Partida Rol por web

Durante toda una semana las noches se habían convertido en una lucha por el control de vuestros sueños. La presencia que os hablaba en ellos se manifestaba siempre con la forma de una gata negra que paseaba sobre tejados destruidos hasta que advertíais que estaba allí y entonces clavaba su mirada intensamente en vosotros. Su ojo izquierdo era azul, su ojo derecho era amarillo.

- Habéis logrado llegar. Os siento a todos. La ciudad no os conoce pero sabed que está llena de peligros.

El entorno cambió y se volvió pegajoso. Notásteis que habíais caido en una tela de araña. Todo alrededor se había vuelto oscuro. Una criatura esperaba desde las sombras pero no llegó a moverse. La gata siguió hablando.

- Si alguna vez oísteis hablar del hombre araña ahora contad con que no es un héroe como antaño, sino una bestia al servicio del tirano. Vigila por las noches en busca de aquellos que planean en su contra. Estad alerta.

Las telas se desenredaron y una ciudad convertida en escombros apareció. La gata negra siempre se comunicaba con vosotros en sueños y cambiaba el escenario a voluntad.

- New York antes fue una ciudad emblemática y ahora es un estercolero de metal. No encontraréis sino pobreza y crueldad, pero eso no es ninguna novedad en el nuevo mundo. Sus habitantes se afanan en recoger todo lo que tenga un poco de valor para ofrecerlo a los invasores. El tirano organiza esa recogida y mantiene el orden en nombre de los híbridos. Reunios en el aeropuerto por la noche, la nave de Jax está al llegar.

En el sueño podíais veros pero nunca os dio tiempo a cruzar palabras.

- Los híbridos planean algo allí, lo he sentido. Hemos de desbaratar sus planes.

Súbitamente despertásteis con la frente sudorosa. Tras estos días de viaje estábais ya en las afueras de New York y el sueño os había indicado su localización exacta. Ya era de noche así que era cuestión de caminar en esa dirección. Unas horas después atravesábais las vallas. Podíais ver una torre de control caída. El edificio que hacía de estación partido en dos. Largas pistas de aterrizaje vacías, agrietadas por el tiempo.

Veis algunas figuras solitarias moverse.

Durante semanas de constante movimiento era poco lo que un viajero como él podía descansar. Cuando encontraba algún catre para recuperarse, apenas y podía conciliar el sueño. Las pesadillas se habían vuelto ya algo recurrente, que habían hecho mella en su -retorcido- sentido del humor. Por las noches soñaba en kilómetros de canteras, sucias, malolientes y humeantes, que desprendían el hedor del sudor y la sangre de cientos de miles de hombres, mujeres y niños siendo esclavizados por la destructiva cultura extractivista de los Híbridos y sus retorcidos amos. Veía, en sus pesadillas, como los más débiles caían desplomados producto de la fatiga y del hambre, las mujeres daban a luz a sus hijos muertos al lado de una veta del mineral que extraían, y a veces ellas también morían. En una colina elevada, los Híbridos y sus amos se reían y regocijaban del sufrimiento de los humanos. Su sangre hervía, y siempre despertaba en ese punto. Sudoroso, hiperventilando, sin poder volver a dormir, y teniendo que marchar de nuevo.

Pero algo había cambiado recientemente. Durante las últimas semanas, una voz había estado en su mente, en sus sueños, mostrándole el camino que debía tomar para llegar a su destino. Extrañas visiones de estar atrapado en unas redes malévolas, un súper héroe que decidió darle la espalda a su ciudad y se convirtió en un esbirro por cuenta de un tirano. Y Nueva York, antaño su ciudad, ahora un estercolero de metal y ruinas parecido al de sus pesadillas. 

Unos rostros conocidos, y una nave espacial. La suerte ya estaba echada.

Se despertó en un galpón cercano al aeropuerto, en un catre improvisado. Tomó una bocanada de aire hondo y limpio el sudor de su frente con el anverso de su mano derecha. De su cantimplora tomó el último sorbo de agua que quedaba en ella. Abrió con cautela la puerta, y avanzó rápidamente al lugar indicado. No le tomó mucho trabajo saltar el alambrado y esquivar los obstáculos del camino. Al pasar al aeropuerto, se movía entre las sombras hasta la nave espacial.

