—Bueno, Dioniso —continuó con la broma—, ¿cuál sería la diosa que crees que mejor me pegaría?

Herm se le quedó viendo un momento en silencio, pensativo al respecto de preguntarle. Le dedicó una profunda mirada a su rostro y luego se acomodó en la silla un poco. Cogió comida, se la llevó a los labios y masticando con la boca cerrada se dispuso a mantenerse callado unos largos segundos, pensando.
—Si yo soy Dionisio... ¿tú no vendrías a ser una de mis ninfas? —preguntó con curiosidad y algo de picardía, dando otro trago al whiskey y luego lo bajó. Su rostro reflejaba algo de confianza en sí mismo y atracción, pues le clavaba la vista.
Pronto volvió a beber y finalmente lo dejó sobre la mesa haciendo repiquetear el cristal. —Una ménade. Eres una ménade —dijo convencido.
 

Ensanchó la sonrisa al escuchar aquello y volvió a clavar los dientes suavemente sobre su labio inferior. No solo le parecía atractivo físicamente. Un hombre inteligente siempre tenía mucha más magia y encanto.
—¿Una de las Nisíades, tal vez? Como las que le hicieron inmortal. Quién sabe de qué forma podría esta pobre ninfa regalarte el don de la inmortalidad.
Le guiñó el ojo con picardía, acompañando el gesto con una amplia sonrisa.

—Así es, una de ellas. —Sonrió frente a esa cantidad de conocimientos, generando química con ella mientras hablaban en su propio idioma de frikis. ¿Quién diría que terminaría ligando con una bailarina en un burdel hablando de mitología? Pronto arrastró la copa de whiskey hacia ella con una sonrisa.
—Tu refresco se va a demorar, ¿por qué no bebes? —preguntó con algo de curiosidad y luego miró hacia el habano encendido y consumido hasta un cuarto más o menos. Lo tomó entre sus dedos y dio una larga calada. Pronto expulsó el humo por la nariz y volvió a coger alimento para llevarse un poco más a la boca.

—¿Qué pretendes, embriagarme o que me echen por beber? —sonrió con amabilidad.
Hizo un pequeño gesto con la mano para rechazarlo. Claro que la segunda opción no le parecía tan mala si le daba lo que aquel oficio le proporcionaba, ¿pero por qué hacerlo gratis pudiendo cobrar por ello?
—No estoy sedienta, pero me vendría bien para refrescarme tras un... pequeño incidente —terminó diciendo, sin querer entrar en detalles.

—¿Hm? —Se le quedó viendo un momento frente a lo que dijo y pronto asintió frente a sus palabras, sin entrar tampoco en detalles. Luego volvió a dar otra calada profunda y le dedicó una miradita de abajo hacia arriba, lo que dejaba ver.
—Me ha agradado verte bailar, nunca enseñabas nada por mucho que te movieses. Dan ganas de ver lo que hay debajo —dijo sin ningún tipo de pudor en lo que apostó el codo sobre la mesa, todavía de lado un poco en la mesa—. Luego de que te bebas tu refresco, puedes mostrarme tu baile en privado, ninfa.
Al decir la última frase se rió un poco y posó una mano en el asiento para acomodarlo y orientarse hacia ella, pues le quería prestar toda su atención. No sólo le atraía su físico, sino que también parecían compartir cierto nivel cultural o al menos en temas mitológicos de saber popular.

Sus labios se torcieron en una media sonrisa, siendo un gesto habitual en ella. Sabía que siendo provocativa y sensual llamaba más la atención y el interés de los hombres, incluso de aquellos que parecían pertenecer a una clase social más superior. Siempre le había gustado usar la seducción y hasta ahora no le había fallado.
—En mi cuarto tengo para refrescarme y puedo hacerte los bailes privados que quieras.
Su atención estaba completamente puesta en él, en sus labios cuando hablaba y en cada gesto cuando se movía.

Hermann se le quedó viendo un momento en silencio al escucharla y apresuró el habano, liberando el humo hacia un lado al ponerse de pie con lentitud y cobrar altivez. Cuando estuvo arriba, tomó la copa y dio un trago largo para finalizarla, depositándola pronto en la mesa de nuevo. Enseguida rodeó la tabla y tendió la mano a Ethel con una sonrisa sutil y la vista entrecerrada. Parecía pretender ayudarla a ponerse de pie, actuando caballeroso y silencioso.