Habría llegado de primero, pero pronto empezó a ver figuras conocidas acercándose al lugar. Sus músculos se tensaron. No quedaba sino esperar.

Se me ha ido la puta cabeza, está clarísimo. Me las he ingeniado para llegar a este planeta de mierda del que dicen que surgió la humanidad. Menudo vertedero espacial, aquí no vienen a cagar ni las águilas.

Mis pies van avanzando mientras me pregunto en qué tenían en la cabeza cuando dejaron que este planeta cayera, es como nuestra madre, es el principio de todo. Atravieso las vallas.

Mastico mi chicle con rabia, odio a los putos cobardes, todas esas pulgas expoliando el planeta con tal de tener algo entre las manos que ofrecer. Aprieto los puños, mis uñas se clavan un poco en la palma de mis manos, joder me pone de mala hostia. "No te des por vencido ni aun derrotado, no te sientas esclavo ni aun encadenado; trémulo de pavor, piénsate bravo y arremete feroz contra el mundo, ya mal herido."

Sonrío de medio lado pensando en ese ojo azul suyo, esa gata no es tonta, acude a una loca suicida como yo para ver si puedo hacer algo. Porque no, no nos equivoquemos, quizás soy una suicida, vale, me doy por completo, no me guardo nada para volver si la causa me late en el corazón, pero no soy una descerebrada. ¿O sí? Tengo que admitir que ha despertado mi curiosidad, la primera vez que vi esa gata en sueños y me habló de todas esas mierdas profundas de las que ella habla pensé que era un sueño más, pero volvió y volvió… Yo también soy una gatita curiosa, por eso estoy aquí.

“Gatita”… susurro para mí, mi mirada se pierde entre recuerdos que ahora son dolorosos pero antaño rebosaron felicidad, se pierde durante un instante y se detiene en uno en concreto.

Río divertida y levanto la vista intentando romper el hechizo de la memoria. Vuelve Ivy, estás aquí, aquello ya no volverá. Ya veo la torre de control caída. Las pulgas dan su vida y su tiempo para que alguien imponga un orden en sus vidas, yo adoro el caos. Es la única fuerza en el verso capaz de cambiarlo todo. Levanto la vista al cielo.

Sé que somos seis, el último sueño de anoche hablaba de una telaraña y un hombre araña, ¿En serio? Nueva York era una ciudad protegida por Spider-Man ¿Será el mismo? Esos cómics me gustaban de pequeña. Y en eso estoy pensando cuando veo algunas figuras aparecer, sé que somos seis.

- Joder, por fin os veo de verdad, empezaba a pensar que se me piraba la puta cabeza – sonrío.

El mundo había cambiado y él era un superviviente. Attor había salido del Océano para continuar la lucha, una lucha que en el planeta Tierra no conseguiría ganar.

Había tenido el mismo sueño recurrente una y otra vez, con los mismos rostros, en el mismo lugar al que ahora se dirigía y sí, parecía que tanto ellos como el espaciopuerto eran reales. Demasiada coincidencia, alguien debía haberle metido tales ideas en la mente de alguna forma. A Attor no le gustaban los telépatas y mucho menos que hurgasen en su mente. Vio a dos Homo Sapiens en el mismo sitio por lo que dedujo que habían sido ellos quienes le habían llamado.

-Vosotros, responded: ¿quién ha llamado a Attor, hijo de Andromeda? ¿Qué queréis del portador de la Espada de Attuma?

El no poder dormir tranquilamente era algo que desagradaba a Weird sobremanera desde hacia tiempo. No es que antes de llegar a la tierra las cosas le fuesen mucho mejor. Pero desde luego al menos podía descansar cuando lo necesitaba. La mayoria de las veces.

Pero además aquellos sueños le tenían preocupado cuando despertaba, lo cual era peor. La nave en la que llegó a la tierra no iba a volver a volar nunca, cosas de estrellarse, pero cuando fueron atacados por aquellos hibridos queriendo conseguir cualquier resto de la nave la cosa acabó aun peor. Y si no fuese por sus poderes también habría muerto él.

Bueno. Les echaría de menos, claro está. Pero ya había visto morir a demasiada gente. Así que se concentró en no morirse él. Por eso aquellos sueños le molestaban. Aquel animal parecia querer algo concreto de él, y de más gente. Aun más, quería algo heróico de él. Algo que había dejado de querer hacer mucho tiempo atrás.
Lo malo es que le daban la posibilidad de una nave para salir de allí. Y eso no podía dejarlo estar.

Jodidos telépatas. Siempre saben lo que piensas.

Cuando llegó a los restos de la torre de control caida vio que ya había más gente allí. Y eran las de su sueño.

Jodidos telépatas.

Había logrado llegar hasta allí sin ser visto, pero suponía que lo mejor y más educado era presentarse. Así que se acercó a aquellos "extraños".

Buenas. ¿Alguien más ha sido convocado aquí en sueños o soy el único pringado?

Jax observó esa mole en sombras. Sabía que aquello era una nave espacial. No sabría explicar por qué, simplemente sabía que estaba en ese lugar. Sin embargo la oscuridad era casi completa y dado que estaba muy cerca del dañado edificio advertirla no era fácil. Lo único que realmente se apreciaba era una masa negra.

El resto de recién llegados podía ver una figura moviéndose por la pista, cincuenta metros más allá, caminando con seguridad hacia un destino desconocido.

De improviso, el sonido inmediatamente reconocible de un disparo resonó en el aeropuerto. Jax sintió que algo punzaba su piel y saltaba rebotado. Acababan de dispararle pero la munición siendo convencional lo único que le supuso era un dolor similar al de un picotazo. Algo molesto pero nada más.

De entre todos los presentes, Jax fue el que con más precisión localizó el origen.

     El pequeño transporte que había contratado al llegar a la tierra apenas les servía a su droide y a Zarinna para recorrer la distancia hacia donde el sueño que tenía en estos últimos días le había indicado podría encontrar a los otros 5 desconocidos en ese triste planeta, que según los registros en otros tiempos había sido rico y fértil, no encontrando una puerta cercana tras ver a la distancia a cuatro de ellos, dejo al androide vigilando el transporte y con un bláster en la mano tras hacer un pequeño cántico tomó impulso para brincar la barda fácilmente y del otro lado trotó hasta alcanzar a los demás para presentarse sin apuntarles :

      " !Buen día a todos ustedes! Soy la gran Zarinna Zattana del planeta Zeltrón y he venido porque ... he tenido visiones donde me encontraba exactamente con ustedes en este lugar por una razón importante ... además de conocerlos.   ¿Alguno de ustedes sabe algo acerca de esa gata y de ese tipo araña? "    

       Cuando Zarinna reconoció el sonido del aeropuerto se giro para mirar atenta en dicha drección

Por días estos sueños invasivos me estuvieron dando vuelta en la cabeza, casi como una tortura, pero la idea de combatir a los híbridos y acabar con sus planes me mantenía en marcha, aunque el camino fue largo y peligroso mis habilidades me ayudaron sortear sin problemas todas las adversidades que se presentaron en el camino, hasta llegar al destino indicado por la extraña gata de los sueños. El deteriorado y prácticamente destruido aeropuerto por fin estaba a la vista ya solo me separaba una alambrada casi destruida de los otros que apenas lograba distinguir de aquellos sueños, a lo lejos los podía ver, así que si ya estaba hay tenía que acercarme y averiguar de qué se trataba todo esto y conocer a estas personas, así que me acerque caminando mientras saludaba con la mano alzado -hola chicos…- cuando sonó el disparo y por puro reflejo me agacho por un momento como cubriéndome y volteando hacia los lados para tratar de averiguar de dónde provino -de donde provino alguno lo vio?-

La nave espacial era, sin duda, lo más imponente del lugar. La derruida torre de control y la pobre iluminación hacían casi imposible su visualización, pero "algo" le hacía intuir que estaba allí, al alcance de su mano. Y de todos los demás del sueño, claro está. Con esos habría que compartir la nave. Lo mismo daba con tal de salir de este infestado lugar. Empezaba a ver nuevos rostros en la pista.