Sus palabras le habían bastado y estaba conforme. Si bien no se lo percibía nervioso ni ansioso, sí que se lo había comprado de alguna forma y ahora lo demostraba, pues era él el que la invitaba a marchar.

Ethel tomó de la mano a Hermann y bajó de la silla, con una amplia sonrisa en el rostro. No apartó la vista de sus ojos hasta que se volvió hacia su compañera, Alexa.
—No me pongas nada, querida, estoy servida.
Volvió a posar los ojos sobre el germano y, sin soltar su mano, le dirigió hacia uno de los cuartos.

Avanzó tras ella en silencio y desvió la vista hacia su cuello cuando miró a Alexa. Pronto él giró la mirada también con una pequeña sonrisa y devolvió el rostro hacia la rubia. Tomándole con su gruesa mano, se dirigió tras ella con pasos largos, directo a su privado. Se lo percibía como si lo hubiera hecho varias veces, aunque tal vez era un simple imitador. En el camino se acomodó un poco la camisa que tenía fuera de los pantalones y revisó atento su entorno, quería conocer mejor el sitio donde estaba yendo.

          " ¡Scarlett prepárate para bailar! " 

          Alexa sonrió al escuchar el aviso  mientras que preparaba detrás de la barra las dos bebidas y un par de platos con botana variada, que les acercó a la barra con una sonrisa 

          " Por favor guapo disfruta tu cerveza con un chupito de whisky y para ti chico impaciente algo más… ajustado a tus gustos, sin alcohol, sin preámbulo ni similar ... un mojito cubano sin alcohol, ... si me permiten les dejo en la compañía de Richard, el bartender regular del lugar y espero que la siguiente presentación realmente les guste "    

          Entonces la mesera les cerró el ojo, se subió un poco la falda corta para poder saltar la barra mas cómodamente y del otro lado caminó con picardía al Vestidor de los empleados para cambiarse de ropa, cuidando que su caminar no dejara de pasar desapercibido para el pare hombres que había dejado atrás con sus bebidas servidas  

Así que la pelirroja baila creo que debería acercarme a ver que tal lo hace.

Tras verter el chupito de whisky dentro de la cerveza toma la misma y se acerca a una de las mesas para verla bailar. Echando un vistazo descubre que ninguno de los clientes le es conocido con lo que deja salir un suspiro y se pone comodo en la silla  más cercana al escenario observando con indiferencia, a la espera de que saliera aquella pelirroja.

Diablos debería preguntarle su nombre como poco, aunque seguro que dirá uno de esos exóticos nombres de prostituta.

Un extraño sabor, pero no podré negarle a alguien tan guapa una recomendación… decidí quedarme de momento… me gustaba verla bailar, era hipnótico… aunque… extraño, además.

Vi como el otro hombre se acercaba al escenario… sería algo normal, me quedaré en la lejanía a ver que puede pasar.

Umm… esto… uff… no es de mi gusto… pero me lo beberé

           Tras unos minutos de prepararse en los camerinos hace acto de presencia en el escenario la bella Scarlett, tal y como fue anunciada hace unos  minutos, viene vestida con una capa roja larga y una botas negras que comienza por usar al ritmo de la música con pícaros movimientos y dando el tiempo suficiente para incrementar el deseo de su reducido público al que se acerca para preguntarles en un momento que bajo el volumen de la música:

            " Buenas noches señores!   Estoy buscando la casa de mi abuelita ... me ha dicho mi mamá que tenga cuidado del lobo en el bosque .... han visto a alguno de ellos, par de guapos? "    

            Sin esperar mucho a recibir una respuesta la chica pelirroja miró a cada uno de los espectadores con una sonrisa y miradas provocativas mientras que bailaba tentadora cerca de ellos ... dejando que con los movimientos se descubriese por momentos el sexy conjunto de encaje que llevaba debajo un poco antes de que la música incrementara en ritmo y que alguno de los espectadores le pidiese o exigiera se descubriera para complacer les zafando la capa con ritmo para dejar el conjunto y su bella figura al descubierto ... solo para comenzar su baile de camino al tubo de manera segura y espectacular para  con una marometa saltar sobre de el para comenzar su número de pole dance con una rutina parecida a la siguiente