La primera era todo un bombón, no pudo evitar que le sacara una sonrisa de oreja a oreja. "Joder, muñeca. Debe haber una razón por la que te vistes así, casi lo estás deseando...", pensó. En ese momento, un bicho raro con cara de pez interrumpió su pensamiento. Decía llamarse Attor, y por alguna razón me llamó hijo de Andrómeda. Por mi madre que no sé quién sea esa puta, y seguro que la puta de mi madre no se llamaba así. Pero el desfile continuó, y un idiota con la cara hecha un ecce homo que creía que esto se trataba de una convención corte y costura se presenta como si los modales significaran lo mismo que hace veinte años.

Entonces un pinchazo. Tocó su piel donde rebotó la bala, observando a su izquierda, tratando de buscar a su desafortunado tirador. Nos tienen rodeados, mierda. Pensó, mientras sacaba un habano de uno de sus bolsillos y lo encendía con un mechero en forma de sirena. El humo salía de sus labios mientras la punta encendida del habano se tornaba roja.

Tomó el cigarro con una mano y exhaló el humo con una sonrisa en su boca, mirando a Zatanna, quien recién había llegado al lugar.

- Es un placer hija del planeta Zultrón - dijo con sorna -, si no te importa revelar más información a los capullos que nos tienen rodeados agradecería que CERRARAS LA PUTA BOCA. - Le respondió con voz imponente, colocó el cigarro en su boca y le dio una sonrisa fingida.

Entonces se dirigió a los demás. - Cubríos las espaldas unos a otros, nos han tendido una trampa. El disparo ha venido en aquella dirección - alza el brazo en sentido hacia el origen del disparo, señalando con sus dedos índice y corazón, entre los que sostenía el habano -, pero no soy capaz de ver una mierda. No os hagáis el héroe, ¿entendido? El objetivo es salir cagando leches en el trineo que nos ha traído Santa del Polo Norte, así que andando, hay que partir un par de huesos antes de eso.

Dicho esto, se pone en guardia, agrupado con los demás. Busca el mejor salvoconducto para ir directo hacia la nave.

Parecia que ya habían llegado todos, o por lo menos todos los que aparecían en los sueños. Pero antes de que nadie pudiera hacer nada alguién o algo les atacó.
Al grandullón al que le impactó el disparo no pareció importarle mucho, aunque empezó a ladrar ordenes como si supiera lo que pasaba, pero desde luego que Jhonny no pensaba probar si era tan inmune como él. Ya sabía que no lo era.

Joder. Pues empezamos bien la reunión.

Se parapetó en las ruinas de lo que era el aeropuerto y buscó un lugar por donde pudieran llegar a la nave sin ser un blanco demasiado obvio.

Algunos de vosotros buscábais la manera de avanzar o buscar cobijo aunque la oscuridad ya os procuraba una cierta protección.

Una voz carrasposa se escuchó.

- ¡Estáis jodidos! ¡Ahora todos al suelo o seguimos disparando! ¡Estáis rodeados!

Sonó la voz que más bien parecía la de un hombre mayor.

- ¡Largo de aquí y no volváis más!

Terminó exclamando.

- ¡Es nuestro último aviso!

Attor miró a su alrededor e intentó buscar cobijo tras las mismas ruinas en las que estaba Weird.

-¡Maldición! ¡Moveos, vamos, vamos!

         " Movámonos pues antes de que cambien de parecer chicos "    

         Dijo la bella Zarnna mientras que caminaba rápido junto al resto 

Bien, hagamos recuento, un tipo pálido que habla… raro… de esos que hablan en tercera persona y suenan muy categóricos. ¡Pero muy mono! Enarco una ceja sonriendo de medio lado, tiene gracia eso de hablar así ¿Hablará igual mientr.

Y aparece otro, genial, un humano, o eso parece, joder ¿soy la única tía? Qué peligro tengo yo aquí en medio, esa gata no sabe a quién ha reunido si piensa dejarme con tres cachorros así. Voy a responder algo sobre gatos y curiosidades pero el disparo suena y yo me agacho un poco como acto reflejo justo cuando una mujer de cabello violeta aparece.

Mis ojos se quedan enredados en su pelo un instante a pesar del disparo y de la inminencia de una segunda bala. Hipnotiza ¿Es el color? ¿Es su cara?¿O sus ojos? Otra que habla con grandilocuencia. Hostias, yo voy a parecer aquí la más macarra del barrio entre tanto culito suave.

Y es curioso que pensaba yo en estas cosas cuando el primer tipo suelta brutalidades por la boca. Me echo a reír, desde luego no me da miedo la muerte pero el tipo me ha hecho gracia. Ese chulazo es peligroso para mí.

Está todo oscuro, si tienen visión nocturna estamos jodidos, así que yo me dirijo hacia la nave, ando rápido pero tampoco me mato yo aquí corriendo, menos aún después de la advertencia que escuchamos. ¿Qué nos echemos al suelo? ¿Y que nos larguemos? ¿Cómo? ¿Nos arrastramos como culebras? ¡¡¡Venga hombre!!  Así que nos han tocado los vigilantes novatos. Entre eso y que aquí mis compis empiezan a ordenar, yo muevo mi bonito culo a mi puta marcha.

- Guardaos las balas, coooño ¡Nos largamos ya! – grito.

Resoplo, negando ligeramente con la cabeza, esa gata loca no será de las que saltan sin motivo de repente, o de las que persiguen luces.

- Espero que alguno sepa conducir bien esta cosa – murmuro para que solo los que están más cerca de mí me escuchen, presentándome mientras entramos en la nave – no eres el único pringao – miro al tipo que preguntó antes – esa gata está chiflada, seguro. Menuda reunión ha organizado. Todos venis por ella ¿no?

             " Si se acercan a mi amigos tal vez pueda cubrirlos en caso de que nos den un tiro por la espalda ... ¡Dire hami, himaya! "   

            Les dijo Lady Zattana a los 5 tipos que como ella habían llegado allí por la misteriosa gata del sueño y que ahora eran amenazados por atacantes desconocido antes de decir unas palabras mágicas en su lengua natal para invocar un escudo protector de energía a su alrededor, cuando termino sacó su transmisor para dar una indicación en la misma lengua a su androide personal para que llevase el vehículo a la nave con cuidado:

              " Jalab alssayarat 'iilaa alssafina "  
 

Dada la oscuridad era difícil saber lo que estaba sucediendo pero la mayoría os dedicábais a moveros en busca de cobijo.

- ¡Eso es, largo!

Gritó la voz rasposa y realizó un tiro aunque ninguno de nosotros recibió ningún impacto.

- ¡No volváis por aquí u os reventaremos!

Sí notásteis que el que os hablaba parecía un tanto viejo y que por allí no había demasiada gente amenazándoos o es que se habían escondido muy bien.

- ¡Fuera, joder! ¡Corred, jaja!

Por fin se alzó otra voz y debía de ser de un camarada suyo pues sonaba igualmente vieja.

Jax exhala otra bocanada de humo, se echa a reír, como si realmente le hiciera gracia todo aquello. No hacía falta ser un genio para saber que aquellos que los amenazaban estaban blofeando. En medio de la carcajada, extiende sus brazos de par en par y les grita desafiante a sus agresores.

- Venga, capullos, ¿eso es todo lo que tenéis? ¡JAJAJAJAJA! Seguro que estáis de coña, joder. Esperaba algo más de resistencia, no unos paletos mal entrenados. - Retrocede lentamente a la par que va hablando, mirando hacia la nave de reojo, cerciorándose de que todos los demás ya hayan llegado hasta ella. 

Una vez que todos hayan ingresado a la nave, entrará a toda leche, cerrará el mecanismo de la compuerta y se sentará en el asiento del piloto en la cabina de mando.